INTRODUCCIÓN
El fútbol es actualmente el deporte más popular del mundo (1). Según el último censo de la FIFA, en 2006 había más de 265 millones de futbolistas, entre profesionales y amateurs, y más de 270 millones de personas se desempeñaban alrededor de este deporte (2), que se practica en la mayoría de las naciones. A medida que evoluciona, se busca desde todas las áreas afines, como la medicina, la nutrición, el entrenamiento, la fisioterapia y otras, mejorar el rendimiento deportivo. Es por tal motivo que las variables morfológicas y antropométricas para evaluar la composición corporal deben tenerse en cuenta con el fin de lograr mejores resultados (3,4).
Existen distintos métodos para estimar la composición corporal, entre los cuales se encuentran aquellos que necesitan equipamiento específico de difícil transporte (conocidos como métodos de laboratorio) como la hidrodensitometría, la pletismografía, la bioimpedancia y la absorciometría de energía dual de rayos X o DXA (5), siendo esta última el método actualmente aceptado como “criterio de referencia” dado que efectúa la evaluación con el menor error estándar (6).
Entre los métodos de campo, la toma de medidas antropométricas sigue siendo la técnica más usada, económica y práctica (5). Esta permite monitorear a los deportistas al inicio, durante y al final de la temporada, y vigilar constantemente los programas de entrenamiento. El tamaño, la estructura física y la composición corporal son factores importantes que influyen en el rendimiento deportivo (7), comprometiendo características propias del deportista como son su agilidad, velocidad y resistencia, entre otras (8). Por lo tanto, la medición y el seguimiento de la composición corporal durante periodos de preparación física y/o competición es un componente primordial del control biomédico del entrenamiento. Esta información es útil para el nutricionista dado que permite estimar el gasto y el requerimiento calórico (9), la distribución de macronutrientes y la disponibilidad energética (10), como recomienda el Colegio Americano de Medicina Deportiva (6). Adicionalmente, posibilita hacer un seguimiento de la efectividad de las intervenciones nutricionales y de entrenamiento (11).
Generalmente, los jugadores de los equipos de fútbol profesional presentan una composición corporal similar, con pequeñas variaciones entre ellos. Distintos estudios han reportado los porcentajes de grasa de jugadores de fútbol de nivel profesional y semiprofesional pero, sin embargo, no existe consenso sobre los valores ideales sino únicamente referencias (12).
En Colombia existen 36 equipos profesionales, 20 de primera y 16 de segunda división (13), de los cuales hay información limitada en cuanto a su caracterización antropométrica. Contar con métodos de evaluación validados, así como con valores de referencia, permitirá realizar una valoración de la composición corporal más acertada.
Por lo anterior, el objetivo del presente estudio fue evaluar la precisión de distintas fórmulas de predicción del porcentaje de grasa y la masa adiposa a partir de medidas antropométricas en comparación con el método de la absorciometría de energía dual de rayos X (DXA) en futbolistas de equipos colombianos.
MÉTODOS
TIPO Y DISEÑO DE ESTUDIO
Se realizó un estudio analítico transversal, aplicando un muestreo por conveniencia debido a que se invitó a participar a futbolistas de distintos clubes y se aceptó la participación de todo aquel que cumpliese los criterios de inclusión sin realizar un procedimiento de muestreo aleatorizado. En total se evaluaron 79 futbolistas profesionales en periodo competitivo, pertenecientes a la primera y la segunda división, de cuatro clubes colombianos. Como criterios de inclusión se determinó que los jugadores estuvieran activos y que fueran mayores de 18 años; se excluyeron los jugadores lesionados.
RECOLECCIÓN DE DATOS
Todas las medidas antropométricas las tomaron, de acuerdo con el protocolo de la Sociedad Internacional para el Avance de la Cineantropometría (ISAK) (14), antropometristas certificados de nivel I y II, excepto el pliegue pectoral, que se tomó de acuerdo con el protocolo de Lohman (15). Las medidas antropométricas se tomaron el mismo día en que se realizó la DXA.
Se evaluaron 30 variables antropométricas: peso bruto, talla corporal, talla en posición sedente, envergadura, diámetros (biacromial, tórax transverso, tórax anteroposterior, bi-iliocrestídeo, humeral, femoral), perímetros (cabeza, brazo relajado, brazo contraído, antebrazo máximo, tórax mesoesternal, cintura, cadera, muslo máximo, muslo medial y pantorrilla máxima) y pliegues (subescapular, tríceps, bíceps, pectoral, axilar, suprailiaco, supraespinal, abdominal, muslo medial y pantorrilla máxima).
