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Index de Enfermería

versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.30 no.3 Granada jul./sep. 2021  Epub 06-Jun-2022

 

TEORIZACIONES

Mindfulness y Salud Mental: diálogos entre la Enfermería y la Psicología Positiva

Mindfulness and Mental Health: dialogs between Nursing and Positive Psychology

Fabio Scorsolini-Comin (orcid: 0000-0001-6281-3371)1  , Vivian Fukumasu da Cunha (orcid: 0000-0002-0963-956X)1  , Adriana Inocenti Miasso (orcid: 0000-0003-1726-7169)1  , Sandra Cristina Pillon (orcid: 0000-0001-8902-7549)1 

1Departamento de Enfermagem Psiquiátrica e Ciências Humanas, Escola de Enfermagem de Ribeirão Preto, Universidade de São Paulo, Brasil

Resumen

Objetivo principal:

Reflexionar sobre la meditación mindfulness como posibilidad de diálogo entre la Enfermería y la Psicología Positiva, enfocándose en la atención de la salud mental, con el respaldo de los efectos y las bases de mindfulness para comprender la forma de atención complementaria que es ajena a la medicalización y al modelo biomédico, y que está alineada con los supuestos de la Psicología Positiva.

Metodología:

Un estudio teórico de reflexión sobre meditación mindfulness y la interfaz de las contribuciones de la Psicología Positiva.

Resultados principales:

Mindfulness puede pensarse como un recurso para promover el bienestar y desarrollar estrategias que deriven en resultados más positivos en términos de salud mental.

Conclusión principal:

El campo de la Enfermería, imbuido de supuestos aportados por el diálogo con la Psicología Positiva, puede delinear intervenciones de salud mental que sirvan para el desarrollo de aspectos considerados esenciales para la salud y la atención.

Palabras clave Meditación; Atención plena; Salud mental

Abstract

Main objective:

To reflect on mindfulness meditation as a possibility of dialog between Nursing and Positive Psychology, focusing on mental health care, supported by the effects and foundations of mindfulness to understand a form of complementary care that escapes medicalization and the biomedical model, and which aligns with the assumptions of Positive Psychology.

Methodology:

A reflection theoretical study on mindfulness meditation and the interface of the contributions from Positive Psychology.

Main results:

Mindfulness can be thought of as a resource for the promotion of well-being and for the development of strategies that lead to more positive outcomes in terms of mental health.

Main conclusion:

The field of Nursing, imbued with assumptions brought by the dialog with Positive Psychology, can outline mental health interventions that act in the development of aspects considered essential for health and care.

Keywords Meditation; Full attention; Mental health

Introducción

El campo de la salud mental se ha desarrollado sobre la base de los esfuerzos de diversidad de conocimientos académicos y diferentes categorías profesionales, la Enfermería entre ellas, con una vasta tradición en investigación y desempeño profesional en esta área. El campo conocido como Enfermería Psiquiátrica surge como una posibilidad para comprender la salud mental y desempeñarse en ese ámbito yendo más allá de la práctica biomédica, contando con delineamientos y propuestas específicos sobre el manejo de una persona con estrés psicológico. Sin embargo, la Enfermería no solo se ha percibido como una disciplina que tiene mucho por aportar a la producción de conocimientos en salud mental, sino que también compone un lugar de intervención y reflexión constante. Este movimiento se hace evidente cuando los profesionales de enfermería son designados como población objetivo en diversos diseños de este campo, en un área más relacionada con la salud de los trabajadores y la salud mental en el trabajo. En consecuencia, el movimiento que se acciona rescata tanto el rol de la Enfermería, y particularmente el de la Enfermería Psiquiátrica, en la composición del área de salud mental como conocimiento y práctica, tal lo destacado por la Enfermería en su carácter de categoría profesional a menudo representada en investigaciones que tienen como objetivo estudiar las características de los procesos de salud y enfermedad.

