Introducción
El Centro Nacional de Salud Ambiental de Estados Unidos define la RUV como “una forma de radiación no ionizante emitida por el sol y fuentes artificiales.” La RUV en sus tres vertientes comprende el intervalo de longitudes de onda desde los 100 nanómetros (nm) hasta los 399 nm. El intervalo de frecuencias que comprende la radiación UVA (315-399nm), no es absorbido por la capa de ozono, penetrando en la epidermis y dermis; la radiación UVB (280-314nm) es mayoritariamente absorbida por la capa de ozono, pero la atraviesa parcialmente llegando a la epidermis; mientras que la radiación UVC (100-279 nm) es completamente absorbida por la capa de ozono(1). Dentro de las patologías producidas por la RUV, la radiación UVA es uno de los factores más importantes de melanogénesis y enrojecimiento de la piel, aumentando el fotoenvejecimiento cutáneo y el desarrollo del melanoma de tipo maligno. A la radiación UVB se le atribuyen las reacciones fototóxicas en la piel (quemaduras solares), causando también un efecto carcinogénico(2).
La disminución y destrucción de la capa de ozono está íntimamente relacionada con una mayor exposición a radiación solar y su componente de luz ultravioleta (UV) actuando como filtro de las radiaciones ultravioleta (RUV) de onda corta (alrededor de 290nm). Su deterioro puede provocar que deje de actuar como filtro de algunas, como las RUV-B (absorbe el 95%) e incluso comience a dejar de filtrar otras más nocivas como las RUV-C, aspecto que analizaremos más adelante(3). La preocupación que suscita la destrucción de la capa de ozono, llevó a la comunidad internacional a poner en marcha iniciativas de concienciación y control como la Convención de Viena para la Protección de la Capa de Ozono del 22 de marzo de 1985, aprobada y firmada por 28 naciones. Como resultado, se crearía en 1987 el Protocolo de Montreal sobre sustancias que destruyen la capa de ozono(4).
La RUV solar se encuentra presente en la vida diaria de muchos colectivos profesionales que trabajan a la intemperie como el sector agroalimentario; actividades lúdico-deportivas; construcción, entre otros grupos laborales que pueden estar expuestos a dicho factor(3). Este tipo de trabajadores expuestos al aumento de la temperatura terrestre junto a la disminución de la capa de ozono, tienen incrementada la exposición a la RUV, con el consiguiente riesgo derivado de sufrir patologías dermatológicas(5).
La RUV de origen solar se asocia a 2 tipos de cáncer:
El cáncer de piel no melanocítico o no melanoma presenta una menor mortalidad que el melanocítico, pero de no tratarse, se extiende por el organismo comprometiendo la supervivencia del paciente. Se forma en la parte más interior de la epidermis (la capa externa de la piel) o en las células escamosas. Destacan los subtipos: carcinoma basocelular y carcinoma de células escamosas.
El cáncer melanocítico o melanoma, es la forma de cáncer de piel más grave (causa >75% de muertes). Es un tipo de cáncer de piel que se origina en los melanocitos (las células que dan coloración a la piel).
Otras afecciones de la piel que pueden empeorar con la exposición a RUV solar son la queratosis actínica, la dermatomiositis y envejecimiento prematuro de la piel. La queratosis actínica se define como un crecimiento de la piel en áreas expuestas al Sol. Se clasifica como condición precancerosa y es factor de riesgo para el carcinoma de células escamosas. Por otra parte, la dermatomiositis se manifiesta en forma de sarpullido de color violeta o rojo oscuro. El envejecimiento prematuro de la piel es provocado por la exposición solar crónica, volviéndola gruesa, tensa y arrugada(6).
Los trabajadores que están expuestos a esta radiación durante la jornada laboral deben tener en cuenta que además de efectos inmediatos, posee efecto acumulativo, pudiendo producir daños a lo largo del tiempo. Por tanto, a mayor grado de exposición, más probables serán a sus efectos nocivos, pudiendo verse aumentados por la radiación infrarroja que también es emitida por el Sol(7).
