Raimundo Roberto y Fernando José, hijos de S.A.R. la Infanta Doña Josefa de Borbón . Antonio María Esquivel y Suárez de Urbina, 1855
Muchos de ustedes dirán, ¿y qué tiene de singular este cuadro? A mí, que tengo el ojo acostumbrado, no me cuesta apreciar el contraste existente entre lo que los niños parecen (descendientes de rancio abolengo: reparen en la cuidada cabellera del niño sentado y en la actitud mayestática del mozo), y sus atavíos modestos. Más difícil resulta apreciar la inscripción que lleva el collar del perro: nada más y nada menos que "Libre".
De libertad educativa nos quería hablar el sevillano Esquivel, que desde el año 1838 vivió lo peor que le podía pasar a un pintor: tener serios problemas de vista. A él le debemos, por cierto, un espléndido Tratado de anatomía pictórica.