Introducción
El virus de la hepatitis B (VHB) es un agente biológico que constituye un grave problema de salud a nivel mundial, siendo un importante riesgo laboral para los trabajadores sanitarios, gracias a la exposición accidental a la sangre u otros fluidos corporales de pacientes infectados1,2,3.
Asimismo, se trata de una de las principales causas de hepatitis aguda y crónica, lo que conlleva un alto riesgo de muerte por cirrosis y cáncer de hígado4,5. El esquema de vacunación clásico consiste en 3 doses, no obstante, este esquema solo confiere protección a cerca del 95% de los individuos6. Por este motivo, es muy importante confirmar la inmunidad para la Hepatitis B de los trabajadores con este tipo de riesgo biológico, a través de la determinación del título del anticuerpo contra al antígeno de superficie del VHB (anti-HBs)6.
Los niveles de anticuerpo anti-HBs (AcHBs) iguales o superiores 10 mUI/ml son considerados protectores contra la enfermedad7,8. Además, estudios demuestran que la memoria inmunológica puede persistir después del paciente ser infectado o vacunado, incluso si el título de anti-HBs disminuye por debajo de 10 mUI/ml. Esta memoria inmunológica puede ser confirmada a través de una respuesta anamnésica después de la administración de una dosis de refuerzo de la vacuna contra el VHB(9,10).
Actualmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras entidades sanitarias no recomiendan las vacunas de refuerzo como un procedimiento de rutina para los ciudadanos sanos que recibieron esquemas de vacunación completos contra la hepatitis B en la infancia11. No obstante, la monitorización del título del AcHBs en el suero y la administración eventual de una dosis de refuerzo podrá ser necesaria en personas con riesgo de exposición, como trabajadores sanitarios7,12.
De otro modo, estudios mostraron que la respuesta a la vacuna contra la hepatitis B es peor en adultos mayores, hombres, fumadores y personas con enfermedades crónicas13.
El objetivo de este estudio fue evaluar la respuesta a tres dosis de la vacuna contra la hepatitis B, y estudiar su asociación con la edad, género, tabaquismo, índice de masa corporal (IMC), presencia de enfermedades crónicas y tiempo transcurrido entre la vacunación y la medición del AcHBs.
Material y Métodos
Fue realizado un estudio observacional y transversal, con un componente descriptivo y un componente analítico para estudiar asociaciones entre variables. Se obtuvo una muestra de una población de trabajadores de un Hospital Universitario Portugués, los cuales tenían realizada titulación del AcHBs durante el año de 2018 y tenían esquema de vacunación completo.
La información se recopiló a través de la consulta del archivo clínico electrónico de cada trabajador. Las variables recogidas fueron el género, edad, resultado de la titulación del AcHBs, tabaquismo, presencia de enfermedades crónicas, IMC y tiempo transcurrido entre la vacunación y la dosificación del AcHBs.
Fue aplicado el test de Kolmogorov-Smirnov para verificar la normalidad de la distribución de las variables cuantitativas edad y tiempo transcurrido entre la vacunación y la dosificación del AcHBs en la muestra. Como no se verificó una normalidad en esas variables en la muestra, se procedió a la aplicación del test de Mann-Whitney para estudiar la relación entre las variables cuantitativas y el resultado del AcHBs. El test de Chi-cuadrado fue utilizado para estudiar la relación entre las variables cualitativas. Se aceptó un nivel de significancia del 5%. El programa informático para procesamiento de los datos fue el SPSS.
Resultados
Se obtuvo una muestra de 181 trabajadores, compuesta por 139 (76,80%) mujeres y 42 (23,20%) hombres (Tabla 1). La mediana fue de 27 años (min. 20 - max. 64). Ciento veinte y ocho (71,91%) de los trabajadores eran no fumadores y 50 (28,09%) fumadores. Hubo 111 (63,07%) trabajadores con IMC<25 kg/m2 y 65 (36,93%) trabajadores con IMC≥25 kg/m2. Además, hubo 120 (66,30%) trabajadores sin enfermedades crónicas y 61 (33,70%) con la presencia de ellas. En los trabajadores con enfermedades crónicas, las enfermedades más frecuentes fueron la hipertensión arterial (22,95%), asma (21,31%), hipotiroidismo (14,75%) y gastritis crónica (9,84%). No fue posible recopilar información acerca del tabaquismo en 3 trabajadores y tampoco se pudo obtener información acerca del IMC en 5 trabajadores.
EI AcHBs fue positivo en 140 (77,35%) y negativo en 41 (22,65%) trabajadores.
En el grupo de los trabajadores con AcHBs negativo, el resultado tuvo un porcentaje mayor en hombres (24,39%), fumadores (33,33 %), trabajadores con IMC≥25 kg/m2 (40,00%) y trabajadores con enfermedades crónicas (51,22 %), en comparación con el grupo de trabajadores con AcHBs positivo. Esta información puede ser consultada con mayor detalle en la Tabla 2. Además, en el grupo que tuvo resultado negativo se verificó una media de edades más alta (37,17), en comparación con los trabajadores con AcHBs positivo (31,77), no siendo esta diferencia estadísticamente significativa (p=0,112).
