Introducción
Ciertos estudios longitudinales muestran cómo personas que han sufrido traumas o eventos vitales negativos en la infancia son capaces de adaptarse de manera exitosa a su vida adulta.1 Además, estudios previos muestran que no todas las personas sometidas a situaciones adversas o que padecen alguna enfermedad desarrollan conductas patológicas o negativas, sino que ciertas personas tienen la capacidad de superar la situación y salir fortalecidos.2 3-4 Estas investigaciones son el germen de una nueva visión de la enfermedad y del ser humano más optimista, que valora las virtudes y las fortalezas de la persona y su capacidad de desarrollar competencias a partir de las dificultades.2,3 Estos y posteriores estudios son el origen del concepto de resiliencia, que aparece en los años 70, mostrando la capacidad personal de resistir las adversidades estoica y serenamente.1 2-3
La resiliencia ha sido definida como la capacidad para afrontar las adversidades o pérdidas de la vida y transformarlas positivamente, avanzando y superando las dificultades.3 Este concepto ofrece una visión esperanzadora de las personas que experimentan traumas y padecimientos, mostrando la capacidad personal de afrontar o recuperarse con éxito de situaciones adversas, a través de la utilización de los propios recursos personales, la potenciación de propias fortalezas y puntos fuertes, la superación individual y el desarrollo de competencias.5,6 En este sentido, se considera que una persona tiene un patrón resiliente cuando posee respuestas de adaptación positiva frente a una tragedia, un trauma o una adversidad y es capaz de progresar significativamente frente a los estresores de la vida.7
La resiliencia es considerada además un factor de protección de la salud,2 siendo una herramienta eficaz para la promoción de la salud en Enfermería.5 Por lo tanto, conocer los factores que influyen en que las personas superen sus infortunios y se enfrenten a la enfermedad de forma eficaz, y fomentar estas potencialidades en todos los pacientes, incorporando estas herramientas a los programas sanitarios, ayudará a aumentar la salud de la población.5
Sabemos que el profesional de enfermería está sometido durante su actividad profesional a grandes tensiones al cuidar a personas que viven momentos difíciles (diagnósticos de enfermedades crónicas, aceptación de la muerte, etc.). Y estas situaciones pueden repercutir en su salud física y emocional.8 Por lo que sería conveniente potenciar la resiliencia del personal de enfermería durante las intervenciones con pacientes que experimentan sufrimiento.
Por otra parte, frente a la tradicional distancia entre el profesional y el paciente durante la relación terapéutica promovida por la biomedicina, la corriente de la Medicina Basada en Narrativas (MBN) propone recuperar la cercanía con el paciente y comprender su experiencia de sufrimiento.9 En este sentido la resiliencia nos permite, como señala Carver, “entender cómo y por qué algunas personas resisten y se benefician de experiencias extremadamente adversas”.3 Además, si como profesionales somos capaces de enseñar esta habilidad a la población, se obtendrán grandes beneficios para el Sistema Sanitario.3
Como proveedores de cuidados, la resiliencia aporta frescura y positividad a nuestras interacciones con los pacientes, animándonos a promover en los ellos factores como la confianza, la seguridad, la positividad, la fe en sí mismo, la convicción o las ganas de vivir y de vencer la batalla a una enfermedad o un hecho traumático relacionado con la salud, con el objetivo de que la persona se enriquezca y sea capaz de aumentar sus potencialidades movilizando todos los recursos disponibles (entorno, servicios y redes sociales).5,10 De este modo, la resiliencia permite ampliar la mirada del profesional más allá de los síntomas del paciente y descubrir también los recursos que las personas tienen en su entorno para la prevención y la promoción de estilos de vida saludables.10 Además, desde 2008 los profesionales de enfermería disponemos de tres diagnósticos enfermeros relacionados con la resiliencia que nos capacitan a diagnosticar y realizar planes de cuidados que incluyan este concepto: Deterioro de la resiliencia, Disposición para mejorar la resiliencia y Riesgo de Deterioro de la resiliencia.11 Por lo tanto, el concepto de resiliencia está dentro de las competencias profesionales de los profesionales de enfermería.12 A pesar de ello, muchos profesionales continúan sin conocer este concepto en profundidad y sus implicaciones para la Enfermería.12 Además, la mayor parte de los estudios han analizado la resiliencia en estudiantes de enfermería o en pacientes, siendo escasos los estudios que indagan en las potencialidades de la resiliencia para los profesionales de enfermería. El objetivo de este estudio es conocer las potencialidades de la resiliencia para los profesionales de enfermería tras el análisis de la evidencia científica.
