Entrevista con la Dra. Segarra Cañamares
1. ¿Cuál es la procedencia, especialización y áreas de trabajo de los autores del artículo?1 ¿Qué características le parecen más destacables de este grupo de trabajo?
El equipo lo conformamos arquitectos, arquitectos técnicos e ingenieros de la edificación, docentes universitarios y profesionales del sector de la construcción, todos especialistas en prevención.
Para poder realizar un trabajo de estas características es necesario conocer en profundidad el sector objeto de estudio y hacerlo desde distintos puntos de vista, de forma que se llegue a obtener una visión de conjunto lo más cierta posible.
De este grupo destacaría por tanto el conocimiento especializado que cada uno de los miembros del equipo aporta desde su ámbito específico de trabajo. Desde el académico, el relacionado con la parte más teórica, pero base fundamental del trabajo, y desde el profesional, la aplicación más práctica, sin la cual toda esa base teórica no tiene sustento.
2. ¿Cómo se ha financiado el estudio?
El estudio no se ha financiado de forma directa, pero sí que ha contado con el apoyo de los departamentos de las distintas universidades a las que pertenecen los investigadores del equipo.
3. ¿Qué problema pretende abordar este estudio y dónde radica su interés o relevancia para la seguridad y salud en el trabajo?
Históricamente, las actividades de construcción han asumido siempre un protagonismo especial en la dinamización y desarrollo de la economía española, debido principalmente a su capacidad de activar otros sectores productivos auxiliares, especialmente aquellos relacionados con el suministro de materiales y equipos.
Este efecto dinamizador de las actividades de construcción es un factor esencial en la generación de riqueza y fomento del empleo. En efecto, en España el sector de la construcción alcanzó su cuota máxima de empleabilidad en el año 2004, con un total de 2.455.700 trabajadores, observando que las mayores aportaciones a la misma provenían del segmento de las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES), que en el año 2017 suponían el 99,69% sobre el total de empresas del sector, modelos de empresa constructora que no disponen de estructuras organizativas estables que garanticen una adecuada gestión preventiva de los procesos.
En este contexto, la accidentalidad laboral en el sector de la construcción despuntó por encima de otros sectores productivos durante el periodo 1997 a 2006, años en los que se alcanzaron los mayores registros de obra construida. A partir del 2007, con el comienzo de la crisis económica en España, la siniestralidad del sector se redujo de forma sostenida, sin embargo, ha seguido manteniendo (a lo largo de más de una década) los más altos índices de incidencia de accidentes de trabajo con baja, llegando a triplicar los valores de otros sectores productivos.
El objetivo de este trabajo de investigación es el de analizar la realidad preventiva presente en las empresas del sector de la construcción en España, desde el prisma de la formación, la gestión de la prevención y los recursos destinados a dichas partidas, además de analizar las barreras de entrada debido a las singularidades propias del sector de la construcción.
4. ¿Qué aporta este estudio de novedoso o destacable en relación al resto de producción científica sobre el problema estudiado?
Lo más destacable del estudio es el proceso seguido para conocer la realidad preventiva. En el trabajo se realiza un estudio comparativo en profundidad de dicha situación a través del análisis en profundidad de los cuatro indicadores de referencia que afectan principalmente a este sector productivo. Todo ello, a través de los datos obtenidos de los focus group creados ex professo para el estudio, en conjunción con los datos que arroja la Segunda Encuesta Europea sobre Riesgos Nuevos y Emergentes (ESENER-2), así como de su homóloga versión española (ESENER-2 España). Esto nos ha permitido focalizar el interés en aquellos aspectos que de forma general afectan al sector de manera independiente al ámbito normativo que rija sobre el mismo.
5. ¿Se han encontrado con alguna dificultad o contratiempo para el desarrollo del estudio?
Con objeto de que el estudio fuera lo más imparcial posible, la mayor dificultad se ha producido a la hora diseñar los focus group, buscando que se encontraran representados los agentes y empresarios implicados en el sector, tanto del sector público como del sector privado, y priorizando la experiencia de todos los agentes implicados en las actividades de construcción, especialmente la de los profesionales vinculados a la prevención, así como la de los trabajadores, empresarios y administradores que participan directamente en la gestión de las empresas.
6. ¿Se han obtenido los resultados esperados o se ha producido alguna sorpresa?
Los resultados muestran la gran similitud presente entre los datos extractados de los focus group y los de las encuestas ESENER-2 y ESENER-2 España; lo que pone de manifiesto la idiosincrasia que rodea a este sector productivo en el entorno europeo, tan maltratado por la crisis económica.
Podemos decir que era lo esperado, pero no lo deseado, ya que los mismos apuntan la necesidad de realizar actuaciones de un calado más profundo capaces de revertir la situación.
7. ¿Cómo ha sido el proceso de publicación? ¿Han sufrido alguna incidencia?
