Los cambios biológicos y psicológicos experimentados durante la pubertad y la adolescencia se traducen frecuentemente en la aparición de dificultades de adaptación y conflictos psicológicos, entre los que se encuentran los de carácter identitario (Zimmermann y Iwanski, 2014). La forma en la que la persona percibe, siente y se comporta con respecto a su cuerpo (i.e., la imagen corporal) (Muth y Cash, 1997) constituye una de las potenciales amenazas a la identidad de la persona durante la pubertad/adolescencia, sobre todo a raíz de la importancia atribuida en esas etapas a la opinión de los demás sobre la propia apariencia (Rodgers et al., 2020). Uno de los posibles orígenes de las alteraciones en la imagen corporal es la presión de índole sociocultural que orienta hacia la consecución de los dos principales ideales de belleza occidentales: el ideal de cuerpo delgado y el ideal de cuerpo mesomórfico (i.e., aquel caracterizado por la definición muscular y el bajo nivel de grasa) (Frederick et al., 2022; Sicilia et al., 2022). Percibir este tipo de presión puede llevar a sentir insatisfacción corporal y, con ello, a adoptar conductas de riesgo dirigidas a la pérdida/ganancia de peso (Stice y Van Ryzin, 2019). Al objeto de prevenir la aparición de estas conductas poco saludables resulta importante ahondar en el estudio de la posible influencia de dichas fuentes de presión en etapas tempranas.
Tradicionalmente, la investigación en el ámbito de la presión sociocultural orientada a la consecución del ideal corporal se ha centrado sobre todo en la mujer y en el ideal de belleza de cuerpo delgado (Schaefer et al., 2017). En los varones, esta presión se ha dirigido principalmente hacia la consecución del ideal de cuerpo mesomórfico (Convertino et al., 2022; Paterna et al., 2021). No obstante, lo anterior no excluye la posibilidad de que ambos ideales corporales puedan ser respaldados en cierta medida por individuos de uno u otro sexo (Ryan y Morrison, 2013), cuestión que justifica la necesidad de examinar ambos ideales de belleza corporal en muestras que, proviniendo del mismo contexto, incluyan varones y mujeres.
El modelo tripartito de influencia derivado de la teoría sociocultural de la construcción de la imagen corporal (Thompson et al., 1999) plantea la existencia de tres fuentes principales de presión hacia los ideales de belleza corporal: familia (e. g., padres, madres, hermanos), iguales (e. g., amigos o compañeros de estudios) y medios de comunicación (e. g., televisión, radio, o redes sociales). En los casos de familia e iguales, la presión anteriormente aludida se materializa a través de comentarios negativos, críticas y desaprobaciones sobre la apariencia física (Amaya-Hernández et al., 2017; Suplee, 2016). A su vez, los medios de comunicación han sido identificados como transmisores directos y/o indirectos de los ideales estéticos de belleza (Rodgers et al., 2019). En función de lo irreal de su naturaleza, la persecución de dichos ideales jugaría un papel determinante en la aparición de preocupaciones por la imagen corporal no solo en chicas adolescentes (Rodgers et al., 2019) sino, como recientemente ha sido observado, también en varones (Schaefer et al., 2021; Stratton et al., 2015).
Las investigaciones guiadas por el modelo tripartito de influencia que han incluido población de ambos sexos de forma simultánea resultan escasas. Esto se traduce en la dificultad de establecer conclusiones claras en cuanto a la existencia de diferencias en las presiones hacia los ideales de belleza en ambos grupos poblacionales. Una investigación que sí consideró adolescentes de ambos sexos (pero no ambos ideales corporales) fue la de Papp et al. (2013). Los resultados de este estudio ponen de manifiesto, entre las chicas, la existencia de relaciones positivas entre la presión percibida por parte de los medios de comunicación y la existencia de preocupaciones relativas a la dieta y el peso corporal. Otros estudios realizados en universitarias (Keery et al., 2004) han mostrado igualmente la existencia de relaciones positivas entre la presión percibida por parte de los medios de comunicación hacia el ideal de cuerpo delgado y variables como la insatisfacción corporal (Shroff y Thompson, 2006) o la internalización del ideal de cuerpo delgado (Rodgers et al., 2011; Schaefer et al., 2017). Por su parte, Rodgers et al. (2011) encontraron que la presión de los padres influía de forma directa sobre comportamientos orientados hacia la consecución del ideal de cuerpo delgado, mientras que la ejercida por los iguales lo hacía sobre la insatisfacción corporal o la adopción de conductas alimenticias de riesgo. Entre varones adolescentes, los hallazgos de algunos estudios han asociado la presión enfocada a la consecución del ideal mesomórfico ejercida por la familia y los medios en la adopción de comportamientos propios de los desórdenes alimenticios (Tylka, 2011).