Por lo tanto, se han realizado varias investigaciones como una manera de comprender los efectos de la práctica de enfermería en términos de la salud mental de sus profesionales, por ejemplo. Tales repercusiones parecen estar asociadas con una atención que ya se inicia en la formación de los enfermeros, ante los miedos de cometer errores, de fallar, de la posibilidad de no estar bien preparados1 y van desarrollándose en la investigación de aspectos como ansiedad, depresión, estrés, sobrecarga y burnout, además de una mayor propensión al consumo de alcohol y otras drogas en esta categoría profesional.2 Se tiene presente que la profesión también termina derivando en otros procesos de enfermedades físicas, como dolor lumbar, lesiones musculoesqueléticas y dermatitis, con mayor probabilidad de exposición a accidentes con objetos punzantes y perforantes y contaminación ambiental.3 Estas investigaciones consideran que los profesionales de enfermería a menudo deben hacer frente a aspectos de difícil manejo y repercusiones emocionales de peso, que serían la base para desarrollar patologías asociadas al trabajo.

En otras palabras, tales desarrollos se señalan ampliamente en la literatura científica, a menudo como consecuencias de un amplio repertorio de actividades científicas de los profesionales de enfermería que implica extenuantes jornadas laborales, el ritmo de los turnos de trabajo, necesidad de conciliar dos o más trabajos, necesidad de prestar atención al detalle y rigor en los procedimientos más diversos, manejo de situaciones de emergencia y estrés grave, dificultades en la comunicación con el paciente y con el equipo de trabajo, necesidad de lidiar con procedimientos técnicos y agotadores, reiteradamente, además de aspectos como escasa remuneración y capacitación insuficiente para apoyar ciertas rutinas profesionales.4 En el ámbito de estos estudios, surgen investigaciones sobre los efectos de estos procesos sobre la calidad del trabajo y también sobre el desarrollo de estrategias de afrontamiento por parte de estos profesionales, además de capacidad de recuperación ante el estrés ocupacional.5

Sobre la base de estas notas, esta reflexión teórica propone un acercamiento de estos temas relacionados con la salud mental de los profesionales de enfermería con una forma de atención complementaria ajena a la lógica de la medicalización y del modelo biomédico del tratamiento de trastornos y enfermedades mentales resultantes del trabajo. En el ámbito de Brasil, el debate sobre prácticas complementarias de salud ha ganado prominencia en relación a políticas públicas vinculadas con el Sistema Único de Salud (SUS). Las llamadas Prácticas Integradoras y Complementarias (PIC) fueron reconocidas en el año 2006 por el Ministerio de Salud como una forma de estimular la responsabilidad conjunta en la búsqueda de nuevas alternativas para afrontar problemas de salud. Esta política, denominada Política Nacional de Prácticas Integradoras y Complementarias (PNPIC) en el SUS, tiene como objetivo garantizar la integralidad de la atención, con énfasis en la prevención y en la promoción y la recuperación de la salud, estableciendo en la lista de estas intervenciones prácticas como homeopatía, acupuntura, medicina tradicional china, plantas medicinales, fitoterapia, reiki y meditación.6

A partir de esta política y la expansión del debate sobre integralidad, abordamos el universo de la meditación, una habilidad que nos permite ser menos reactivos a lo que nos está sucediendo, en relación con experiencias, sean positivas, neutrales o negativas, a fin de reducir el nivel de sufrimiento y aumentar la sensación de bienestar.7 La práctica de mindfulness puede considerarse como una de las herramientas de la Psicología Positiva,8 un enfoque en el que se sitúa este trabajo para desarrollar auto-regulación emocional y, en consecuencia, promover mayor bienestar, a modo de enfocarse en la atención plena, en el momento actual, tal como se describe a continuación. Sobre la base de lo antes expuesto, nuestro objetivo es analizar la meditación mindfulness como posibilidad de diálogo entre la Enfermería y la Psicología Positiva, concentrándonos en la atención de la salud mental.

