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Pediatría Atención Primaria
versão impressa ISSN 1139-7632
Rev Pediatr Aten Primaria vol.17 no.65 Madrid Jan./Mar. 2015
https://dx.doi.org/10.4321/S1139-76322015000100023
SECCIÓN
Niños jugando con un carnero. Antonio María Esquivel, 1843
Chidren playing with a ram. Antonio María Esquivel, 1843
I. Carabaño Aguado
Servicio de Pediatría. Hospital Rey Juan Carlos. Móstoles, Madrid. España.
carabano1975@hotmail.com
Niños jugando con un carnero. Antonio María Esquivel, 1843
Traemos a colación este cuadro por lo inesperado del acompañamiento de los tres zagales. Flamante, con una templanza y dignidad impropias de un bóvido, vemos un manso carnero que hace las veces de transportista de niños. Bien es cierto que estos parecen bastante tranquilos, y eso le aporta al animal un clima de confianza. Eso, o la vara que sostiene el chaval de la casaca roja.
Abundan los cuadros infantiles con compañía animal, pero es mucho más frecuente que la comparsa esté formada por tiernas ovejas, juguetones perros o por gallinas hiperactivas.
El sevillano Antonio María Esquivel fue uno de nuestros grandes retratistas decimonónicos. Como buen romántico, vivió sumido en una montaña rusa emocional que le llevó a rozar, sin éxito, el suicidio. El río Guadalquivir, que para Lorca tenía las barbas granate, le perdonó la vida, y gracias a eso siguió regalando a la posteridad su obra.
Niños jugando con un carnero, 1843.
Antonio María Esquivel. óleo sobre lienzo. 138 x 187 cm.
Museo del Romanticismo. Madrid (España).