Metodología
Se realizó una revisión narrativa en las bases de datos MEDLINE (PubMed), SCOPUS, Scielo, Dialnet y CUIDEN de artículos publicados en inglés y castellano hasta diciembre de 2016, que indagaran en las potencialidades de la resiliencia para el trabajo de los profesionales de enfermería. Dos revisores realizaron de manera independiente la búsqueda, siendo posteriormente consensuada. Se utilizaron las siguientes palabras clave que fueron combinadas de diferente modo según la base de datos analizada: resiliencia, enfermería, profesionales de enfermería y cuidados de enfermería.
Además se realizó una búsqueda de literatura gris en la bases de datos de Tesis Doctorales y Trabajos Fin de Grado y una búsqueda acumulativa a través de la revisión de los listados de referencias de los artículos encontrados.
Los criterios de inclusión utilizados fueron: 1) artículos publicados en inglés o castellano en las bases de datos seleccionadas; 2) investigaciones que indagaran en las potencialidades del concepto de resiliencia para los profesionales de enfermería; y 3) investigaciones cualitativas, cuantitativas, mixtas o revisiones sistemáticas. Además, se siguieron los siguientes criterios de exclusión: 1) investigaciones realizadas en el ámbito docente; y 2) investigaciones que utilizaran en su muestra estudiantes de enfermería.
Tras la búsqueda en las bases de datos seleccionadas y aplicar los criterios de inclusión y exclusión, se encontraron 1221 documentos, de los cuales se incluyeron 17 artículos en esta revisión narrativa al cumplir los criterios de inclusión.1-5,8,10,12 13 14 15 16 17 18 19 20-21
Resultados
Los resultados de los estudios analizados reflejan la importancia del abordaje interdisciplinar a la hora de realizar intervenciones encaminadas a la promoción de la resiliencia. En este sentido, es destacable el hecho de que gran parte de las investigaciones encontradas sobre la resiliencia fueron desarrolladas en equipos interdisciplinares, en los que participaron no solo profesionales de Enfermería, sino también de disciplinas como Trabajo Social, Pedagogía, Sociología, Medicina o Psicología entre otras, destacando la Psicología y dentro de esta la Psicooncología.2,8,12Además, los artículos analizados destacan a la Enfermería entre las profesiones sanitarias más interesadas en realizar investigaciones relacionadas con la resiliencia.12, 21
Observamos que el concepto de resiliencia adopta diferentes matices según las escuelas que las investigaciones toman como modelo.4,5,8 En este sentido, la Escuela Anglosajona otorga importancia a la interacción persona-ambiente y a las diferentes formas en que los individuos responden a las amenazas del medio. Además la Escuela Anglosajona presta atención a la dinámica que favorece la adaptación positiva a la adversidad, destacando los mecanismos protectores o factores de protección implicados en la resiliencia.4,5,8 Por otra parte, la Escuela Europea se centra en los aspectos psicológicos, afirmando que para que la persona adquiera respuestas resilientes, es preciso modificar su ambiente enriqueciéndolo con factores protectores, entre los que se incluyen los aspectos psicológicos y culturales que determinan la manera de ver el mundo y el afrontamiento de las experiencias traumáticas. Además, esta escuela aporta el concepto de “tutor de resiliencia” para referirse a los profesionales que facilitan a sus pacientes tener una visión optimista de su situación.4,5,8 Finalmente la Escuela Latinoamericana se centra en la resiliencia comunitaria, afirmando que el proceso salud-enfermedad es una situación causada por la estructura de la sociedad y producto del proceso social en el que se encuentra el país. De este modo, se modifica el objeto de estudio y la postura del observador, considerando que las comunidades resilientes cuentan con un muro protector, surgido de sus propias condiciones y valores, que permite transformar los eventos negativos y construir sobre ellos.4,5,8