La meditación mindfulness, sus efectos neuropsicológicos y su repercusión en la salud mental

El término mindfulness puede referirse a un constructo teórico, el ejercicio de cultivar la atención plena7 (que puede suceder, por ejemplo, a partir de la meditación, según se analiza en este estudio); o a procesos psicológicos que hacen referencia a mecanismos cerebrales específicos. La meditación mindfulness es una práctica y un modo de conciencia que ha sido la base de intervenciones innovadoras en atención y promoción de la salud, descrita en dos componentes: (1) en relación con procesos cognitivos, auto-regulación y mantener la atención en la experiencia inmediata; y (2) en relación con procesos emocionales, adopción de una postura de curiosidad, apertura y aceptación de las experiencias del momento actual.9Mindfulness también se conceptualiza como una habilidad que permite que quien la practica expanda un espacio ya existente entre un estímulo y su respuesta, pueda tomar decisiones más conscientes y prevenga la perpetuación de patrones de comportamientos disfuncionales, evitando así reacciones automáticas y contribuyendo a mejorar su bienestar.10

Con respecto a la necesidad de diferenciar mindfulness de otros conceptos asociados, Silveira et al. advierten que esta práctica se presenta de diferente manera a partir de los estados conscientes de auto-concepto, esquemas, relatos y creencias, ya que se entiende que tales conceptos pasan por un tamiz de criterio reflexivo.11 A partir de esto puede entenderse que la diferencia de mindfulness para procesos cognitivos basados en la auto-reflexión, como la auto-conciencia, es preocuparse por la calidad de la experiencia consciente al momento en que sucede, a diferencia de los contenidos reflexivos que tematiza.

Mindfulness implica acciones como estar alerta en todo momento, atención intencional al momento actual, y atención plena enfocada en la tarea que se está realizando. Este enfoque en el momento nos permite estar presente en situaciones en forma incondicional, generando energía, claridad mental y bienestar, características que pueden desarrollarse a partir del entrenamiento en meditación.7 Estar enfocado e inmerso en el momento actual puede resultar importante a fin de mantener una atención que considera fundamentalmente los aspectos adaptativos de la experiencia y puede generar cambios conductuales.

En relación con las características de mindfulness, Germer destaca seis puntos principales:7 (a) es una percepción intuitiva y clara de procesos mentales; (b) no puede expresarse con palabras; (c) hace referencia al momento actual; (d) la alerta sucede si nos agrada algo que estamos viviendo; (e) es una experiencia íntima e inhibida del cuerpo y la mente; y (f) estar en alerta constante permite cierta liberación en relación con el sufrimiento condicionado. La práctica de mindfulness puede aprenderse por medio de entrenamientos formales o informales. La práctica formal, por medio de ejercicios de meditación, permite una experiencia más profunda y, a largo plazo, con repercusiones más expresivas en términos de mayor bienestar.

Lazar señala que la meditación con un enfoque de concentración intensa puede permitir la apertura a experiencias sensoriales, emociones y pensamientos.12 Esta autora rescata una serie de estudios que verifican repercusiones como la desactivación de una red de regiones cerebrales conocida como la red en modo estándar, promoviendo un estado de atención focalizada caracterizado por mínima desviación mental y actividad auto-referenciada. Además, reporta cambios en la estructura cerebral en personas que practican meditación durante períodos prolongados y con gran intensidad, lo que sugiere cambios en la materia gris, la ínsula anterior derecha, el giro temporal inferior izquierdo y el hipocampo.

Pese a los cambios en los estados mentales responsables de las sensaciones de bienestar y posibles asociaciones con estados psicológicos positivos, uno de los estudios realizados en el contexto de Brasil13 investigó las diferencias de la banda teta en la región frontal entre practicantes principiantes y avanzados de meditación mindfulness. Los autores señalaron la capacidad de los practicantes más experimentados para limitar el procesamiento de información necesaria y elevar el nivel de conciencia acerca del contenido esencial de la experiencia presente. Los cambios agudos en la banda teta durante la meditación pueden relacionarse con el proceso de concentración típico de cualquier técnica de meditación, no exclusivamente de mindfulness. Sin embargo, una menor frecuencia en la actividad frontal de la onda teta parece ser un rasgo de esta práctica, lo que sugiere mayor atención sostenida con una actitud de aceptación y carente de opinión.

Otro estudio realizado por Menezes et al. evaluó los efectos de cinco días de meditación enfocada en la relación entre la interferencia emocional y la ansiedad.14 Los resultados demostraron que la meditación puede ayudar a modular el efecto de la ansiedad sobre el sesgo para estímulos negativos, y que incluso una breve sesión puede facilitar procesos de auto-regulación. Con respecto a la relación entre mindfulness y la Enfermería, una revisión de la literatura señaló que es una intervención de bajo costo, eficiente para controlar el síndrome de burnout y para mejorar el bienestar.15 Sin embargo, destacamos la necesidad de confirmar sus efectos en el complejo contexto de la interacción entre estrés profesional, atención al paciente, satisfacción profesional, costos administrativos y estrés ocupacional.

