Introducción
Las nuevas exigencias del trabajo, el desajuste entre los requisitos del puesto de trabajo en las organizaciones y las posibilidades de rendimiento de cada sujeto han originado la aparición de nuevos riesgos psicosociales, entre ellos el síndrome de Burnout, caracterizado por agotamiento emocional, despersonalización o deshumanización y falta de realización personal en el trabajo, cuya prevalencia se ha ido incrementando, constituyéndose en un problema social y de salud pública que conlleva, por tanto, un gran coste económico y social1,2.
Se ha descrito un mayor riesgo en profesionales jóvenes idealistas, optimistas y que se entregan en exceso al trabajo y con mayor frecuencia en las llamadas profesiones de ayuda, en las cuales lo habitual es el enfrentamiento con emociones intensas de dolor o enfermedad y/o sufrimiento psíquico3, por tanto, se reconoce como un problema importante entre los trabajadores de atención médica4,5,6.
La psicóloga Maslach en 1982 realizó los primeros estudios de campo y desarrolló un cuestionario compuesto de 22 ítems, basado en las respuestas de los trabajadores ante diferentes situaciones en su vida laboral cotidiana, y pretende objetivar y valorar las características básicas del síndrome: el agotamiento emocional con sensaciones psíquicas de ansiedad y angustia, la despersonalización con trastornos conductuales de aislamiento, insensibilidad y deshumanización, y la baja realización personal que conllevan a situaciones de insatisfacción por los logros profesionales alcanzados y deseo de abandono3,7,8.
En el Burnout se destacan los aspectos negativos del trabajo en médicos residentes como horas prolongadas de guardia, el sueldo, recursos limitados del sistema, escasa autonomía, interacción con pacientes exigentes y conflictivos, además de una fuerte carga emocional, por lo que se favorece la aparición de problemas emocionales y conductuales, que conllevan al final a un estado de apatía e indiferencia hacia el trabajo, encontrando que el personal de la salud presenta niveles más altos de agotamiento emocional. Esta desmotivación como consecuencia de las condiciones de trabajo, está afectando incluso a los más jóvenes y repercute negativamente en la calidad de vida del trabajador y, por tanto, también en la calidad asistencial de nuestro sistema sanitario3,8,9.
El agotamiento en los médicos es común y se ha descrito una prevalencia del 30% al 78%10.
Durante la formación de los médicos residentes de los Hospitales del Área Sureste de la Comunidad de Madrid (Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Hospital Universitario Infanta Leonor, Hospital Virgen de la Torre y Hospital del Sureste), estos desarrollan gran parte de su formación en las áreas de urgencias y en otros servicios, realizando rotaciones médicas y guardias. Motivo por el cual, al desconocer la situación particular de los MIR correspondientes a dichos hospitales, consideramos necesario la realización de un estudio con el objetivo de conocer la prevalencia y los factores laborales y sociodemográficos asociados al síndrome de Burnout. La finalidad de este estudio es determinar la prevalencia de Burnout en personal médico interno residente (MIR) en periodo de formación en hospitales del área Sureste de la Comunidad de Madrid, mediante el cuestionario Maslach Burnout Inventory, analizando además las características socio-demográficas y laborales asociadas a su aparición.
Material y Métodos
Se trata de un estudio observacional transversal, con una única observación en el tiempo, que recoge datos de 119 residentes de unidades médicas y quirúrgicas de los hospitales del área sureste de Madrid.
Criterios de inclusión y de exclusión: ser médico interno residente de los hospitales del área sureste de Madrid y responder voluntariamente la encuesta enviada por email. Se excluyen residentes y/o médicos rotantes de otros hospitales nacionales e internacionales.
La recogida de datos se realizó entre el 3 de septiembre de 2018 y el 30 de noviembre de 2018, tras tener la aprobación del estudio por la jefatura de estudios y comité de ética de los hospitales. Para ello, se solicitó al departamento de recursos humanos el número total de médicos residentes correspondientes a cada centro y correo electrónico corporativo para posteriormente enviar telemáticamente un correo informativo sobre el síndrome de Burnout y el fundamento del estudio, adjuntado el link donde se incluía el consentimiento informado, destacando que se garantizaba el anonimato y la protección de datos, además de dos cuestionarios, el Maslach Burnout Inventory para valorar las tres dimensiones del desgaste profesional y la encuesta socio-demográfica-laboral. Para favorecer la respuesta se realizaron varios recordatorios vía email y aplicaciones de mensajería móvil. El primer envío de encuestas obtuvo una respuesta de 31 sujetos. El segundo envío, un mes más tarde, obtuvo una respuesta 40 sujetos. A continuación se insistió a través de grupos de Whatsapp y finalmente la muestra obtenida fue de 119 sujetos.
