INTRODUCCIÓN
Los problemas oculares presentan grandes complicaciones en la calidad de vida y aumentan las situaciones de dependencia. En el mundo hay aproximadamente 285 millones de personas con discapacidad visual. Entre las patologías oculares más importantes destacamos el glaucoma, que ha alcanzado proporciones epidémicas de hasta 66,9 millones de personas en el mundo, presentando 6,7 millones ceguera bilateral. Se estima que en el año 2020 el número de personas en el mundo afectadas por el glaucoma alcanzará los 79,6 millones 1. Otra enfermedad a destacar es la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), que se ha convertido en un problema importante de salud pública. Es una de las primeras causas de baja visión y de ceguera legal. La prevalencia aumenta con la edad, las mujeres tienen mayor riesgo de presentar formas graves de esta enfermedad 2. En España se estimó que para el 2015 unas 400.000 personas españolas sufrirían DMAE y más de 1 millón de personas pueden estar en riesgo 3. Actualmente esa cifra estimada ha llegado a 700.000 personas (1,5% de la población actual), casi el doble de la que se estimó 4.
Un reto de salud pública y para los profesionales sanitarios es realizar una detección precoz de los diagnósticos visuales a través de la medición de la presión intraocular (PIO) y realización de un fondo de ojo e incidir sobre la importancia de hábitos saludables. Entre estos últimos, cada vez toma más fuerza la influencia de los alimentos y el ejercicio. Los factores de riesgo asociados a patologías oculares como glaucoma, DMAE y cataratas no solo se centran en la edad, sexo, raza, herencia y salud cardiovascular sino también en el estado nutricional. El efecto de una alimentación equilibrada y rica en antioxidantes sobre distintos niveles de la retina, e incluso parámetros de control y seguimiento de signos y síntomas, hacen que estudios sobre su eficacia sean relevantes en distintos procesos patológicos del ojo.
El estrés oxidativo (EO) es uno de los factores implicados en las enfermedades oculares. En la DMAE el exceso de radicales libres (RL) ataca a los fotorreceptores de la retina, cuyas células están sujetas al EO por la exposición combinada a la luz y el oxígeno. El resultado final es la incapacidad del epitelio pigmentario de la retina para disminuir estas moléculas dañadas, dando lugar a acumulación de materiales de desecho en la porción basal del epitelio. Los tejidos oculares son sensibles a los efectos de los radicales libres oxigenados que causan el EO, sobre todo en el cristalino y la retina 5.
En el glaucoma, los RL que ocasionan un EO, producen un daño al ADN en la malla trabecular del ojo humano, pudiendo comprometer el flujo de salida del humor acuoso y, consecuentemente, aumentar la presión intraocular y dañar las células ganglionares de la retina 6. Las especies reactivas de oxígeno (EROx), que constituyen los radicales libres, si se acumulan, también pueden dañar a las células y a los tejidos (Tabla I). Tanto el EO como las EROx, forman parte de los mecanismos lesivos de enfermedades como el Alzheimer, Parkinson, cáncer y enfermedades del sistema visual 7.
El objetivo es encontrar un equilibrio entre la cantidad de radicales libres y el nivel de antioxidantes en nuestro organismo 10. La influencia de los antioxidantes a través de la dieta o mediante suplementos orales puede contrarrestar los efectos nocivos de los RL. Actualmente la creciente preocupación por llevar a cabo investigaciones que muestren un posible efecto coadyuvante de antioxidantes con los tratamientos farmacológicos oculares 11 se debe, principalmente, a que han pasado de ser considerados desde simples atrapadores de RL a moléculas cuyo consumo puede suponer sinónimo de salud 12.