Para determinar la peligrosidad de la exposición a la RUV, existe el denominado Índice de Radiación Ultravioleta (UVI). Este índice se organiza por
intervalos de valores que ayudan a saber qué protección debe llevar el trabajador(8), teniendo en cuenta entre otros, su fototipo de piel. Dicha peligrosidad está regulada por la Norma DIN 5050 sobre tipos básicos de piel de la población europea, por el Reglamento (CE) nº 1223/2009 sobre cremas solares y por el Anexo I del RD 773/1997 de 30 de mayo, sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas a la utilización por los trabajadores de equipos de protección individual (EPI) para la cabeza, ojos, cara, manos y brazos cuando el trabajador se encuentra expuesto al sol(9-11) .
En 2016, el Grupo de Trabajo en el Consenso Europeo declaró que existen numerosos estudios que afirman que los trabajadores expuestos a RUV tienen más probabilidades de desarrollar cáncer de piel no melanocítico, especialmente el carcinoma de células escamosas(12). Es importante destacar que el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) cataloga la radiación solar como cancerígeno del grupo 1(13).
En España, los fototipos más comunes son los fototipos II y III(14), siendo catalogada según su latitud como zona de riesgo 3 (Moderado), con el código de colores HEX #f7e400 (Amarillo). Según el fototipo del trabajador, éste tendrá una Dosis Eritematógena Mínima (DEM), que determinará el tiempo máximo de exposición solar que no cause efectos nocivos en la piel si no se utiliza ningún tipo de protección(15).
En cuanto al reconocimiento del cáncer de piel por exposición a RUV por exposición solar, el RD 1299/2006, de 10 de noviembre, por el que se aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en el sistema de la Seguridad Social no lo reconoce como enfermedad profesional(16).
Objetivos
Por todo lo descrito anteriormente, el objetivo principal de este trabajo es analizar la evidencia científica más actual sobre las consecuencias dermatológicas de los trabajadores expuestos a la RUV de origen solar.
Objetivos específicos
Identificar el tipo de actividad laboral con mayor riesgo a desarrollar alguna alteración dermatológica tras la exposición a RUV de origen solar.
Exponer las patologías dermatológicas de mayor frecuencia asociadas a la exposición a la radiación ultravioleta de origen solar en la literatura científica
Métodos
Se ha llevado a cabo una revisión sistemática exploratoria (Scoping Review) que permita la consecución de los objetivos planteados anteriormente, para la cual se realizó una búsqueda bibliográfica de artículos científicos publicados entre 2010 y 2022 (última referencia de agosto del año 2021).
Los componentes de la pregunta de la revisión de acuerdo con la estrategia PECO (Población-Exposición-Comparador-Outcome/Resultado) de la investigación quedan así: Población trabajadora de interior/exterior (P), Exposición a RUV de origen solar (E) y efectos cutáneos (O).
Las bases de datos consultadas fueron Medline, LILACS, Embase e IBECS, utilizándose descriptores y ecuaciones de búsqueda. (Véase Tabla 1).
En base a criterios de inclusión y exclusión (Véase Tabla 2) y a variables metodológicas (Véase Tabla 3) se seleccionaron los artículos recuperados para su posterior lectura sistemática.
Los artículos se evaluaron independientemente por cada investigador una vez seleccionados los títulos y resúmenes, haciendo una puesta en común de las controversias y consensuando la pertinencia de su inclusión o descarte en la lectura sistemática, siguiendo los criterios de inclusión/exclusión anteriormente expuestos.
La recuperación a texto completo se realizó a través de la Biblioteca Nacional de Ciencias de la Salud del Instituto de Salud Carlos III (Madrid), accediendo a las bases de datos que permitían la visualización del texto completo desde la conexión hospitalaria del Sistema Canario de Salud y a través de la Biblioteca Universitaria de la Laguna (Tenerife).
Para la lectura sistemática se diseñó una tabla de síntesis que incluía entre otros, los siguientes aspectos: identificación del artículo, metodología y resultados (Véase Tabla 4).