Los datos de cada cuestionario fueron volcados en una base de datos Excel diseñada por los investigadores.
Las variables incluidas en el estudio son:
- Variables dependientes: Burnout y sus dimensiones: agotamiento emocional, despersonalización y realización personal.
- Variables independientes: edad, sexo, estado civil, tener pareja o no, realización de la especialidad en residencia habitual, el tipo de especialidad que realiza, poseer personas a cargo o no, año de especialidad que cursa, número de guardias que realiza al mes, libranza de guardias o no.
Análisis estadístico
Inicialmente se realiza un análisis descriptivo de la muestra: las variables cualitativas se presentan con su distribución de frecuencias. Las variables cuantitativas se resumen con su media y desviación estándar (DE) previa comprobación de la normalidad de la distribución de la variable.
Se realiza análisis univariante para estudiar la relación entre prevalencia de Burnout y cada una de las variables independientes, y también para cada una de las dimensiones de Burnout y cada una de las variables independientes. Se realizan comparaciones de proporciones mediante la prueba Chi cuadrado de Pearson, y se realizan comparaciones de medias mediante la prueba t de Student y mediante ANOVA, según la variable de agrupación sea dicotómica o de más de 2 categorías. En todos los contrastes de hipótesis se asume un error a del 5% (p < 0,05).
Posteriormente se realiza análisis multivariante. Se construye un modelo de regresión logística con Burnout global como variable dependiente y tres modelos de regresión lineal con las tres dimensiones del Burnout como variables dependientes (Despersonalización, Cansancio emocional y Realización personal). Se ajustan los modelos por todas las variables independientes. Se calculan las Odds Ratio e intervalos de confianza de aquellas variables que muestran significación estadística en los modelos finales. El procesamiento y análisis de los datos se ha realizado mediante el paquete estadístico SPSS 21.0.
Resultados
Del total de MIR que trabajan en los hospitales estudiados (541) los que respondieron a las encuestas fueron 119 (n=119) que representa el 21,9% del total de residentes. Las características de la muestra y los resultados de la fotografía general se pueden evidenciar en la Tabla 1, que incluye las variables socio-demográficas-laborales estudiadas.
Mediante el cuestionario de Maslach Burnout Inventory pretendimos medir la frecuencia con la que los residentes encuestados sufren el síndrome de Burnout, estudiamos las tres subescalas que lo caracterizan, como son el agotamiento o cansancio emocional, despersonalización y realización personal; dicho síndrome lo definimos al tener alta puntuación en las dos primeras subescalas y baja en la tercera. Tras sumar el resultado de las puntuaciones obtenidas vemos que el porcentaje de residentes con Burnout es del 29,4% (n=35), superponible a estudios previos11,12,13. En la tabla 2 vemos el resultado detallado de la puntuación en cada subescala de Burnout.
Ahora bien, si valoramos las tres subescalas del Burnout a la vez (Burnout global) según el sexo de los médicos residentes, vemos que la prevalencia de Burnout es mayor en las mujeres (36,6%) frente a los hombres (13,5%), resultados estadísticamente significativos. El resto de variables independientes no presentaron diferencias estadísticamente significativas en cuanto a la distribución de la prevalencia de Burnout global en el análisis univariante (Tabla 3).
En cuanto al análisis univariante de cada una de las dimensiones de Burnout (Tabla 4) observamos que la puntuación media de cansancio emocional presenta diferencias estadísticamente significativas únicamente en función del nº de guardias que se realice al mes, siendo paradójicamente aquellos residentes que no realizan guardias quienes presentan más cansancio emocional. En cuanto a la despersonalización, se ven diferencias estadísticamente significativas en función de las variables edad, año de residencia y número de guardias al mes. En cuanto a realización personal no se observan diferencias estadísticamente significativas en ninguna de las variables independientes.
Por último se muestran los resultados obtenidos del análisis multivariante para Burnout global (Tabla 5) y para cada una de sus tres dimensiones (Tabla 6).
Discusión
En nuestro trabajo de investigación los índices de respuesta obtenidos son 21,9%, que refleja la situación que existe en la población estudiada ya que se cuenta con una población de 541 residentes aproximadamente en los hospitales estudiados.
Uno de los factores que han podido influir en que nuestros índices de respuesta no sean altos es que no hemos realizado suficientes campañas de información a los MIR sobre este tema.