Los estudios analizados incluyen diferentes definiciones de resiliencia que se recogen en la tabla 1. A pesar de las diferencias en las definiciones propuestas, casi todas tienen en común la noción de adversidad, entendida como una situación de riesgo, amenaza, trauma o enfermedad, en definitiva una situación difícil que requiere una adaptación positiva1-5,8 o superación.10,13 14 15-16 Además, los estudios destacan que en la dinámica de cambio de la resiliencia desempeñan un papel relevante factores como los mecanismos emocionales, cognitivos y socioculturales (familia, autoestima, etc.) que influyen en el desarrollo causado por un hecho traumático1-5,8 o de alto riesgo.10,13 14 15-16
Autores/año | Definición |
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Osborn, 1993 | Concepto genérico referido a una amplia gama de factores de riesgo y los resultados de competencia. Puede ser producto de una conjunción entre los factores ambientales, como el temperamento, y un tipo de habilidad cognitiva que tienen los niños cuando son muy pequeños. |
Grotberg, 1995 | Capacidad humana universal para hacer rente a las adversidades de la vida, superarlas o incluso ser transformado por ellas. La resiliencia es parte del proceso evolutivo y debe ser promovida desde la niñez. |
Suárez Ojeda y Kraukf, 1995 | Combinación de factores que permiten a un ser humano, afrontar y superar los problemas y adversidades de la vida, y construir sobre ellos. |
Manciaux, 2003 | La resiliencia está compuesta por dos facetas inseparables. Por un lado, la destrucción o el descalabro y por otro, la reconstrucción, la dinámica existencial, el proyecto de una vida nueva o de una vida mejorada y reanudada. |
Cyrulnik, 2005 | Capacidad de los seres humanos sometidos a los efectos de una adversidad, de superarla e incluso salir fortalecidos de la situación. |
Rutter, 2007 | Es un proceso, no una característica o rasgo personal, sino un estado de adaptación de éxito que puede darse en una misma persona, no necesariamente frente a todo tipo de riesgos, ni en todas las áreas del desarrollo. |
En relación a los beneficios de la resiliencia, los estudios incluidos muestran las bondades de la resiliencia para los pacientes,12 destacando su capacidad para mejorar la calidad de vida y el bienestar en pacientes crónicos.14 En relación a la utilidad de la resiliencia para la práctica profesional en Enfermería, los estudios analizados hallan una relación positiva entre tener una mayor capacidad de resiliencia y cifras menores de prevalencia de estrés postraumático, ansiedad, depresión y Síndrome de Burnout.8 Además, encontramos otras potencialidades de la resiliencia frente a la adversidad laboral17 o la falta de personal en las instituciones sanitarias.21 En este sentido, los estudios analizados muestran que la resiliencia promueve el desarrollo de fortalezas personales y disminuye la vulnerabilidad en profesionales de Enfermería a través de las siguientes estrategias: construyendo relaciones profesionales positivas, mejorando la positividad, desarrollando la intuición emocional, proporcionando un equilibrio en la vida personal y en la espiritualidad y mejorando de la capacidad de reflexión.17 Además, los estudios analizados muestran que la resiliencia es una potente herramienta para que los profesionales de enfermería puedan afrontar situaciones estresantes derivadas de las presiones laborales o del contacto permanente con el sufrimiento humano.18,21 En este sentido, la resiliencia es un factor clave para el afrontamiento, influyendo directamente en el bienestar psicológico de los profesionales.19,20
