CASO CLÍNICO
Niño de diez años de edad que acudió al Servicio de Urgencias por dolor testicular de cuatro horas de evolución. Refería que, estando previamente bien, inicia de modo progresivo molestias en el testículo izquierdo. No refería fiebre, ni traumatismo previo ni síndrome miccional. No presentaba antecedentes familiares ni personales de interés.
La exploración clínica fue normal, salvo el testículo izquierdo que mostraba un discreto aumento del tamaño, eritematoso y molesto a la palpación, pero con alivio del dolor con el ascenso testicular. Reflejo cremastérico presente. Se palpan ambos testes normoposicionados, normoconformados, sin observarse lesiones cutáneas.
Ante el dolor escrotal agudo se solicitó ecografía Doppler testicular (Fig. 1) para completar el estudio, observándose imágenes compatibles con epididimitis izquierda y descartando torsión testicular. Como hallazgo casual se observó una imagen de calcificación intratesticular derecha de 1,5 mm.
Se pautaron medidas de analgesia y recomendaciones para minimizar las molestias (elevación escrotal y reposo), explicando los signos de alarma ante los que consultar de nuevo. Evolucionó favorablemente.
Dada la imagen de calcificación intratesticular, se citó a consultas de Pediatría para el seguimiento evolutivo.
En los primeros dos años de seguimiento el paciente ha permanecido asintomático y no se han observado cambios respecto al número ni distribución de las microcalcificaciones testiculares, así como tampoco se han referido cambios en la ecogenicidad del parénquima testicular. Seguiremos realizando controles clínicos y ecográficos periódicos para valorar su evolución.
DISCUSIÓN
Se conoce con el nombre de escroto agudo al dolor escrotal de inicio brusco junto con tumefacción (calor y rubor) testicular. La etiología es variada: torsión testicular (45%), torsión de la hidátide (35%), epididimitis (15%) y edema testicular idiopático (5%).
Se considera una urgencia dada la posible asociación con la torsión testicular, que requeriría una atención urológica inmediata, pudiendo requerir cirugía urgente.
Para un correcto diagnóstico en todo caso de dolor testicular agudo se debe realizar una anamnesis detallada y ordenada incluyendo el modo de inicio del dolor (brusco o progresivo), las horas de evolución y la sintomatología acompañante (vómitos, clínica miccional, afectación del estado general...). Se debe acompañar de una exploración clínica completa y centrada en el abdomen y el área genital (testes, bolsa escrotal y pene).
Con una correcta anamnesis y una exploración clínica adecuada podemos llegar a un diagnóstico correcto, pero además una ecografía testicular Doppler es importante para la valorar el flujo vascular y así descartar lesiones urgentes como la torsión testicular.
En la torsión testicular el inicio del dolor es brusco, el teste está en una posición fija, horizontalizado y doloroso al tacto, con ausencia de reflejo cremastérico. La ecografía con Doppler completa el diagnóstico y valora la vascularización testicular.
En la torsión de hidátide, el dolor suele ser también de inicio agudo y en la exploración se observa una lesión negruzca en la porción superior del escroto. La ecografía también nos confirma el diagnóstico.
En la epididimitis/orquiepididimitis, el inicio del dolor es más insidioso, con tumefacción y aumento del tamaño testicular (orquiepididimitis), pero los testes están normoposicionados, con reflejo cremastérico presente.
En el edema escrotal idiopático, el edema y el dolor está localizado a nivel de la bolsa escrotal, siendo los testes normales a la exploración.
Respecto al hallazgo ecográfico de una microcalcificación intratesticular en un niño de diez años, debemos remarcar la importancia de su seguimiento evolutivo, aunque en general su evolución suele ser asintomática.
Se trata de una entidad radiográfica infrecuente en la edad pediátrica, con una incidencia en la población general del 0,5 al 9% y del 2% en la edad pediátrica1. Su frecuencia ha aumentado como hallazgo casual dado el uso más ampliado de la ecografía y su mejoría técnica. Se describen como lesiones hiperecogénicas de 1-3 mm sin sombra acústica posterior en el parénquima testicular y en su mayoría se localizan en los túbulos seminíferos2,3.
Se clasifican según el número en: 1) microlitiasis clásica, con más de 5 microlitiasis por campo, y 2) microlitiasis limitada, con menos de 5 microlitiasis por campo. Y según su distribución, en focal (central o periférica) o difusa.
Se recomienda un seguimiento clínico y ecográfico periódico cada seis meses o anual para controlar el número y distribución de las microlitiasis.
Solo se debe realizar biopsia de la lesión en casos de alteración de la ecogenicidad del parénquima testicular y cambio en el número o distribución de las lesiones.
En revisiones amplias queda claro que no hay evidencia de que estas lesiones deban ser consideradas premalignas por sí mismas, pero sí existe asociación entre microlitiasis y tumores testiculares (presente en el 74% de los casos de tumores testiculares malignos)4. Está descrita su asociación con criptorquidia, dolor testicular, varicocele, torsión testicular o de hidátide, infertilidad... También se han descrito en algunos síndromes genéticos como Down, "maullido de gato", Klinefelter, fibrosis quística, calcificaciones alveolares pulmonares y cerebrales, etc., pudiendo por tanto estar implicados procesos inmunológicos o genéticos. Se desconoce si estas asociaciones son causales o coincidentes.
CONCLUSIÓN
Resaltar la importancia de un correcto diagnóstico ante un dolor escrotal agudo, dada la posible necesidad de una actuación quirúrgica urgente. Remarcar la utilidad de la ecografía Doppler testicular en esta entidad.
Ante el hallazgo de calcificaciones intratesticulares en la edad pediátrica, se debe realizar un seguimiento evolutivo clínico y ecográfico para descartar malignidad.