El síndrome de Burnout es una entidad nosológica de amplio espectro, con una gradación de síntomas que van de los más leves hasta los más severos. La primera fase, en la que podrían incluirse gran cantidad de profesionales, no sería una situación patológica en sí misma, y en ella aparecerían sentimientos de insatisfacción debidos a la poca armonía entre las expectativas individuales de los profesionales sanitarios y su realidad laboral, todo ello influido por diversos factores sociales. Esta situación favorece los sentimientos de desmotivación profesional y daría lugar a un Burnout establecido. Así, en los casos más severos, si se podría hablar de Burnout como entidad psicopatológica.
La mayoría de nuestra muestra presentó un grado alto de agotamiento emocional (50,4%), un grado alto de despersonalización (72,3%) y un grado bajo de realización personal (59,7%), sin embargo, solo coincidían estas 3 variables en 35 de los MIR estudiados (29,4%), que los definimos como MIR quemados o Burnout, lo que coincide con resultados obtenidos por Doolittle y colaboradores 10. Así como diversos estudios donde existe una prevalencia superior, que compararla con nuestros resultados resulta difícil debido a la diversidad de instrumentos utilizados en la medición y los puntos de corte elegidos como lo sugiere Escribá-Agüir11.
Respecto al efecto de las variables sociodemográficas en nuestro estudio se han encontrado asociación entre Burnout global y sexo y entre despersonalización y tener personas a cargo.
En cuanto al sexo, en el análisis univariante, las mujeres presentan mayor prevalencia de Burnout global (36,6%) respecto a los hombres (13,5%), de forma estadísticamente significativa (p= 0,011 Chi Cuadrado de Pearson). Estos resultados concuerdan con los obtenidos en el modelo de regresión logística, que muestra que el riesgo de Burnout global es 3,692 veces superior en mujeres respecto a hombres (IC al 95%: 1,30 - 10,49).
La edad no ha mostrado tener un efecto sobre el Burnout global o sobre alguna de sus dimensiones, tampoco lo ha hecho el lugar de residencia o el estado civil. En la literatura se ha descrito que los solteros son más propensos al Burnout que los casados, e incluso tienen niveles de agotamiento mayores a los que están divorciados5,12.
El tener personas a cargo no parece influir en el Burnout global, sin embargo sí influye en el grado de despersonalización que presentan los médicos residentes aumentando en 2,966 la puntación en dicha dimensión (IC al 95%: 0,849 - 5,084). En algunos estudios5,14 se ha explicado que la presencia de personas a cargo puede actuar como factor protector del desgaste profesional, lo cual sería debido a que el soporte familiar actúa como un amortiguador del estrés laboral, y que la familia disminuye la sobreimplicación en el trabajo.
En cuanto a las variables laborales, únicamente se ha visto asociación entre año de residencia y despersonalización, siendo los residentes de 4º año quienes presentan 4,256 puntos menos de media en dicha dimensión (IC al 95%: -6,645; -1,867), respecto a los residentes de primer año estos resultados son similares a los de otro estudio donde encontraron que el Burnout se eleva abruptamente en los primeros 9 meses de la práctica médica graduada9.
Algo que llama la atención es que a pesar de que la mayoría libra el día siguiente a la guardia, no se han encontrado diferencias significativas en la aparición de Burnout, cosa que contrasta con estudios previos en el que se aprecia que la libranza de guardias tiene relación con el hecho de padecer o no síndrome de Burnout8.
Este estudio tiene entre sus limitaciones que en primer lugar se ha realizado en médicos residentes con un área demográfica similar. Por otra parte, para asegurar la confidencialidad se obviaron un gran número de parámetros que pueden tener relación, como son las bajas laborales, consumo de tabaco, alcohol y uso de otras drogas recreativas, prolongaciones de jornadas no deseadas, salario y áreas en las que se desarrolla habitualmente el trabajo.
En conclusión, la prevalencia de Burnout en los médicos residentes fue del 29,4%. La identificación temprana de los factores de riesgo es fundamental para desarrollar soluciones e intervenciones que podrían mejorar la condición laboral de los médicos residentes como medidas preventivas contra el síndrome de burnout. Destaca que el único factor que se ha visto asociado a una mayor prevalencia de Burnout fue ser mujer. No se encontraron factores asociados a las dimensiones cansancio emocional ni realización personal; sin embargo sí se encontraron factores asociados a la dimensión despersonalización, así se vio que tener personas a cargo es un riesgo y estar en los últimos años de residencia es un factor de protección para desarrollar mayor grado de despersonalización.
Este estudio ayuda a poner de manifiesto una realidad en salud poco conocida pero muy importante en sus implicancias, por lo que debería ser considerada en las estrategias de prevención y promoción. Al tratarse de una enfermedad tan multifactorial en sus orígenes, necesariamente la intervención debería ser multidisciplinaria contando con la participación de otros sectores, además del sector sanitario.