Datos generales del paciente domiciliario
El paciente domiciliario es un hombre de 76 años belga que acude a la farmacia sita en Alfaz del Pi (Alicante) para recoger su medicación habitual.
Situación inicial
El paciente domiciliario toma los siguientes medicamentos:
Adiro® 100mg 0-1-0-0
Atorvastatina 10mg 0-0-01
Carduran Neo® 4 mg 0-1-0-1
Coropres® 6,25mg 0-2-0-2
Eplerenona 50mg 0-0-1-0
Kalpress® 320mg 0-0-0-1
Lorazepam 1mg 0-0-1-1
Lantus Solostar® 100UI 0-40-0-0
Metformina 850mg 0-0-1-0
Pantoprazol 20mg 1-0-0-0
Pazital 0-1-0-1
Seguril 40mg 0-1-0-1
Zolpidem 10mg 0-0-0-1
Eliquis® 2,5mg 0-1-0-1
Nolotil® 0-1-0-1
Dacortin® 30mg 1-0-0-0
Claversal® supositorios 0-1-1-1
Pentasa® 1g sobres 0-1-1-1
distribuidos en tomas de antes del desayuno, después del desayuno, comida y cena.
Además, acude a la farmacia con botes de plástico blancos utilizados en formulación magistral para acondicionar cápsulas, con el nombre de cada medicamento recortado del cartonaje original y adherido con celo a dicho recipiente y TODOS los medicamentos desemblistados dentro de cada bote (Figura 1), viéndose afectados probablemente las características físico-químicas de los comprimidos.
Durante el acto de dispensación se observa que el paciente domiciliario no conoce para qué es cada medicamento ni tampoco reconoce la equivalencia entre medicamentos genéricos y marcas comerciales con lo que, en diferentes botes, presenta, por ejemplo, Dacortin® y Prednisona y en sendos envases escrito con rotulador la leyenda ‹‹1 comprimido al día››, con lo que entendemos que el paciente domiciliario está duplicando medicación. Dicho fenómeno no ocurre con todos los medicamentos.
Evaluación
Queda patente que, ante dicha situación, el paciente domiciliario está tomando de manera errónea la medicación, además de que la conservación no es la adecuada y la comunicación con él es dificultosa puesto que no habla castellano de una manera fluida.
Desarrollo de la experiencia
Se le ofrece prepararle el Sistema Personalizado de Dosificación (SPD) semanalmente y éste accede.
Siguiendo nuestro Protocolo Normalizado de Trabajo (PNT) transpuesto del PNT del Grupo de Trabajo de Sistemas Personalizados de Dosificación del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos1, procedemos a revisar medicación y a emitir carta al médico informándole de la inclusión del paciente domiciliario en el servicio y de los problemas relacionados con la medicación2 y posibles resultados negativos3 derivados del tratamiento.
Resultados
Durante los 11 meses que el paciente domiciliario forma parte del Servicio de SPD, sufre 38 cambios en alguno de sus tratamientos. Nos intentamos poner en contacto con el médico 4 veces y sólo recibimos respuesta en 3 ocasiones, 2 de las cuáles, vía telefónica (tras nuestra insistencia), es con el médico sustituto que reactivó tratamientos ya cancelados; sin embargo, a pesar de ser mínimas las respuestas y de verse una comunicación prácticamente unilateral, la disminución del número de comprimidos queda manifiesta alcanzándose la cifra de 12 comprimidos en lugar de los 24 iniciales. Además, tiene lugar la cancelación de ciertos medicamentos que estaban provocando reacciones adversas en el paciente y de las que el médico fue informado a través del mismo por parte nuestra.
Conclusiones
Coincidiendo con Martín Oliveros A et al.4, gracias al apoyo del SPD, los tratamientos fueron disminuyendo en número y cantidad, pero cabe preguntarse si por un lado el paciente domiciliario solo hubiera podido afrontar de manera satisfactoria los 38 cambios propuestos por el médico y por otro lado si estos se hubieran podido llevar a cabo con la adherencia o no que el paciente domiciliario tenía en el momento de incorporarse en el Servicio. Por otro lado, en línea con otros autores5, a través del SPD, se ha promovido el uso racional de los medicamentos evitando así el almacenamiento en los hogares y una mala utilización.
En este caso resulta algo utópico afirmar que la comunicación con el médico ha sido fluida, puesto que en contraposición con lo que aseguran Casamayor Sebastián FA et al.5, ha sido de manera unilateral (farmacéutico-médico).
A pesar de lo anteriormente descrito, se considera que el Servicio de SPD con este paciente ha sido todo un éxito puesto que no sólo se ha disminuido su polifarmacia sino que además se ha mejorado la calidad de vida del paciente domiciliario al informar de cierta reacción adversa que le estaba provocando con una alta probabilidad edemas.
Con la participación del farmacéutico en el Sistema de Salud a través de los SPD, se consigue por un lado evitar los posibles problemas relacionados con la medicación, evitar los resultados negativos asociados a la medicación, mejorar la salud del paciente domiciliario al aumentar la adherencia a los tratamientos y consecuentemente suponer un ahorro económico a la Sanidad Nacional.