En el proceso de revisión por pares al que fue sometido el artículo se nos pidió acometer cambios menores relacionados con la presentación de los resultados, lo que supuso una mejora en la exposición de los datos.
8. ¿Qué implicaciones tiene este estudio para la prevención de riesgos laborales? ¿Cuál sería la recomendación para mejorar la práctica profesional en relación al problema estudiado?
Las conclusiones a las que se llega en el estudio son en sí propuestas o medidas encaminadas a la mejora de la práctica profesional y por tanto, la reducción de la siniestralidad.
En el ámbito del cumplimiento normativo, la falta de cultura preventiva incide de forma directa en la siniestralidad del sector por los grandes y manifiestos incumplimientos, haciéndose necesarias acciones específicas tales como la implementación de programas de concienciación/formación de los beneficios de la integración de la prevención en la empresa en todos los ámbitos, pero con especial incidencia sobre los trabajadores con responsabilidad en la toma de decisiones. Para ello se hace necesario que los técnicos de los servicios de prevención sean conocedores del proceso constructivo, lo cual implica que dichos técnicos tengan el perfil profesional habilitante del coordinador de seguridad y salud, ya que sólo cuando se conoce a fondo la complejidad del sector se está capacitado para actuar en él.
El sector de la construcción recoge a un colectivo de trabajadores con baja cualificación, lo que dificulta la efectividad de las medidas a implantar. Esta circunstancia hace que todos los esfuerzos deban orientarse hacia una profesionalización, con empresas y trabajadores comprometidos en conseguir la excelencia profesional. En este ámbito es donde la formación juega un papel fundamental, por lo que se considera prioritario elevar los requisitos de acceso al puesto de trabajo con estudios mínimos y formación específica en prevención, y exigir su continuidad en el tiempo con una formación de calidad, creando planes de formación a medida de las empresas, de su actividad, recursos y tamaño.
Si a la falta de formación se le suma la falta de filiación personal con la estructura corporativa de la empresa, debido a los factores de temporalidad y provisionalidad de los vínculos contractuales, nos encontramos con una gran dificultad para controlar determinadas situaciones de riesgos derivadas de la falta de arraigo y empatía con la empresa ya mencionadas. Esto hace que la gestión de los riesgos psicosociales pase a ocupar un papel fundamental junto a la promoción de campañas para su correcta implantación, así como la necesidad de incentivar la rotación de la plantilla, con el objetivo claro de poder dotar al puesto de trabajo de unas condiciones lo más acordes posibles al trabajador que lo ocupa.
A todo lo anterior se hace necesario sumar una mayor colaboración y participación del trabajador a la hora de evaluar el puesto de trabajo, lo que nos insta a que tanto la presencia del recurso preventivo como de los técnicos prevencionistas se termine por hacer efectiva.
Se necesita un «compromiso preventivo» por parte de la dirección de las empresas, ya que la implicación de los cargos directivos en materia preventiva constituye un factor clave para la correcta integración y posterior aplicación de la prevención en las mismas.
Finalmente, se pone de relieve la imperiosa necesidad de profesionalizar el sector de la construcción, implantando una «cultura preventiva» entre todos los agentes implicados en los procesos constructivo-preventivos que rodean las actividades de construcción.
Resumen del artículo
El objetivo de este trabajo de investigación1 es el de analizar la realidad preventiva presente en las empresas el sector de la construcción en España, desde el prisma de la formación, la gestión de la prevención y los recursos destinados a dichas partidas. Para ello, se realiza un estudio comparativo en profundidad de dicha realidad preventiva, a través de los datos obtenidos de las encuestas realizadas y de los focus group creados ex profeso para el estudio, en conjunción con la Segunda Encuesta Europea sobre Riesgos Nuevos y Emergentes (ESENER-2), así como de su homóloga versión española (ESENER-2 España). Se diseñaron los focus group con agentes y empresarios implicados en el sector, tanto del sector público como del sector privado, para aportar una mayor imparcialidad a los datos resultantes. Conforme a los objetivos de la investigación, se analizaron los principales indicadores estratégicos, a modo de guion para el moderador de los distintos focus group. Los resultados muestran la gran coincidencia entre los datos extractados de los focus group y los de las encuestas ESENER-2 y ESENER-2 España; lo que pone de manifiesto la idiosincrasia que rodea a este sector productivo en el entorno europeo, tan maltratado por la crisis económica. Todo ello pone de relieve la imperiosa necesidad de profesionalizar el sector de la construcción, implantando una «cultura preventiva» entre todos los agentes implicados en los procesos constructivo-preventivos que rodean las actividades de construcción. La preocupante situación del sector, en conjunción con su elevada siniestralidad, pone de manifiesto una necesaria reestructuración, tendente a la profesionalización del mismo, para lo que resulta imperativo que se involucren todos los estamentos de la empresa, las autoridades y los servicios de prevención.