Señor Editor, quiero compartir mi experiencia de 10 años como coordinador de la segunda especialidad en Medicina Ocupacional y Medio Ambiente o también llamada Medicina del Trabajo. Se denomina segunda especialidad a los estudios que se realizan para poder especializarse en una rama especifica de la Medicina (Pediatría, Traumatología, etc.)1, el ingreso a esta se alcanza a través de un examen anual y, de acuerdo al puntaje obtenido, le permite elegir la especialidad que se desee. El tiempo de estudios es de 3 años y se aprende durante el ejercicio de la función de la misma especialidad, rotaciones por otras especialidades que se relacionen, acompañada de actividades académicas regulares dirigidas por el coordinador académico en una sede docente autorizada por Consejo Nacional de Residentado Médico (CONAREME). Es por eso que los alumnos de esta modalidad se les llama médicos “residentes”2.
La Medicina Ocupacional desde tiempo atrás viene captando la atención de jóvenes médicos por ser una especialidad preventiva, promocional y por la necesidad en el mercado laboral que se ha incrementado sobre todo por el requerimiento legal3. Con la pandemia de la Covid19, la necesidad de contar con un área médica ocupacional ha sido imprescindible para todas las organizaciones (públicas y privadas). En el Perú existe otra posibilidad legalmente aceptada para ser considerado como médico ocupacional que es realizando una maestría en Medicina Ocupacional. En mi experiencia como coordinador de la sede docente Clínica del Trabajador por la Universidad Peruana Cayetano Heredia, me ha llevado en todos estos años a observar algunos aspectos que de por sí muchas veces se ignoran, como que, el número de plazas pagadas de parte del Estado para un médico residente en nuestra especialidad son pocas, sobre todo porque se sabe que dicha especialidad, por la misma estructura de su formación y rotaciones, no realizará atenciones permanentemente en dicho hospital; por otro lado muy pocas organizaciones privadas solicitan ser sedes docentes acreditadas, porque es difícil cumplir con los requerimientos mínimos que se exigen, desde contar con un coordinador de la especialidad que necesariamente debe ser un especialista con experiencia, hasta aspectos puramente estructurales y administrativos, que requieren inversión de tiempo y dinero. Otro tema que se ha ido superando con los años es que, las otras especialidades con las que interactuamos durante la formación académica del médico residente, no tenían claro cuál es el rol de los médicos ocupacionales dentro de sus especialidades y muchas veces los residentes terminaban haciendo una rotación netamente clínica y con muy pobre contenido ocupacional, adicionalmente a lo difícil que es conseguir sedes donde desarrollen temas como Toxicología Laboral y/o Medicina Ambiental4. Por otro lado, muchas rotaciones que son necesarias para su íntegra formación no son realizadas en hospitales o centros médicos, sino en instituciones privadas como aseguradoras, empresas privadas, empresas de seguridad e higiene, etc., siendo muy pocas las dispuestas a aceptar a un médico residente, sumado a la dificultad de realizar convenios entre estas y las universidades. En nuestro caso al ser una institución que se dedica exclusivamente a realizar actividades de seguridad y salud en el trabajo para las empresas, nuestros residentes pueden estar en la misma sede casi todo el periodo de formación, con la obtención de las correspondientes competencias; sin embargo, en sedes docentes que pertenecen a hospitales públicos, algunas veces no es posible conseguir esa forma de trabajo de forma permanente5. Otro aspecto es la dificultad en la producción de investigación porque, para los médicos residentes no es una exigencia legal realizar una tesis para poder obtener el título, por lo cual se tiene que tener una metodología guiada para poder terminar una investigación y publicarla6.
Finalmente, más allá del aspecto académico y de formación durante los 3 años, puedo decir que si bien se llega a conocer a un residente en lo académico, también se le conoce en su aspecto social, familiar y personal, necesitando estar preparados para ofrecerles un entorno saludable a nivel físico, mental y social.