Todos estos datos se recolectaron en el Centro de Estudios Avanzados (CESNUTRAL) de la Universidad CES entre marzo y septiembre del año 2019.
INSTRUMENTOS
El equipo de DXA utilizado fue el Lunar Prodigy de General Electric Healthcare. Para la toma del peso y la talla se usaron básculas digitales SECA 874 y tallímetros SECA 213. Los pliegues se midieron con un adipómetro Harpender Skinfold, los perímetros con cinta métrica Lufkin y para los diámetros se usaron segmómetros y antropómetros de marca CESCORF.
Para controlar los sesgos y los errores se realizó una prueba piloto del instrumento de evaluación, y para la toma de medidas antropométricas se tuvieron en cuenta las recomendaciones determinadas para el error técnico de medición, intra e interevaluadores, del protocolo ISAK (14). Todos los equipos utilizados estaban debidamente calibrados y contaban con sus respectivos certificados.
ANÁLISIS DE LOS DATOS
Se elaboró una base de datos con las variables recolectadas donde se calcularon el índice de masa corporal (IMC) y los porcentajes de grasa con las fórmulas de Yuhasz modificada por Carter (16), Durnin y Womersley (17), Jackson y Pollock (18), Faulkner (19), Reilly (20) y Pariskova y Buskova (21). Para las fórmulas que no arrojan directamente el porcentaje de grasa sino la densidad corporal (Durnin y Womersley, y Jackson y Pollock) se utilizó posteriormente la ecuación de Siri (22). También se calcularon las masas adiposa, muscular, ósea, residual y de piel, todas ellas tanto en valores absolutos (kg) como relativos (%), mediante el método de los cinco componentes planteado por Deborah A. Kerr (23). Finalmente se añadieron a la base de datos los resultados obtenidos por la DXA: masa grasa, masa magra y contenido mineral óseo.
Para hacer comparables la masa adiposa del método de cinco componentes y el porcentaje de grasa obtenido con la DXA fue necesario seguir los siguientes pasos:
- Se realizó el cálculo del porcentaje de adiposidad en el modelo de cinco componentes (valor relativo o porcentual).
- Se determinó la masa adiposa (valor absoluto en kg) multiplicando el peso total por el porcentaje de adiposidad.
- Se obtuvo la fracción lipídica del porcentaje de adiposidad por medio de la ecuación de Martin A. y cols: Fracción lipídica (%) = 0.327 + (0.0124 x % de adiposidad) (24).
- Se calculó la masa lipídica de la adiposidad (valor absoluto en kg) multiplicando la masa adiposa en kg por el resultado de la fracción lipídica.
- Finalmente se obtuvo el porcentaje lipídico del peso, o porcentaje de grasa, calculando el valor relativo o porcentual de la masa lipídica con respecto al peso total.
Se realizó la prueba de Kolmogorov-Sminov con el fin de evaluar la normalidad de cada variable ya que en el análisis descriptivo se tuvieron en cuenta promedios y desviaciones estándar o medianas y rangos intercuartílicos, según la distribución. Para dicha prueba se utilizó el paquete estadístico SPSS, versión 21, con licencia de la Universidad CES.
Adicionalmente se calcularon los coeficientes de correlación mediante la prueba de Pearson o Spearman, según la distribución de las variables, usando la librería “GGStatsplot theme” y finalmente se establecieron los índices de concordancia entre los métodos de evaluación de la composición corporal y la DXA utilizando el método de Bland y Altman mediante la librería “BlandAltmanLeh”. Ambos procesos estadísticos se realizaron utilizando el programa estadístico R.
Esta investigación siguió los principios éticos internacionales, la Declaración de Helsinki (52), las directrices nacionales y la Resolución 8430, de octubre de 1993 (53), por la cual se establecen las normas científicas, técnicas y administrativas para la investigación en salud (Ministerio de Salud, Colombia). Fue avalado por el Comité de ética de la Universidad CES.
RESULTADOS
En total se evaluaron 79 futbolistas varones. El promedio de edad fue de 23 ± 4,4 años y los valores medios del peso, la talla y el IMC fueron de 75,2 ± 7,7 kg, 178,4 ± 6,8 cm y 23,6 ± 1,7 kg/m2, respectivamente.