De cara a la calificación y valoración de la calidad de los artículos, se utilizó la Declaración STROBE para estudios observacionales de tipo Casos y Controles y Cohortes (corte de 6 puntos en el apartado de calidad metodológica, ítems 4 al 12), así como la declaración PRISMA para revisiones sistemáticas y CONSORT para ensayos clínicos y otras revisiones (finalmente no se incluyó en nuestro estudio ninguno de estos tipos de artículos). La declaración PRISMA-Scr 2019 se utilizó como modelo para el redactado de nuestra propia Scoping Review, otorgándole una puntuación de 18/22, destacando la puntuación 6 sobre 8 en el apartado metodológico (ítems 5 al 13).
Resultados
La Tabla 5muestra el número total de artículos recuperados en cada base de datos consultada tras aplicar las distintas ecuaciones de búsqueda, así como la secuencia utilizada para la selección de artículos incorporados a la revisión (Véase Figura 1).
Se recuperaron un total de 167 referencias, de las cuales 140 fueron excluidas por no cumplir los criterios de inclusión y 1 por duplicada. De las 26 referencias restantes válidas para la revisión, se procedió a su lectura, eliminando 8 artículos por cumplir alguno de los criterios de exclusión (estudios transversales y revisiones sistemáticas sin metaanálisis). El mismo proceso se siguió en el último cribado, eliminando 6 artículos más. El número de artículos que se utilizó finalmente para su lectura sistemática e inclusión en nuestra scoping review fue un total de 12.
Desde el punto de vista del análisis metodológico, el tipo de diseño de los estudios incluidos en la revisión fueron: 3 estudios de cohortes y 9 estudios de casos-control, con un alcance total de unas 800.000 personas, de las cuales aproximadamente 100.000 eran trabajadores expuestos.
Los resultados más destacados de los estudios analizados son los siguientes:
Trakatelli et al(17) (2016) en su estudio de casos y controles multicéntrico afirman que los trabajadores al aire libre presentan, entre otros, más signos de fotodermatosis (78,1%) que los trabajadores de interiores (65,5%). Además, los modelos de regresión logística multivariable muestran un riesgo significativamente mayor en agricultores/constructores con respecto a otros trabajadores que también se encuentran a la intemperie. Los resultados con IC 95% son: la queratosis actínica (OR para otros trabajadores a la intemperie=1,55; 1,09-2,18; OR agricultura/construcción=2,58 (1,93-3,44); carcinoma de células escamosas (OR otros trabajadores a la intemperie=1,32 (0,88-1,98); OR agricultura/construcción=2,77 (1,97-3,88); carcinoma basocelular (OR otros trabajadores a la intemperie= 1,53 (1,39-2,41); OR agricultura/construcción=1,83 (1,80-2,96)). En cuanto al cáncer melanocítico in situ, para trabajadores a la intemperie obtuvieron OR=1,38 (0,81-2,36) y para agricultores/constructores, OR= 1,14 (0,64-2,01). Para el cáncer melanocítico invasivo, para trabajadores a la intemperie, obtuvieron OR= 1.11 (0.79-1.55) y para agricultores/constructores, OR=1,37 (0,95-1,96). La OR en cáncer melanocítico fue igual a 1 en trabajadores de interior en cualquier caso.
Lindelöf et al(18) (2017) realizan un estudio de casos y controles donde observan un riesgo elevado de carcinoma basocelular para casi todas las categorías laborales estudiadas. Con IC 95%: abogados OR 2,69, dentistas OR 2,69 y médicos OR 2,47 son las profesiones con mayor riesgo para ambos sexos. Refieren que la incidencia de carcinoma basocelular en Suecia es similar entre trabajadores de exteriores-interiores.
Dos Santos et al(19) (2012) en su estudio de cohortes sobre trabajadores aéreos de Reino Unido, obtienen que las tasas de melanoma cutáneo habían aumentado en las profesiones analizadas con respecto a otros estudios realizados anteriormente: tripulación de vuelo (SIR (IC 95%) = 1,87; 1,45-2,38) y controladores aéreos (SIR (IC 95%) = 2,66; 1,55-4,25). Concluyen que la piel que se quema fácilmente cuando se expone a la luz solar (p = 0,001) y tomar el sol para broncearse (p=0,07), son los factores de riesgo más fuertes de melanoma cutáneo en ambas profesiones.