Si se considera que la atención plena parece ser un factor moderador para la influencia de elevados niveles de estrés para el desarrollo de agotamiento emocional en profesionales que trabajan en la atención primaria de la salud, la investigación realizada por Atanes et al. reveló que los médicos y enfermeros presentaron niveles más bajos de atención plena y más elevados de estrés percibido en comparación con otras categorías profesionales.16 Además, señaló asociaciones entre mindfulness, el estrés percibido y el bienestar subjetivo con estos profesionales. La atención plena es un componente que se evoca a menudo en estudios alineados con la Psicología Positiva, según se señala a continuación.

Mindfulness, bienestar y Psicología Positiva

La Psicología Positiva es una corriente que está interesada en comprender la influencia de la auto-percepción y emociones positivas en vista del bienestar de las personas. Ha surgido hace pocos años como una perspectiva contemporánea con especial énfasis en cuestiones que implican la promoción de la salud y características para una buena calidad de vida, como esfuerzos por mejorar la salud emocional, en entablar relaciones interpersonales positivas y en fortalecer potencialidades ya desarrolladas por los individuos en su vida diaria para afrontar diversas situaciones. La Psicología Positiva comenzó a ser conocida por el público general en el año 1998, cuando el estadounidense Martin Seligman, en aquel entonces presidente de la Asociación Estadounidense de Psicología (American Psychological Association, APA), presentó su perspectiva al mundo, dándole así mayor visibilidad a partir de la difusión de la evidencia obtenida en varios estudios. Sin embargo, el término Psicología Positiva fue creado por Maslow en la década de 1950, con una fuerte influencia humanística sobre la elaboración de esta perspectiva.17 En la época contemporánea, puede considerarse que la Psicología Positiva se constituye como un campo independiente, aunque dialoga en forma directa con perspectivas tanto humanísticas como cognitivas, precisamente debido a sus conceptos, técnicas y aplicaciones, especialmente en el área de salud mental.

En un escenario en el que la Psicología estaba enfocada desproporcionadamente en la patología y en la reparación del daño, que también podría explicarse por el inicio de la posguerra, el referencial de la Psicología Positiva se preocupó por prestar atención a los aspectos saludables del desarrollo humano, por lo que consecuentemente se enfocó en los factores de protección involucrados en la posibilidad de generar mayor bienestar, de promover una mejor adaptación de los individuos a su contexto, y de promover salud y calidad de vida.18 No solo eso, la Psicología Positiva surgió como un enfoque que invitó a los investigadores a realizar un análisis más allá de la enfermedad, es decir, no se consideraba la dolencia, pero sí se buscaba desarrollar una forma de observar esa patología de una manera nueva, con más propuestas y comprometida con las potencialidades reales para recuperar la salud. Fue así que la Psicología Positiva se hizo popular en todo el mundo en la década de 1990, y este pensamiento se ha usado en conjunto con otros enfoques y técnicas, en un intento por promover la salud y el bienestar a través de estrategias que consideran al ser humano con todas sus posibilidades, incluso si algunos aspectos (físico, emocional o social, por ejemplo) están comprometidos y no funcionan plenamente. Se debe considerar que esta perspectiva más enfocada en los aspectos positivos y saludables no es novedad en el campo de la salud, pero la Psicología Positiva goza del mérito de reunir evidencias que demuestran la aplicabilidad de estos conceptos en la investigación; es decir, confiere un repertorio empírico que, de hecho, modifica el foco de atención del investigador: de reparar lo que no está bien o no es positivo (por ejemplo: los procesos de una enfermedad) a potenciar lo que ya tiene la persona.