La influencia de ciertos antioxidantes en la salud ha quedado demostrada, como que la combinación de antioxidantes con el zinc reduce la progresión a formas avanzadas de DMAE y que una dieta rica en vitaminas C y E, carotenoides y polifenoles puede contribuir a reducir el riesgo de padecerla 13. Los polifenoles están presentes en una amplia gama de frutas, verduras y productos de origen vegetal, tales como el cacao, el té o el vino 14. La ingesta de las dietas ricas en polifenoles (fruta y verdura) también se asocia inversamente con el riesgo de varias enfermedades crónicas, tales como patologías cardiacas, cáncer y trastornos neurodegenerativos. Otros estudios han examinado el potencial de las dietas como una intervención de primera línea en la prevención y el tratamiento de patologías oculares 15,16.
Sin embargo, revisiones anteriores al presente estudio realizadas por Trumbo y cols. 17 y por Evans y cols. 18 sobre la relación entre una dieta rica en vitaminas antioxidantes (carotenoides, vitamina E y C) y minerales (selenio y zinc) y la reducción de la propensión a padecer DMAE, concluyeron que no existía evidencia suficiente que hiciese suponer una correspondencia clara entre la suplementación con vitamina E y betacarotenos y la prevención de la DMAE.
En la catarata se ha investigado si las hojas de "Cassia tora" pueden prevenir su aparición en ratas recién nacidas, sugiriendo que el consumo de estas hojas puede ofrecer una protección a la lente por su acción antioxidante, lo que plantea un nuevo enfoque terapéutico contra la catarata de forma preventiva 19. Aunque no es objeto de esta revisión los ensayos en animales, creemos que es importante esta aportación para posibles y futuras investigaciones.
Por todo ello planteamos que el efecto de los antioxidantes en el proceso patológico de las enfermedades oculares requiere de una revisión actual. El objetivo de este trabajo es, mediante una revisión sistemática, establecer una comparación entre las escasas evidencias científicas de los antioxidantes y sus efectos en procesos patológicos oculares más prevalentes: glaucoma, DMAE y cataratas.
MATERIALES Y MÉTODOS
CRITERIOS DE INCLUSIÓN
La presente revisión consideró como criterios de inclusión para la selección de los estudios que fueran ensayos clínicos aleatorizados, con un seguimiento mínimo de 4 semanas. En los estudios se debían incluir personas mayores de 18 años de ambos géneros y que estuviesen relacionadas con alguna de las siguientes patologías: DMAE, glaucoma y/o catarata; utilizar al menos en un grupo de intervención (GI), en caso de existir varios, cualquier tipo de antioxidante y tener un grupo placebo (GP) en el que se interviniese de cualquier forma de administración sin antioxidante. Los estudios incluidos debieron ofrecer, como mínimo, el dato de la existencia o no de significación estadística, entre ambos grupos, y su efecto en los parámetros medidos (Tabla II).
ESTRATEGIA DE LA BÚSQUEDA Y CALIDAD METODOLÓGICA
Se realizó una búsqueda bibliográfica en bases de datos de MEDLINE (PubMed; enero de 2009-noviembre 2016), Scielo y fuentes adicionales de artículos sin restricción de idioma. Se seleccionaron artículos de revisión sobre el tema, así como ensayos clínicos controlados y aleatorizados publicados que evalúen la utilización de suplementos de antioxidantes para la prevención o tratamiento de las enfermedades oculares.
Para obtener los estudios en base a los criterios establecidos anteriormente y centrándonos en nuestra estrategia de evidenciar la relación entre salud ocular y antioxidantes, hemos utilizado una estrategia de búsqueda de las tres patologías establecidas para esta revisión (glaucoma, DMAE y catarata). Para el glaucoma fue la siguiente: (glaucoma)) OR ((glaucoma) AND antioxidants)) AND clinical trial) AND controlled clinical trial) AND randomized controlled trial. Para la DMAE: (macular degeneration)) OR ((macular degeneration) AND antioxidants)) AND clinical trial) AND controlled clinical trial) AND randomized controlled trial. Y para la catarata: (cataract)) OR ((cataract) AND antioxidants)) AND clinical trial) AND controlled clinical trial) AND randomized controlled trial.
