Introducción
La pandemia de Covid-19 ha provocado un aumento exponencial del número de hospitalizados y de muertos en todo el mundo, confrontando a los profesionales de la salud con una situación compleja y sin precedentes. Estos se han visto expuestos a un ambiente laboral exigente, particularmente condicionado por un horario rotatorio, una carga horaria elevada y funciones complejas, constituyendo riesgos psicosociales para la aparición y agravamiento de innumerables enfermedades.1 Si unimos a este patrón, los bajos niveles de resiliencia emocional documentados entre los profesionales de la salud2 y la dinámica excepcional de un contexto pandémico, donde el riesgo de contraer la enfermedad es elevado, se hace evidente las consecuencias negativas de estos factores en la calidad de vida de los profesionales.
Actualmente existe un fuerte cuerpo de evidencias científicas, a las cuales mucho han contribuido las revistas de enfermería, que demuestra que ambientes psicosociales estresantes, relacionados con el contenido y con la organización del trabajo, así como con las relaciones interpersonales, tienen un efecto negativo en la salud mental y física y en la seguridad de los profesionales.3,4 En un estudio realizado durante la pandemia en Unidades de Cuidados Intensivos en España, se encontró que 36,3% de los profesionales manifestaron estrés, 32,6% insomnio, 31,8% ansiedad, 21,5% sobrecarga laboral, 11,8% depresión y 2,2% pesadillas.5
Motivados por la situación excepcional vivida por los enfermeros en sus lugares de trabajo y preocupados por las repercusiones que puedan ocurrir en su salud, bienestar y calidad de vida, se decidió realizar un estudio cuyos objetivos fueron comprender el impacto del cuidado de la persona sospechosa o infectada confirmado por el SARS-CoV-2 en la calidad de vida y los factores de riesgo psicosocial de las enfermeras de un hospital público en Portugal; e identificar asociaciones entre las características sociodemográficas de los enfermeros y la calidad de vida y los factores de riesgo psicosociales.
Método
Se realizó un estudio exploratorio y descriptivo, cuya población fueron enfermeros de una unidad hospitalaria del sur de Portugal que ejercen funciones en servicios dedicados (parcial o totalmente) al tratamiento de pacientes con Covid-19, en particular el Servicio de Urgencia General, el servicio de Urgencia Pediátrica, el servicio de Medicina Intensiva Covid (SMI Covid), el servicio de Medicina Covid I, el servicio de Medicina Covid II y el servicio de Cirugía Covid.
La recogida de datos tuvo lugar entre el 15 y el 28 de febrero de 2021 (coincidiendo con la 3ª ola de la pandemia en Portugal) y durante este período los investigadores entregaron un cuestionario a todos los enfermeros involucrados en la prestación directa de atención a estos enfermos. El instrumento de recogida de datos se organizó en tres partes:
Caracterización sociodemográfica, que incluye información sobre el servicio, la edad, el sexo, la categoría profesional, el número de horas semanales de atención directa a los pacientes sospechosos o con Covid-19 y la contracción de Covid-19.
Evaluación de la calidad de vida a través de la World Health Organization Quality of Life Instruments - Bref (WHOQOL-BREF). Este instrumento fue desarrollado por la OMS y está traducido y validado para la población portuguesa, presentando propiedades psicométricas adecuadas. Se centra en 4 áreas: físico, psicológico, relaciones sociales y medio ambiente, y se compone de 26 preguntas a las que los participantes deben responder con referencia a los 15 días anteriores a la cumplimentación del cuestionario.6
Evaluación de los factores de riesgo psicosocial a través del Copenhagen Psychosocial Questionnaire (COPSOQ II). Esta herramienta fue desarrollada por el Danish National Institute for Occupational Health in Copenhagen y está traducida y validada para la población portuguesa, permitiendo identificar los factores de riesgo psicosociales asociados al contexto laboral. Se utilizó la versión compuesta por 29 dimensiones en un total de 76 cuestiones, donde se evalúan las exigencias laborales, la organización y el contenido del trabajo, las relaciones sociales y el liderazgo, la interfaz trabajo-individuo, los valores en el lugar de trabajo, la personalidad, la salud y el bienestar y los comportamientos ofensivos.7
Los datos fueron introducidos en el SPSS y analizados con recurso a la estadística descriptiva y al crosstabs, lo que permitió cruzar las variables en estudio.
