INTRODUCCIÓN
La educación nutricional tradicional, entendida como la transmisión de pautas saludables a la población, no es una práctica útil para lograr cambios de comportamiento o la prevención de enfermedades no transmisibles (1-3).
Por ello, la educación nutricional debería entenderse como un proceso en el que el individuo sea quien tome sus propias decisiones para alcanzar su objetivo final, con el respaldo del profesional en nutrición mediante el empleo de herramientas que promuevan la autoeficacia, la autodeterminación y la responsabilidad.
¿QUÉ ES EL COACHING NUTRICIONAL?
El coaching es una metodología en la que el consejero, o coach, ayuda al paciente, o coachee, a alcanzar su objetivo empleando herramientas de concienciación, motivación y capacitación que le ayuden, apoyen, empoderen, motiven y capaciten en su proceso de cambio (3,4).
El coaching nutricional (CN) se engloba dentro del coaching de salud (CS), o health coaching. La diferencia entre ambos radica en que el CS se asocia a cambios de hábitos para tratar enfermedades crónicas en un paciente y el CN se centra en el cambio de hábitos para conseguir una mejor alimentación (5).
EL PROCESO DEL COACHING NUTRICIONAL Y SUS CARACTERÍSTICAS
El consejo nutricional tradicional se realiza mediante una entrevista en la que el profesional, generalmente el dietista-nutricionista, analiza los hábitos alimentarios, el estilo de vida y cualquier otra información relacionada con el fin de evaluar el estado nutricional del paciente para, después, proporcionarle pautas que le permitan alcanzar sus objetivos. Sin embargo, desde el punto de vista del coaching, la entrevista debe enfocarse en ayudar al paciente a aumentar su propia conciencia, motivación y capacitación para conseguir su meta (4).
Una de las técnicas más empleadas para llevar a cabo el CN es la entrevista motivacional, la cual se define como una intervención centrada en el paciente en la que se trata de aumentar su motivación para abordar un cambio en su comportamiento a través de la exploración y resolución de todas aquellas emociones contrapuestas con respecto al cambio (ambivalencia) y la superación de las barreras que le impiden cambiar y seguir una dieta y un estilo de vida saludables, para que sea él mismo el que adopte el compromiso y la necesidad de realizar el cambio (6). A la hora de llevar a cabo una entrevista motivacional es importante generar un ambiente de confianza en el que el paciente no se sienta juzgado, trabajando la evocación de ideas para que considere dicho cambio, evitando la confrontación para trabajar la resistencia al mismo y dejando autonomía para que sea el propio paciente quien tome sus decisiones (6). Para que la entrevista sea efectiva, el consejero debe contar con habilidades comunicativas que faciliten la relación con el paciente (Tabla I).
El proceso de CN consta de las siguientes fases, que deberían seguirse de forma sistematizada (4) (Fig. 1).
EXPLORACIÓN Y VALORACIÓN
Antes de establecer un objetivo y una estrategia para lograrlo es importante conocer bien al paciente. Para ello, es importante realizar una valoración del estado nutricional con el fin de identificar los problemas relacionados con la nutrición y sus causas. Además, es importante examinar la disposición al cambio de comportamiento (7), así como los determinantes del comportamiento alimentario (personales, ambientales, socioeconómicos, etc.) (Fig. 2) para identificar creencias, barreras, competencias, etc. (8). El análisis de todos estos elementos permite diseñar la intervención a realizar con el fin de que esta sea efectiva, permita que el paciente se adhiera correctamente a los cambios que tenga que hacer y prevenga la aparición de posibles recaídas. Cuando un paciente está en la fase de precontemplación o de contemplación, no está preparado para iniciar un proceso de cambio de comportamiento (9) (Fig. 3).
SELECCIÓN DE TEORÍAS
Para que la estrategia a seguir tenga éxito, facilite el aprendizaje y consiga el cambio de conducta que se pretende, es importante conocer el comportamiento del paciente, así como los posibles factores e influencias que lo rodean (4). Existen numerosas teorías del comportamiento humano entre las que destacan el modelo de creencias de salud, la teoría del comportamiento planificado, la de la autodeterminación y la cognitivo-conductual, entre otras (10).
Una vez se haya seleccionado la teoría del comportamiento, se establecerá la estrategia a seguir para conseguir el cambio. Para ello se emplearán herramientas que permitan al paciente plantearse el cambio y aumentar el interés por cambiar, y/o que faciliten la intención de actuar (concienciación y motivación). Además, se pueden utilizar instrumentos de capacitación que proporcionen conocimientos y habilidades, y que fortalezcan la autorregulación (capacitación), para que el paciente sea capaz de actuar por sí solo y evitar la aparición de recaídas (4,9) (Tabla II).
ESTABLECIMIENTO DE OBJETIVOS
En el proceso del CN, el objetivo final, así como los objetivos intermedios que se puedan ir instaurando a lo largo del mismo, deben estar enfocados a conseguir un cambio de comportamiento alimentario y a que este perdure en el tiempo, debiéndose establecer por consenso entre el consejero y el paciente.
A la hora de formular los objetivos hay que tener en cuenta una serie de características, como las propuestas por la técnica PRAMPE (9) (Fig. 4).