Ante la inexistencia de estudios que utilizasen el mismo tipo de antioxidante y que, a su vez, midiesen los mismos parámetros, se optó por incluir todos los parámetros medidos. También se buscaron otros estudios aportados que aportaran revisiones sistemáticas previas, en Cochrane, y revisiones bibliográficas sobre antioxidantes en patologías oculares recientes.
La calidad metodológica de los estudios fue analizada mediante el CASPe (Clinical Appraisal Skills Programme Español), herramienta de lectura crítica mediante 11 preguntas relacionadas con el análisis de ensayos clínicos en las que contienen: preguntas de eliminación, preguntas de detalle en cuanto al modo de llevar a cabo el ensayo y, por último, preguntas relacionadas con los resultados y el interés del estudio (Tabla III). Los motivos exactos de su exclusión pueden verse en la tabla IV. No se pudo realizar metaanálisis por la heterogeneidad en el uso de tan variados antioxidantes en las intervenciones y los parámetros y medidas de resultado, no pudiéndose obtener una estimación global del efecto.
(-): no; (+): sí; CASPe: criterios de calidad metodológica. P1-P2-P3: se refieren a las tres preguntas clave de la escala CASPe (claridad de la pregunta -P1, adecuación de la aleatorización -P2, y adecuación del seguimiento -P3). P4-P5-P6: se refieren a las tres preguntas de detalle (enmascaramiento -P4, similitud de los grupos al inicio del ensayo -P5, tratamiento similar de los grupos de comparación -P6). P7-P8: se refieren a los resultados (efecto del tratamiento medido -P7, precisión del efecto -P8). P9-P10-P11: se refieren a la posible ayuda de los resultados para nuestro objetivo (posibilidad de aplicar los resultados al objetivo -P9, se tuvieron en cuenta los resultados de importancia clínica -P10, los beneficios a obtener justifican los costes y riesgos -P11).
RESULTADOS
La estrategia de búsqueda en MEDLINE y en Scielo 75 reportaron un total de 140 estudios más 38 de otras fuentes adicionales Tras la primera revisión de duplicidad obtuvimos 78 estudios (Fig. 1). Tras el análisis de la calidad metodológica de los mismos, obtuvimos un total de 11 estudios para nuestra revisión. De estos, 3 estudios son relevantes en los últimos años sobre antioxidantes y DMAE, 6 sobre el glaucoma y 2 sobre cataratas.
Los estudios incluidos en la revisión sistemática así como sus características más relevantes y variables recogidas en cada uno se resumen en la tabla V.
1. Antioxidantes (AOXs/EPUFAs)*: ácido docosahexaenoico (350 mg), ácido eicosapentaenoico (42,5 mg), ácido docosapentaenoic (30 mg), vitamina A (133 mg), vitamina C (26,7 mg), vitamina E (4 mg), tirosina (10,8 mg), cisteína (5,83 mg), el glutatión (2 mg), zinc (1,6 mg), cobre (0,16 mg ), manganeso (0,33 mg), selenio (9,17 g). 2. ICAPS(r)*: vitamina A (800 mcg), vitamina B (B1: 1,4 mg, B2: 1,6 mg, B3: 18 mg, B6: 2 mg, B9: 100 mcg, B12: 1 mcg), vitamina C (60 mg), vitamina E (10 mg), lutenina (6 mg), zeaxantina (0,3 mg), ácidos grasos omega-3; DHA: 96 mg, EPA: 85 mg, zinc (10 mg), selenio (40 mg), manganeso (2 mg). 3. OFTAN MACULA(r)*: vitamina A (800 mcg), vitamina B (B1: 1,4 mg, B2: 1,6 mg, B3: 18 mg, B6: 2 mg, B9: 100 mcg, B12: 1 mcg), vitamina C (60 mg), vitamina E (6,7 mg), lutenina (6 mg), zeaxantina (0,5 mg), zinc (7,5 mg), selenio (25 mcg), manganeso (1 mg). 4. Fórmula AREDS*: vitamina C (500 mg), vitamina E (400 UI), betacaroteno (15 mg), zinc (80 mg) y cobre (2 mg, como óxido cúprico).
