Introducción
Aun cuando el número de contagios y muertes está descendiendo en varios países, el COVID-19 sigue siendo un problema sanitario a nivel mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la pandemia está lejos de acabar porque el virus continúa evolucionando y la vacunación sigue presentando obstáculos1.Este virus ha cobrado muchas vidas y ha generado un impacto económico, sanitario y social en los países de América Latina, ya que en estas existen determinantes como la desigualdad, que amplifica la crisis sanitaria2. El Perú cuenta con uno de los peores desempeños en cuanto al manejo de la pandemia pues tiene una de las mayores tasas de mortalidad del mundo, por lo que implementar estrategias sanitarias se vuelve importante3,4. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los sistemas de información son claves para responder a la pandemia, debido a que permiten el acceso de la población a conocimiento necesario con evidencia científica que permitan tomar decisiones informadas5. A su vez, se ha demostrado que el conocimiento previo de una enfermedad evita la propagación de esta, ya que respalda una toma de decisiones en favor de la preservación de la salud6. Es por esto que para responder a la pandemia se han diseñado diversos instrumentos que miden el conocimiento del público en general7,8,9. No obstante, no hay instrumentos que se hayan aplicado en poblaciones más específicas como la del ámbito ocupacional, la cual es una de las más vulnerables ante el contagio porque los trabajadores se exponen a infectarse al asistir presencialmente a sus centros laborales, sobre todo si son lugares en los que es difícil mantener un distanciamiento físico seguro10. El presente estudio tuvo como objetivo diseñar y validar un instrumento que permita evaluar los conocimientos sobre COVID-19 en el ámbito ocupacional.
Material y Métodos
Procedimientos
Fase 1: Revisión de la literatura
Se llevó a cabo una búsqueda bibliográfica de diversas investigaciones en inglés y español acerca de instrumentos que midan los conocimientos relacionados al agente infeccioso en cuestión. Motores de búsqueda especializados como PubMed, Google Académico, Uptodate y Proquest fueron empleados para dicha tarea. Después de este proceso, se generaron 10 ítems como borrador inicial.
Fase 2: Validez de contenido
Con el fin de asegurar el contenido de los ítems generados, se calculó el coeficiente V de Aiken para cada ítem. Se recomienda usar como mínimo seis expertos para tener al menos un desacuerdo entre los evaluadores11. Por ello, un instrumento para la validez de contenido y el primer borrador del cuestionario fueron enviados a 17 expertos, quienes fueron elegidos tomando en cuenta su experiencia en el ámbito académico, servicios de salud y desarrollo de instrumentos. Se obtuvo así un panel heterogéneo de expertos de diversos campos como Epidemiología, Neumología, Medicina General, Medicina Interna, Medicina Familiar, Salud Pública y Medicina Intensiva. Se les pidió a los evaluadores que analizaran la relevancia, representatividad y claridad de los ítems mediante una escala Likert de 4 puntos. El método de puntuación fue el siguiente: 0 = Nada relevante, representativo o claro; 1 = Poco relevante, representativo o claro; 2 = Relevante, representativo o claro; y 3 = Totalmente relevante, representativo o claro12. Asimismo, se les pidió brindar comentarios sobre cada ítem y el cuestionario en general. Se consideró una V ≥ 0,7 como punto de corte para aceptar una pregunta como válida, ya que este indica una valoración positiva del reactivo. Además, la recomendación del grupo de expertos fueron tomadas en consideración para corregir la redacción de los ítems.
Fase 3: Validez aparente
Se realizó mediante la revisión de cada ítem de la encuesta, de tal manera que represente de manera óptima lo que se quiere medir y tenga un correcto orden visual en Google Forms. Esto fue realizado por los autores del estudio. Asimismo, se condujo un piloto con el objeto de recibir retroalimentación acerca de la comprensión de cada ítem. Se pudo contactar 31 personas que accedieron a realizar la encuesta y aceptaron el consentimiento informado. A estos se les pidió identificar errores (palabras o frases ambiguas) y brindar opciones de mejora en el diseño de la prueba online.
Fase 4: Análisis de dificultad, varianza y confiabilidad
Posterior a la aplicación del piloto, se procedió a administrar el instrumento en una mayor cantidad de participantes. De esta manera, la data recolectada permitió analizar la dificultad y varianza de cada ítem. Asimismo, se evaluó la consistencia interna del instrumento considerándose un alfa de Cronbach ≥ 0,7 como indicador de buena consistencia interna13.
