Señor Director:
Hemos leído con interés el documento de posición de la Sociedad Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral (SEIOMM) sobre COVID-19 y vitamina D, publicado recientemente en su revista1. Este documento contribuye a clarificar el papel de la vitamina D en esta enfermedad infecciosa. Nos ha llamado la atención una de las conclusiones del documento, en el apartado final sobre relación riesgo/beneficio de la administración de vitamina D. En este apartado se afirma que "se considera que la administración de 10.000 UI/día de colecalciferol ó 4.000 UI/día de calcifediol es segura". Esta aseveración se referencia bibliográficamente con una revisión sobre el balance beneficio-riesgo de la vitamina D de Bischoff-Ferrari et al.2 En este trabajo se hace una evaluación de la efectividad y seguridad de varios ensayos clínicos en los que se empleó colecalciferol (vitamina D3) [mayoritariamente] o ergocalciferol (vitamina D2). En ningún caso la revisión recoge datos clínicos generados a partir de la suplementación con calcifediol, por lo que incluir calcifediol en la frase nos parece que puede generar cierta confusión.
En realidad, la tesis de los autores de este artículo citado es que, en base a la evidencia científica disponible en la fecha de la publicación, se podría concluir que 10.000 UI de colecalciferol/día puede ser el límite máximo de seguridad para la suplementación con vitamina D (incluso se comenta que no hay evidencia robusta de que dosis incluso superiores produzcan hipercalcemia grave y/o calcificaciones vasculares) y que dosis de hasta 4.000 UI de colecalciferol/día son seguras, sin mencionarse nada al respecto de calcifediol como forma alternativa de suplementación con vitamina D. Nos gustaría poner de manifiesto que estamos de acuerdo con las conclusiones de Bischoff-Ferrari et al.2 y que, por lo tanto, consideramos que la afirmación que se hace en el documento de SEIOMM sobre vitamina D y COVID-19 en cuanto a la seguridad de la vitamina D debería referirse solamente a colecalciferol.
López-Medrano F, Costa-Segovia R, Díaz-Pedroche C
Servicio de Medicina Interna. Instituto de Investigación i+12.
Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid (España).
Departamento de Medicina. Facultad de Medicina. Universidad
Complutense de Madrid (España)
Bibliografía
Pérez Castrillón JL, Casado E, Corral Gudino L, Gómez Alonso C, Peris P, Riancho, JA. COVID-19 y vitamina D. Documento de posición de la Sociedad Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral (SEIOMM). Rev Osteoporos Metab Miner. 2020;12(4):155-9.
Bischoff-Ferrari HA, Shao A, Dawson-Hughes B, Hathcock J, Giovannucci E, Willett WC. Benefit-risk assessment of vitamin D supplementation. Osteoporos Int. 2010;21(7):1121-32.
RÉPLICA DE LOS AUTORES
Hemos leído con interés la carta de Lopez-Medrano y cols. en relación al Documento de Posición de COVID y vitamina D de la SEIOMM. Tienen razón cuando indican que el artículo de Bishoff-Ferrari y cols.1 hace una evaluación de la efectividad y seguridad de varios ensayos clínicos en los que se empleó colecalciferol (vitamina D3) [mayoritariamente] o ergocalciferol (vitamina D2) siendo la dosis de 10.000 UI diarias el límite máximo de seguridad para la suplementación con vitamina D. La dosis máxima de 25-hidroxivitamina D que se ha indicado viene determinada por la diferencia de potencia entre ambos suplementos, 2 a 4 veces más potente calcifediol2 y la equivalencia referida recientemente por Rizoli3, 10 microgramos de calcifediol (600 UI)/día equivaldría a 1.200 UI de colecalciferol. El documento presentado no es una revisión sistemática y tiene un número de citas limitado, por lo que se ha preferido utilizar una cita genérica.
Pérez-Castrillón JL
Servicio de Medicina Interna. Hospital Universitario Rio Hortega.
Valladolid (España)