Kachuri et al(20) (2017) estudian la asociación entre cáncer cutáneo y exposición a pesticidas, agentes sensibilizantes y radiación solar en una cohorte de 70.570 agricultores, evidenciando que en hombres y mujeres hubo un aumento de riesgo de melanoma (HR 1,15; IC 95% = 1,02-1,31), (HR 1,79; IC 95% = 1,17-2,73).
Fortes et al(21) (2016) de un total de 800 participantes, 399 casos con diagnóstico de melanoma y 401 control, sugieren una interacción entre plaguicidas y exposición solar ocupacional (OR 1,98; IC 95% = 1,20-13,6), destacando que los sujetos expuestos tanto a pesticidas como a exposición solar a nivel ocupacional tienen mayor riesgo de melanoma que los no expuestos al sol a nivel ocupacional (OR 4,68; IC 95% = 1,29-17,0).
Ghiorzo et al(22) (2012), analizan el riesgo de padecer melanoma cutáneo con la presencia de ciertas variantes genéticas (CDKN2A positivo y CDKN2A negativo) y ambientales, en un total de 929 miembros a estudio (439 casos de melanoma cutáneo y 490 controles). Con respecto a la exposición solar ocupacional continua en personas con CDKN2A positivo y CDKN2A negativo, encontraron que aumentaba considerablemente el riesgo de melanoma cutáneo respectivamente (OR 6,86; IC 95% = 1,20-39,26) (OR 5,84; IC 95% = 2,08-16,45).
Kitchener et al(23) (2021) estudian 5.780 casos con algún tipo de cáncer, melanocítico y/o queratinocítico (no melanocítico) (basocelular y/o escamoso) y 5.409 controles, no encontrando riesgo significativo entre padecer cáncer melanocítico y el ser agricultor con respecto a otras profesiones (OR 1,07; IC 95% = 0,7-1,7). Sí encuentran relación respecto a cáncer queratinocítico (basocelular y/o escamoso) y ser agricultor (OR 2,65; IC 95% = 2,2-3,1).
Ferreira et al(24) (2017) investigan a 245 trabajadores trasplantados de riñón, 64 casos con algún tipo diagnóstico de cáncer no melanocítico (basocelular y/o escamoso) y 181 controles. Obtienen que los que habían tenido una exposición solar laboral tienen mayor riesgo significativo de cáncer no melanocítico que los trabajadores de interiores (OR 4,1; IC 95% = 2,1-8,1), mayor riesgo si exposición recreativa solar durante todo el día (OR 3,0; IC 95% = 1,4-6,1); mayor riesgo si >50 años respecto más jóvenes (OR 5,4; 95% = 2,3-12,9); mayor riesgo si fototipo I-III (OR 3,7;IC 95% = 1,6-8,7); y mayor riesgo si duración del trasplante >80 meses respecto a trasplantados recientes (OR 3,3; IC 95% = 1,6-6,5).
Kenborg et al(25) (2010) en su estudio de casos y controles, donde 52.573 casos tenían algún tipo de cáncer melanocítico, no melanocítico (basocelular y/o escamoso) y/o cáncer de labio y 67.283 control sin diagnóstico, encuentra que trabajadores al aire libre durante >10 años tienen riesgo aumentado de cáncer de piel no melanoma con respecto a trabajadores de interior o con menos años de exposición laboral (OR 0,83; IC 95% = 0,77-0,88). Los trabajadores de exterior mostraron que la situación anatómica del cáncer de piel anteriormente nombrados era principalmente en tronco, extremidades superiores o inferiores (OR oscilante de 0,36 a 0,86 con IC al 95%).
Szewczyk et al(26) (2016) realizan un estudio de cohortes retrospectivo con una muestra de 312 pacientes tratados por carcinoma basocelular en el Greater Poland Cancer Center entre los años 2007-2013, de los cuales 102 eran agricultores. Obtienen mayor recurrencia de la enfermedad en agricultores (OR 5,94; IC 95% = 2,86-12,33) y mayor presencia de la misma en nariz y mejillas comparados con la población general (OR 2,19; IC 95 % = 1,35-3,57).