En relación a los ámbitos donde se ha estudiado la resiliencia, observamos que los estudios latinoamericanos se han focalizado en analizar la situación concreta de los países o en colectivos vulnerables como la mujer o la infancia,12 planteando acciones dirigidas a potenciar la autoestima y resolución de problemas. Además, también hay estudios enfocados a mejorar la competencia social de los profesionales de enfermería.5,10 En España, la producción científica sobre resiliencia en Enfermería aún no es muy abundante, destacando los estudios que la analizan en los propios profesionales de enfermería,8,12,18,19 jóvenes o en áreas concretas de especialización como unidades de agudos, salud mental, emergencias, urgencias, pediatría y oncología.3,4
En relación a la puesta en marcha de intervenciones que potencien la resiliencia, uno de los estudios analizados propone seguir el Modelo Teórico del Sistema Conductual de Dorothy Johnson centrado en cómo el paciente se adapta a la enfermedad y cómo el estrés presente o potencial puede afectar a su capacidad de adaptación.10 Para Johnson, el objetivo de la enfermería es reducir el estrés del paciente de modo que este pueda avanzar con mayor facilidad en su proceso de recuperación. Así, el fin de este modelo es mantener y recuperar el equilibrio del paciente, ayudándole a conseguir un nivel óptimo de funcionamiento. Dentro de este modelo, las intervenciones de enfermería ayudarían al paciente a enfrentarse de manera positiva a sus amenazas, promoviendo su resiliencia. Por este motivo, este modelo se relaciona con el concepto de resiliencia, entendido como la capacidad que va adquiriendo la persona para poder enfrentar satisfactoriamente los distintos factores de riesgo, y a la vez ser fortalecido como resultado de esa situación.10 Otro de los estudios analizados propone realizar intervenciones encaminadas a que los profesionales de enfermería mejoren su propia capacidad de resiliencia, tanto a nivel pregrado como postgrado,17,21 destacando la necesidad de incorporar a los planes de estudios de enfermería competencias relacionadas con la construcción de la propia resiliencia y realizar intervenciones de formación continuada con profesionales para que puedan adquirir o profundizar en competencias relacionadas con la resiliencia.17,21 En esta línea, los estudios analizados confirman la eficacia del sistema de apoyo a través de mentores para capacitar a los profesionales en estas competencias.17
Finalmente, los estudios analizados muestran que el concepto de resiliencia ha sido ampliamente estudiado en las ciencias sociales, sin embargo para las ciencias de la salud, y en especial para la enfermería, es un concepto relativamente nuevo y con interesantes potencialidades por descubrir.15 Entre las propuestas de mejora, los estudios incluyen la necesidad de desarrollar programas de intervención en resiliencia que potencien los factores protectores con el objetivo de ayudar, tanto a la población como a los propios profesionales, a ser más resilientes.8,21
Discusión
Esta revisión narrativa confirma la importancia de la resiliencia como factor protector de la salud y su utilidad para los profesionales de enfermería para la puesta en marcha de intervenciones encaminadas a la promoción de la salud, mejorar las propias fortalezas personales y la capacidad de afrontamiento, disminuir la vulnerabilidad profesional y mejorar los cuidados prestados. Así, la resiliencia ayuda a los profesionales a mirar más allá de la sintomatología y a descubrir y utilizar todos los recursos disponibles para el paciente (entorno, servicios y redes sociales). Además, la resiliencia es una herramienta clave para la mejora de las fortalezas personales de los profesionales, que contribuye a prevenir la vulnerabilidad durante su desempeño profesional.