En los resultados obtenidos para el cálculo del porcentaje de grasa por las diferentes ecuaciones se evidenció que la de Jackson y Pollock y la de Yuhasz modificada por Carter fueron las que obtuvieron los porcentajes más bajos: 7,20 % y 7,52 %, respectivamente, mientras que la de Durnin y Womersley fue la que obtuvo el más alto (12,41 %). Si se compara el porcentaje de adiposidad obtenido con el método de cinco componentes con el porcentaje de grasa obtenido por el de dos componentes, el primero estaría entre un 9 % y un 15 % por encima; sin embargo, estos parámetros no son comparables ya que lo correcto es, primero, hacer el cálculo de la fracción lipídica de la adiposidad, cuyo resultado es más semejante a los obtenidos por las ecuaciones de dos componentes. En las tablas I y II se observan los resultados de composición corporal obtenidos por los métodos de dos y cinco componentes.
*Variables que no se distribuyeron normalmente; Ẋ: media; DS: desviación estándar; ME: mediana; RI: rango intercuartílico.
En cuanto a los resultados encontrados por la DXA, el promedio del porcentaje de grasa de los futbolistas profesionales fue del 13,71 % ± 3,18 %. Los demás resultados obtenidos por este método pueden apreciarse en la tabla III.
En la tabla IV se presentan los coeficientes de correlación de Pearson o Spearman, según la distribución de las variables. Como puede verse, todas las ecuaciones evaluadas presentaron correlación con el método de referencia.
Se encontró que las ecuaciones de Reilly y de Jackson y Pollock tuvieron una buena correlación con respecto a la DXA (r > 0,80) (p < 0,05), mientras que las ecuaciones de Durnin y Womersley, Faulkner, Yuhasz, y Pariskova y Buskova tuvieron una correlación moderada (r > 0,5, < 0,8) (p < 0,05) y la fracción lipídica del porcentaje de adiposidad por el método de 5 componentes tuvo una correlación débil (r < 0,5) (p < 0,05).
No obstante, si se evalúa la concordancia, como puede verse en la tabla V, los resultados son distintos ya que, para los coeficientes de correlación-concordancia de Lin, el método con el mayor coeficiente de correlación intraclase fue el de Pariskova y Buskova, seguido del de Durnin y Womersley y del de Faulkner. Todos los demás métodos mostraron una concordancia baja.
Al evaluar la concordancia mediante la diferencia intermétodos (DIM) por el sistema de Bland y Altman, se puede ver en la tabla VI que la fracción lipídica de la masa adiposa obtenida con el método del fraccionamiento por cinco componentes fue la que tuvo una menor DIM con respecto al porcentaje medido por la DXA, seguida de la ecuación de Durnin y Womersley, con resultados de 0,54 y 0,66, respectivamente, mientras que las ecuaciones con mayor DIM fueron las de Jackson y Pollock (6,51) y Yuhasz (5,87), como puede verse en la tabla IV. En las figuras 1 y 2 se presentan los gráficos calculados con la prueba de Bland y Altman, mostrando la DIM de cada ecuación antropométrica con respecto a la DXA.
DISCUSIÓN
Estudios en los que se ha evaluado a deportistas por distintos métodos de predicción del porcentaje de grasa y/o adiposidad han evidenciado variaciones en los resultados según la ecuación utilizada (20,25,26), lo que se debe a que particularidades como el sexo, la edad, el grupo étnico y el nivel de actividad física pueden repercutir sobre la distribución de la grasa y la composición corporal (11).
Un estudio realizado por Jorquera y cols. en futbolistas de primera y segunda división de Chile halló, mediante las ecuaciones de Yuhasz modificada por Carter y de Reilly, porcentajes de grasa similares a los del presente estudio (8,2 % y 10,5 %, respectivamente) (27). Por su parte, Rodríguez y cols., que también evaluaron la composición corporal de futbolistas chilenos de primera división, pero utilizando el método de los cinco componentes, evidenciaron resultados relacionados con respecto a la masa adiposa (20,9 %) y la masa muscular (50,1 %) (28). En ambos casos, el porcentaje de adiposidad fue considerablemente mayor que el porcentaje graso derivado del modelo de dos componentes. Como menciona F. Holway en su libro “Composición corporal en nutrición deportiva”, esta diferencia reside en que se miden fracciones diferentes del adipocito, la adiposidad definida anatómicamente y la grasa definida químicamente, respectivamente (29).
