Acaso destino
>¿no andabas perdido entre sus manos?
¿no oíste su andar cansino entre los pinos?
¿no encontraste su cantar un tanto triste?
¿Es que no has tenido bastante con sus flores?
Yo sé que el tiempo apremia y muchas veces me pregunto si no viste que él estaba buscando anocheceres
Destino, ¿por qué? Dime ¿por qué robaste un poco de mi alma y lo dejaste allí tan lejos?
Frasan
El 21 de diciembre del 2020, un comunicado de los lunes a los Académicos de número de la Real Academia Nacional de Farmacia (RANF)(1), nos despertaba, poniendo triste a la ya vecina Navidad, con unas sentidas palabras «Con mucho dolor, comunicamos la triste noticia del fallecimiento, el pasado 19 de diciembre, a consecuencia de un accidente vascular, del Excmo. Sr. Antonio Monge Vega, medalla 37 de nuestra Corporación».
Sí, desgraciadamente moría en Pamplona, a los 78 años, Antonio, el Dr. Monge como en la RANF le llamaban. Había nacido en Madrid, un cinco de octubre, un gran hombre. Gran hombre, por su forma de entender, de sentir, de disfrutar, de mostrar espíritu de servicio.
Este Obituario debía, por tanto, haberse escrito, hace dos meses, justo al conocer que ya el Dr. Monge no estaba entre nosotros. Pero Antonio, y perdona que te tutee pues tu eres D. Antonio a donde vayas, es que esta pandemia que nos asola, no deja en paz ni siquiera a los recuerdos. Yo sé que tú no tenías miedo a la muerte, tú pensabas que la muerte no era nada, que morir era algo equivalente a cambiar de habitación, que tú pensabas como Agustín de Hipona que «yo soy yo, que tú eres tú, que lo que éramos el uno para el otro, lo seguimos siendo, que te llamáramos por el nombre que te habíamos llamado siempre»(2). A nosotros, sin embargo, nos cogió muy de sorpresa y no estuvimos a la altura de las circunstancias. Tu muerte fue para todos nosotros un aldabonazo.
Cuando se visita internet buscando noticias sobre el Profesor Antonio Monge, nadie deja de asombrase de lo mucho que surgió de la vida de este gran hombre. Una pequeña parte de lo que hizo y llegó a ser está recogida en un breve resumen del Curriculum vitae al final de este Obituario. La Doctora Barcina nos recordaba, en su personal homenaje, las propias palabras de Antonio Monge “Los trabajos sobre antibióticos de Alexander Fleming fueron su pasión en mi niñez”. Antonio, tu sueño de niño “Investigar sobre medicamentos” se cumplió pronto, cuando antes de los treinta años llegaste a ser profesor de Universidad y creabas la nueva asignatura de Química Farmacéutica en la Universidad de Navarra(3).
Wikipedia(4) recoge palabras, datos, que a mí se me antojan fríos, ya que tu vida fue mucho más que cifras y logros, mucho más que títulos y meras fechas, porque tú Antonio fuiste catedrático con todas las letras, con todo aquello que crear, desarrollar, ejercer cátedra significa, al menos como yo lo veo, después de casi cincuenta años como docente. Ser catedrático es ser maestro, ser transferidor de saberes, impulsor de ilusiones, crear escuela, ser cantautor de lo que Universidad significa y debe significar.
El profesor Monge fue maestro de varias generaciones de profesionales, siempre involucrado en la investigación y difusión del conocimiento científico. Sus alumnos lo fueron de muy diversas partes del mundo, alumnos de licenciatura, de grado, de posgrado, de master, enseñando lo que el mejor sabía y conocía. Antonio extendió su saber más allá de sus fronteras, con una dimensión de líder, pero de líder auténtico colaborando en múltiples comités a cada cual más importante internacionalmente hablando. Su capacidad investigadora se unió a su visión de la necesidad de transferir el conocimiento que se generaba en el entorno universitario a la industria farmacéutica y en definitiva a la sociedad, huyendo del esfuerzo inútil de una investigación que no se transfiere, de una investigación que no medra en beneficio de la humanidad. El soñaba con dotar la investigación universitaria de un “valor añadido” que le permitiera elevarse a términos de innovación
Pero no todo en su vida fue innovación y capacidad de ser pionero, su preocupación por resolver los problemas de salud de los más pobres y desfavorecidos le llevó a desarrollar a investigar sobre enfermedades olvidadas. Antonio además extendió su saberes e inquietudes en el círculo de Instituto de España, ingresando en la RANF en abril de 1992. En esa fecha pronunció un discurso titulado “La investigación científica en la relación Universidad Europea”. Su lección magistral está disponible para todos en la página Web de la RANF(5). Desde entonces, fue una persona comprometida con esa Real Institución, como comprometido era con todo lo que implicaba enseñar y aprender enseñando, ya que no hubo año que no se prodigara con nuevas ideas y que no regalara a la RANF alguna conferencia, o actividad. Sirva como botón de muestra que, en septiembre de 2006, el Profesor Monge imparte el discurso de apertura del nuevo curso académico en la RANF "Investigación y medicamentos. Cooperación: Reto y oportunidad para los países en desarrollo". En él hizo referencia a la importancia de la disponibilidad de medicamentos en los países en vías de desarrollo, a la necesidad de ayudar a esos países a disponer de los recursos humanos y materiales necesarios para afrontar sus problemas.