Como se ha indicado, tanto las tres fuentes de presión (i. e., familia, iguales y medios de comunicación) como los dos principales ideales de belleza (i. e., cuerpo delgado y cuerpo mesomórfico) resultan susceptibles de ser respectivamente percibidos y respaldados por hombres y mujeres. No obstante, la falta de investigaciones que evalúen la totalidad de dichas fuentes de presión e ideales en población de ambos sexos dificulta la comparación de las mismas en lo que respecta a su intensidad y sus posibles consecuencias (e. g., la aparición de desórdenes alimenticios o de preocupaciones con la imagen corporal) (Rodgers et al., 2011; Tylka, 2011).
Una de las variables que implica una fuerte preocupación con la imagen corporal cuya conexión con la presión hacia la consecución de los ideales de belleza predominantes no ha sido hasta la fecha examinada es la ansiedad físico-social (AFS) (Hausenblas et al., 2004). Esta omisión resulta reseñable en función de dos principales circunstancias. En primer lugar, el hecho de que la AFS tenga un carácter en mayor medida social que otros constructos cuya conexión con la presión percibida hacia la consecución de los ideales corporales sí que ha sido examinada (e. g., la insatisfacción corporal) (Rodgers et al., 2015). Esto se debe, en primer lugar, a que la AFS no solo implica la existencia de cierto grado de insatisfacción con el propio cuerpo sino, además, experimentar una respuesta afectiva aversiva a partir de considerar que el propio cuerpo podría estar siendo negativamente evaluado por los demás (Hart et al., 1989). En segundo lugar, el hecho de que la AFS se haya mostrado como un mejor predictor que otras variables de imagen corporal negativa que carecen de los componentes afectivo y social (e. g., la insatisfacción corporal) de cara a algunas de sus posibles consecuencias de salud (e. g., la sintomatología depresiva) (Alcaraz-Ibáñez et al., 2020). En función de estos antecedentes, cabría la posibilidad de que la AFS pudiese explicar el proceso por el cual la presión hacia determinados ideales de cuerpo conduciría a adoptar conductas alimenticias de riesgo (Alcaraz-Ibáñez et al., 2023).
La presión social por alcanzar los ideales corporales de belleza puede provocar problemas de índole psicológica, entre los que se incluye experimentar ansiedad ante la imposibilidad de mostrar con un cuerpo socialmente deseable (e. g., Turel et al., 2018). A pesar de los avances producidos en el estudio de las influencias socioculturales en los procesos de construcción de la imagen corporal (Paterna et al., 2021), apenas existen estudios que hayan examinado la relación entre la presión sociocultural y la ansiedad social (Turel et al., 2018) y, mucho menos, investigaciones que hayan analizado la relación entre las tres fuentes de presión con la AFS en chicos y chicas preadolescentes. En este sentido, cabe destacar que las investigaciones que han abordado la percepción de presión por parte de las distintas fuentes planteadas por el modelo tripartito han empleado fundamentalmente diseños transversales y muestras de mujeres (e. g., Keery et al., 2004; Shroff y Thompson, 2006) o varones (e. g., Schaefer et al., 2021) en edad universitaria o adulta. Aunque existe algún trabajo longitudinal con chicas adolescentes (Rodgers et al., 2015) y algún trabajo transversal en el que se han considerado muestras de chicas y chicos (Papp et al., 2013), en ninguno de ellos se ha abordado de forma simultánea los dos ideales de belleza corporal predominantes. En este sentido, el carácter predictor de la AFS respecto a la aparición de trastornos afectivos o de índole alimentaria (Alcaraz-Ibáñez et al. 2020; Alcaraz-Ibáñez et al, 2023), unido al componente social inherente a dicho constructo, aconseja examinar sus posibles antecedentes desde la perspectiva de los modelos socioculturales de influencia (Thompson et al., 1999). Abordar dicho examen en población preadolescente resulta particularmente procedente a tenor de las evidencias que apuntan a la adopción de los ideales corporales socialmente aceptados y las preocupaciones con la imagen corporal como fenómenos presentes a edades cada vez más tempranas (Paraskeva y Diedrichs, 2020).