Vuong et al(27) (2013) analizan el riesgo de melanoma relacionado con la exposición solar ocupacional en 2 estudios casos y controles con una muestra total de 2.371 trabajadores. No encuentran una asociación consistente entre exposición solar ocupacional y la aparición de melanoma. Encuentran cierta relación con la exposición a radiación solar de forma irregular, es decir, alta entre semana y baja los fines de semana y viceversa (OR=1,23; 95%, IC:0,89-1,71) con respecto a exposición más regular, aunque no es estadísticamente significativa. La asociación entre la enfermedad y la exposición solar ocupacional también parece ser más relevante si se realiza el análisis teniendo en cuenta todos los casos de enfermedad sin separarlos por zonas anatómicas (OR 1,22, IC 95% = 0,82-1,81) (tampoco es significativa). Sin embargo, aunque estas dos últimas asociaciones que hace el estudio no lleguen a ser estadísticamente significativas, estudios con mayor precisión pueden mostrar que dichas asociaciones existen.
Parks et al(28) (2020) llevan a cabo un estudio de casos y controles relacionando las RUV y la aparición de dermatomiositis, en una muestra de 1.350 personas incluidas en el registro nacional de miositis de Estados Unidos. Destaca no significativamente que personas con trabajos con alta exposición solar tienen riesgo aumentado de padecer dermatomiositis en comparación con las otras enfermedades a estudio (OR 1,36; IC 95% = 0,96 -1,93), siendo esta asociación mayor en hombres (OR=1,70; IC 95% = 1,00-2,90), aunque tampoco es un resultado significativo. Sí encuentran asociación significativa entre aparición de la enfermedad y haber tenido dos o más quemaduras solares en el año previo al diagnóstico (OR= 1,77; IC 95% = 1,28-2,43).
Discusión
A continuación, se procede a discutir los resultados de los diferentes estudios en función de los objetivos que abarcan, enfrentándolos y comparándolos entre ellos.
La discusión se ha estructurado según los 2 objetivos específicos formulados.
En relación al primer objetivo específico: Actividades laborales con mayor riesgo a desarrollar alguna alteración dermatológica tras la exposición a RUV de origen solar.
Estudios como el de Trakatelli et al(17), afirman que los trabajadores al aire libre tienen mayor riesgo de padecer cáncer no melanocítico y queratosis actínica comparado con los de interior, independientemente de sus actividades de ocio. Concluyen que los trabajadores de exterior tienen más signos de fotoenvejecimiento que los de interior (78,1% vs. 65,5%). En esta línea concuerdan Kenborg et al(25), añadiendo además que agricultores y trabajadores de la construcción con exposición solar contínua durante más de 10 años, tienen un 45% menos riesgo de cáncer no melanocítico respecto a trabajadores con exposiciones intermitentes. Vuong et al(27) también afirman que existe mayor riesgo en aquellos trabajadores con exposiciones intermitentes en comparación con aquellos que tienen patrones regulares, aunque no es un riesgo estadísticamente significativo. El tipo de exposición (contínua vs intermitente) fue sugerido también en el estudio de Dos Santos et al(19), donde obtuvieron mayor incidencia de cáncer melanocítico en tripulantes de vuelo, relacionándolo posteriormente con posibles sesgos como tomar el sol durante las escalas entre vuelos de forma intermitente.
Los resultados de 3 primeros estudios anteriormente nombrados (17,25,27), contrastan con uno de los estudios analizados, el realizado en Suecia por Lindelöf et al(18) que determinan mayor riesgo de cáncer basocelular en trabajadores de interior (dentistas y médicos) con respecto a profesionales que trabajaban en exterior (jardineros, granjeros o pescadores). Al profundizar en el estudio, los autores reflejan que los resultados fueron debidos a la exposición solar intermitente que tenían los trabajadores durante su tiempo de ocio, variable que no habían tenido en cuenta controlar cuando comenzaron su estudio. Este estudio sí puede apreciarse como complementario al de Dos Santos et al(19) ya que ambos concluyen que es la influencia del ocio con exposición solar el que tiene relación con las patologías cutáneas ya sea cáncer melanocítico o no melanocítico (basocelular) en trabajadores de interior.