5DHA*: indica ácido docosahexaenoico. 6EPA*: indica ácido eicosapentaenoico.
EVIDENCIAS CIENTÍFICAS DE LOS ANTIOXIDANTES EN LAS ENFERMEDADES OCULARES
Vitaminas antioxidantes
La vitamina E es un antioxidante liposoluble por lo que actúa especialmente sobre los ácidos grasos poliinsaturados de las membranas celulares e inhibiendo la peroxidación de las partículas de LDL. También se encarga de retrasar el envejecimiento celular ocasionado por la oxidación, protegiendo a las células de la acción de los RL y previniendo las enfermedades crónicas. La vitamina C (ácido ascórbico), potente antioxidante hidrosoluble, entre otros, actúa sobre el sistema inmunitario, mientras que los betacarotenos actúan combinando con otras para mantener la función depurativa del óxido nítrico en las células.
Los antioxidantes suelen actuar de manera conjunta, ya que de esa forma consiguen incrementar su efecto, incluso son capaces de regenerar su efecto antioxidante cuando lo han perdido, como le sucede a la vitamina E con la vitamina C y el selenio 20.
Respecto a su utilización a largo plazo (5-6 años) para la prevención de cataratas no tiene efecto significativo 21. En otro ensayo clínico se evaluó el uso de la coenzima Q10 junto con la vitamina E de nuevo en las cataratas; durante 9 meses, asociándose la Q10 con la regeneración del nervio más rápidamente influyendo en la integridad de la superficie ocular 22. Se deduce que existe controversia en cuanto al suplemento vitamínico y catarata, aunque parece razonable mencionar que la eficacia es más notable cuando el suplemento es a corto plazo que a largo plazo ya que en este último es más neutral.
En el glaucoma, se han demostrado grandes beneficios utilizando suplementos vitamínicos A, E y C junto con otros tipos de antioxidantes, evidenciando la mejoría de los efectos adversos que sufren los pacientes con glaucoma con el tratamiento tópico hipotensor como es el ojo seco 38. Según las evidencias de estudios en humanos se encuentra un efecto protector vitamínico en cuanto al riesgo de desarrollar glaucoma y aconsejan un consumo alto de frutas y verduras 16.
En la DMAE el estudio de Chew y cols. (AREDS) 23, pudo confirmar, con un seguimiento a largo plazo entre 6 y 10 años, que con la suplementación de antioxidantes: vitamina C, vitamina E, betacaroteno y zinc, se disminuye el desarrollo de DMAE avanzada, ya que los resultados obtenidos fueron estadísticamente significativos (p > 0,001). También se observó una disminución en el desarrollo de pérdida de visión moderada. Sin embargo, la segunda parte de este estudio evaluó si añadiendo luteína, zeaxantina y ácidos grasos omega-3 (EPA y DHA) a la formulación de antioxidantes de la primera parte del estudio se disminuía aún más el riego de desarrollar DMAE avanzada, sin encontrar efecto, pudiendo ser este resultado atribuible a la falta de eficacia de los nutrientes añadidos en la segunda parte del estudio, pero también al uso de dosis o formas inadecuadas de dichos nutrientes 24.
Polifenoles
Los polifenoles se suman las patologías oculares, principalmente a la enfermedad del glaucoma 25. Las antocianinas tienen propiedades antitumorales, antimicrobianas y neuroprotectoras 7. Se ha demostrado que su uso tiene un efecto beneficioso para paliar la progresión del glaucoma ya que mejoran la circulación sanguínea ocular por normalizar los valores de ET-1 (endotelina-1, 10 veces más vasoconstrictor que la angiotensina II) 26.