El proyecto de investigación fue sometido a la Comisión de Ética para la Salud de la unidad hospitalaria y mereció su aprobación.
Resultados
Se entregaron 165 cuestionarios a las enfermeras que cumplían los criterios de inclusión y se devolvieron 135. Sin embargo, 8 estaban parcialmente rellenados, por lo que la muestra estaba constituida por 127 cuestionarios válidos, representando el 77% del total de enfermeros encuestados. Los servicios que presentaron mayores tasas de participación con respecto a la población de estudio fueron los servicios de Medicina Covid I y II y el servicio de Urgencia General (ver tabla 1). De la totalidad de elementos de la muestra, 31,5% son enfermeros del servicio de Urgencia General, 22,8% del servicio de Medicina Covid I, 15% del SMI Covid, 12,6% del servicio de Cirugía Covid, 10,2% del servicio de Medicina Covid II y 7,9% del servicio de Urgencia Pediátrica.
Servicio | Enfermeros que cumplen con los criterios de inclusión | Número de cuestionarios respondidos | Número de cuestionarios válidos | Proporción de elementos de la muestra en relación con la población objetivo |
---|---|---|---|---|
Servicio de Cirugía Covid | 29 | 17 | 16 | 55,2% |
Servicio de Urgencias Pediátricas | 14 | 14 | 10 | 71,4% |
Servicio de Urgencias | 43 | 40 | 40 | 93% |
Servicio de Medicina Covid I | 31 | 30 | 29 | 93,5% |
Servicio de Medicina Covid II | 14 | 14 | 13 | 92,9% |
Servicio de Medicina Intensiva Covid | 34 | 20 | 19 | 55,9% |
Enfermeros totales | 165 | 135 | 127 | |
Promedio | 77% |
Los grupos de edad con mayor representatividad son de 20 a 29 años y de 30 a 39 años, sumando el 72,3% de la muestra. En cuanto al sexo, el 76,4 % es femenino y el 23,6 % masculino. La gran mayoría son enfermeros de cuidados generales y solo 19,7% especialistas.
En lo que se refiere a la prestación directa de atención a pacientes Covid-19 positivo, el 27,6% de la muestra presta entre 8 a 24 horas semanales, el 26% entre 25 a 35 horas y el 46,5% más de 35 horas. Una cuarta parte de las enfermeras dio positivo para Covid-19.
WHOQOL-Bref. En cuanto a la percepción general de calidad de vida y salud, en una escala métrica de entre 0 y 100 (en la que el valor 100 se refiere a la calidad de vida y salud máximas), se observa que los enfermeros presentan una puntuación media de 64,8 puntos y en los ámbitos físico, psicológico y en las relaciones sociales, la puntuación es ligeramente superior. Por otro lado, en relación al ambiente, la puntuación fue inferior, denotando una menor calidad de vida en este dominio (ver gráfico 1).
COPSOQII. Del análisis de los resultados del COPSOQ II se identificaron tres factores de alto riesgo psicosocial para la salud de las enfermeras, en particular las exigencias cognitivas y emocionales y su influencia en el trabajo. Estos factores surgen destacados a negrilla en la tabla 2. En situación de riesgo intermedio (cursiva) se identificaron 19 factores y en bajo riesgo (redondilla) solo 7.