Szewczyk et al(26) detectan que el 33% de pacientes tratados por carcinoma basocelular en Polonia son agricultores, aunque representan solo el 12,9% de la población del país. Esto reafirma los estudios de Kachuri et al(20) y Fortes et al(21)que también tratan sobre agricultores, estimando un alto riesgo de padecer cáncer melanocítico y cáncer de labio, en relación a la exposición a RUV. Fortes et al(21) señalan además una posible sinergia entre riesgo de cáncer melanocítico y exposición a pesticidas, resultados que también reflejan Kachuri et al(20) en su estudio también realizado sobre agricultores.
En relación al género de los trabajadores, Parks et al(28) observan en su estudio que los hombres son más propensos que las mujeres a exposiciones laborales de riesgo por RUV, aspecto que coincide con un ensayo clínico aleatorio (no incluido en la revisión) llevado a cabo en norteamérica por Duffy et al(29), donde el perfil de trabajador que menos hábitos de protección solar tiene es el de hombres jóvenes con barreras para acceder a métodos de protección solar.
Respecto al objetivo específico 2: Patologías dermatológicas de mayor frecuencia asociadas a la exposición a la radiación ultravioleta de origen solar en la literatura científica.
En esta scoping review, 6 de los 12 estudios revisados abordan la problemática del cáncer de piel de tipo no melanocítico(17,18,23-26). (Véase Tabla 6).
Autor | Año | Diseño | Muestra | Medida de asociación | Puntuación STROBE |
---|---|---|---|---|---|
Trakatelli M, Barkitzi K, Apap C, Majewski S, De Vries E, EPIDERM group. | 2016. | Casos y controles multicéntri-co. | 3.279. | Otros trabajadores a la intemperie= OR: 1,32 (1,32-2,77) Agricultura/construcción = OR: 2,77 (1,97-3,88) Otros trabajadores a la intemperie= OR: 1,53 (1,39-2,41) Agricultura/construcción = OR: 1,83 (1,80-2,96) | 20/22 |
Szewczyk.M, Pazdrowski J, Golunski P, Danczak- Pazdrowska A, Luczewski L, Marszalek S. | 2015. | Cohortes retrospectivo. | 312 (102 agricultores y 210 no agricultores) | Carcinoma en nariz y mejilla = OR: 2.19 (1,35-3,57) Comienzo más temprano de la enfermedad = OR: 0.90 (0,88-0,93) Recurrencia de la enfermedad = OR: 5.94 (2,86-12,33) | 17/22 |
Ferreira R, Ogawa M.M., Nascimento L.F.C., Tomimori J. | 2017. | Casos y controles. | 64 Casos. 181 Controles. | OR = 4,1 (2,1-8,1) | 19/22 |
Kenborg L, Jørgensen AD, Budtz-Jørgensen E, Knudsen LE, Hansen. | 2010. | Casos y controles. | 52573 casos. 67283 controles. | OR = 0,83 (0,77- 0,88) | 19/22 |
Lindelof B, Lapins J, Dal H. | 2017 | Casos-controles | 74.247 casos. 574.055 controles | Abogados = OR: 2.69 (2,36-3,06) Dentistas = OR: 2,69 (2,35- 3,08) Médicos= OR: 2,47 (2,24-2,74) | 20/22 |
Kitchener S, Pinidiyapathirage J, Hunter K. | 2021. | Casos y controles. | 5780 casos. 5409 controles. | Agricultores= OR: 2,65 (2,2-3,1) | 17/22 |
Dentro del cáncer no melanocítico, el de tipo basocelular es objeto de estudio en los 6 artículos anteriormente nombrados(17,18,23-26), representando un 50% del total. Haciendo referencia al otro tipo de cáncer no melanocítico, el de tipo escamoso, es estudiado en 5 de los 12 estudios analizados(17,18,23-25), representando un 41% del total.
Respecto al cáncer melanocítico, 8 de los 12 estudios de esta scoping review, incluidos algunos de los anteriormente vistos que abarcan varios tipos de cáncer, abordan esta patología (17,19-23,25,27). (Véase Tabla 7). Representan un 66% del total.