Carotenoides
Los resultados muestran asociación entre un mayor aporte de carotenoides, mediante suplementación y una mejora en el desarrollo de la DMAE. Las dos variables estudiadas han sido la agudeza visual (AV) y la densidad del pigmento macular (DPM). Se han evidenciado efectos positivos en cuanto a la mejora de la agudeza visual con suplementos de luteína de 10 mg/día durante 12 meses en el estudio de Murray y cols., mostrando un resultado estadísticamente significativo (p < 0,001) 27. El estudio de Akuffo y cols., no incluido en la revisión sistemática por no contener grupo de control, evidencia una mejoría en el pigmento macular en todos los grupos de intervención con la suplementación de luteína, zeaxantina y meso-zeaxantina en personas con DMAE precoz 28. La actividad biológica de estos carotenoides en la retina se basa en dos tipos de mecanismos de acción, no excluyentes, actuar como filtros de luz azul (la zona luminosa del espectro visible de mayor energía) reduciendo su efecto oxidativo, y como antioxidante, limitando el estrés oxidativo resultante del metabolismo y de la luz. Por estos mecanismos de acción se podría explicar su papel beneficioso en relación con la DMAE, ya que entre las principales hipótesis etiológicas de esta enfermedad está la hipótesis oxidativa y la de insuficiencia vascular (en la circulación coroidal) resultando una gran protección macular.
Para el glaucoma los estudios revisados no coinciden en cuanto al aporte de carotenoides y sus efectos positivos, como ocurre con la DMAE. Las variables medidas en cada uno de los estudios difieren, por lo que mostramos cada una de ellas. La administración de suplemento de luteína (6 mg) y zeaxantina (0,5 mg) junto con otros antioxidantes en la fórmula ICAPS(r) muestran efectos neutros tanto en la mejora del campo visual (CV) en el grupo de intervención (p = 0,97) como en el espesor de la capa de fibras nerviosas de la retina (CFNR) (p = 0,57) y en la pérdida de las células ganglionares maculares (CGM) (p = 0,29) 29. Además al comparar la fórmula anteriormente nombrada con otra en la que añadían omega-3, no se evidencian diferencias significativas en cuanto a la mejora de estos parámetros de control y seguimiento del glaucoma.
Otros antioxidantes
Algunos minerales como el cobre, el manganeso, el selenio y el zinc, tienen propiedades antioxidantes; sin embargo no podemos afirmar sus efectos beneficiosos en prevención y/o control de patologías oculares ya que entre los analizados no hemos encontrado evidencias de sus beneficios 21,30. Otros estudios 31,32 muestran que el uso del antioxidante Mexidol (derivado del ácido succínico y 3-hidroxipiridina) en el tratamiento de los pacientes con glaucoma primario de ángulo abierto mejora la agudeza visual y el aumento progresivo de la velocidad de flujo sanguíneo arterial de la retina, por lo que disminuye el riesgo de obstrucción, y con ello, que las células se degeneren y puedan causar la pérdida de visión.
Es necesario también destacar que la utilización del resveratrol, antioxidante presente en varias plantas y especialmente en la piel de las uvas rojas, las grosellas, las moras y los cacahuetes 33 y también el empleo del trans-resveratrol previene el daño retiniano debido a la exposición a la luz, con lo que normalmente previene la disfunción, el daño y la muerte celular en el ojo con DMAE 34. Tiene un efecto protector significativo frente a la citotoxicidad inducida por el peróxido de hidrógeno en el epitelio pigmentario de la retina (EPR). Se ha demostrado que reduce la acumulación intracelular de EROx inducida por peróxido de hidrógeno en las células epiteliales del cristalino en el hombre. Este también puede ser eficaz en la microcirculación del ojo debido a sus propiedades de mejora vascular. Sin embargo no han sido incluidos por no ajustarse a los criterios de inclusión.