A partir de lo expuesto, el principal objetivo de esta investigación fue analizar los efectos de la presión sociocultural percibida desde tres distintas fuentes (i. e., medios de comunicación, familia e iguales) hacia la consecución de los ideales de cuerpo delgado y cuerpo mesomórfico sobre la AFS en una muestra de preadolescentes de ambos sexos. Un objetivo secundario fue examinar la posible existencia de dos tipos de diferencias en las seis formas de presión hacia la consecución de los dos ideales corporales predominantes objeto de estudio: (i) entre ellas, y (ii) entre chicos y chicas. En este sentido, se formularon las siguientes hipótesis: H1: Alguna (o algunas) de las formas de presión enfocadas en la consecución del ideal de cuerpo mesomórfico será la principal predictora de AFS en chicos; H2: Alguna (o algunas) de las formas de presión enfocadas en la consecución del ideal de cuerpo delgado será la principal predictora de AFS en chicas; H3: Los chicos sentirán mayores niveles de presión hacia el ideal de cuerpo mesomórfico; H4: Las chicas sentirán mayores niveles de presión hacia el ideal de cuerpo delgado. Dada la práctica ausencia de estudios previos, no se formularon hipótesis en lo que respecta a la existencia de diferencias en los niveles de las distintas fuentes de presión.
Método
Participantes
Participaron 651 estudiantes (50.4% chicas) pertenecientes a 12 centros educativos ubicados en el sur de España. Se empleó una técnica de muestreo no probabilístico. Se establecieron dos criterios de inclusión: (i) estar cursando 6º de primaria al inicio del estudio, y (ii) completar el cuestionario en los dos tiempos de medida. La recogida de datos en el tiempo 1 fue al final de 6º de primaria (10-13 años, M = 11.43, DT = 0.65) y en el tiempo 2, 12 meses después, al final de 1º de ESO (11-14 años, M = 12.38, DT = 0.68).
Instrumentos
Presión sociocultural percibida hacia los ideales de cuerpo delgado y cuerpo musculoso. Se utilizó una traducción al español de la Perceived Sociocultural Pressure Scale en sus versiones referidas a los ideales de cuerpo delgado (Stice y Bearman, 2001) y cuerpo mesomórfico (Tylka, 2011). Dicha traducción fue realizada en el contexto del presente estudio siguiendo las recomendaciones formuladas a tales efectos para instrumentos propuestos en el contexto del estudio de la imagen corporal (Swami et al., 2021). Integrado por un total de 12 ítems, este instrumento permite evaluar la frecuencia con la que la persona percibe presión por parte de medios de comunicación, familia, e iguales hacia la consecución del ideal de cuerpo delgado (e. g., “Creo que mi familia quiere que pierda peso”) y cuerpo mesomórfico (e. g., “Creo que mi familia quiere que tenga un cuerpo fuerte”). La respuesta se realizó empleando una escala Likert que oscilaba de 1 = Nunca a 7 = Siempre. En el presente estudio se observaron valores de consistencia interna de α = .74 (presión de la familia hacia el ideal de cuerpo delgado), α = .75 (presión de los iguales hacia cuerpo delgado), α = .87 (presión de los medios de comunicación hacia el ideal de cuerpo delgado), α = . 67 (presión de la familia hacia el ideal de cuerpo mesomórfico), α = .69 (presión de los iguales hacia el ideal de cuerpo mesomórfico), y α = .83 (presión de los medios de comunicación hacia el ideal de cuerpo mesomórfico).
Ansiedad Físico-Social. Se utilizó la versión validada al contexto español en población adolescente (Sáenz-Álvarez et al., 2013) de la Social Physique Anxiety Scale (SPAS-7; Motl y Conroy, 2000, 2001). Este instrumento evalúa la frecuencia con la que la persona experimenta respuestas afectivas negativas a causa de percibir que su cuerpo podría estar siendo evaluado de forma negativa por otras personas. Los siete ítems que componen este instrumento (e. g., “Me gustaría no estar tan nervioso por el aspecto de mi cuerpo”) se engloban en un único factor. La respuesta se realizó empleando una escala Likert que oscilaba de 1 = Nunca a 5 = Siempre. En el estudio de validación del instrumento al contexto español se observaron valores de α = .85. En el presente estudio se observaron valores de consistencia interna de α = .74 (tiempo 1) y α = .81 (tiempo 2).
Procedimiento
Tras obtener informe favorable por parte del Comité de Bioética de la Universidad de Almería, se procedió a contactar con los equipos directivos y profesorado de distintos centros educativos al objeto de solicitar su colaboración en el estudio. Dado que los participantes eran menores de edad, se requirió autorización previa por parte de sus progenitores o tutores legales. La recogida de datos se realizó empleando un formulario en formato papel en el contexto del aula. Dicho proceso se realizó en presencia de uno de los miembros del equipo de investigación, quien informó a los participantes acerca de los objetivos genéricos del estudio, el carácter voluntario de su participación y el tratamiento confidencial de la información obtenida. Se recabaron datos en dos ocasiones separadas por un periodo de tiempo aproximado de un año. El formulario empleado en la primera de dichas tomas de datos incluyó el registro de los datos sociodemográficos básicos (e. g., edad, sexo), así como los cuestionarios que evaluaban la presión sociocultural percibida hacia los ideales de cuerpo delgado y cuerpo mesomórfico, y la AFS. En la segunda toma de datos se incluyó el cuestionario que evaluaba la AFS.