Muestra y Recolección de datos
Se realizó un muestreo por conveniencia de trabajadores de distintas empresas ubicadas en varios departamentos del Perú. Como criterios de inclusión se consideró a participantes mayores de 18 años que se encontraban trabajando durante la tercera ola de COVID-19 en el país. Para el cálculo de la muestra se usó la fórmula de Daniel W.14, obteniéndose un total de 384 participantes como mínimo para tener una muestra representativa de la población diana. Asimismo, según la literatura, el tamaño muestral recomendado para la validación de un instrumento nuevo es de cinco participantes por ítem como mínimo15. La muestra final reclutada para el estudio fue de 663 individuos. El software usado para la recolección de la data fue Google Forms. Se aplicaron las encuestas virtuales desde el 12 de diciembre del 2021 hasta el 10 de enero del 2022.
Análisis de los datos
El análisis de los datos se realizó a través del software IBM SPSS versión 24.0. Se calculó el índice de dificultad, la desviación estándar, la varianza y la confiabilidad. Por otro lado, se usó Microsoft Excel para ordenar las puntuaciones de cada experto y calcular el coeficiente V de Aiken. Para la depuración de la base de datos se usó Stata v15,0.
Resultados
La Tabla 1 muestra los resultados de la evaluación por expertos de las preguntas sobre conocimiento de COVID-19 obtenidos mediante el coeficiente V de Aiken. Se consideró un valor ≥ 0,7 como indicador de validez de contenido. La mayoría de los ítems tuvieron una evaluación positiva por parte de los expertos, debido a que tenían un valor de V de Aiken > 0,8 en los 3 criterios antes mencionados. Sin embargo, la mayoría de expertos coincidieron que el ítem 9 solo podría ser respondido por una población más especializada en salud, por lo que fue descartado por los autores. En cuanto a la relevancia y representatividad, 2 ítems (5 y 6) mostraron tener el máximo puntaje (V: 1,00; IC95%: 0,93-1,00). Respecto a la claridad, el ítem 5 obtuvo el máximo puntaje (V: 1,00; IC95%: 0,93-1,00).
La Tabla 2 muestra que el ítem 5 resulta ser el ítem más fácil (p = 100%) y el ítem 3, el más difícil (ID = 63%).
Nota:p = índice de dificultad: n° aciertos/n; DE = Desviación estándar; 1-p = probabilidad de fracaso; p*(1-p) = varianza del ítem
Respecto a la confiabilidad de la prueba, el coeficiente de alfa de Cronbach fue de 0.701 (IC95%: 0.65-0.74), lo cual indica una buena confiabilidad de la escala. En cuanto a la validación aparente, se recibió la retroalimentación de 31 participantes que aceptaron dar la encuesta después de haber leído el consentimiento informado. Estos identificaron ciertos problemas en cuanto al diseño de la encuesta online. En primer lugar, los encuestados sugirieron añadir una descripción que especifique la forma de llenado de los ítems mediante ejemplos entre paréntesis cuando se requiera. Además, indicaron que el consentimiento informado ocupaba mucho espacio de la pantalla del teléfono móvil, por lo que se procedió a agregarlo como imagen y así poder facilitar la lectura en aquellos encuestados que realizaban el test en sus celulares. Asimismo, algunos encuestados sugirieron que las alternativas de las preguntas aparezcan de manera aleatoria para evitar que se hallen patrones de respuestas.
Discusión
Los resultados del proceso de validación muestran que todos los ítems de la encuesta tuvieron una V de Aiken > 0,7 por lo que se puede afirmar que el instrumento posee una alta correspondencia entre el rasgo o la característica del aprendizaje del evaluado y lo que se incluye en los ítems16. Es importante señalar que una de las fortalezas que tiene este instrumento es que fue validado por 17 expertos de diferentes especialidades, lo que enriqueció el proceso de validación, ya que se pudieron recoger las opiniones y comentarios de profesionales de distintas ramas de la medicina que afrontaron la pandemia. Esto diferencia al instrumento de otros cuestionarios desarrollados, los cuales tuvieron menor cantidad de expertos, variedad de disciplinas e incluso una nula participación de estos, lo cual podría suponer un problema en cuanto a las conclusiones obtenidas por la aplicación de dichas encuestas17,18,19,20. Además, es importante mencionar que se realizó la validez aparente mediante un piloto realizado a 31 personas con el objeto de asegurar que los ítems sean entendidos por los participantes y estos vean la relación entre los ítems y el objetivo del estudio21.
Gracias a este proceso se pudieron identificar distintos errores en el diseño de las preguntas previo a su aplicación en la muestra final.
Respecto al análisis de confiabilidad de la prueba se realizó con la participación de 663 sujetos de estudio, por lo que se posee un gran poder estadístico y el coeficiente obtenido resulta ser muy significativo. El coeficiente de alfa de Cronbach fue de 0,701 (IC95% = 0,65-0,74) lo cual indica una buena fiabilidad del instrumento, ya que tiene consistencia interna aceptable que se evidencia al tener un valor superior a 0,7.
