Introducción
Los trastornos depresivos afectan a más de 300 millones de personas en el mundo, al tiempo que constituyen una de las principales causas de discapacidad que, en los casos más graves, pueden conducir al suicidio1. En España, la depresión es la novena enfermedad crónica más frecuente en la población de 15 y más años (ya que la padece el 6,9% de la misma) con mayor presencia en mujeres que en varones2y especial incidencia en la Atención Primaria (AP) de salud3. Respecto al coste económico, el gasto total por depresión en España es de 5005 millones de euros, de los cuales un 71,4% se destina a costes indirectos y el resto a costes directos4. La depresión se asocia con frecuencia con trastornos de ansiedad y trastornos relacionados con sustancias, con un trastorno obsesivo-compulsivo, con trastornos de la conducta alimentaria (anorexia y bulimia nerviosas) y con trastorno de la personalidad límite5. Nos encontramos, por tanto, ante una enfermedad prevalente (sobre la que además ha influido la crisis económica6) que exhibe tendencia a la recurrencia y que, además de las mencionadas características, genera un importante gasto económico y afecta al paciente, pero también al bienestar de su familia y de la sociedad en general7.
En distintos países europeos se han realizado trabajos que han examinado la percepción de la población general sobre la depresión. En el Reino Unido, un porcentaje importante de 2.003 encuestados atribuyó la depresión a acontecimientos vitales (un 77% la atribuyó al desempleo) al tiempo que el 60% indicó que, si ellos sufriesen una depresión, consultarían a un médico de AP8. Además, el 91% de los entrevistados opinó que las personas con depresión debían ser tratadas mediantecounsellingy el 78% manifestó que los fármacos antidepresivosproducían adicción8. En Alemania, el 66,7% de 2.534 encuestados declaró que las causas principales de la depresión mayor eran de carácter psicosocial9. En Italia, los acontecimientos traumáticos recientes y las situaciones estresantes fueron percibidos como causantes de la depresión por el 90 y el 87%, respectivamente, de 1.001 entrevistados10. El 75% respaldó la creencia de que estas personasdeberían evitar hablar sobre la depresión, el 55% consideró que si tuviesen un amigo o un familiar con depresión le recomendarían ir a un psicólogo y, mientras que el 53% se inclinó por la medicación (si bien muchos encuestados pensaban que los fármacos antidepresivoscausaban adicción), más del 80% opinaba que la depresión debía ser tratada concounselling. En Alemania, Hungría, Irlanda y Portugal, el 27,9% de 4.011 entrevistados mostró actitudes estigmatizadoras hacia la depresión y el 46,9% las percibió en los demás (estigma percibido)11. En España se examinó en 2001 la percepción sobre la depresión mediante tres grupos de discusión y 1.001 entrevistas telefónicas12; las personas encuestadas declararon que las causas de la depresión eran de carácter psicosocial, dos tercios opinaron que la depresión era una enfermedad, el 80% expresó que era de carácter psicológico y todas manifestaron que era crónica. El 85% de los entrevistados opinó que era necesario tratar la depresión, un 59% consideró adecuada la psicoterapia y un 55% el tratamiento farmacológico; el 92% opinó que prefiriría ser tratado por un psicólogo12.
Es importante conocer las opiniones actuales de la población española sobre la depresión, saber si estas apreciaciones están en sintonía con las halladas en otros países y comparar algunas de ellas con las obtenidas en el último trabajo español realizado hace más de diecisiete años12. Esta información podrá ayudar a las administraciones sanitarias a efectuar actuaciones específicas que informen a la población general sobre distintos aspectos de la depresión y su tratamiento.
En consecuencia, los objetivos de este trabajo son conocer la opinión de la población española sobre la depresión en general y las causas percibidas de la misma, averiguar cuál es el profesional sanitario que se percibe más adecuado para tratar la depresión, y explorar las actitudes de los españoles hacia el tratamiento farmacológico antidepresivo.
Material y Métodos
Un panel de expertos formado por dos psiquiatras de reconocido prestigio, un médico de familia de dilatada trayectoria clínica y un representante del movimiento asociativo de personas afectadas de depresión y familiares, consensuó la redacción de un cuestionarioad hoca fin de alcanzar los objetivos de este estudio.
