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Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría

versão On-line ISSN 2340-2733versão impressa ISSN 0211-5735

Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq. vol.41 no.139 Madrid Jan./Jun. 2021  Epub 04-Out-2021

https://dx.doi.org/10.4321/s0211-57352021000100017 

Crítica de Libros

Dando voz a Silberer y su trabajo acerca de los sueños

Giving voice to Silberer and his work on dreams

Francisco Balbuena Rivera1 

1Departamento de Psicología Clínica y Experimental. Facultad de Educación, Psicología y Ciencias del Deporte, Huelva.

Corliss, Charles. 2018. A Primer of the Psychoanalytic Theory of Herbert Silberer. What Silberer Said. London & New York: Routledge, ISBN: 978-1138225190. 76 páginasp.
Silberer, Herbert. 2021. The Rediscovered Psychoanalytic Work of Herbert Silberer. Der Traum, Editado por Charles Corliss. London & New York: Routledge, ISBN: 978-0367281133. 99 páginasp.

De Herbert Silberer (1882-1923), que formó parte del temprano círculo psicoanalítico, al que se unió en 1910, conocíamos algo ya gracias al serio trabajo de P. Roazen (Freud y sus discípulos, 1971/1978; pp. 362-66) y E. Roudinesco y M. Plon (Diccionario de Psicoanálisis, 1997/1998; pp. 1023-24), quienes nos aportaron los datos conocidos hasta entonces. Con estos dos libros que ahora reseñamos conjuntamente, para así ofrecer al lector interesado una visión más cabal, se amplía el saber acerca de la trayectoria vital-profesional de este interesante analista. Se recupera así su teoría psicoanalítica, como sus conexiones con la filosofía, la teología y la trascendencia, a la vez que se cotejan tales cuestiones con el desarrollo entonces incipiente de la psicología jungiana. Una psicología, esta última, que sigue aún muy viva, muchos años después de la muerte de Jung, a diferencia de la iniciada por Silberer, cuyo suicidio presumiblemente truncó su continuidad. A pesar de esto, en la introducción a su libro dedicado a H. Silberer, que consta de nueve capítulos, el primero de los cuales se ocupa de su historia y antecedentes, Corliss (2018) confiesa que, tras presentar lo que corresponda en cada uno de ellos, dejará que sea el propio Silberer quien hable a través de sus escritos. Teniendo en cuenta el saber enciclopédico de este último, como el estilo de su escritura, oscuro, discursivo y profuso en extensas citas, la labor de Corliss es muy útil para esta reseña. Se centra así en los escritos tempranos de Silberer (cap. 2), concretamente en los llamados fenómenos hipnagógicos, en donde distingue entre fenómenos materiales (contenidos) (símbolos representativos de ideas, conceptos, juicios, definiciones, etc.), fenómenos funcionales (esfuerzos) (vinculados al modo de funcionamiento psíquico, relajado, lento, etc.) y fenómenos somáticos (asociados a la condición fisiológica: temperatura, dolor externo, etc.). Si tal incursión hacia lo onírico-vigil fue bien acogida por Freud, no sucedió lo mismo con la formación del símbolo (cap. 3), donde Silberer se situaba más cerca de ideas postuladas por W. Stekel y C. G. Jung, con quienes Freud rompió relaciones. Del símbolo, Silberer se interesó por su historia, naturaleza, carácter multidimensional y lugar en el contexto de la humanidad, concibiendo al mismo como “una adecuada forma de la verdad para un nivel dado de desarrollo mental”. Como tipos de símbolos diferenció entre los diluidos (donde el signo es arbitrariamente escogido y puede ser reemplazado por cualquier otro) y los esenciales (donde el signo guarda una estrecha relación con su(s) significado(s), de modo que si es modificado por otro, interferirá seriamente en esta relación). De ellos, Silberer se centra en investigar el segundo. En este marco, lo que le interesa es indagar acerca de cuál es el proceso de formación simbólica (que juzga el centro neurálgico de las asociaciones mentales), qué condiciones son las que lo generan y cuál es el propósito del mismo. Como bien dice Corliss (2018, p.18), la extensión lógica de tan profunda apreciación de los símbolos es el interés de Silberer por la alquimia (y problemas de misticismo y su simbolismo) (cap. 4), así como su inmersión en la masonería, en donde destaca las contribuciones del Dr. Ludwig Keller (cap. 6), culminando ello en su visión expansiva de los procesos oníricos y su significado (cap. 7).

En torno a la alquimia, Silberer escribió en 1914 Problemas de misticismo y su simbolismo, más tarde rebautizado como Simbolismo escondido de la alquimia y las artes ocultas (1915), donde, a modo de parábola, analiza el texto Rosacruz (Rosicrucian), cuyos orígenes se remontan a una sociedad filosófica secreta fundada en la Alemania medieval tardía. El anhelo alquímico de perfección, de pureza de la sustancia, cabe vincularlo al logro de tal pureza en el espíritu humano. De igual modo, la creación científica de vida es analizada por Silberer en su ensayo El homúnculo de 1914 (cap. 5), donde asocia tal creación a los procesos de putrefacción, desmembramiento, convencido de que vida y muerte forman un inextricable vínculo. A este respecto, señala a Paracelso como quien por vez primera dio instrucciones acerca de cómo crear un homúnculo. En otro plano, continuando su rico examen de los símbolos, recoge los distintos sistemas categoriales elaborados en nuestra tradición intelectual occidental (comenzando por Aristóteles y finalizando en Kant), convencido del nexo que une a cada uno de ellos con la masonería, así como del valor que cada sistema categorial posee por sí mismo.