Autor | Año | Diseño | Muestra | Medida de asociación | Puntuación STROBE |
---|---|---|---|---|---|
Trakatelli M, Barkitzi K, Apap C, Majewski S, De Vries E, EPIDERM group | 2016. | Casos-controles multicéntrico | Total Casos: 1728 casos de cáncer de piel (910 trabajaron al aire libre ) Total Controles: 1551 controles (506 trabajaron al aire libre) N Total: 3.279. | Melanoma in situ Interior OR= 1 Otros exterior: OR: 1.38 (0,81-2,36) Agricultores/constructores OR=1.14 (0,64-2,36) Melanoma Invasivo Interior OR=1 Otros exterior OR= 1.11 (0,79-1,55) Agricultores/constructores OR= 1.37 (0,95-1,96) | 20/22 |
Dos Santos Silva I, De Stavola B, Pizzi C, Evans AD, Evans SA | 2012. | 2 muestras de Cohortes. | Cohorte tripulación: 16329. Cohorte controladores aéreos: 3165. | Melanoma cutáneo SIR 1= 1,87 (1,45-2,38) SIR 2= 2,66 (1,55-4,25) | 22/22 |
Vuong K McGeechan K, Armstrong B,K, AMFS Investigators, GEM Investigators, Cust A.E. | 2013. | 2 muestras de Casos y controles. | Total casos: 1667. Total controles: 2653. | Exposición solar ocupacional y melanoma en cuello y cara= OR: 0.56 (0,36-0,86) Exposición solar ocupacional y melanoma en MMSS= OR: 0.66 (0,42-1,02) Exposición solar >8h y riesgo de melanoma= OR: 1,22 (0,82- 1,81) Exposición solar de forma regular (fines de semana y laborables) y riesgo de melanoma= OR: 0.99 (0,67-1,469) Exposición solar de forma irregular y melanoma= OR: 1.23 (0,89-1,71) | 19/22 |
Kitchener S, Pinidiyapathirage J, Hunter K. | 2021. | Casos y controles. | 5780 casos. 5409 controles. | Melanoma cutáneo OR: 1,07 (0,7-1,7) | 17/22 |
Kenborg L, Jørgensen AD, Budtz-Jørgensen E, Knudsen LE, Hansen. | 2012. | Casos y controles. | 52573 casos. 67283 controles. | Melanoma cutáneo OR: 0,97 (0,84-1,11) | 19/22 |
Kachuri L., Harris M.A., MacLeod J.S., Tjepkema M., Peters P.A., Demers P.A. | 2017. | Cohortes. | 9515. | Melanoma cutáneo Hombres= HR: 1,15 (1,02-1,31) Agricultores= HR: 1,79 (1,17-2,73) | 22/22 |
Fortes C, Mastroeni S, Segatto M, Hohmann C, Miligi L, Bakos L. | 2016. | Casos y control. | 399 casos. 401 control. | Melanoma cutáneo: Uso de plaguicidas durante 10 años o más= OR: 7,40 (1,91-28,7) Exposición al menos a dos tipos de pesticidas= OR: 4,04 (0,49-8,03) Interacción entre plaguicidas y la exposición solar ocupacional= OR: 1,98 (1,20-13,6) Expuestos a pesticidas con exposición solar a nivel ocupacional y no expuestos a sol a nivel ocupacional= OR: 4,68 (1,29-1,70). | 20/22 |
Ghiorzo P, Bonelli L, Pastorino L, Bruno W, Barile M, Andreotti V et al. | 2012 | Casos-control | 439 casos 490 controles | Los nevus cutáneos y riesgo de melanoma cutáneo si gen CDKN2A += OR: 2,44 (1,25-4,54) Fototipo I y II en gen CDKN2A + y melanoma= OR: 1,98 (0,7-5,58) Fototipo I y II en gen CDKN2A - y melanoma= OR: 1,45 (0,92-2,29) Exposición ocupacional continua con presencia del gen CDKN2A + y melanoma cutáneo= OR: 6,86 (1,20-39,26) y CDKN2A - melanoma cutáneo= OR: 5,84 (2,08-16,45) Quemaduras solares a edades muy tempranas < 10 años con gen CDKN2A + y melanoma cutáneo= OR: 3,28 (0,95-11,31) y CDKN2A - melanoma cutáneo= OR: 2,40 (1,35-4,29) Uso de protección solar y riesgo de padecer melanoma cutáneo con gen CDKN= OR: 0,37 (0,22-0,63). | 18/22 |
Por último, 2 de los 12 estudios analizan enfermedades dermatológicas precancerígenas y/o paraneoplásicas (17),(28). (Véase Tabla 8). Se trata de la queratosis actínica, analizada por Trakatelli et al(17) y la dermatomiositis, analizada por Parks et al(28). Ambas patologías por separado representan aproximadamente un 8,3%, alrededor de 16% del total.
