CASO CLÍNICO
Lactante de cuatro meses que acude por lesiones habonosas evanescentes, en el tronco y las extremidades inferiores, de cinco días de evolución. Febrícula de 37,5 °C los dos primeros días del proceso. Cuadro catarral y leve anorexia de una semana de evolución.
En la exploración presenta excelente estado general y lesiones habonosas de morfología anular con centro violáceo generalizas en tronco y extremidades inferiores con predominio en zonas de roce. Tiene un leve edema de dorso de pies. No presenta petequias ni lesiones purpúricas. No hay afectación de mucosa (Fig. 1y Fig. 2).
Se inició tratamiento sintomático con antihistamínicos orales con resolución completa de las lesiones en dos semanas.
DISCUSIÓN
La urticaria multiforme es una entidad benigna y autolimitada propia de lactantes y niños pequeños entre los cuatro meses y los cuatro años1,2. Su nombre se debe a su similitud morfológica con el eritema multiforme. Se caracteriza por habones anulares y policíclicos, de centro violáceo y carácter evanescente; asocia con frecuencia edema acral sin afectación laríngea y dermografismo. El estado general está llamativamente conservado y es frecuente el prurito3. Puede presentarse asociado a un proceso febril o tras este, así como asociar síntomas del proceso concomitante como síntomas catarrales o diarrea.
Su etiología es desconocida. Se ha propuesto su asociación a agentes infecciosos (micoplasma, adenovirus, estreptococo, virus herpes 6, virus de Epstein-Barr), medicamentos (amoxicilina, cefalosporinas, macrólidos, paracetamol, furazolina) y al antecedente de vacunación1,3,4. El virus del herpes simple no se ha relacionado con la urticaria multiforme, siendo, sin embargo, el virus más frecuentemente asociado al eritema multiforme.
El diagnóstico es clínico, los resultados analíticos son inespecíficos, sin elevación significativa de los reactantes de fase aguda y no requiere biopsia cutánea. El diagnóstico diferencial incluye: urticaria aguda, que carece de pigmentación violácea central; eritema multiforme con afectación del estado general, lesiones fijas sin dermografismo, necrosis cutánea con formación de ampollas y afectación de mucosas; y el edema agudo hemorrágico del lactante.
El tratamiento es sintomático con antihistamínicos, siendo dudoso el papel de la corticoterapia oral en los casos graves.
Su evolución natural es la resolución en 2-12 días, sin hiperpigmentación residual3,5.