Entrando ya en la investigación de los sueños (cap. 7), Silberer elogia el magno trabajo freudiano acerca de los mismos, como también los experimentos realizados en torno a ellos por el Dr. Karl Schrötter. De la relación de Silberer con Freud y el temprano grupo psicoanalítico (cap. 8), cabe destacar que finalizó mal, dado los intereses del primero en la alquimia y la masonería, ámbitos que no eran del agrado del padre del psicoanálisis, cuya desaprobación propició el ostracismo del que Silberer fue víctima entre sus colegas psicoanalistas, que algunos asocian a su posterior suicidio (Roazen, 1971/1978). Corliss (2018; pp. 66-68) concluye su libro alabando las contribuciones de Silberer (cap. 9), entre las que destaca su influencia sobre la teoría de la interpretación onírica jungiana, el ‘sueño del estado del self’ de Kohut o el modelo revisado de la interpretación de los sueños de Fosshage.

Dicho esto, pasaremos ahora a reseñar el segundo libro, centrado en la investigación de Silberer acerca del sueño (Der Traum), del que ya Corliss (2018, pp. 43-53) avanzó ideas en el primer libro que ya hemos reseñado (cap. 7).

Tras una deliciosa introducción a la semblanza de Silberer (pp. 1-5), este segundo libro está estructurado en dos partes: la primera, subtitulada “Introducción. Fenómenos elementales”, en la que, después de unas consideraciones generales (cap. 1), se aborda el fenómeno alucinatorio durante el inicio del sueño (cap. 2) y el sueño experimental (cap. 3); y la segunda, intitulada “El sueño”, que se centra en los instigadores de los sueños (cap. 4), los mecanismos de formación del sueño (cap. 5), los sueños típicos y símbolos (cap. 6), el logro de una mayor eficiencia (Mehrleistung) en los sueños (cap. 7) y el sueño y el carácter (cap. 8), con el que concluye esta segunda parte. Sintetizando ambas partes del libro, cabe decir que los sueños conforman para Silberer un portal hacia lo metafísico, un territorio venerado por poetas e investigado por científicos (cap. 1), del cual le interesan especialmente las llamadas alucinaciones hipnagógicas, visiones similares a sueños que son experienciadas al inicio del dormir (de ahí que las denomine Schwellensymbolik, que podríamos traducir como simbolismo del umbral, al irrumpir antes del dormir), sin que haya muchas personas que las adviertan (cap. 2). Después analiza el trabajo experimental acerca del sueño realizado por el Dr. Karl Schrötter (cap. 3), que consiste en hipnotizar a un sujeto al que se le ha dado una sugerencia antes de dormir, interrogándole al despertar en torno a lo soñado. Lo que halló Schrötter es que el contenido simbólico de tales sueños reflejaba rutinariamente la sugerencia previa ofrecida, lo que apoyaba la idea de Silberer de que el fenómeno autosimbólico ocurre no solo en la esfera hipnagógica, sino también en la de los sueños. Finaliza aquí la primera parte del libro, que prosigue con los instigadores del sueño (cap. 4), cuyo origen sitúa no solo en las regiones psíquicas más profundas, sino en otros niveles, tornando la interpretación onírica algo multideterminado que va más allá de la mera realización de deseos en los sueños. Asimismo, el concepto de regresión lo extiende a la historia de la humanidad, y no solo a la esfera individual, lo que para Corliss (2021, p. 34) lo aproximaría al concepto jungiano de inconsciente colectivo.

Del mecanismo de formación del sueño (cap. 5), cabe destacar la interpretación que Silberer hace de algunas producciones oníricas, señalando el alto valor de las mismas, de lo que da fiel testimonio la riqueza de sus interpretaciones. El simbolismo onírico, desde su perspectiva, no siempre está vinculado a temáticas sexuales, sino a múltiples hechos de la vida psíquica, de modo que hay que interpretarlo bajo la óptica de su carácter genuino y multideterminado, esto es, de los determinantes conscientes e inconscientes que guían al individuo cuyo sueño es objeto de interpretación (cap. 6). Las producciones oníricas, por tanto, pueden contener ingredientes proféticos, telepáticos, de clarividencia espacial, como también expresar soluciones a problemas que los sujetos parecen incapaces de solventar en estado vigil.

En otro plano, el sonambulismo representa un estado similar al producido por el sueño, al estar también motivado por un deseo o una tentativa de llevar a cabo una acción (cap. 7). Silberer también se interroga acerca de si los sueños reflejan aspectos de nuestro genuino self, esto es, son el espejo de nuestro carácter, como él mismo dice, o si más bien tienen que ver con circunstancias cotidianas externas a nosotros que nos interesan y/o preocupan. En cualquier caso, para él no hay luz sin sombra, conformándose nuestro verdadero carácter moral del fertilizante que constituye nuestra naturaleza básica en interacción con el milieu social en que vivimos (cap. 8).

Concluyendo nuestra reseña, en línea con lo sustentado por Corliss (2021; pp. 89-92) en sus comentarios finales, alentamos a legos y expertos en psicoanálisis a visitar la rica obra de Silberer, cuyo eje capital gira en torno a la necesidad de explorar el inmenso potencial psíquico humano, especialmente en lo relativo a la vida onírica, un dominio que posee ramificaciones que transcienden la esfera individual, conectándola así con la historia de la humanidad y otras prácticas como la alquimia, la masonería, etc.

Correspondencia: Francisco Balbuena Rivera, (balbuena@uhu.es)

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