INTRODUCCIÓN
Se presenta el caso de una recién nacida a término con una lesión en región dorsal, compatible con necrosis grasa subcutánea (NGS). La lesión se resolvió sin complicaciones y los niveles de calcio fueron normales durante el seguimiento.
RESUMEN DEL CASO
Antecedentes personales:
Madre de 44 años. Embarazo controlado de curso normal. Rubeola inmune, resto de serologías negativas. Exudado vaginorrectal negativo.
Parto instrumental con fórceps a las 39 + 5 semanas. Distocia de hombros. Circular al cuello. Apgar 7/7. Reanimación con presión positiva intermitente durante un minuto. pH del cordón de 7.
Exploración:
Recién nacida con peso de 3250 g (P50), longitud de 49 cm (P25-50) y perímetro cefálico de 33 cm (P10-25).
Sin movilidad en el miembro superior derecho, con hombro en aducción y rotación interna, codo en extensión, con movilidad de mano y prensión palmar. Clavículas íntegras. El resto de la exploración fue normal. Diagnóstico de parálisis braquial de Erb-Duchenne.
A las 48 horas, aparición de nódulo indurado eritematoso de 1,5 × 1,5 cm en región dorsal izquierda, no doloroso (Fig. 1) compatible con NGS.
Pruebas complementarias:
Ecografía: nódulo heterogéneo sin flujo Doppler de 8 × 12 mm, sin infiltración de estructuras adyacentes.
Analítica al tercer día de vida normal. Niveles de calcio sérico total y calcio iónico seriados hasta los tres meses de vida normales.
Evolución: precisó rehabilitación durante dos meses; resolución completa de la parálisis braquial. Asintomática, sin clínica de hipercalcemia, y desaparición del nódulo dorsal sin cicatriz a las cuatro semanas de vida.
CONCLUSIONES
La NGS del recién nacido es una entidad infrecuente. Es una paniculitis de patogenia desconocida que afecta a recién nacidos a término que sufren asfixia al nacimiento, estrés perinatal o hipotermia terapéutica. Aparece en las primeras semanas como nódulos o placas induradas eritematosas o violáceas, en la espalda, los glúteos o las mejillas.
La hipercalcemia es una complicación que ocurre hasta en el 50% de los niños afectados. Puede ser asintomática o presentarse como irritabilidad, hipotonía, anorexia o vómitos. Se debe informar de dicha clínica a los padres y no iniciar suplementos de vitamina D. Deben determinarse los niveles de calcio al diagnóstico, si aparece clínica y periódicamente hasta dos meses después de solucionarse las lesiones. El diagnóstico es clínico y generalmente desaparece sin dejar cicatrices en varias semanas.
Destacamos la importancia de conocer esta patología en Atención Primaria, porque, aunque de curso generalmente benigno y autolimitado, precisa seguimiento para descartar la aparición de hipercalcemia.