El proceso de elaboración de este cuestionario fue el siguiente: los expertos acordaron los aspectos relevantes de la depresión sobre los que se quería conocer la opinión de la población española: diagnóstico, causas de la enfermedad, sintomatología, relación entre depresión y suicidio, consecuencias y tratamiento. A continuación, elaboraron las preguntas y las opciones de respuesta (incluidas algunas preguntas dirigidas a obtener datos sociodemográficos); las preguntas debían ser relevantes, concretas, sencillas, comprensibles por la mayor parte de las personas y carecer de sesgos en su redacción. Se descartaron las preguntas que se solapaban y las que no cumplían los requisitos anteriores, y se seleccionaron las definitivas, de modo que el cuestionario quedó constituido por dos preguntas iniciales (sexo y edad), veintisiete preguntas sobre depresión (dispuestas en una secuencia que iba del diagnóstico al tratamiento) y seis preguntas finales sobre la situación laboral (trabaja actualmente, jubilado/pensionista/incapacitado, parado, estudiante y trabaja en su hogar), nivel de estudios (no sabe leer, sin estudios pero sabe leer, educación preescolar, educación primaria, educación secundaria obligatoria, bachillerato/formación profesional, educación superior/grado y educación superior/máster/doctorado) y estado civil (casado/viviendo en pareja, soltero, separado, divorciado, viudo y no contesta).
Una empresa española de estudios sociológicos (IPSOS) administró este cuestionario mediante una entrevista telefónica asistida por ordenador (sistema CATI) entre el 29 de mayo y el 19 de junio de 2017. La población objetivo fue la población española de ambos sexos de 18 años y más, el ámbito fue nacional (sin incluir Ceuta y Melilla) y la afijación fue uniforme por comunidad autónoma (CCAA) (n = 100). El procedimiento de muestreo fue polietápico, estratificado por conglomerados, con selección de las unidades primarias de muestreo (municipios) de forma aleatoria, y de las unidades últimas (individuos) por cuotas de sexo, edad y actividad económica (activos/inactivos) de manera representativa a nivel nacional. Los estratos se formaron por el cruce de las diecisiete CCAA con el tamaño de hábitat dividido en ocho categorías: menor o igual a 2.000 habitantes, de 2.001 a 10.000, de 10.001 a 20.000, de 20.001 a 50.000, de 50.001 a 10.000, de 100.001 a 500.000, de 500.001 a 1.000.000 y más de 1.000.000 de habitantes. En total, se realizaron 1.700 entrevistas telefónicas que duraron una media de 14 minutos. Con un nivel de confianza del 95,5% y una probabilidad de inclusión P = Q, el error real fue de ± 2,4% para el conjunto de la muestra y en el supuesto de muestreo aleatorio simple.
En relación con el análisis de datos, estos fueron equilibrados conforme al peso real de cada CCAA en el conjunto nacional, utilizando como fuente los datos del primer trimestre de 2017 publicados por el Instituto Nacional de Estadística. En cada una de las preguntas, los porcentajes de respuesta de los entrevistados por CCAA, sexo, edad y actividad económica se compararon con el porcentaje total de respuestas mediante el estadístico Chi-cuadrado. Los contrastes estadísticos realizados fueron bilaterales y el nivel de significación establecido fue 0,05. El análisis de datos fue realizado con el programaIBM SPSS Data Collection Base Professional(v.6.0.1).
Resultados
El 51% de los 1.700 participantes fueron mujeres. La edad media fue de 48 años (DT = 16,90); el grupo de edad con más participantes fue el de 45-59 años (27%), seguido por los grupos de 35-44 (21%), ≥65 (19%), 25-34 (13%), 18-24 (11%) y 60-64 años (10%).
En la Tabla 1 se presenta el porcentaje de percepciones sobre la depresión de las personas encuestadas; en el texto se destacan aquellos resultados estadísticamente significativos. El 18% de las personas encuestadas manifestó que padecía o que había padecido depresión, eran más frecuentemente mujeres, personas entre 60 y 64 años, jubilados y amas de casa. El 86% de los encuestados percibió la depresión como una enfermedad, especialmente mujeres y personas entre 45 y 64 años. El 85% de las personas entrevistadas estuvo de acuerdo en que la depresión es laprincipal causa de suicidioy el 94% creyó que una mejora de la atención y del tratamiento reduciría el número de suicidios. Sin embargo, a partir de un conjunto sugerido de enfermedades, los entrevistados posicionaron a la depresión en tercer lugar en elrankingde gravedad (27,9%) tras el cáncer (86,2%) y las enfermedades cardiovasculares (59,8%).