Con respecto a los ítems del instrumento, la primera pregunta de la encuesta está relacionada a la naturaleza del patógeno que causa la enfermedad, el cual permite saber si el encuestado ha tenido contacto con la información brindada por las autoridades sanitarias sobre la enfermedad. De esta manera, después de dos años de pandemia, se esperaría que la población conozca los conceptos básicos. Las preguntas 2 y 9 consisten en los síntomas que desarrollan las personas infectadas y los signos de alarma respectivamente. Estas preguntas permiten saber si los encuestados podrían reconocer y tomar medidas ante el contagio, así como identificar los signos que sugieren una enfermedad grave. Esto es importante pues se recomienda el aislamiento al presentar síntomas leves, mientras que se sugiere buscar atención médica inmediata en caso de tener signos de alarma para evitar un grado elevado de hipoxemia que conlleve a una mayor mortalidad22,23. En lo que respecta a la pregunta 3 de la encuesta, se preguntó sobre el tratamiento que debería recibir alguien con infección leve por COVID-19. Si bien los trabajadores no tendrían por qué saber sobre el abordaje de la enfermedad, esta pregunta tuvo como objetivo evidenciar el grado de desinformación por parte de la población, pues durante la pandemia ha existido un exceso de información que evita que las personas puedan tener acceso a información de fuentes confiables impactando de forma negativa en la salud y bienestar de la población24. La pregunta 4 consiste en la población que tiene mayor probabilidad de mortalidad por coronavirus. Es relevante que el encuestado sepa qué grupo poblacional es el que tiene mayores complicaciones para que pueda tomar ciertas medidas en caso de poseer las características de este grupo o usar métodos de prevención en caso de convivir con alguien perteneciente a los grupos de riesgo. Además, las preguntas que consisten en la transmisión de la enfermedad (5, 6 y 8) son muy importantes, ya que tienen como objetivo saber si el encuestado sabe cómo evitar contagiarse de personas potencialmente infectadas, así como discernir sobre qué tipo de persona infectada tendría la capacidad de contagiar y después de cuánto tiempo del contagio inicial una persona podría transmitir dicha infección. Según las investigaciones previas se sabe que el virus es altamente transmisible y tiene un alto tropismo tisular que podría generar que la pandemia se extienda más de lo estimado, por lo que una intervención eficaz para evitar la difusión del virus requiere que haya una profunda comprensión sobre los mecanismos de transmisión25,26. Por último, la pregunta 7 desarrolla la temática de la vacunación, en la que se indaga sobre el tiempo necesario para llegar a la inmunidad protectora. Es menester que los encuestados sepan dicha información, puesto que una posible respuesta errónea evidenciaría que el encuestado cree poseer inmunidad ante el virus sin haber cumplido con el esquema de vacunación requerido, exponiéndose a un riesgo de contagio.
En cuanto a las limitaciones del estudio, es menester resaltar que la investigación tuvo algunas que son importantes de mencionar. En primer lugar, la limitación de no poder haber realizado un análisis de invarianza factorial, el cual es un proceso que permite comprobar que las propiedades de medida de los ítems no son influenciadas por las características de los grupos evaluados como el sexo, edad, etc27.
En segundo lugar, los resultados de este estudio se basaron en el uso de medidas de autoinforme, lo cual podría generar sesgo de deseabilidad social por parte de los encuestados. No obstante, se hizo énfasis en la confidencialidad de este estudio, por lo cual los encuestados pudieron responder sin ningún riesgo de que su integridad resulte alterada. En tercer lugar, no se realizó un análisis test- retest la cual permite medir la confiabilidad de los ítems al generar resultados similares a lo largo del tiempo. Por último, no se realizó la validez de constructo del instrumento. Sin embargo, el conocimiento sobre un tema es una variable que se puede medir directamente a través de un test, algo muy distinto a otros constructos teóricos como la ansiedad, la autoestima y/o la motivación que requieren de mediciones más complejas para su evaluación.
En síntesis se validó un instrumento que cuenta con 9 preguntas para medir los conocimientos de la población económicamente activa acerca del COVID-19. El instrumento desarrollado por este estudio podrá servir para medir la efectividad de las capacitaciones en el área de salud ocupacional de empresas que quieran saber el grado de conocimiento de sus trabajadores con respecto al virus, ya que se proyecta que el COVID-19 seguirá siendo un problema de salud pública en varios países. Además, este instrumento podría ayudar a futuras investigaciones que quieran medir los conocimientos sobre COVID-19 que tengan los trabajadores, así como podría ayudar a las autoridades a gestionar mejores políticas de salud en base al conocimiento de la población económicamente ocupada. Se recomienda que futuros estudios apliquen el análisis factorial exploratorio y confirmatorio para realizar la validación de constructo del instrumento en cuestión.