La contribución de Bermúdez-García et al sobre la educación médica en Perú [1] recuerda la de León-Bórquez et al sobre la educación médica en México [2]. Ambas publicaciones coinciden en las grandes oportunidades que tienen Perú y México para la formación docente. En este sentido, es importante mencionar otras publicaciones de 2019 que ahondan en los riesgos de una educación médica sin una plantilla docente preparada o, francamente, sin profesores en las unidades médicas.
Por lo que a Perú se refiere, Daniel Rojas, en su Diario de un interno de medicina[3], relata las vivencias cotidianas de un estudiante de medicina durante la realización de su internado rotatorio (el internado es, tanto en Perú como en México, la parte final de la licenciatura en medicina, cuando los estudiantes están en contacto directo con los pacientes en servicios de medicina interna, cirugía, ginecoobstetricia y pediatría). En su libro, y en el excelente prólogo de Carmen Yon Leau, se aprecia cómo el año de internado, caracterizado por el autoritarismo, el maltrato y la precariedad en la atención y en la educación médica, afecta y vulnera la vida, la salud y los derechos de pacientes y estudiantes.
La problemática expuesta en el Diariorebasa las fronteras y resulta familiar en México. En este país, desde hace más de 25 años, la Comisión Nacional de Derechos Humanos recuerda la violación sistemática de los derechos humanos de pacientes en las instituciones del sector sanitario, que son atendidos por estudiantes de medicina (internos y residentes) sin supervisión. En la recomendación más reciente al respecto (84/2019), señala: 'Esta Comisión Nacional advierte que el alumno interno [...] no estuvo asistido por personal médico adscrito a la consulta externa, puesto que estableció como diagnóstico de V1 [...] sin referir el motivo de ingreso ni precisó las indicaciones, por lo que se contravino [...] la NOM-234-SSA1-2003 [Norma Oficial Mexicana NOM-234-SSA1-2003, 'Utilización de campos clínicos para ciclos clínicos e internado de pregrado'] [...] al no contar con un médico responsable de control, supervisión, asesoría y evaluación de los alumnos durante el desarrollo del curso, por cada área de rotación' [4].
El referido Diarioy las recomendaciones emitidas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos son importantes para ampliar y ahondar en la perspectiva sobre la educación médica en Perú y México y, en particular, sobre la problemática de recurrir a estudiantes de medicina sin profesor, y sin derecho a la educación, para resolver carencias de personal médico.