Total n | Sexo | Rangos de edad (años) | Situación laboral | ||||||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
V | M | 18-24 | 25-34 | 35-44 | 45-59 | 60-64 | 65-75 | >75 | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 | ||
n | 1.700 | 733 | 967 | 132 | 172 | 287 | 535 | 190 | 281 | 103 | 764 | 442 | 207 | 106 | 181 |
Prevalenciaa | 18 | 11 | 25 | 7 | 11 | 20 | 20 | 26 | 20 | 19 | 12 | 26 | 25 | 7 | 31 |
Depresión como enfermedadb | 86 | 82 | 89 | 74 | 79 | 87 | 92 | 94 | 84 | 79 | 87 | 86 | 86 | 74 | 90 |
Sintomatologíac | |||||||||||||||
Tristeza | 97 | 97 | 98 | 97 | 100 | 98 | 98 | 98 | 94 | 93 | 99 | 95 | 96 | 98 | 96 |
Apatía (no tener ganas de nada) | 95 | 94 | 97 | 95 | 98 | 96 | 94 | 99 | 92 | 92 | 96 | 92 | 95 | 97 | 94 |
Desesperanza o ganas de morirse | 89 | 87 | 91 | 91 | 94 | 93 | 88 | 91 | 81 | 79 | 93 | 84 | 81 | 95 | 87 |
No disfrutar | 88 | 88 | 88 | 81 | 95 | 93 | 91 | 87 | 83 | 63 | 93 | 82 | 85 | 89 | 81 |
Problemas para dormir | 84 | 82 | 86 | 94 | 89 | 90 | 83 | 87 | 71 | 61 | 88 | 75 | 85 | 90 | 81 |
Dificultad en la toma de decisiones y en la planificación de actividades | 84 | 85 | 83 | 90 | 86 | 88 | 80 | 86 | 81 | 65 | 88 | 82 | 75 | 87 | 76 |
Cansancio/fatiga | 80 | 75 | 85 | 86 | 90 | 84 | 75 | 81 | 73 | 74 | 80 | 75 | 81 | 87 | 85 |
Incapacidad para realizar las actividades diarias | 79 | 80 | 79 | 77 | 76 | 84 | 80 | 87 | 75 | 69 | 82 | 78 | 73 | 79 | 78 |
Problemas de concentración | 79 | 80 | 78 | 87 | 87 | 79 | 78 | 85 | 71 | 60 | 82 | 71 | 79 | 88 | 81 |
Problemas de atención | 77 | 77 | 78 | 80 | 85 | 80 | 77 | 77 | 69 | 69 | 80 | 72 | 77 | 84 | 75 |
Falta de apetito | 70 | 69 | 71 | 81 | 86 | 75 | 68 | 69 | 54 | 51 | 74 | 55 | 73 | 84 | 75 |
Disfunción sexual | 63 | 62 | 64 | 63 | 67 | 74 | 63 | 64 | 53 | 36 | 68 | 56 | 61 | 63 | 57 |
Aumento de la sensación de dolor | 50 | 47 | 53 | 57 | 60 | 55 | 50 | 45 | 39 | 40 | 56 | 36 | 52 | 47 | 59 |
Problemas de memoria | 45 | 39 | 50 | 34 | 51 | 46 | 42 | 45 | 53 | 39 | 43 | 50 | 40 | 36 | 59 |
Personas con depresiónd | |||||||||||||||
Inestables | 60 | 63 | 58 | 63 | 74 | 52 | 56 | 56 | 66 | 68 | 57 | 65 | 61 | 62 | 62 |
Débiles | 49 | 50 | 48 | 47 | 60 | 42 | 43 | 49 | 57 | 56 | 46 | 52 | 53 | 41 | 56 |
Pueden fingir | 48 | 55 | 41 | 51 | 54 | 55 | 44 | 39 | 42 | 45 | 52 | 38 | 48 | 54 | 43 |
V = varón; M = mujer; 1 = trabaja actualmente; 2 = jubilado/pensionista/incapacitado; 3 = parado; 4 = estudiante; 5 = trabaja en su hogar
a=personas encuestadas que padecen o habían padecido depresión
b=percepción de la depresión como una enfermedad
c=percepción sobre los síntomas de la depresión
d=percepción sobre las personas que padecen depresión; los porcentajes significativos se presentan en negrita
Las opiniones de los encuestados sobre cuáles eran los síntomas más importantes de la depresión se presentan en la Tabla 1. La apatía, el cansancio o fatiga, el aumento de la sensación de dolor y los problemas de memoria fueron más frecuentemente mencionados por mujeres, mientras que el hecho de no disfrutar, el cansancio o fatiga, los problemas de concentración, la falta de apetito y un aumento de la sensación de dolor fueron indicados en mayor grado por las personas entre 25 y 34 años. Además, nueve síntomas (tristeza, desesperanza, no disfrutar, problemas de sueño, dificultades para tomar decisiones, incapacidad para realizar las actividades diarias, falta de apetito, disfunción sexual y aumento de la sensación de dolor) fueron citados con mayor frecuencia por las personas que tenían trabajo.