Análisis de datos
En primer lugar, se procedió al cálculo de los estadísticos descriptivos, las correlaciones entre las variables de estudio y los valores de consistencia interna de cada subescala. Valores de α > .70 se consideran aceptables, considerándose aquellos ligeramente inferiores a dicho punto de corte como marginalmente aceptables en instrumentos que, como es el caso de alguno de los empleados en el presente trabajo (Stice y Bearman, 2001; Tylka, 2011) cuentan con un número muy reducido de ítems por factor (Taylor et al., 2008). Seguidamente, se calculó el tamaño de efecto de las diferencias entre grupos de chicos y chicas (d de Cohen) en las distintas variables de estudio, así como las diferencias entre las puntuaciones en las seis formas de presión objeto de estudio. Los tamaños de efecto resultantes fueron interpretados como triviales (< .2), pequeños (entre .2 y .5), moderados (entre .5 y .8) y grandes (> .8) (Cohen, 1988). El hecho de que los participantes perteneciesen a diferentes centros educativos y cursos podría constituir un incumplimiento del supuesto de independencia de las observaciones, cuestión que aconsejó el empleo de Modelos Lineales de Regresión Mixta (MLM) (Gelman y Hill, 2007). Dichos modelos permiten tener en cuenta variables de características individuales (nivel 1) y de contexto (nivel 2) (Hox, 1998). El centro educativo y el curso del alumnado fueron considerados como efectos aleatorios. Las diferentes combinaciones de los niveles de centro educativo y curso fueron consideradas en la especificación de los modelos multinivel testados, entre los cuales se incluyó un modelo nulo (M0). Este M0 sirvió para examinar la ganancia predictiva de los modelos multinivel en los que en los que se incluía tanto la constante como los efectos aleatorios de centro educativo y curso. Para comprobar los efectos de la presión sociocultural hacia los ideales de cuerpo delgado/mesomórfico en la AFS en el tiempo 2 (AFStiempo2; variable dependiente), se testaron diferentes modelos en los que edad y AFStiempo1 fueron introducidas en el primer paso. En un segundo paso se añadieron las seis variables de presión evaluadas en el tiempo 1. Los análisis se realizaron empleando el procedimiento MIXED y el método de estimación de Máxima Verosimilitud Restringida. El estadístico -2log de la verosimilitud (-2LL) y el Criterio de Información Akaike (AIC) fueron empleados al objeto de evaluar la bondad de ajuste y realizar la comparación entre modelos (Alarcón et al., 2015). Los análisis estadísticos anteriormente descritos fueron realizados con el software IBM SPSS v. 25.
Resultados
Descriptivos y correlaciones
Los valores medios de las escalas se situaron en la parte baja o baja-media de sus posibles rangos (ver Tabla 1). La presión de la familia hacia el ideal de cuerpo mesomórfico mostró niveles superiores a los del resto de fuentes de presión tanto en chicos como en chicas. Entre chicos, la magnitud de las diferencias entre los tipos de presión osciló de pequeña cercana a moderada (presión de la familia hacia el ideal de cuerpo delgado (d = .46); y presión de los iguales hacia el ideal de cuerpo mesomórfico (d = .44) a moderada cercana a grande (presión hacia el ideal de cuerpo delgado ejercida por iguales (d = .75) y medios (d = .77). Entre chicas, la magnitud de las diferencias osciló de pequeña cercana a moderada (presión hacia el ideal de cuerpo delgado ejercida por familia (d = -.44) y medios (d = .47), y presión hacia el ideal de cuerpo mesomórfico ejercida por iguales (d = .48) y medios (d = .49) a moderadas cercanas a grandes (presión hacia el ideal de cuerpo mesomórfico ejercida por iguales (d = .70). En general, los valores más altos correspondieron a la presión percibida por parte de la familia hacia los ideales de cuerpo delgado y cuerpo mesomórfico. Además, los promedios tendieron a ser superiores en las fuentes de presión orientadas al ideal de cuerpo mesomórfico en comparación a las orientadas al ideal de cuerpo delgado. En cuanto a las diferencias de sexo (ver Tabla 1), estas resultaron pequeñas y favorecieron a los chicos en el caso de la presión hacia el ideal de cuerpo mesomórfico ejercida tanto por la familia como por los iguales, resultando triviales en el resto de los casos.