De manera ordenada según frecuencia, tenemos como principal patología representativa del total de artículos al cáncer melanocítico con un 66%, al cáncer basocelular con un 50%, al cáncer escamoso con un 41%, a la queratosis actínica con un 8% y a la dermatomiositis con un 8%.
Limitaciones del estudio
Como limitaciones en nuestro estudio, resaltamos la escasez de artículos sobre cáncer de piel por RUV solares en trabajadores, en comparación con estudios realizados sobre población general.
Subrayamos también la dificultad manifiesta de los diferentes autores para diferenciar/controlar las exposiciones laborales a RUV solares respecto de las exposiciones recreativas, siendo estas últimas el mayor sesgo encontrado durante el estudio.
Conclusiones
La revisión panorámica realizada permite tener un conocimiento actualizado sobre la influencia de la RUV de origen solar y la exposición laboral, permitiendo conseguir el objetivo general planteado al comienzo del estudio.
En relación al primer objetivo, con la literatura científica revisada se evidencia que los trabajadores que con más frecuencia presentan patologías de la piel son aquellos que trabajan al aire libre (agricultores, jardineros, trabajadores de la construcción, etc.), siendo el perfil principal el de hombres con varios años de desempeño en el puesto, así como los trabajadores que tienen exposición solar de manera intermitente ya sea laboral o en su tiempo ocio (controladores aéreos, tripulantes de vuelo, etc.),
Respectivamente, las patologías más frecuentes de la literatura analizada son el cáncer melanocítico, el cáncer basocelular, el cáncer escamoso, la queratosis actínica y la dermatomiositis.
Los resultados de los artículos revisados evidencian que, además del nivel de RUV de origen solar recibido por los trabajadores y la variable tiempo de exposición, es necesario asegurar que la anamnesis clínico-laboral refleje factores como el uso de fitosanitarios en el trabajo, inmunosupresión, exposición solar recreativa, hábitos de protección, número de años desempeñando el trabajo, etc. Hay que tener en cuenta también factores intrínsecos del trabajador que afectan a su sensibilidad a los rayos UV, como edad, sexo, genética y fenotipo.
Estas conclusiones nos conducen a recomendar acciones preventivas dirigidas a proteger al trabajador. Basándonos en el artículo 15 de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre de Prevención de Riesgos laborales, se deben llevar a cabo medidas que eviten y/o combatan los riesgos que entraña el puesto de trabajo desempeñado, destacando la necesidad de generar campañas de sensibilización por parte de agentes sanitarios o preventivos, además de aportar gratuitamente y formar a los trabajadores para el uso correcto de los equipos de protección individual, como las cremas de protección solar (30,11).
Señalamos la necesidad de que la enfermera especialista del trabajo domine una metodología que adecue la crema solar y otras medidas preventivas al perfil del trabajador, aumentando su formación sobre esta problemática, equiparando sus conocimientos a los de enfermeras de unidades dermatológicas u oncológicas. Haciendo referencia a la protección de la salud de los grupos laborales con exposición a RUV de origen solar, abogamos por realizar un seguimiento especial a dichos grupos a lo largo del tiempo, así como continuar investigando la asociación entre patologías dermatológicas de origen laboral, la exposición a RUV de origen solar y el estado de la capa de ozono, ya que son temáticas de interés global con gran impacto en la salud mundial.