El 60% de los encuestados opinó que una persona que padece depresión es alguieninestabley el 49% que tiene uncarácter débil, opiniones más frecuentes en el grupo de 25 a 34 años (74 y 60%, respectivamente). El 73% de los entrevistados pensaban que la forma de afrontar una depresión está muy relacionada con la manera de vivir las enfermedades en casa, al tiempo que el 48% estuvo de acuerdo en que este trastornopuede fingirse, opinión más frecuentemente respaldada por personas entre 35 y 44 años (55%) y las que tenían trabajo (52%). El 88% de pacientes con depresión hablaba de su enfermedad con alguien y, entre quienes no lo hacían, el 31% lo justificaba porque es unproblema personal, porqueeso no se cuenta, opor no preocupar, y el 8% dijo que no tenía a nadie o no conocía a nadie a quién contarle que padecía depresión.
Las causas de la depresión percibidas por los encuestados se muestran en la Tabla 2. Los encuestados de 25 a 34 años atribuyeron la depresión, en mayor medida que el resto, a factores sociales (99%), psicológicos (98%) y adicciones (86%), así como a factores de personalidad y a la soledad (7%). El desconocimiento de las causas de la depresión fue reconocido con mayor frecuencia por las personas de más de 60 años y jubilados (26%), al tiempo que los entrevistados que estaban en activo manifestaron en mayor medida que la depresión se produce por acontecimientos adversos de la vida (97%), por factores sociales (96%), por factores psicológicos (94%) y por la adicción a drogas, alcohol, etc. (82%).
Causas | % |
---|---|
Acontecimientos adversos de la vida | 95 |
Factores sociales (paro, marginación...) | 94 |
Factores psicológicos | 88 |
Adicciones (drogas, alcohol…) | 77 |
Factores biológicos/genéticos | 48 |
El éxito de la vida | 39 |
Acontecimientos vitales positivos de la vida | 37 |
No sabe | 17 |
Factores familiares (problemas familiares) | 5 |
Fallecimiento de un ser querido | 4 |
Situaciones que afrontar/problemas que desbordan/fracaso/disgustos | 4 |
Soledad/no poder hablar con alguien | 3 |
Factores de personalidad (carácter débil, falta de personalidad, inseguridad...) | 3 |
Factores laborales (problemas en el trabajo, exceso de trabajo...) | 3 |
Factores de salud (enfermedad/accidente familiar o personal) | 2 |
El psicólogo fue percibido como el especialista sanitario más adecuado para tratar la depresión (47%), por delante del psiquiatra (29%), del médico de familia (7%) o de cualquiera de ellos (13%); un 6% de los encuestados desconocía la respuesta. Esta percepción fue significativamente más frecuente entre encuestados de 18 a 34 años (60%) mientras que los jubilados y los entrevistados de 65 a 75 años consideraron más adecuados al psiquiatra (37%) y al médico de familia (12%), y las personas mayores de 75 al psiquiatra (43%).