El Doctor Monge fue presidente de la sección 1ª “Química y Física” de la RANF desde el 23 de enero de 2003 hasta el 19 de diciembre de 2020 y a esa Sección traía siempre sus fructíferas ideas, pensando en la farmacia del siglo XXI.
Le gustaba invitar a Madrid a sus alumnos de Master y disfrutar en nuestro salón noble, al amparo del Rey Borbón fundador de las Reales Academia, de conferencias que él había programado, organizado y que encumbraban sus clases, demostrando así, que la Real Academia no era una entidad manía ni envejecida, sino activa en el conocimiento y en la formación de los farmacéuticos de los que se nutre para impartir magisterio.
Antonio amaba lo que hacía y lo amaba de forma irreprochable, con un sentido cristiano y responsable. Así, su preocupación por la RANF fue una constante. Prueba de ello, con motivo de su jubilación académica, en el acto de homenaje que le brindó la Facultad de Farmacia de la Universidad de Navarra, el 30 de abril de 2013, destacó entre sus proyectos: “Finalmente, trabajaré en el encargo que se nos ha hecho de potenciar la Real Academia Nacional de Farmacia en su misión de servicio a la sociedad, y en encontrar colaboración para sus actividades en empresas y fundaciones”. En aquella ocasión también afirmaste con firmeza rotundidad que “el medicamento es el gran invento del siglo XX”. En esas palabras no había más que seguridad de que hombres como tú son capaces de mover al mundo contra las enfermedades que nos asolan.
Muchas han sido las palabras de cariño que has tenido. Recojo estas que me resultan especiales de la profesora de la Facultad de Farmacia y Nutrición de la Universidad de Navarra Dª Silvia Pérez Silanes(5) «Antonio Monge fue mi profesor, mi maestro y mi padre en la Ciencia», «Hemos tenido la fortuna de aprender de un profesor singular, comprometido con las enfermedades olvidadas y con Latinoamérica».
Aunque tengo que decir que todos sus discípulos, amigos, compañeros le hemos llorado, algunos nos quedamos un poco parcos manifestando nuestro dolor y admiración. Por eso estas breves palabras desean que su nombre, el nombre del Profesor Antonio Monge Vega quede para siempre grabado en la revista JONPPR, como un homenaje, como un recuerdo obligado. Porque, como nos dice Milan Kundera en su libro “La insoportable levedad del ser”(6), recordar es revivir, recordar es hacer vivo lo que se vivió fugazmente, es la demanda del eterno retorno de Nietzsche por el que todo lo vivido ha de repetirse eternamente. Aunque también Antonio, sabemos, como nos decía San Agustín(2) «que la vida es lo que siempre ha sido. El hilo no está cortado ¿Por qué estaría yo fuera de tu mente, simplemente, porque estoy fuera de tu vida?».
Yo solo puedo decir que conocí a D. Antonio Monge Vega como compañero de la RANF en reuniones y juntas. En él todo era amable, respetuoso y cercano. Por eso Antonio quiero corresponder a tu buen hacer de compañero con estas pobres palabras:
«Antonio nos pillaste por sorpresa. Habías dejado aquí en la Academia tu carpeta, tus palabras, tu exquisito respeto. Ni siquiera hiciste una pequeña llamada. El viento nos robó tu dulce imagen. En el horizonte no restaba ni siquiera tu mirada.
Te has ido Antonio, con prisas, dejándonos en silencio, con la cabeza muy baja, sin saber qué hacer ni tampoco que decir. Sin embargo, hay una estrella en el cielo que manda cada jueves tus señales, un poquito antes de las siete, hora de nuestro habitual encuentro. Son tus mensajes muy claros, de esperanza y de consuelo.