Variables | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
1 Edad | - | .10 | .08 | .06 | .06 | .03 | .10 | .06 | .12* | |
2 AFStiempo1 | .08 | - | .36** | .35** | .34** | .26** | .29** | .28** | .48** | |
3 PR_DL_Fa | .11* | .37** | - | .70** | .60** | .54** | .60** | .46** | .24** | |
4 PR_DL_Ig | .06 | .34** | .66** | - | .62** | .53** | .66** | .51** | .21** | |
5 PR_DL_Md | 13* | .43** | .53** | .49** | - | .37** | .49** | .75** | .17** | |
6 PR_Ms_Fa | .10 | .21** | .55** | .50** | .39** | - | .61** | .51** | .12** | |
7 PR_Ms_Ig | .00 | .19** | .44** | .59** | .32** | .62** | - | .54** | .18** | |
8 PR_Ms_Me | .03 | .29** | .43** | .41** | .72** | .51** | .37** | - | .21** | |
9 AFStiempo2 | .12* | .44** | .33** | .28** | .25** | .20** | .21** | .22** | - | |
Chicos | M | 11.45 | 1.87 | 2.63 | 2.21 | 2.13 | 3.46 | 2.67 | 2.35 | 1.83 |
DT | 0.65 | 0.67 | 1.76 | 1.49 | 1.64 | 1.82 | 1.77 | 1.74 | 0.71 | |
Chicas | M | 11.42 | 1.99 | 2.36 | 2.02 | 2.28 | 3.09 | 2.32 | 2.44 | 2.01 |
DT | 0.64 | 0.75 | 1.63 | 1.37 | 1.75 | 1.67 | 1.52 | 1.69 | 0.81 | |
d Cohen | -.05 | .17 | -.16 | -.13 | .09 | -.21 | -.21 | .05 | .24 |
Nota. PR_DL_Fa = Presión hacia el ideal de cuerpo delgado (Familia); PR_DL_Ig = Presión hacia el ideal de cuerpo delgado (Iguales); PR_DL_Md = Presión hacia el ideal de cuerpo delgado (Medios); PR_Ms_Fa = Presión hacia el ideal de cuerpo mesomórfico (Familia); PR_Ms_Ig = Presión hacia el ideal de cuerpo mesomórfico (Iguales); PR_Ms_Md = Presión hacia el ideal de cuerpo mesomórfico (Medios); AFStiempo1 = Ansiedad físico-social evaluada en el tiempo 1; AFStiempo2 = Ansiedad físico-social evaluada en el tiempo 2. Los valores presentados en la diagonal inferior corresponden a las chicas (n = 328), mientras que los presentados en la diagonal superior corresponden a los chicos (n = 323). **p < .01; *p < .05.
Análisis de regresión
El examen de los valores de bondad de ajuste sugirió que el modelo que incluía el centro educativo y la constante (M1) era el que tenía un mayor efecto en la independencia de las observaciones (M0, -2LL = 1406.23; M1, -2LL = 1382.91; χ2 = 23.32, gl = 1, p < .001). Los valores del coeficiente de correlación intraclase (CCI) = .07 indicaron que un 7% de la variabilidad total de la AFStiempo2 era atribuible a la diferencia entre la media de los diferentes centros educativos. Estos resultados se consideraron indicativos de la conveniencia del empleo de técnicas de análisis multinivel (Heck y Thomas, 2000).
Tomando M1 como modelo de partida, se probaron diferentes modelos considerando la agrupación de centro educativo. En el nuevo modelo se mantuvo la AFStiempo2 como variable dependiente y se introdujeron en la ecuación las variables independientes de nivel 1 (modelo 2, M2): edad y las seis variables de presión establecidas en función de la fuente (i. e., familia, iguales y medios) y tipo de ideal (i. e., delgado o mesomórfico). Los resultados referidos al primero de los pasos de M2 (ver Tabla 2) muestran que los efectos de la edad sobre la AFStiempo2 no resultaban estadísticamente significativos, pero sí los efectos de la AFStiempo1 sobre la AFStiempo2. Lo anterior fue cierto tanto en el caso de las chicas como de los chicos. Los resultados referidos al segundo de los pasos de M2 (ver Tabla 2) muestran como estadísticamente significativos los efectos de la presión de los medios de comunicación hacia los ideales de cuerpo delgado y cuerpo mesomórfico sobre la AFStiempo-2. Seguidamente se estimó el modelo 3 (M3chicos), del que fueron eliminadas las variables cuyos efectos no resultaron estadísticamente significativos en M2chicos. Los índices de bondad de ajuste indicaron un mejor ajuste de M3chicos respecto a M2chicos (χ2 = 16.27; gl = 5; p < .01), por lo que se retuvo el primero de ellos, con una varianza explicada del .74%. Así, la existencia de mayores niveles de presión percibida por parte de los medios hacia la consecución del ideal de cuerpo mesomórfico precedía en el tiempo a la presencia de mayores niveles de AFS. Dicho efecto era negativo, por el contrario, en el caso de la presión percibida hacia la consecución del ideal de cuerpo delgado por parte de los medios de comunicación.