COPSOQ II | Promedio (1-5) | Promedio (%) |
---|---|---|
Requisitos laborales | ||
Requisitos cuantitativos | 3,05 | 51,31 |
Ritmo de trabajo | 3,6 | 64,96 |
Requisitos cognitivos | 4,09 | 77,17 |
Demandas emocionales | 4,44 | 86,02 |
Organización y contenido del trabajo | ||
Influencia en el trabajo | 2,26 | 31,45 |
Posibilidad de desarrollo | 4,14 | 78,48 |
Significado del trabajo | 4,01 | 75,26 |
Compromiso con el lugar de trabajo | 3,26 | 56,59 |
Relaciones sociales y liderazgo | ||
Previsibilidad | 2,9 | 47,44 |
Recompensas (reconocimiento) | 3,24 | 56,1 |
Transparencia del rol de trabajo desempeñado | 3,98 | 74,41 |
Conflictos de roles de trabajo | 2,96 | 49,02 |
Calidad de liderazgo | 3,03 | 50,69 |
Apoyo social de los superiores. | 2,49 | 37,2 |
Apoyo social de los compañeros. | 3,49 | 62,27 |
Interfaz trabajo-individuo | ||
Inseguridad laboral | 2,27 | 31,69 |
Satisfacción laboral | 3 | 50,05 |
Conflicto trabajo/familia | 3,49 | 62,14 |
Valores en el Lugar de Trabajo | ||
Confianza vertical | 3,6 | 64,9 |
Confianza horizontal | 2,58 | 39,6 |
Justicia y respeto | 3,14 | 53,61 |
Comunidad social en el trabajo | 3,89 | 72,31 |
Personalidad | ||
Autoeficacia | 3,69 | 67,32 |
Salud y Bienestar | ||
Salud general | 2,92 | 48,03 |
Estrés | 3,01 | 50,2 |
Burnout | 3,13 | 53,35 |
Problemas para dormir | 3,02 | 50,59 |
Síntomas depresivos | 2,72 | 42,91 |
Comportamiento ofensivo | ||
Comportamiento ofensivo | 1,32 | 8,12 |
Leyenda:negrilla- riesgo elevado; cursiva- riesgo intermedio; redondilla- riesgo bajo
Cruce entre variables sociodemográficas y los resultados de las escalas WHOQOL-Bref y COPSOQ II. En cuanto a la calidad de vida, los enfermeros del servicio de Medicina Covid I y del SMI Covid, mostraron niveles más bajos que los enfermeros de los demás servicios. Concretamente, los primeros presentaron 57,3 puntos en el nivel de la percepción general de la calidad de vida y salud y 61,9 y 58 puntos en los ámbitos de la salud física y de la relación con el medio ambiente, respectivamente. Los enfermeros del SMI Covid presentaron 63,8 y 60,5 puntos en los dominios del estado psicológico y de las relaciones sociales, respectivamente. El servicio en el que la percepción general de la calidad de vida y la salud fue mayor, fue el servicio de Cirugía Covid. Destaca también el servicio de Urgencia Pediátrica, donde los enfermeros obtuvieron las puntuaciones más elevadas en los ámbitos de la salud física, el estado psicológico, las relaciones sociales y la relación con el medio ambiente.
En cuanto a la evaluación de los factores de riesgo psicosociales, fueron nuevamente los enfermeros del servicio de Urgencia Pediátrica y de la Cirugía Covid, los que registraron menor riesgo psicosocial, en particular en lo que concierne a las dimensiones de las exigencias laborales y de la salud y bienestar. Por otro lado, los enfermeros de los servicios de Medicina Covid I y II y del SMI Covid, fueron los que evidenciaron niveles de riesgo psicosocial más elevados en las dimensiones de las exigencias laborales y de la salud y bienestar, así como en la interfaz trabajo-individuo. En particular, los enfermeros del SMI Covid fueron los que presentaron mayor riesgo asociado a síntomas depresivos y al burnout, los del servicio de Medicina Covid I asociados a la salud en general y a los problemas en dormir y los del servicio de Medicina Covid II al estrés. Los enfermeros del SMI Covid fueron también los que identificaron mayor conflicto en la relación trabajo/familia y menor satisfacción laboral, mientras que los enfermeros del Servicio de Urgencia General fueron los que señalaron menor percepción de autoeficacia. Los enfermeros de los servicios médicos Covid II y de los servicios de urgencia pediátrica mencionaron la mayor satisfacción laboral y la mayor percepción de la autoeficacia.
Los enfermeros de edad comprendida entre los 30 y los 49 años han evidenciado menor percepción general de la calidad de vida y salud, así como en los dominios del estado psicológico y de las relaciones sociales, en el subgrupo de enfermeros de los 30 a los 39 años. En los enfermeros de 40 a 49 años estuvieron presentes los valores más bajos en salud física y en relación con el medio ambiente. Los extremos de los grupos de edad parecen mostrar cierto grado de protección con respecto a la calidad de vida, en particular el grupo de edad de 50 a 59 años.