Una vez establecido el objetivo, es importante valorar la importancia que tiene para el paciente, así como la confianza que este tiene en alcanzarlo en una escala de 0 (no tiene importancia/confianza en alcanzar el objetivo) a 10 (tiene muchísima importancia/está muy seguro de poder alcanzarlo). Cuando la respuesta a alguna de estas 2 preguntas es inferior a 7, el objetivo debe ser reformulado y se han de buscar alternativas para aumentar la importancia y/o confianza en alcanzar el nuevo objetivo propuesto (Fig. 3).
PLAN DE ACCIÓN
El plan de acción consiste en la puesta en práctica de las estrategias de cambio de comportamiento con el fin de conseguir el objetivo acordado.
Al igual que la formulación del objetivo, el plan de acción debe establecerse de forma consensuada entre el consejero y el paciente. Además, el paciente debe comprometerse a llevarlo a cabo y a cambiar su comportamiento.
Para el diseño del plan de acción se recomienda analizar los determinantes del cambio, establecer las estrategias de cambio de comportamiento y fijar el objetivo y las actividades para alcanzarlo mediante el uso de las herramientas más adecuadas (4,9) (Tabla II).
EVALUACIÓN DEL PLAN DE ACCIÓN
La evaluación del plan de acción permite valorar si las estrategias puestas en marcha son las adecuadas o deben replantearse para que el paciente consiga alcanzar su objetivo.
Por tanto, en esta fase del proceso del CN se han de evaluar, por un lado, si se han alcanzado los objetivos establecidos, así como las actividades y herramientas propuestas. Para ello, se han de analizar cada una de las acciones planteadas, las barreras que se han encontrado para llevarlas a cabo, las cualidades de las que dispone el paciente para poder superar los obstáculos encontrados durante el proceso de coaching y los apoyos con los que cuenta para lograr los objetivos acordados (4,9).
EVIDENCIA CIENTÍFICA SOBRE LA EFECTIVIDAD DEL COACHING EN DIVERSAS PATOLOGÍAS
OBESIDAD
A pesar de las numerosas recomendaciones y programas de educación nutricional que existen para la prevención y su tratamiento, la obesidad es una de las enfermedades crónicas más prevalentes a nivel mundial (11). Uno de los tratamientos más utilizados para la pérdida de peso es la utilización de dietas con restricción hipocalórica, aunque son numerosos los estudios que señalan que esta pauta no es eficaz a largo plazo (1-3). En este sentido, aunque algunas investigaciones señalan que hacen falta más estudios al respecto (12,13), cada vez son más los que concluyen que el CN es una metodología de trabajo con resultados prometedores en el control del peso, capaz de crear cambios de estilo de vida eficaces y mantenidos en el tiempo (3,14,15).
Una reciente revisión sistemática llevada a cabo con 38 estudios, en los que se comparaban diferentes intervenciones de CS frente a una atención tradicional en pacientes con exceso de peso señaló, que no existe suficiente evidencia disponible como para respaldar el uso del coaching de salud como técnica útil para la pérdida de peso. Sin embargo, al realizar el metaanálisis de los ensayos clínicos controlados sí se observó un efecto positivo en favor del coaching en comparación con los métodos tradicionales (13).
Giménez y cols. (14), quienes en una revisión sistemática en la que analizaron 8 estudios clínicos llevados a cabo en personas con sobrepeso u obesidad, en los que se comparaba una intervención con CN frente a un tratamiento convencional, concluyeron que esta es una estrategia efectiva para bajar de peso. De forma similar, Muñoz y cols. (15) encontraron que el coaching es un método eficaz en el proceso de la pérdida de peso.
DIABETES
La diabetes de tipo 2 es una enfermedad cuya prevalencia está aumentando y en la que, mediante modificaciones del estilo de vida, incluidos la pérdida de peso, el aumento de la actividad física y el seguimiento de una dieta saludable, se puede prevenir su aparición (16).
En una revisión sistemática llevada a cabo en adultos con riesgo de padecer diabetes de tipo 2, en la que se analizó el efecto de diversas intervenciones de CN realizadas a través de herramientas digitales, se encontró que aquellas intervenciones en las que se animaba a los pacientes a establecer los objetivos, a autocontrolar la dieta, a buscar apoyo social y a desarrollar estrategias de resolución de problemas fueron muy eficaces para lograr la pérdida de peso (17). Coincidiendo con estos resultados, Gershkowitz y cols. (18) sugieren que, frente al rápido aumento de la prevalencia de la diabetes, el CS, tanto el presencial como, especialmente, el digital, puede ser una importante herramienta para el manejo y la prevención de la diabetes de tipo 2 a largo plazo.
CONCLUSIONES
El coaching nutricional es un proceso en el que el profesional y el paciente juegan un papel esencial para que este último alcance y mantenga un estilo de vida saludable de por vida. Para lograr dicho objetivo es importante que el consejero diseñe un plan de acción con el que poder concienciar, motivar y capacitar al paciente.
La evidencia científica publicada hasta el momento señala que el coaching nutricional es una técnica de atención al paciente muy prometedora con la que se pueden conseguir resultados positivos para la salud al lograr cambios en la dieta y el estilo de vida.