M2 | M3 | |||||
---|---|---|---|---|---|---|
Chicos | Estimación (error) | t | sig. | Estimación (error) | t | sig. |
Paso-1 | ||||||
Edad | .07 (.05) | 1.36 | .174 | |||
AFStiempo1 | .51 (.05) | 9.7 | < .001 | .51 (.05) | 9.88 | < .001 |
Paso-2 | ||||||
Edad | .06 (.05) | 1.21 | .226 | |||
AFStiempo1 | .49 (.05) | 8.66 | < .001 | .51 (.06) | 9.23 | < .001 |
PR_DL_Fa | .06 (.03) | 1.96 | .051 | |||
PR_DL_Ig | .02 (.04) | 0.61 | .544 | |||
PR_DL_Md | -.1 (.04) | -2.67 | .008 | -.05 (.03) | -1.61 | .107 |
PR_Ms_Fa | -.05 (.03) | -1.93 | .055 | |||
PR_Ms_Ig | -.01 (03) | -0.2 | .84 | |||
PR_Ms_Md | .1 (.03) | 2.91 | .004 | .07 (.03) | 2.32 | .021 |
Estadísticos de ajuste | ||||||
Desviación (-2LL) | 639.57 | 623.3 | ||||
AIC | 641.57 | 625.3 |
Nota. M2 = Modelo 2; M3 = Modelo 3; PR_DL_Fa = Presión hacia el ideal de cuerpo delgado (Familia); PR_DL_Ig = Presión hacia el ideal de cuerpo delgado (Iguales); PR_DL_Md = Presión hacia el ideal de cuerpo delgado (Medios); PR_Ms_Fa = Presión hacia el ideal de cuerpo mesomórfico (Familia); PR_Ms_Ig = Presión hacia el ideal de cuerpo mesomórfico (Iguales); PR_Ms_Md = Presión hacia el ideal de cuerpo mesomórfico (Medios); AFStiempo1 = Ansiedad físico-social en el tiempo 1; AFStiempo2 = Ansiedad físico-social en el tiempo 2; -2LL = 2log de la verosimilitud; AIC = Criterio de Información Akaike. Los coeficientes de estimación mostrados son estandarizados.
En lo que respecta a las chicas, los resultados del segundo de los pasos de M2 (ver Tabla 3) muestran como estadísticamente significativos los efectos de la presión de la familia hacia el ideal de cuerpo delgado sobre la AFS. Los índices de bondad de ajuste indicaron un mejor ajuste de M3chicas respecto a M2chicas (χ2 = 22.6; gl = 6; p < .001) (Tabla 3), por lo que se retuvo el primero de ellos, con una varianza explicada del 50%. De esta forma, la existencia de mayores niveles de presión percibida por parte de la familia hacia la consecución del ideal de cuerpo delgado precedía en el tiempo a la presencia de mayores niveles de AFS.
M2 | M3 | |||||
---|---|---|---|---|---|---|
Chicas | Estimación (error) | t | sig. | Estimación (error) | t | sig. |
Paso-1 | ||||||
Edad | .11 (.06) | 1.78 | .076 | |||
AFStiempo1 | .47 (.05) | 8.79 | < .001 | .47 (.05) | 8.92 | < .001 |
Paso-2 | ||||||
Edad | .11 (.06) | 1.74 | .084 | |||
AFStiempo1 | .41 (.06) | 6.81 | < .001 | .40 (.05) | 7.06 | < .001 |
PR_DL_Fa | .09 (.04) | 2.42 | .016 | .10 (.03) | 3.7 | < .001 |
PR_DL_Ig | .01 (.04) | 0.1 | .921 | |||
PR_DL_Md | -.04 (.04) | -1.16 | .247 | |||
PR_Ms_Fa | -.02 (.03) | -0.59 | .559 | |||
PR_Ms_Ig | .05 (.04) | 1.25 | .21 | |||
PR_Ms_Md | .04 (.04) | 1.09 | .278 | |||
Estadísticos de ajuste | ||||||
Desviación (-2LL) | 740.55 | 717.93 | ||||
AIC | 742.55 | 719.93 |
Nota. M2 = Modelo 2; M3 = Modelo 3; PR_DL_Fa = Presión hacia el ideal de cuerpo delgado (Familia); PR_DL_Ig = Presión hacia el ideal de cuerpo delgado (Iguales); PR_DL_Md = Presión hacia el ideal de cuerpo delgado (Medios); PR_Ms_Fa = Presión hacia el ideal de cuerpo mesomórfico (Familia); PR_Ms_Ig = Presión hacia el ideal de cuerpo mesomórfico (Iguales); PR_Ms_Md = Presión hacia el ideal de cuerpo mesomórfico (Medios); AFStiempo1 = Ansiedad físico-social en el tiempo 1; AFStiempo2 = Ansiedad físico-social en el tiempo 2; -2LL = 2log de la verosimilitud; AIC = Criterio de Información Akaike. Los coeficientes de estimación mostrados son estandarizados.