DISCUSIÓN
A la vista de la evidencia científica recogida en los trabajos de investigación analizados, puede apoyarse la suplementación de distintos tipos de antioxidantes con efectos beneficiosos en determinadas patologías oculares, la DMAE y el glaucoma. Reafirmamos que hay que tener precaución con generalizar cualquier antioxidante ya que no todos pueden evidenciar su efecto positivo coincidiendo con lo evidenciado también por Hollman y cols. 35. Por los resultados de la revisión podemos valorar la posibilidad de que los antioxidantes a nivel ocular tengan un efecto más positivo a corto que a largo plazo 11.
Tras la revisión podemos sugerir para la disminución en la progresión del glaucoma la administración de los antioxidantes y sus efectos a distintos niveles. Podemos recomendar que la administración de antocianinas como la grosella negra con dosis de 100 mg/día durante 24 meses, puede tener un efecto beneficioso en la mejora de la función y aumento del flujo sanguíneo de la retina demostrado significativamente 26. Además sería interesante exponer que ante la cirugía filtrante de glaucoma, donde la inflamación se asocia a fibrosis y por tanto al fracaso de la misma, sería conveniente realizar futuros ensayos clínicos del papel de las antocianinas como coadyuvantes 36.
La administración de galato de epigalocatequina (EGCG) (200 mg/día durante 6 meses) mejora el patrón electrorretinograma y el campo visual en el glaucoma (p < 0,05) 37. También la terapia combinada con el antioxidante Mexidol(r) (100mg /día durante 1 mes) mejora la agudeza visual, coincidiendo con otro estudio en el que emplearon el ácido succínico, cuyo derivado también es el Mexidol(r) 31,32.
La suplementación con vitamina A, C y E mejora los signos y síntomas del ojo seco 38 que aparecen por la administración de medicación de forma continuada para el tratamiento de esta patología (p < 0,05). Sin embargo no podemos recomendar dosis aproximadas por la variedad de antioxidantes y minerales empleados, pero sí podemos afirmar su influencia positiva en la disminución de la progresión del glaucoma, utilizando el test de Schimer como herramienta para observar su efectividad 38. Por el contrario, en la patología ocular de la catarata, aún no se evidencia el uso beneficioso de la vitamina E, existiendo actualmente una controversia sobre los suplementos vitamínicos y las cataratas en cuanto al tiempo de administración, aunque parece razonable mencionar que la evidencia es más notable cuando el suplemento es a corto plazo y más neutral cuando es a largo plazo; pero no lo suficiente para poder afirmarlo 21,22.
En el glaucoma se evidencia que el azafrán tiene efecto hipotensor ocular, debido a los derivados de carotenoides, presente en el extracto del azafrán, recomendando 30 mg/días durante 1 mes 39. Además puede ser muy útil como coadyuvante en el tratamiento de la hipertensión ocular, uno de los factores de riesgo más importantes del glaucoma.
En cuanto a la DMAE, el estudio Age-Related Eye Disease Study (AREDS II) 24, del National Eye Institut, en EE. UU., clarifica que tanto la luteína y la zeaxantina, como los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega-3, pueden añadir una reducción adicional al riesgo de progresión de la enfermedad, ya observada con otros antioxidantes (vitaminas C, E y betacaroteno) más el zinc, cuyos resultados fueron significativos (p < 0,001). Aunque no se ha determinado una dosis exacta, podemos afirmar que la luteína y la zeaxantina al reducir el número de radicales libres muestran una relación con la salud ocular. A pesar de que no existe una ingesta diaria recomendada de luteína y zeaxantina, estudios recientes 27,40 muestran un beneficio saludable al suplementarse con 10 mg/día de luteína y 2 mg/día de zeaxantina produciendo un aumento general sobre la densidad óptica del pigmento macular y la agudeza visual en pacientes con DMAE con resultados estadísticos significativos (p < 0,05) 27.
