Sr. Editor:
Durante los estudios como farmacéuticos, uno de los temas más relevantes que aprendemos son las interacciones, y no solo entre fármacos sino también entre fármaco-alimento. Una de las interacciones clásicas es la concerniente al zumo de pomelo. Este es un inhibidor del CYP 3A4, por lo que puede producir el aumento de la concentración de múltiples fármacos que se metabolizan por esta vía (por ejemplo, amiodarona, estatinas, alprazolam, etc.).
Durante la rotación de la residente de Farmacia Hospitalaria, por el Servicio de Nutrición, se programó un día para conocer el funcionamiento de la cocina central del hospital y la composición de las dietas terapéuticas. Conociendo más a fondo la composición de las dietas orales, se detectó que varias de ellas contenían zumo de pomelo. Este se utilizaba por su capacidad estimulante del apetito en dietas trituradas y por su propiedad colerética en las dietas biliares y pancreáticas. Ante este descubrimiento se trató de evaluar la situación y reducir la utilización de zumo de pomelo en las dietas para pacientes hospitalizados.
Para ello, se revisaron los fármacos utilizados en nuestro hospital y que tenían una interacción potencial con el zumo de pomelo según la lista publicada por el Centro Andaluz de Documentación e Información de Medicamentos (CADIME) 1. Se realizó un estudio trasversal de una semana de duración con todos los pacientes que tenían pautada una dieta que contuviera zumo de pomelo y, a continuación, se comprobó si tenían prescrito alguno de los fármacos incluidos en la lista. Una vez obtenidos los resultados, se comunicaron al Servicio de Nutrición para tomar las medidas pertinentes.
Se detectaron 18 fármacos incluidos en la Guía Farmacoterapéutica del hospital con una interacción potencial con el zumo de pomelo. En el periodo de estudio, se encontraron 819 pacientes que tenían pautadas dietas con el zumo de pomelo; de ellos, 156 tenían pautado, además, uno o más de los siguientes fármacos: amiodarona, alprazolam, amlodipino, budesonida, clopidogrel, eplerenona, atorvastatina, midazolam, nifedipino, salmeterol, oxicodona y nifedipino. El resto de fármacos incluidos en la lista no se prescribieron durante el periodo de estudio. La distribución de dietas en los pacientes con interacción potencial fue la siguiente: 140 con triturados, dos con biliar amplia y 14 con biliar-pancreática. En ninguno de los pacientes la interacción tuvo relevancia clínica.
Posteriormente, se comunicó el hallazgo a la responsable del Servicio de Nutrición, con quien se acordó eliminar el zumo de pomelo en todas las dietas trituradas. No obstante, se mantuvo en la dieta biliar-pancreática, ya que el número de interacciones potenciales encontradas fue escasa y se pensó que el beneficio podría ser mayor.
Con este hallazgo se hace evidente la necesidad de colaboración entre servicios. El desconocimiento de los facultativos del Servicio de Farmacia sobre la utilización del zumo de pomelo en las dietas hospitalarias podría haber dado como resultado un alto grado de interacciones. La rotación por el Servicio de Nutrición de los residentes de Farmacia, además de contribuir a su formación, aportó mejoras tanto de calidad como de seguridad al paciente, dejando abierta la puerta a nuevas colaboraciones futuras que garanticen la calidad de los procesos.