Sí, te lloramos Antonio, te lloramos cuando tomaste el camino sin retorno de esta tierra. Pero no temas Antonio, sabemos por tus señales y palabras que allá arriba, se acuñan los abrazos que nos mandas, y es de amigo decirte que a veces nuestros sueños viajan a buscarte, pues sabemos que aún nos guías y nos dices buenas tardes en tu espera».
Descansa en paz
Por último, deseo transcribir textualmente (sic) los datos de una entrevista que le hicieron en la Universidad de Navarra (reproducida con permiso de la revista Nuestro Tiempo) y que recoge con toda su fuerza la personalidad del Profesor Antonio Monge Vega(8)
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¿Cuál es el mejor consejo que le han dado?
Trabaja en la frontera. Me lo dio mi maestro, D. Manuel Lora Tamayo.
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¿Qué es lo primero que piensa cuando se levanta?
Gracias Señor por el nuevo día, y a por todas.
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Recomendación de...
Un libro: Hacia los confines del mundo, de Harry Thompson.
Una película: Qué bello es vivir, de Frank Capra (1946).
Una canción: el “Nessun dorma” de la Ópera Turandot, de Puccini, interpretada por Luciano Pavarotti.
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El rincón de la Universidad que más le gusta.
Las praderas frente a Goimendi y Belagua. Recuerdan tiempos pasados de juegos y paseo con los hijos pequeños.
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¿Con qué personaje histórico se tomaría un café?
Con don Santiago Ramón y Cajal en el Gijón de Madrid.
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¿Quién fue la primera persona que conoció cuando llegó a la Universidad?
D. Félix Álvarez De la Vega. Era el decano de la Facultad de Farmacia (1967). Un sacerdote ejemplar y un investigador de primera categoría. Me animó a continuar en Pamplona el trabajo de I+D de medicamentos que había iniciado en el CSIC de Madrid.
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¿Qué noticia le ha conmovido recientemente?
Las pateras de inmigrantes ilegales africanos. Salen de sus casas sin nada y tienen reflejada en sus ojos la esperanza, el miedo, la nostalgia…
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¿Qué personaje de ficción le gustaría ser?
Don Quijote de la Mancha. Lector apasionado, un poco loco, que busca su estrella.
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¿Qué quería ser de pequeño?
Investigar en medicamentos. Los trabajos sobre antibióticos de Alexander Fleming fueron una pasión en mi niñez.
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¿Cuál es el regalo que más ilusión le ha hecho?
Unas zapatillas de clavos que me regaló en 1958 el que luego fue campeón olímpico en Roma (1960), el alemán Armin Hary. Posiblemente, el primer atleta que bajó de los 10 segundos en 100 metros lisos.
Breve resumen de CV de Antonio Monge, tomado de Wikipedia(4) y RANF(1,7)
Licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad Complutense de Madrid
Doctorado en Química farmacéutica por la Universidad Complutense de Madrid.
Estancia Postdoctoral en Glasgow bajo la dirección del Dr. Gullespie.
Profesor y Creador de la Asignatura Química Farmacéutica Universidad de Navarra. Fundador y director del Centro de Investigación en Farmacobiología Aplicada (CIFA).
Creador el Máster, pionero en España y Europa, en Investigación y Desarrollo del Medicamento (MIDI).
Presidente de la Sección 1 “Química y Física” de la RANF.
Catedrático de Universidad.
Profesor Emérito
Premio honorífico por sus cincuenta años de dedicación al medicamento por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Navarra.
Académico de Número (medalla 37) de la Real Academia de Farmacia del Instituto de España.
Académico Correspondiente de la Academia de Farmacia de Perú.
Consejero del Instituto Científico y Tecnológico de Navarra.
Consejero de la Fundación Universidad-Empresa de Navarra.
Presidente del Grupo de Química Orgánica de la Real Farmacopea Española.
Presidente de la Commission on Training and Development in Medicinal Chemistry for Undeveloping Countries (IUPAC).
Socio Fundador y Presidente de la Sociedad Española de Química Terapéutica (SEQT).
Coordinador de la Red Iberoamericana para la Investigación, Diseño y Desarrollo de Medicamentos.
Miembro de The International Council for Sciences.
Miembro de IUPAC Strategy Development Committee (Research and Training in Medicinal Chemistry).
Miembro de The World Innovation Foundation.
Autor de más de trescientos setenta trabajos de investigación científica.
Editor de varias revistas científicas entre las que destacar European Journal of Medicinal Chemistry.