INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
El consumo de medicación psicotrópica ha aumentado en niños y adolescentes en los últimos años, pero se tiene poca información sobre las patologías en las que se prescriben. En nuestra historia clínica no se asigna diagnóstico a los tratamientos. Nuestro objetivo es analizar los diagnósticos asociados a la medicación psicotrópica, así como los motivos de falta de diagnóstico.
MÉTODOS
Estudio observacional retrospectivo. Revisión de historias clínicas por pediatras y médicos de familia de pacientes menores de 18 años con una prescripción inicial de algún fármaco psicotrópico entre 2013 y 2017.
Se preseleccionó una muestra aleatoria y representativa de 4773 pacientes que iniciaban tratamiento (psicoestimulantes, antidepresivos, ansiolíticos e hipnóticos, antipsicóticos y antiepilépticos) distribuida entre centros.
RESULTADOS
Se revisaron 641 pacientes, 260 niñas (40,6%) y 381 niños (59,4%). La media de edad al inicio del primer tratamiento fue de 9,7 y de 8,1 años en niñas y niños respectivamente.
Un 49,5% de los pacientes había recibido un único tratamiento psicotrópico, el 20% dos y el 30% tres o más. Los fármacos más comúnmente registrados en niñas fueron los ansiolíticos (26%), psicoestimulantes (23%) y antipsicóticos (18%), y en los niños fueron los psicoestimulantes (29%), antipsicóticos (29%) y ansiolíticos (16%).
En el 5% de fármacos, no se identificó ningún diagnóstico relacionado, en el 51% un solo diagnóstico, en el 22% dos y en el 23%, tres o más diagnósticos. En el 20% de los casos el profesional consideró que el diagnóstico relacionado era insuficiente.
Los motivos de no diagnóstico más frecuentes fueron la falta de información remitida por el especialista (42%), diagnósticos dudosos (20%) y no registro del código diagnóstico (11%).
Las niñas presentaron más diagnósticos asociados a fármacos psicotrópicos que los niños, siendo los más frecuentes trastornos de conducta y déficit de atención (31%), trastornos de ansiedad (18%) y epilepsia (10%). En los niños, los diagnósticos más representados también fueron los trastornos de conducta y déficit de atención (34%), epilepsia (21%) y alteraciones del comportamiento (13%).
En el 46% de los casos el diagnóstico fue establecido por un especialista en Psiquiatría, en el 25% por un pediatra y el 22% por un especialista en Neuropediatría.