Discusión
El principal objetivo del presente estudio fue examinar los efectos predictivos de la presión percibida por parte de distintos agentes socializadores (i. e., familia, iguales y medios de comunicación) hacia la consecución de los dos ideales corporales predominantes en las culturas occidentales (i. e., cuerpo delgado y cuerpo mesomórfico) sobre la AFS en una muestra de preadolescentes. Los resultados sugieren la existencia de un patrón de influencia diferenciado en función del sexo. En concreto, por cuanto la presión ejercida por los medios de comunicación hacia el ideal de cuerpo mesomórfico, y por la familia hacia el ideal de cuerpo delgado, se mostrarían como los principales respectivos predictores de la AFS en chicos y en chicas.
Los resultados del presente trabajo ponen de manifiesto la importancia de la presión ejercida por los medios de comunicación entre los varones preadolescentes. Esto es así dado que dicha fuente de presión fue la única que contribuyó a explicar la AFS en el tiempo. Esta predicción es positiva y significativa en el ideal de cuerpo mesomórfico, y negativa en el delgado. El hecho de que la presión ejercida por los medios hacia el ideal de cuerpo mesomórfico se mostrase como el principal predictor positivo de AFS supone el cumplimiento de la H1. Este hallazgo resulta consistente con los de estudios previos, que reportaron una particular capacidad predictiva para la presión ejercida por parte de los medios de comunicación hacia la internalización del ideal mesomórfico (Stratton et al., 2015). En este sentido, cabe destacar que los chicos tienden a sentirse más motivados y a mostrar mayor control sobre las tecnologías de la información y la comunicación que las chicas (Urbina et al., 2002). Cabría hipotéticamente la posibilidad de que los chicos de estas edades percibiesen presión por parte de los medios hacia la consecución del ideal de cuerpo mesomórfico. Según el modelo tripartito (Thompson et al., 1999) la internalización de los estándares de apariencia social contribuye a la insatisfacción corporal, cuestión que entre los varones estaría estrechamente ligada a la internalización del ideal de cuerpo mesomórfico (Karazsia y Crowther, 2010). Esto podría explicar el hecho de que la presión percibida hacia la consecución del ideal de cuerpo mesomórfico se tradujese en la aparición de AFS entre los preadolescentes. Por su parte, el hecho de que la presión percibida hacia la consecución del ideal de cuerpo delgado predijese de forma negativa la AFS podría explicarse a partir de la posibilidad de que la internalización de dicho ideal pudiera no haberse producido de forma evidente en los chicos de edades tan tempranas (Papp et al., 2013). Esto supondría que, pese a existir la percepción de presión, esta no se tradujese en experimentar un mayor nivel de AFS en función de la imposibilidad de alcanzar el ideal de cuerpo delgado. Un posible paso en pos de comprobar la verosimilitud de esta posibilidad sería evaluar el grado de internalización de ambos ideales en el contexto del examen de la relación entre las presiones socioculturales y la AFS.
En el caso de las chicas, el hecho de que la presión de la familia hacia la consecución del ideal de cuerpo delgado emergiese como la principal variable predictora positiva de AFS supone el cumplimiento de la H2. Estos hallazgos contrastan en cierta forma con los de estudios previos que identifican a los medios de comunicación como una fuente de presión de capital importancia en cuanto a su posible influencia en la internalización del cuerpo delgado y la aparición de preocupaciones con el peso corporal y la alimentación (e. g., Papp et al., 2013; Rodgers et al., 2011; Schaefer et al., 2017). Los resultados del presente estudio resultan no obstante coherentes con el hecho de que durante la preadolescencia aún se pase una cantidad de tiempo considerable en el hogar. En concreto, por cuanto dicha circunstancia resulta compatible con la posibilidad de que el entorno familiar jugase un papel particularmente relevante a la hora de alentar a las chicas a la adopción de comportamientos alineados con la adopción del ideal de cuerpo delgado (Suplee, 2016). En este sentido, se ha llegado a sugerir el predominante papel de la presión familiar (frente a la ejercida por los iguales o los medios) en la adopción por parte de las chicas de comportamientos alimenticios dirigidos a conseguir un cuerpo delgado y con un bajo nivel de grasa (e. g., Rodgers et al., 2011). No obstante, también se ha observado que la presión ejercida por iguales y medios juega un papel más relevante que la ejercida por la familia en la internalización del ideal de cuerpo delgado por parte de las chicas (Rodgers et al., 2011). En vista de lo anterior, los resultados del presente trabajo subrayan el potencial papel diferenciado de las distintas fuentes de presión con respecto a sus posibles consecuencias. Al objeto de precisar dicho papel, se requieren futuros estudios que consideren no solo una de dichas consecuencias (como ha sido el caso del presente trabajo) sino estas en su conjunto.