El 75% de las personas encuestadas que no padecen o no habían padecido depresión en el pasado manifestó que, si le diagnosticaran esta enfermedad, tomaría medicación antidepresiva. Entre las que no la tomarían, el 24% adujotener poca confianza, no gustarle y no creer en ella, y el 17% declaró que esta medicaciónaltera la personalidad,no deja ser uno mismo. El 77% de las personas entrevistadas que habían padecido depresión en el pasado declaró haber tomado medicación antidepresiva. El 27% de quienes no la habían tomado argumentóque no le hizo faltay que la depresiónfue pasajeray el 19% quees mejor salir por uno mismo, sin medicamentos y con fuerza de voluntad. El 67% de los encuestados que en el momento de la encuesta padecía depresión indicó que tomaba medicación antidepresiva; entre los que no la tomaban, el 31% señaló que estos fármacosalteran la personalidady el 15% quees mejor salir por uno mismo.
En la Tabla 3 se muestran los porcentajes de acuerdo de los entrevistados en relación a seis afirmaciones sobre la medicación antidepresiva, las mujeres y las personas de 25 a 34 años coincidieron en mayor medida con la idea de que los antidepresivos generan dependencia (75 y 82%, respectivamente), mientras que las mujeres (66%), las amas de casa (72%), las personas entre 65 y 75 años (71%) y los jubilados (69%) lo hicieron con que la medicación antidepresiva es un tratamiento seguro y eficaz para curar la depresión. Los encuestados mayores de 65 años convinieron en mayor medida en que una vez que se comienza a tomar antidepresivosse deben tomar de por vida.
Afirmaciones | % |
---|---|
Es mejor tomar antidepresivos que dejar que la enfermedad vaya en aumento | 82 |
Los antidepresivos enganchan, generan dependencia | 72 |
Los antidepresivos son un tratamiento seguro y eficaz para curar la enfermedad | 62 |
Los antidepresivos te anulan, no te dejan ser tú mismo | 61 |
Los antidepresivos tienen más efectos secundarios que otros tratamientos | 56 |
Una vez que comienzas a tomar antidepresivos, los tienes que tomar ya de por vida | 24 |
Discusión
En este estudio se ha examinado la percepción de la población española sobre la depresión por medio de una encuesta realizada a una muestra representativa de personas de todas las CCAA.
Cerca de dos de cada diez personas entrevistadas padecen o habían padecido depresión; la mayor prevalencia de depresión en mujeres hallada en este trabajo está en sintonía con los datos del Instituto Nacional de Estadística2y con los resultados de la encuesta llevada a cabo en Italia10.
Por otra parte, más del 85% de las personas entrevistadas en esta ocasión percibió la depresión como una enfermedad, lo que supone un aumento respecto a los datos de la encuesta española de 2001 en la que esta cifra alcanzó el 66%12. El aumento es aún mayor en el porcentaje de encuestados conscientes del papelcausalde la depresión en el suicidio (85%), puesto que menos del 10% de las personas encuestadas en el estudio de Comas y Álvarez12opinaron que ambas variables estaban relacionadas.
En cuanto a la sintomatología percibida, los encuestados de la presente investigación coincidieron en cinco síntomas con los de Comas y Álvarez12y en dos con los entrevistados británicos8, a la vez que la tristeza, la fatiga, los problemas de concentración y la falta de apetito también fueron identificados por los encuestados en un porcentaje algo mayor que los entrevistados italianos10.
Un 49% de los encuestados considerarondébilesa las personas con depresión, coincidiendo con lo publicado por Comas y Álvarez12, un porcentaje menor en proporción a los hallados en Grecia (61,3%)13e Italia (55%)10, y superior a los encontrados por Coppens y col11en Hungría (46%), Portugal (33,3%), Alemania (26%) e Irlanda (19%). Tanto en el presente estudio como en el publicado por Comas y Álvarez12, casi la mitad de los encuestados consideraron que esta enfermedad se puede fingir, mientras que la frecuencia de personas afectadas por la depresión que habló de su enfermedad con alguien (88%) fue algo mayor que el hallado en 2001 (82%)12.
La gran mayoría de encuestados atribuyó la depresión a causas externas, por lo que se adhieren a la tendencia que atribuye este trastorno a acontecimientos vitales y a causas psicosociales8 9-10,12como los problemas familiares, el fallecimiento de un ser querido, la soledad y los problemas laborales, factores también manifestados por los entrevistados españoles que participaron en el trabajo de Comas y Álvarez12. Los factores sociales, como estar sin empleo, fueron reconocidos como causantes de la depresión por el 94% de los encuestados del presente estudio y por el 77% de los entrevistados británicos8. Por contra, casi la mitad la atribuyeron a factores biológicos y/o genéticos, porcentaje inferior al hallado por Munizza y col10en Italia (65%) y por Nakane y col14en Australia (68%), y superior al encontrado por estos autores en Japón (35%).