El Bienestar Subjetivo (BS) es uno de los conceptos centrales de la Psicología Positiva y, pese a desacuerdos teóricos relacionados con su conceptualización, se ha llegado a un consenso con respecto a sus dimensiones: satisfacción con la vida y gran frecuencia de afectos positivos y pocos afectos negativos.18 Inicialmente conocido como el estudio científico de la felicidad, el bienestar puede estudiarse de diferentes maneras y desde distintas perspectivas. Para Seligman,18 el BS no es una medida exhaustiva, sino varios elementos que aportan en su construcción, mientras que la satisfacción con la vida es un elemento de evaluación que compara condiciones y contextos que dependen del criterio del individuo, de su parámetro de comparación. En consecuencia, el significado de las experiencias de los individuos se construye socialmente a través de creencias, presunciones y expectativas sobre el mundo. Como la cultura influye sobre la personalidad y la personalidad influencia a la cultura, ambos niveles de análisis son fundamentales para comprender al BS dentro de una perspectiva cultural.17,18

De acuerdo con Menezes y Tatton-Ramos, la práctica de mindfulness se presenta como una estrategia que emplea la Psicología Positiva en la promoción del bienestar, que tiene lugar a través de una mayor conciencia del propio ser y del desarrollo de auto-regulación emocional.8 También agregan que ya existen algunos programas asociados con la Psicología Positiva y con el enfoque cognitivo, como ser la Terapia Cognitiva Basada en Mindfulness e incluso técnicas lúdicas como la Arteterapia Basada en Mindfulness, también con interlocuciones con la Terapia Dialéctica Conductual y con la Terapia de Aceptación y Compromiso. Estos programas parecen estar asociados en cierto modo con la promoción de un mejor BS, estando relacionados con la mayor expresión de afectos positivos, reducción en los niveles de afectos negativos y expansión de la evaluación cognitiva en términos de satisfacción con la vida. Sobre la base de estas consideraciones, la práctica de mindfulness se asocia directamente con el intento de promover el BS, a fin de ampliar cualitativamente la noción de salud y, con ellos, abordar lo que de hecho sería la felicidad en términos científicos, según se defiende en las bases de la creación de la Psicología Positiva y la delimitación del BS.

La literatura científica ha señalado importantes repercusiones de la meditación mindfulness sobre la salud mental de quienes la practican, con ejercicios que pueden desarrollarse en pocas semanas, por ejemplo.7,8,14 Dichas prácticas están asociadas con menores síntomas de estrés, depresión y ansiedad, y pueden ser un importante instrumento para promover la salud mental, especialmente en áreas profesionales que requieren un gran compromiso y tratan con temas que pueden desencadenar estados mentales negativos, como la Enfermería.2 Al reducir los niveles de estrés, depresión y ansiedad, también promueven la reducción en la magnitud de afectos negativos, lo que hace posible una mejor evaluación en términos de BS. En otras palabras, reducir las sensaciones no placenteras y potenciar aspectos positivos, como la capacidad para desarrollar recursos de afrontamiento, son acciones que están directamente asociadas con la práctica de mindfulness y son proclamadas por la Psicología Positiva.

Diversos estudios realizados con profesionales de Enfermería verifican los beneficios de la práctica de mindfulness en la promoción de la salud y en la reducción de los síntomas de estrés, depresión y ansiedad.19 Atanes et al. encontraron diagnósticos similares, con la recomendación de desarrollar y evaluar programas de mindfulness.16 El panorama de estudios e intervenciones que se explora en este artículo muestra la posibilidad de pensar en la meditación mindfulness como una potencialidad para promover el bienestar y, en consecuencia, para desarrollar estrategias que, de hecho, deriven en resultados más positivos en términos de salud mental, diferenciando el significado de la inclusión de prácticas integradoras en sistemas formales de atención de la salud. También refuerza la posibilidad de una práctica que destaque al sujeto como un elemento fundamental del autocuidado y del cuidado a los demás, permitiendo así la apertura a una relación más humana, atenta y empática.20

El área de la Enfermería, imbuida de presunciones aportadas por el diálogo con la Psicología Positiva, puede delinear intervenciones en salud mental que se basen tanto en la práctica de mindfulness como en ejercicios dirigidos al desarrollo de aspectos saludables en las personas, como ser gratitud y compasión, consideradas como puntos fuertes para la salud16 y también para el cuidado. La propuesta es para que el campo de la salud mental, considerado una de las áreas prioritarias de la atención de Enfermería Psiquiátrica, pueda beneficiarse de una perspectiva más apreciativa con respecto a las capacidades de afrontamiento de individuos, clientes, pacientes y usuarios, expandiendo así las formas de promover y evaluar la atención de la salud. La atención plena es una de las posibilidades que se presentan y que ha recibido gran interés en la investigación contemporánea, lo que puede demostrarse con las diversas evidencias positivas que recomiendan su práctica7,12, resumidas en este artículo.