Estos resultados pueden apoyarse con los obtenidos en otro estudio 30 de cohortes prospectivo publicado en 2015 que investigó si había asociación, entre los niveles de carotenoides (luteína y zeaxantina) y el riesgo de DMAE avanzada, concluyendo que existe asociación entre un mayor consumo en la ingesta, a través de los alimentos de luteína y zeaxantina a largo plazo, y un menor riesgo de DMAE (RR = 0,59; IC del 95%, 0,48 a 0,73; p < 0,001). Además, dado que otros carotenoides (-criptoxantina, -caroteno y -caroteno) también se asociaron a un menor riesgo para esta enfermedad (p < 0,001), es recomendable promover estrategias de salud pública destinadas a aumentar el consumo de frutas y verduras ricas en carotenoides para reducir la incidencia de esta enfermedad 14,41. Actualmente, un estudio in vitro ha demostrado que el aporte de trans-resveratrol puede ser eficaz en la microcirculación del ojo debido a sus propiedades de mejora vasculares 34, siendo un paso importante para comenzar posibles ensayos en humanos. En conjunto los estudios científicos tanto con suplementos, como a través del consumo adecuado de alimentos ricos en antioxidantes, llegan a la conclusión su factor protector en la prevención de la DMAE.
Para finalizar este apartado debemos destacar que el uso de suplementación nutricional en oftalmología no está exento de controversias, en cuanto al tiempo de suplementación y la combinación de múltiples tipos de antioxidantes. Sin embargo, para la DMAE existe más evidencia científica, aunque centrada principalmente en dos grandes estudios 23,27. En el glaucoma son estudios recientes los que están evidenciando la eficacia y las dosis de los antioxidantes; sin embargo consideramos que es pronto para poder recomendar a los profesionales unas pautas en cuanto a la duración. Esto último puede ser debido a la escasez de estudios existentes sobre la administración de antioxidantes y glaucoma a largo plazo (más de 5 años), que podrían mostrar otros resultados.
Otra controversia importante es la falta de estudios que comparen el mismo tipo de antioxidantes y contrasten su administración a largo plazo con parámetros, dosis y tiempo para una misma patología ocular. Para una mayor calidad, hubiera sido interesante poder trabajar con un número mayor de registros, sin embargo tampoco se pretendía ampliar el límite de años para no distorsionar la actualización y evidencia de esta revisión. De momento podemos coincidir con las recomendaciones que se inclinan a la importancia de una dieta variada, alta en frutas y vegetales, no fumar, evitar el exceso de exposición al sol y a las radiaciones ultravioletas 42, aunque ya encontramos evidencias científicas de sus efectos a nivel ocular mediante la suplementación.
LIMITACIONES DEL ESTUDIO
La metodología de este estudio tiene como limitaciones, como por ejemplo escasa información del rol de los antioxidantes sobre la catarata, no pudiendo mostrar una evidencia concluyente para esta patología, así como la variedad de distintos tipos de antioxidantes y la falta de estudios que reproduzcan el efecto con mismas dosis, plazos de administración y mismos tipos de antioxidante. Tampoco se compara la administración del antioxidante con las edades de consumo, el grado de dependencia y la eficacia de los mismos a más largo plazo para el glaucoma y catarata concretamente. Por tanto, sugerimos la necesidad de realizar estudios más homogéneos en las distintas patologías oculares respecto al tipo de antioxidante, dosis y llevarlos a cabo a más largo plazo.
CONCLUSIONES
La administración de antocianinas y de EGCG, con dosis superiores a 100 mg/día pueden ser útiles como coadyuvantes del glaucoma retrasando y/o disminuyendo su progresión.
La suplementación con vitaminas A, C y E mejora la iatrogenia del tratamiento del glaucoma, aunque establecen efectos neutros en catarata y para el glaucoma con administración prolongada en 2 años. Sin embargo las vitaminas C y E, junto con los betacarotenos mejora su acción en la agudeza visual para la DMAE.
La luteína y la zeaxantina, son los dos carotenoides más potentes con efecto beneficioso para reducir el riesgo de progresión de la DMAE.