La percepción de que el psicólogo es el profesional más indicado para tratar la depresión (47% en el presente estudio) es compartida por los encuestados españoles de 200112y por seis de nueve estudios revisados en un reciente metaanálisis15. El porcentaje de entrevistados (29%) que percibió que el psiquiatra también es un profesional adecuado para tratar esta enfermedad, coincidió con el observado en Italia por Munizza y col10. En este punto, no se puede olvidar el estigma que rodea a la psiquiatría y al psiquiatra, tal como han evidenciado sociedades científicas europeas que han propuesto campañas específicas para afrontar el problema16.
En 2017, la eficacia de la medicación antidepresiva percibida por los encuestados españoles (62%) fue claramente superior a la del Reino Unido (46%) y acorde con la percepción de la población italiana de que estos fármacos son la mejor opción de tratamiento (60%). Sin embargo, la afirmación de más del 70% de los entrevistados de que esta medicacióngenera dependenciafue la más mencionada en la encuesta española de 200112. Estos resultados forman parte de una tendencia constatada por Priest y col8en Reino Unido (78%), Economou y col13en Grecia (67,3%) y Munizza y col10en Italia (64%). El porcentaje de entrevistados españoles que estuvo de acuerdo con que los antidepresivosalteran la personalidadfue similar al de los encuestados griegos (56,6%), porcentaje que se reduce a la mitad cuando se trata de pacientes españoles con depresión que manifiestan que este es el motivo por el que no toman dicha medicación.
Entre las limitaciones de esta investigación se encuentran que no se aportan datos sobre la fiabilidad del cuestionario utilizado ni sobre las personas que rechazaron participar en este trabajo; además, no se preguntó a los entrevistados acerca de su percepción sobre la psicoterapia. A pesar de lo anterior, se ofrece información sobre la validez de contenido del cuestionario, una herramienta que ha servido para conocer la visión de la población española sobre aspectos muy variados de la depresión y para comparar los resultados obtenidos con los de la última encuesta española publicada12y con los resultados de encuestas realizadas en distintos países europeos8 9 10-11,13, Japón y Australia14. Asimismo, en este estudio, destaca el elevado número de personas encuestadas, el ámbito nacional de la encuesta y el procedimiento de muestreo empleado.
Algunas opiniones de la población española sobre la depresión deben ser tenidas en cuenta, mientras que otras dan a conocer creencias no sustentadas por la evidencia científica actual, como que una persona con depresión es alguieninestableydébil,que la depresión es un trastorno quepuede fingirse, y que los fármacos antidepresivoscausan dependencia, infravalorando los factores neurobiológicos de vulnerabilidad. Esto puede explicarse porque la población general no distingue la depresión de los trastornos adaptativos e, incluso, de las reacciones emocionales negativas de rabia o tristeza. Por lo tanto, a partir de estos resultados y en sintonía con lo realizado en Alemania17, Reino Unido18y Australia19, se sugiere que las administraciones sanitarias españolas competentes divulguen información de calidad por medio de campañas de información y de formación dirigidas a informar sobre la verdadera naturaleza de la depresión (asociada a recurrencia y discapacidad), a reducir las actitudes estigmatizadoras hacia las personas que padecen esta enfermedad (sobre todo por parte de personas entre 25 y 44 años y de las que están trabajando) y a indicar que la medicación antidepresiva no produce dependencia ni altera la personalidad de las personas. Por otra parte, puesto que la población española prefiere un psicólogo para tratar la depresión, desde aquí se propone que estos profesionales atiendan a las personas que presenten reacciones emocionales negativas y trastornos adaptativos, e intervengan de forma coordinada junto a los psiquiatras en el diagnóstico y tratamiento de los cuadros depresivos.
En conclusión, es importante que las futuras investigaciones españolas examinen la percepción sobre la depresión en una misma muestra de personas antes y después de la realización de campañas de información sobre esta enfermedad y su tratamiento. Esto ayudará a saber el grado de eficacia de estas campañas a la hora de aumentar el conocimiento sobre la prevalencia de la depresión, aclarar conceptos, modificar creencias erróneas acerca de distintos aspectos de la enfermedad y mejorar el conocimiento de los recursos sanitarios disponibles.