En cuanto a los riesgos psicosociales, se ha vuelto a comprobar un efecto protector en los enfermeros de 50 años o más. Fue también este grupo de enfermeros los que registraron niveles de satisfacción laboral y de autoeficacia superiores, a pesar de manifestar exposición a elevadas exigencias cognitivas y emocionales. Los enfermeros menores de 50 años y, en particular, los de edades comprendidas entre los 20 y los 29 años, fueron los que registraron el mayor riesgo asociado a la dimensión de las exigencias laborales, más concretamente desde el punto de vista cuantitativo y del ritmo de trabajo, mayor inseguridad laboral y mayor riesgo asociado con burnout y problemas para dormir. Las enfermeras de entre 40 y 49 años mostraron mayores niveles de estrés y síntomas depresivos, así como una menor percepción de la autoeficacia. Los profesionales con edades comprendidas entre los 30 y los 39 años fueron quienes señalaron menor satisfacción profesional.
Los elementos femeninos de la muestra fueron los que manifestaron peor calidad de vida y salud, tanto en una apreciación global como específicamente en cada uno de los ámbitos. En relación a los factores de riesgo psicosociales, fueron también las enfermeras que presentaron puntuaciones más elevadas en todas las categorías, a excepción de las exigencias cuantitativas y del ritmo de trabajo, señaladas como teniendo más impacto por los enfermeros. Sin embargo, las enfermeras alcanzaron los niveles más altos de satisfacción laboral y de autoeficacia.
Los enfermeros especialistas han manifestado una mayor calidad de vida en los ámbitos de la salud física, el estado psicológico, las relaciones sociales y la relación con el medio ambiente, mientras que las enfermeras de cuidados generales solo obtuvieron una mayor puntuación en la percepción general de la calidad de vida y la salud. Tendencia igual fue documentada en el análisis de los factores de riesgo psicosociales, en los cuales los enfermeros especialistas presentaron, exclusivamente, riesgo más elevado en las exigencias cuantitativas y emocionales, en el ritmo de trabajo y en la menor satisfacción laboral. En los demás factores (la mayoría), los enfermeros de cuidados generales presentaron mayores niveles de riesgo, aunque manifiesten mayor satisfacción laboral.
Los profesionales de la muestra que declararon más de 35 horas semanales en prestación directa de cuidados, presentaron menor percepción general de la calidad de vida y salud, así como en los dominios de la salud física, psicológica, relaciones sociales y relación con el medio ambiente. Los que cumplieron entre 25 y 35 horas semanales en esta circunstancia, presentaron valores superiores de calidad de vida en los dominios de las relaciones sociales y en la relación con el medio ambiente. Por último, los elementos que contabilizan entre 8 y 24 horas semanales han demostrado una mayor percepción general de la calidad de vida y de la salud, así como en los ámbitos de la salud física y psicológica.
Del mismo modo, el riesgo psicosocial más elevado en la dimensión de las exigencias laborales, en el conflicto laboral/familiar, en el estrés, en el burnout y en los síntomas depresivos, fue presentado por los enfermeros con más de 35 horas semanales en prestación directa de atención a pacientes con Covid-19, a pesar de la mayor percepción de auto-eficacia. Los enfermeros con 8 a 24 horas semanales en estas circunstancias, demostraron mayor protección para la mayoría de los factores de riesgo psicosociales analizados, a excepción de la inseguridad laboral y de la salud general. Este grupo de enfermeras fue el que mencionó mayor satisfacción laboral y menor percepción de autoeficacia. Los enfermeros que se sitúan en el grupo de 25 a 35 horas semanales, apenas se destacan negativamente en el riesgo asociado a los problemas en dormir.
Los enfermeros que estuvieron infectados por el SARS-CoV-2, refirieron una menor percepción general de calidad de vida y salud, así como en todos los dominios evaluados por el WHOQOL-Bref. Desde el punto de vista psicosocial, estas enfermeras solo mencionaron menor riesgo asociado a las exigencias emocionales, a la mayor satisfacción laboral y a la mayor percepción de autoeficacia. En todos los demás factores y dimensiones el riesgo fue mayor en este grupo.
