Grafiti callejero en Venice Beach. Pony Wave, 2020
Hace poco, vagando por internet, vi una imagen correspondiente a un grafiti urbano. En él pude leer un pequeño poema que me devolvió, de golpe, el amor por las letras. Por la escritura. Por las palabras claras, sencillas, rotundas. Por las frases mínimas. "Escuché tus ojos y se acabó el silencio". Mirad: los médicos vivimos tan empeñados en comprenderlo todo, en fundamentarlo todo, en razonar al milímetro, que a veces se nos olvida que las emociones no están sujetas a las leyes de la significación estadística.
En la imagen, enmarcada en eso que estúpidamente se llama "la nueva normalidad", dos personas materializan su amor, mascarilla mediante, a través de un profiláctico beso. ¿Nacerán de este amor muchos niños, o caerá todavía más la natalidad?