Otro importante hallazgo del presente estudio concierne a las diferencias observadas entre las distintas formas de presión sometidas a examen. En este sentido, el hecho de que se observasen promedios más altos en el caso de las fuentes de presión orientadas al ideal de cuerpo mesomórfico (incluso en las chicas) se sitúa en línea con los hallazgos recientes (Ramme et al., 2016) que vienen a sugerir un cambio de tendencia en el ideal de belleza femenino. Dicho cambio consistiría en que la presencia de un buen tono muscular se configurase como una característica también deseable en el cuerpo de la mujer (Rodgers et al., 2019). Esta posibilidad vendría a su vez reforzada por los resultados aquí obtenidos y que apuntan a la práctica inexistencia de diferencias en los niveles de presión percibidos para las distintas fuentes entre chicos y chicas, cuestión que supone el incumplimiento de la H3 y la H4. Cabe destacar también el hecho de que, tanto en chicas como en chicos, la principal fuente de presión hacia el ideal de cuerpo delgado observada en el presente trabajo sea la familia. Esta circunstancia pone de manifiesto el relevante rol socializador de la familia a edades tempranas en lo que respecta al proceso de construcción de la imagen corporal, por ejemplo, en función de los comentarios críticos emitidos en relación al cuerpo, el peso o los hábitos alimenticios en dicho contexto (Suplee, 2016). A la luz de estos resultados, profundizar en el estudio de este tipo de influencias en edades tempranas podría contribuir a la prevención de problemas relacionados con la imagen corporal en etapas más tardías del desarrollo (e. g., la adolescencia), donde otras fuentes de presión (e. g., los iguales) tenderían a adquirir un mayor protagonismo (Chein et al., 2011).
El hecho de que el presente trabajo sea el primero en examinar de forma longitudinal la asociación entre la presión percibida hacia la consecución de los principales ideales corporales desde las diferentes fuentes planteadas en el modelo tripartito sobre la AFS en preadolescentes supone una de sus principales fortalezas. No obstante, también se deben reconocer algunas limitaciones. Primero, las particulares características (i. e., población no clínica de preadolescentes) y el procedimiento de selección (i. e., no probabilístico) de la muestra, los cuales dificultan la generalización de los resultados. Segundo, la naturaleza de los instrumentos empleados. En concreto, cabe destacar que el instrumento actualmente disponible y empleado en la evaluación de la presión hacia los ideales corporales cuenta con más de dos décadas de existencia (Stice y Bearman, 2001). Esto supone que algunas de las formas más recientes de comunicación pudiesen no aparecer explícitamente reflejadas en su contenido. Tercero, el limitado número de tomas de datos (dos) y el relativamente corto intervalo temporal de muestreo. Haber podido extender el número de puntos de muestreo en el tiempo habría permitido examinar la cuestión objeto de estudio en periodos particularmente sensibles a nivel evolutivo como serían la transición de la preadolescencia a la adolescencia o de la adolescencia a la edad adulta. El presente estudio representa el primer intento de estudiar longitudinalmente la relación entre las tres fuentes de presión del modelo tripartito (i. e., familia, iguales, medios de comunicación) hacia los dos ideales predominantes de belleza (i. e., delgado y mesomórfico) y la AFS en jóvenes preadolescentes (chicos y chicas). Los hallazgos obtenidos sugieren que las medidas encaminadas a prevenir la aparición de la AFS en preadolescentes podrían beneficiarse de adoptar una perspectiva diferenciada en función del sexo de las personas destinatarias. En concreto, los resultados apuntan a la necesidad de abordar la presión ejercida en el contexto familiar hacia la consecución del ideal de cuerpo delgado en el caso de las chicas, y la ejercida por los medios de comunicación hacia la consecución del ideal de cuerpo mesomórfico en el caso de los varones. Ejemplos de medidas a adoptar al respecto serían (i) implantar campañas de sensibilización orientadas a padres que fomentasen la adopción de posturas críticas ante los ideales corporales predominantes y (ii) promover la implantación de códigos de autorregulación o medidas legislativas gubernamentales (McComb y Mills, 2020) destinadas a modular los mensajes relacionados con la adopción de determinados ideales corporales trasmitidos por los medios de comunicación. Lo anterior resulta aún si cabe más necesario en función de la creciente accesibilidad al mundo digital y a las redes sociales, cuestión que podría incrementar la exposición de la población preadolescente a los mensajes relacionados con los ideales corporales.