INTRODUCCIÓN
Las dietas basadas en plantas (PBD) son cada vez más frecuentes en nuestra sociedad y se recomiendan cada vez más para la salud humana y planetaria, pero, como toda dieta restrictiva, pueden presentar deficiencias nutricionales.
Las deficiencias nutricionales son especialmente graves en grupos más vulnerables, por edad, patología o situación funcional, como puede ser el caso de los niños.
Por ello, el objetivo de este artículo es analizar de qué manera se puede conseguir que las PBD sean dietas nutricionalmente equilibradas, ya que poseen numerosos beneficios.
DEFINICIONES
Por lo general, las dietas vegetarianas se definen sobre la base de sus exclusiones, pero un enfoque más positivo también considera la diversidad de alimentos incluidos, ya que, de manera similar con todas las dietas, la calidad de las dietas vegetarianas se define por los alimentos consumidos de forma regular.
− El ovolactovegetarianismo excluye la carne y el pescado, pero incluye lácteos, huevos, miel y una amplia variedad de alimentos vegetales.
− Los lactovegetarianos excluyen los huevos, mientras que los ovovegetarianos consumen huevos y excluyen los lácteos.
− El veganismo incluye el consumo de una amplia variedad de alimentos vegetales, pero excluye todos los productos animales, como la carne, el pescado, los productos lácteos, los huevos y la miel, así como los alimentos que utilizan ingredientes derivados del procesamiento de alimentos de origen animal, como la gelatina y el cuajo.
− Las dietas macrobióticas varían desde la opción estrictamente vegetariana, con cereales, legumbres, tablas de verduras, algas y productos de soja, evitando lácteos, huevos y algunas verduras, hasta opciones más liberales, que incluyen pescado en algunos casos (1-3).
TENDENCIA A INCREMENTAR
El consumo de PBD ha sido una práctica segura y nutritiva durante miles de años. Hasta un tercio de la población de la India no consume carne o pescado por razones religiosas y la influencia de los filósofos griegos antiguos, que creían que los seres humanos tienen la responsabilidad de proteger a los animales, continúa vigente hasta nuestros días (4). Junto con la salud, la protección del medio ambiente y de los animales son las principales razones del aumento del vegetarianismo, en particular el veganismo, en los últimos años (4).
Aunque se carece de datos concretos en población pediátrica, el número de veganos ha aumentado un 350 % en la última década (5). Sobre la base de aumentos pronunciados similares en el veganismo en Estados Unidos, The Economist nombró 2019 “el año del vegano” (6), citando que una cuarta parte de todos los jóvenes (de 25-34 años) refiere que practica una dieta vegetariana o vegana. En Europa, según la Vegan Society, el número de veganos practicantes en Reino Unido se ha multiplicado por cuatro en los últimos cinco años, pasando de 150.000 en 2014 a 600.000 (el 1,16 % de la población) en 2019. En Alemania, Austria y Suecia, el porcentaje de vegetarianos asciende al 10 % de la población, y en Italia, la cifra de vegetarianos y veganos ha ido aumentando del 6 % en 2013 al 10 % en 2016, de los cuales el 1 % afirmó ser vegano (7).
En España, el número de personas (mayores de 18 años) que siguen PBD (incluidas las flexitarianas) ha aumentado del 7,8 % en 2017 al 13 % en 2021, según la consultora Lantern (8).
VENTAJAS Y RIESGOS DE LAS DIETAS BASADAS EN PLANTAS
Las PBD han aumentado en los últimos años debido, en parte, a las evidencias que señalan que el vegetarianismo está vinculado a una mejor salud. En concreto, se ha observado en diferentes estudios que estas dietas están asociadas a (9-10):
− Menos factores de riesgo de enfermedades coronarias.
− Mejor perfil lipídico.
− Menor índice de masa corporal (IMC) y presión arterial.
− Menor riesgo de diverticulosis, cataratas, cáncer y diabetes tipo 2.
− Mayor diversidad de la microbiota intestinal.
De forma paralela, algunos estudios encuentran que los niños y adolescentes vegetarianos tienen menor IMC y hay menos tasas de obesidad (11), sin que exista repercusión en el crecimiento medio de la población a largo plazo. La antropometría de los niños que siguen PBD se encuentra, además, dentro de los percentiles 25-75 de la población de referencia (1).
Por otro lado, algunos riesgos asociados a las PBD se dan principalmente teniendo en cuenta los nutrientes críticos que se restringen en estas dietas, muchos de ellos con una importancia específica en pediatría. Entre estos, destacan (1):
− Proteínas: proporcionan los aminoácidos necesarios para la síntesis de proteínas corporales durante el crecimiento y la producción de otros compuestos nitrogenados, como hormonas o neurotransmisores. La calidad proteica basada en el patrón de aminoácidos es menor en los alimentos vegetales que en los de origen animal.
− Hierro: es esencial para el crecimiento y desarrollo del sistema nervioso central, en particular, durante el primer año de vida, debido a su papel en la mielinización, la función neurotransmisora o la dendritogénesis en el hipocampo.
− Calcio y vitamina D: como componente principal del esqueleto, el calcio es especialmente importante durante el crecimiento. Su metabolismo está regulado por la vitamina D, que, por tanto, también es crucial para el mantenimiento de la salud ósea.
− Yodo: su deficiencia provoca una producción inadecuada de hormona tiroidea y, por lo tanto, tiene múltiples efectos adversos sobre el crecimiento y el desarrollo, incluidos los trastornos mentales y el retraso del desarrollo físico.
− Ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (LC-PUFA): participan en el desarrollo visual y cognitivo y parece que también se asocian con la presión arterial y la respuesta inmunológica.
− Vitamina B12: juega un papel importante en el metabolismo humano. Su deficiencia conduce a manifestaciones hematológicas, neurológicas y psiquiátricas. En particular, durante la infancia, su deficiencia causa retraso en el crecimiento, trastornos del movimiento y retrasos duraderos en el desarrollo.
La deficiencia de vitamina B12 es frecuente en vegetarianos, pues se encuentra principalmente en alimentos de origen animal. Su riesgo es aún más frecuente en niños que en adultos, pues sus reservas corporales son mucho más bajas (reservas adultas: 1-4 mg vs. reservas infantiles: 25 µg), por lo que los signos de deficiencia en niños aparecen en pocas semanas (12). Por este motivo siempre se debe suplementar con vitamina B12 (Tabla I).
También se puede observar deficiencia de vitamina B12 en lactantes que reciben leche materna de madres con dicha deficiencia. El tratamiento temprano (antes de los 10-12 meses) de esta deficiencia implica la administración inmediata de vitamina B12 al niño y a la madre lactante, con un suplemento de 1.000 µg (la madre debe continuar recibiendo esta dosis de la vitamina cada mes) (12).
Por todos estos motivos, una dieta bien planificada y diversificada con suplementos adicionales de vitamina B12, vitamina D, yodo y, potencialmente, otros micronutrientes es crucial para garantizar una ingesta saludable y nutritiva durante la infancia (13).
POSTURAS DE DIFERENTES SOCIEDADES CIENTÍFICAS
Numerosas sociedades científicas (Academia Americana de Pediatría, Sociedad Canadiense de Pediatría, Asociación Española de Pediatría, Academia de Nutrición y Dietética, Sociedad Italiana para la Nutrición Humana, Sociedad Argentina de Pediatría, etc.) señalan como saludables dietas vegetarianas y veganas si son adecuadamente planificadas.
En cambio, otras sociedades (Sociedad Europea de Gastroenterología Pediátrica, Hepatología y Nutrición, Sociedad Alemana de Nutrición, Sociedad Alemana de Medicina Pediátrica y Adolescente, etc.) recomiendan una dieta omnívora equilibrada, que incluya muchos alimentos vegetales, como opción preferida para los niños (14).
En cualquier caso, siempre se aboga por que estas dietas sean adecuadamente supervisadas y suplementadas (15,16).
La Asociación Española de Pediatría (17) expresó una preferencia por la dieta omnívora y ovolactovegetariana sobre las dietas veganas en los niños y abogó por la suplementación obligatoria de B12 y la vigilancia continua de los nutrientes de riesgo.
RECOMENDACIONES POR GRUPOS DE EDAD
Es importante recordar siempre la suplementación recomendada por grupos de edad. Además, algunas recomendaciones específicas son (17):
− Lactantes vegetarianos y veganos: se debe fomentar y apoyar la lactancia materna, así como asegurar una ingesta materna adecuada de vitamina B12 y yodo (recordar suplementar). Si se utilizan fórmulas artificiales, las alternativas vegetarianas incluyen fórmulas de soja o de arroz hidrolizado. Es muy importante vigilar siempre el consumo de “fórmulas caseras” (aquellos preparados en casa sin control nutricional) y bebidas vegetales que no sean fórmulas específicas para cubrir la alimentación de los primeros meses de vida, pues no son nutricionalmente adecuadas.
− Durante la etapa de la introducción de la alimentación complementaria: se recomienda introducir de forma temprana (a partir de los seis meses) legumbres y derivados y, a continuación, huevo (en aquellas dietas que lo incluyan), seitán y frutos secos triturados. Se debe evitar el consumo de cereales infantiles con azúcar añadido o cereales hidrolizados (con mayor contenido de azúcares sencillos). Conviene recordar combinar la ingesta de hierro con vitamina C (legumbres o cereales integrales con verduras u hortalizas, cereales o frutos secos con frutas, etc.).
− Adolescentes: en este grupo de edad es prioritario asegurar una ingesta alta de proteínas y calcio. En mujeres, cabe recordar combinar hierro con vitamina C y evitar café, té e infusiones con las comidas, que interfieran con la absorción del hierro (especialmente desde la menarquia). Se debe asegurar siempre una adecuada integración familiar y social y tener muy presente que en esta edad cualquier dieta restrictiva debe hacernos descartar la posible presencia de un trastorno de la conducta alimentaria. Especial atención merecen aquellos que inician PBD en esta etapa (15).
CONCLUSIONES
− El número de familias y de niños que siguen dietas alternativas basadas en vegetales (vegetarianas, veganas, etc.) está aumentando.
− Esto presenta aspectos positivos (menos ácidos grasos saturados, proteína animal y colesterol, y más folato, fibra, antioxidantes, fitoquímicos y carotenoides), pero también aspectos negativos (bajo contenido de micronutrientes esenciales como hierro, zinc, vitamina B12, vitamina D, ácidos grasos omega-3, calcio y yodo).
− Las dietas veganas son técnicamente viables, pero conseguir una dieta vegana nutricionalmente completa para un niño requiere un compromiso sustancial, orientación experta, planificación, recursos, supervisión y suplementos.
− Los riesgos de deficiencias nutricionales y las consecuencias (en crecimiento y desarrollo mental y funcional) recaen en los niños veganos en particular, especialmente en losmás pequeños.