Resulta obvio que esta práctica debe incluirse en vista de su integración con otras propuestas en salud mental, en una perspectiva de atención de la salud enfocada en el desarrollo de potencialidades y en una postura de responsabilidad conjunta, al igual que proclamada en los supuestos de la humanización, también alineados con los principios de la Psicología Positiva. Esto equivale a considerar que la práctica de meditación, aislada de un contexto de atención de la salud que la valide y empodere como una práctica de atención legítima, no constituye una forma de atención de la salud que promueve una nueva perspectiva con respecto a la atención de Enfermería Psiquiátrica. La propuesta que se defiende aquí y es respaldada por la evidencia científica es expandir el diálogo con las prácticas ya disponibles en los dispositivos de salud, de una manera complementaria e integrada, orientando la atención en salud mental de un modo más apreciativo y potente.

A partir del panorama expuesto, se puede entender que la Psicología Positiva puede no solo contribuir al respaldo teórico de las prácticas de mindfulness, sino también facilitar el desarrollo de acciones complementarias para promover la salud mental. Las intervenciones basadas en mindfulness, incluso con su acción comprobada en términos concretos y cambios observables, no pueden ser un instrumento único para promover la salud mental. En el contexto de la Enfermería, por ejemplo, se recupera la posibilidad de realizar y mejorar constantemente estas intervenciones, lo que no significa desarrollar acciones meramente enfocadas en esta modalidad de meditación. Las inversiones en salud mental no pueden concentrarse solamente en una categoría profesional o en priorizar ciertas estrategias, sino en considerar la situación integral, fortalecer a las personas, a las relaciones y a las instituciones.

Consideraciones finales

Aunque la literatura reconoce la necesidad de implementar programas de promoción de la salud entre los profesionales de Enfermería,4 todavía hay pocas intervenciones que empleen la práctica de mindfulness como una estrategia de atención de la salud,16 como en la concepción de la Psicología Positiva. Por lo tanto, en consonancia con la literatura, y considerando las exigencias del contexto de los profesionales, se pretende desarrollar un diálogo tanto con la producción de Enfermería como con la meditación mindfulness, en busca de evidencias para una atención de la salud efectiva, dentro de una política dirigida a desarrollar prácticas integradoras y complementarias ajustadas a la provisión de atención de la salud pública, gratuita y de referencia.

La capacitación de profesionales a través de ejercicios de mindfulness puede ser útil no solamente para verificar la efectividad del modelo o incluso para evidenciar los efectos de la técnica; también puede servir como diseño para la atención de enfermería, promoviendo un debate sobre las estrategias de recepción y atención para esos profesionales, al igual que su constante actualización ante las nuevas prácticas complementarias e integradoras en salud. La práctica de meditación puede representar una invitación para que los profesionales de enfermería puedan acudir a sus referencias presentes, desarrollando atención plena y haciendo posible un enfoque más apropiado sobre los problemas experimentados en el trabajo diario, por ejemplo. Al establecer la meditación como una herramienta de atención de la salud o como una estrategia de atención al trabajador, se desarrolla un diálogo más cercano con la Psicología Positiva en el sentido de dar mayor visibilidad a los aspectos de protección del ser humano. Al desarrollar la posibilidad de estar completamente enfocado en el presente, también es posible enfocarse en los problemas en términos de sus posibilidades reales de solución, privilegiando así una perspectiva apreciativa y con propuestas que procura interrumpir el enfoque excesivo en los procesos de las enfermedades y la consiguiente medicalización del sufrimiento psíquico, tal lo consagrado en la literatura biomédica. Generar y promover salud pueden y deben ser acciones que la atención de enfermería fortalezca cada vez más en su interfaz con la Psicología Positiva.

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Recibido: 04 de Diciembre de 2020; Aprobado: 18 de Febrero de 2021

CORRESPONDENCIA: fabio.scorsolini@usp.br (Fabio Scorsolini-Comin)

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