En estudios donde la evaluación de la composición corporal se realizó mediante DXA, se obtuvieron porcentajes de grasa similares (14 %) en deportistas brasileños y mexicanos (3,26); por el contrario, este porcentaje fue menor (10,9 %) en futbolistas de la Premier League, quienes a su vez evidenciaron mayores valores de masa magra (68,6 kg), comparados con los del presente estudio. Esto podría asociarse a que las diferencias étnicas son relevantes cuando se evalúa la composición corporal de los jugadores profesionales de fútbol élite (30), así como a las diferencias en las características competitivas, en la metodología de entrenamiento y en la cultura alimentaria, que podrían jugar un rol importante en los resultados.
Con respecto a los coeficientes de correlación, autores como Dagnino y Cardemil indican que “estos métodos fueron consistentemente criticados en la literatura metodológica” a la hora de hacer un análisis de comparación. En 1983, Altman y Bland plantearon su visión respecto a la comparación de dos métodos, e hicieron énfasis en que el análisis con coeficientes de correlación no era el método más adecuado, basándose en el hecho de que la correlación no evalúa la concordancia entre mediciones sino que evalúa la asociación lineal entre estas, por lo que dos métodos pueden correlacionarse muy bien pero concordar muy poco (31-33).
En cuanto a los índices de concordancia entre las fórmulas de estimación de la composición corporal y el método considerado como criterio de referencia (DXA), Rodríguez y cols. (34) hallaron que la ecuación con menor DIM era la de Slaughter (-0,77). Sin embargo, su estudio se realizó en adolescentes no deportistas. Por su parte, Cui y cols., usando los datos de la encuesta NHANES 1999-2004 de Estados Unidos, calcularon que las fórmulas con menor DIM para los hombres adultos eran la de Lean y cols. (35), con una DIM de 0,5, la de Slaughter (36) y la de Deurenberg (37), ambas con una DIM de -0,9. En dicho estudio, la ecuación de Durnin y Womersley para hallar la densidad corporal, seguida por el método de Siri para obtener el porcentaje de grasa, obtuvo una DIM de -1,2 (38).
Específicamente para la población deportista, tres estudios encontraron que la ecuación de Durnin y Womersley es la que obtuvo la menor diferencia intermétodos (DIM) con respecto a la DXA: Romero y cols., que evaluaron a escaladores profesionales, obtuvieron una DIM del -0,57 % (39), mientras que García y cols. encontraron una DIM de 0,06 en futbolistas de las categorías Sub-17 y Sub-20 de la Selección Chilena de fútbol (40). Por su parte, Munguia-Izquierdo y cols., que evaluaron a 44 jugadores de fútbol élite de un club profesional español, de entre 16 y 18 años, obtuvieron un sesgo con respecto a la DXA de 0,87 (41). Cabe resaltar que García y cols. utilizaron la fórmula de Brozek para hallar el porcentaje de grasa (% grasa = ((4,57/densidad) - 4,142) x 100) a partir de la densidad calculada, a diferencia de Romero y cols. y del presente estudio, donde se usó la de Siri (% grasa = ((4,95/densidad) - 4,50) x 100).
Para concluir, este estudio encontró que, para los futbolistas de equipos profesionales colombianos, el método cuyo resultado se acerca más al criterio de referencia es el de cinco componentes una vez se realiza el cálculo del porcentaje de grasa. Sin embargo, a efectos prácticos, se puede estimar dicho porcentaje utilizando el método de dos componentes, eligiendo la ecuación de Durnin y Womersley para calcular la densidad corporal, seguida de la fórmula de Siri para hallar el porcentaje de grasa, dado que entre las fórmulas que usan esta metodología es la que tiene una menor diferencia intermétodos con respecto a la DXA.
LIMITACIONES
Este estudio tuvo como factor limitante el hecho de que el muestreo se hizo a conveniencia, así como no haber analizado una mayor cantidad de ecuaciones de predicción del porcentaje de grasa y que los jugadores no fueran evaluados en diferentes periodos del macrociclo de entrenamiento. Adicionalmente, las medidas no fueron tomadas por un mismo investigador. Sin embargo, todos contaban con certificación ISAK y, además, los equipos utilizados fueron de la misma referencia. Dada la multiculturalidad presentada en los distintos equipos, una fortaleza de este estudio fue la inclusión de jugadores de diferentes regiones del país.
Cabe destacar que este estudio utilizó el método considerado como criterio de referencia para la evaluación de la composición corporal —la DXA— y que el personal encargado de realizar las evaluaciones contaba con la certificación necesaria para llevar a cabo este tipo de procedimientos radiológicos.