Sabemos que la mejora del bienestar integral de las personas es una de las bases de todo sistema de salud, siendo la resiliencia una herramienta útil para este fin que no solo debe implicar al personal sanitario, sino también a los pacientes, a sus familias y a las instituciones sanitarias.8 En este sentido, los estudios analizados reportan una asociación positiva de la resiliencia con la calidad de vida y el bienestar en diferentes grupos poblacionales, especialmente en pacientes crónicos.14
En relación a los beneficios reportados en profesionales de enfermería, trabajar con el concepto de resiliencia es una estrategia y una oportunidad para mejorar las intervenciones de Enfermería,10 siendo un facilitador del proceso de salud de la población y repercutiendo directamente en la mejora de la atención.5,8,13 Los resultados de los estudios analizados siguen esta línea confirmando que promocionar la resiliencia entre el personal sanitario reporta resultados positivos para la atención, especialmente en el caso de profesionales que trabajan en condiciones laborales duras y extresantes.8,17,18,21
Además, desde la incorporación de los diagnósticos enfermeros relacionados con la resiliencia, los profesionales de enfermería estamos capacitados para realizar intervenciones de enfermería encaminadas a detectar la vulnerabilidad del paciente relacionada con su habilidad para mantener un patrón de respuesta positiva ante una situación adversa o crisis (diagnostico enfermero: Riesgo de deterioro de la resiliencia), ayudar al paciente en los casos en los que manifieste un deseo de mejorar su resiliencia (diagnóstico enfermero: Disposición para mejorar la resiliencia) y detectar la reducción de la capacidad para mantener un patrón de respuestas positivas ante una situación adversa o de crisis (diagnostico enfermero: Deterioro de la resiliencia).11,12
Por otra parte, sabemos que los profesionales de enfermería trabajan directamente con personas que sufren y atraviesan momentos difíciles, siendo por lo tanto importante que los profesionales desarrollen su propia capacidad de resiliencia.18,21 En esta línea, los resultados de esta revisión muestran que una mayor capacidad de resiliencia se relaciona directamente con una menor prevalencia de estrés postraumático, ansiedad, depresión, vulnerabilidad profesional y Síndrome de Burnout. Así como con la mejora de las propias fortalezas personales y la capacidad de afrontar la adversidad laboral.8,18 19 20-21
Por todo lo anterior se puede considerar que la resiliencia es de gran interés para la Enfermería, permitiéndonos diseñar intervenciones en salud que contribuyan a reforzar los factores protectores de los pacientes y transformarlos en factores de superación en situaciones difíciles.
A pesar de que en los últimos años se ha incrementado notoriamente el número de estudios interesados en el concepto de resiliencia, son necesarios más estudios que ayuden a clarificar la naturaleza de los procesos de resiliencia y analizar la efectividad de intervenciones encaminadas a la promoción de la resiliencia. En este sentido indagar los modos en los que las personas desarrollan atributos flexibles para hacer frente a la adversidad es un reto para la sociedad y para la Enfermería.13,16
Debido a todos los beneficios reportados por la resiliencia, sería recomendable aumentar los conocimientos de los profesionales de enfermería relacionados con este concepto, no solo durante la formación universitaria,8 sino también incorporando la formación en resiliencia a los programas de formación continuada.17
Conclusión
La resiliencia es una herramienta útil para promover la salud de la población. Esta herramienta ayuda a los profesionales de enfermería a desplegar un enfoque positivo de la salud y a promover las propias potencialidades de la persona frente a las adversidades o a situaciones difíciles, en un proceso de adaptación exitosa y de transformación personal que le permita salir airosa de la situación a pesar de las características negativas que conlleva. Además, la mejora de la resiliencia en los profesionales contribuye al desarrollo de las fortalezas personales y mejora la capacidad de afrontamiento frente a las situaciones que puedan aparecer en la práctica clínica.
Es necesario incorporar la resiliencia dentro de los programas de formación y reciclaje profesional. Además son necesarios más estudios que ayuden a mejorar la comprensión de los factores que influyen en el proceso de resiliencia.