A pesar del porcentaje de trabajadores fumadores con AcHBs negativo (33,33 %) ha sido mayor en comparación con la frecuencia de fumadores con AcHBs positivo (26,62 %) no se obtuvo una diferencia estadísticamente significativa entre los dos grupos (p = 0.410).
En lo que respeta al género, aunque el resultado negativo fue más frecuente en hombres (24,39 %) en comparación con hombres con AcHBs positivo (22,86%), no se verificó una diferencia estadísticamente significativa entre géneros (p=0,838). De igual manera, se verificó que el porcentaje de trabajadores con AcHBs negativo y con IMC≥25 kg/m2 (40,00%) fue superior comparativamente con los trabajadores con IMC≥25 kg/m2 y con AcHBs positivo (36,03%), sin embargo, con ausencia de significación estadística (p=0,647).
Se verificó aún que la media del tiempo transcurrido entre la vacunación y la medición del AcHBs fue superior en el grupo de trabajadores con AcHBs negativo (207,37 semanas), en comparación con los trabajadores con AcHBs positivo (183,62 semanas). No obstante, esta diferencia no fue estadísticamente significativa (p = 0.475).
Por otro lado, la presencia de enfermedades crónicas fue más prevalente en el grupo de trabajadores con AcHBs negativo (51,22%) en comparación con los trabajadores con dichas enfermedades y AcHBs positivo, (28,57%) y esta diferencia, si, con significación estadística (p=0,007).
Discusión
En lo que respeta a este estudio realizado, se constató que puede existir diversos factores que pueden condicionar la respuesta inmunológica a la vacuna contra la hepatitis B, aunque solo encontramos una diferencia estadísticamente significativa en relación con la existencia de enfermedades crónicas. Entre ellos, los individuos con AcHBs negativo tras un esquema de vacunación completo tenían edad más elevada, así como está descrito en otros estudios13,14,15,16,17. Sin embargo, en nuestro estudio, la diferencia no tuvo significación estadística.
Aunque el número de trabajadores del género femenino sea más frecuente, se obtuvo que entre los trabajadores que tuvieron AcHBs negativo, la frecuencia de hombres era mayor, información también concordante con otros estudios previamente realizados13,15,16. Esto puede ocurrir gracias a la producción de Interleucina-10 (IL-10) por monocitos activados por estrógenos, induciendo una secreción de inmunoglobulina G (IgG) e inmunoglobuluna M (IgM) a través de las células B18. Por otro lado, es sabido que la testosterona puede perjudicar la producción de IgG e IgM a través de los linfocitos B, así como restringe la producción de IL-6 a partir de los monocitos en circulación19.
Con respecto al tabaquismo, se sabe que fumar puede originar una serie de alteraciones de la función del sistema inmunitario, no totalmente estudiadas actualmente20. La nicotina restringe la respuesta celular de formación de anticuerpos dañando la vía mediada por antígenos de las células T y la respuesta intracelular del calcio13. De este modo, y en concordancia con otros estudios, se verificó que entre los trabajadores con AcHBs negativo, la frecuencia de fumantes fue mayor, en comparación con los individuos con AcHBs positivo13,15,20.
En relación al IMC, es conocido que la obesidad, tal como otras alteraciones que puedan originar estadios de desnutrición, alteran la función del sistema inmunológico, cambiando los contajes de leucocitos, bien como las respuestas inmunes mediadas a nivel celular21. De este modo, se confirmó que la frecuencia de IMC individuos con AcHBs negativo fue mayor en los individuos con IMC ≥25 kg/m2, información también descrita en otros estudios previos13,11,15,17.
Las enfermedades crónicas conllevan una inflamación subyacente, induciendo estrés oxidativo, con una consecuente reducción de la capacidad antioxidante a nivel celular. La sobreproducción de radicales libres daña los ácidos grasos y las proteínas de las membranas celulares, resultando en la alteración de su función de una forma inalterable, dañado el sistema inmunológico y la respuesta inmunitaria21,17. Asimismo, se verificó que la frecuencia de trabajadores con enfermedades fue mayor en el grupo de los que tenían AcHBs negativo, información ya descrita13,22.
Los niveles de AcHBs disminuyen con el paso del tiempo; es sabido que más de un 60% de los individuos que tuvieran una respuesta favorable a la vacunación tendrán un descenso antigénico en los 15 años siguientes23. En este estudio, se encontró que la media del tiempo transcurrido entre la vacunación y la medición del AcHBs fue mayor en los trabajadores con AcHBs negativo, confirmando de este modo la información anterior.
Con respecto a las limitaciones de este estudio, se puede considerar el tamaño reducido de la muestra, comparativamente con el número de trabajadores presente en el hospital (cerca de 5500). Es posible que sea atribuible a este aspecto la ausencia de significación estadística para las variables género, tabaquismo, IMC y tiempo transcurrido entre la vacunación y la medición del AcHBs. Otra limitación se relaciona con el facto de que se trata de una muestra por conveniencia. Además, la información clínica recopilada depende siempre de la calidad de los registros clínicos realizados. Hay que remarcar que se trata de un estudio transversal, por lo que no es posible asumir una relación causa-efecto, solo se puede observar una asociación entre las variables en estudio.