Discusión
Los bajos scores de calidad de vida reportados por los enfermeros de la muestra están en concordancia con los resultados de la investigación realizada en la India, que se centró en la evaluación de la calidad de vida de los profesionales de la salud en el contexto de una pandemia.8 La calidad de vida de estos profesionales sufrió una fuerte disminución del 89,45 % de los casos, en particular en los enfermeros. Se han alcanzado las mismas conclusiones en un estudio realizado en Europa.9
En relación con los factores de riesgo psicosocial, en una investigación que se centró en las enfermeras de Estonia y en otra sobre los profesionales sanitarios de Portugal, el ritmo de trabajo, las exigencias cognitivas y las exigencias emocionales, se señalaron como principales factores de riesgo.10,11 También se ha demostrado que los factores de riesgo psicosocial más altos fueron alcanzados por las enfermeras, lo que destaca la mayor exposición al riesgo por parte de esta clase profesional, incluso antes del período pandémico.11
Además, se señala que el estrés y el burnout han sido identificados en otros estudios como factores de riesgo importantes para las enfermeras.10 Toda esta evidencia corrobora los resultados de esta investigación, que señala las exigencias cognitivas y las exigencias emocionales como los principales factores de riesgo psicosociales identificados por los enfermeros de la muestra, además de la influencia en el trabajo.
En cuanto al servicio en el que los profesionales ejercen sus funciones, se ha constatado que existe evidencia científica que soporta el elevado número de exigencias cuantitativas en los enfermeros del SMI.12 Contrariamente a los resultados de la investigación, la literatura identifica a los profesionales del Servicio de Urgencia como aquellos que presentan más síntomas depresivos.13
La constatación de que el aumento de la edad de los enfermeros parece ejercer un efecto protector respecto a la calidad de vida y a los factores de riesgo psicosociales, se ha demostrado también en otras investigaciones.14 Además, También se puede concluir que los profesionales de la salud más jóvenes son quienes presentan mayor riesgo de depresión y que este riesgo disminuye después de los 40 años.8
Contrariamente a las variables anteriores, en relación al sexo y a la categoría profesional de los enfermeros, no fue posible encontrar evidencia científica robusta que genere consenso. No obstante, uno de los estudios demuestra que las trabajadoras de la salud femenina presentan mayor riesgo de sufrir depresión durante la pandemia8 y que los profesionales con mayor diferenciación académica y profesional manifiestan mayor calidad de vida,14 lo que concuerda con los resultados obtenidos en esta investigación.
El aumento de la carga horaria en el contexto de la prestación directa de cuidados a pacientes infectados por el SARS-CoV-2 es, según la literatura, responsable del agravamiento del sufrimiento psicológico de los enfermeros, por la disminución de la calidad de vida y por la aparición de síntomas depresivos y de ansiedad.8
Por último, es importante subrayar que los profesionales infectados por el virus tienden a mostrar temor ante las consecuencias para su salud de la enfermedad, así como sentimientos negativos asociados a las restricciones sociales impuestas por el período de aislamiento, con una disminución de la calidad de vida.15
Conclusiones
Con el desarrollo de esta investigación, fue posible comprender que los enfermeros de la muestra fueron ampliamente afectados por las repercusiones físicas y psicológicas derivadas de la prestación de cuidados en el contexto de la pandemia de Covid-19. No solo la calidad de vida fue severamente impactada, con valores medios que no llegaron a los 70 puntos en ninguno de los dominios evaluados, sino que fueron identificados 22 factores de riesgo psicosociales que se configuran con grado intermedio y elevado, de entre un total de 29 factores. Con respecto a las variables sociodemográficas y, en concordancia con la más reciente evidencia científica, fue posible identificar un conjunto de características que parece presentar algún grado de relación con la calidad de vida y con los factores de riesgo psicosociales en los enfermeros. Destacan en particular la edad de las enfermeras, el número de horas semanales de atención directa a pacientes sospechosos o con Covid-19 y la contracción de la infección por el virus SARS-CoV-2.