Introducción
En México el porcentaje de mujeres que están en transición hacia la vejez, en la etapa de adultez media de 40 y 59 años es de 9,15% y en etapa de vejez, es decir con una edad igual o superior a 60 años, es de un 6,4%.1,2 Estos cambios sociodemográficos de los últimos años han llevado a una reestructuración de los cuidados familiares, ha hecho que surjan nuevos roles de transiciones y relaciones intergeneracionales entre ellos el cuidado familiar de sus nietos y la inserción de las mujeres al ámbito laboral, así como el cambio de las unidades de convivencia, reflejándose que en el 2017, según la Encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social, el 49,6% de los niños de 0 a 6 años son cuidados por las redes de apoyo de las propias madres, siendo el 32,5% cuidado por las abuelas.3,4
Vinculado a esto las abuelas son señaladas como el principal recurso de las mujeres jóvenes trabajadoras y esta ayuda intergeneracional se realiza por la línea femenina, bajo premisas de consanguinidad y género.5 Este cuidado familiar es brindado por las abuelas, las cuales se han proyectado como el ser querido y cariñoso con sus nietos, donde se viven momentos alegres de relajación y bienestar, pero actualmente este rol en muchas ocasiones deja de ser de manera voluntaria y eventual, para convertirse en forzoso y fijo.6
Es importante resaltar que el cuidado de los nietos tiene un cierto grado de importancia en el proceso del envejecimiento, debido a que suelen implementar la misma crianza que usaron con sus hijos, pueden generar creencias sociales y de salud, que muy probablemente no serán compatibles en la actualidad y que puede influir sobre la formación de su propia visión y crítica.7 El cuidado de los nietos es una actividad frecuente en la sociedad actual, donde se desarrollan actividades que apoyan las actividades de la vida diaria de los nietos, sin embargo, el hacerlo de forma prolongada se pueden producir sobrecarga del rol.
Este rol puede traer consigo un impacto biopsicosocial dado que presentan inquietudes y puede presentar una afectación en la salud del cuidador, es decir, el cuidado prolongado de los nietos conlleva una mayor probabilidad de presentar alguna patología, así como afecciones psicosociales, como es falta de competencias emocionales de la abuela, insatisfacción del rol y sobrecarga del cuidador.8,9
Las competencias emocionales de la abuela se refieren a la capacidad de afrontar su rol de cuidadores y educadores de sus nietos y a la percepción que tienen de sus habilidades para el control de estrés, desarrollar seguridad, dificultad para conciliar esta función con sus actividades personales y autorregulación emocional en el ejercicio de su rol.10 estas características pueden influir de forma positiva en el desarrollo de sobrecarga del rol.
Por otra parte, la satisfacción del cuidado otorgado es un estado emocional que se produce en respuesta a la evaluación como adecuado o no en el cuidar de los nietos, podría ocasionar afecciones en la salud mental y física, aunque existe una visión más positiva de esta función parece desvanecerse cuando la atención hacia sus nietos y nietas es intensiva en tiempo y lleva a ejercer un rol que generacionalmente no le corresponde y que es incompatible con el disfrute y la permisividad que solía caracterizar el papel antes desempeñado.11
Así mismo, otro de los efectos sobre la abuela cuidadora es la sobrecarga de rol, que es la percepción de que las demandas colectivas de sus múltiples roles exceden el tiempo disponible, energía y habilidad, haciendo que el individuo sea incapaz de cumplir adecuadamente con los requisitos de sus diversos roles para la satisfacción propia o de los demás.12 Tal efecto, cuando las personas cuidadoras alcanzan ese nivel de cansancio, es cuando su salud y su calidad de vida pueden verse realmente comprometidas, pudiéndose reflejar el síndrome de la abuela esclava, siendo un problema de salud pública invisibilizado.
El síndrome de la abuela esclava es una enfermedad grave, que afecta a mujeres maduras y adultas mayores sometidas a una sobrecarga física y emocional, que origina graves y progresivos desequilibrios, tanto somáticos como psíquicos. Es un fenómeno muy frecuente en nuestra sociedad y, además, la importancia de síndrome es alto debido al sufrimiento que provoca y el gran deterioro de la calidad de vida de la propia afectada y de su entorno familiar.13
Señalado lo anterior la importancia de estudiar las abuelas cuidadoras de nieto inicia por los roles familiares en constante cambio y existe una adaptación a las necesidades y exigencias de la vida moderna, donde las cuidadoras familiares tienen un efecto negativo desde lo económico hasta el vínculo emocional y físico.14 Este impacto en la salud de las abuelas cuidadoras de nietos permitirá visibilidad como problema de Salud Pública e identificar como un contexto crítico y como población vulnerable, representando un área de oportunidad para generar las bases para las acciones desde la promoción y prevención, además permitirá conocer información clave para trazar a futuro programas de salud o establecimiento de políticas públicas cuya finalidad sea reconocer y evaluar las necesidades de las abuelas cuidadoras de nietos.15
En este estudio planteó el objetivo de determinar el efecto de las competenciales emocionales y satisfacción del cuidado otorgado sobre la sobrecarga en abuelas cuidadoras de nietos de Saltillo, Coahuila, México.
Método
Diseño transversal, observacional, ambispectivo, analítico, dado que se busca la explicación de las competencias emocionales y satisfacción con el cuidado otorgado con la sobrecarga del rol en abuelas cuidadoras de nietos en un mismo periodo de tiempo.16
El tamaño muestral fue de 138 abuelas cuidadoras de nietos, determinado mediante el 95% de nivel de confianza, 5% de precisión, 10% de proporción, sin embargo, se consideró la proporción esperada de pérdidas de 10%, indicando una muestra ajustada de 154 personas. El muestreo fue no probabilístico internacional y que cumplieran con los criterios de inclusión de ser mujer, tener una edad mayor o igual a los 49 años, ejerciendo cuidado mínimo seis meses, ser cuidadora de menor de 15 años con cuidado mínimo 15 horas a la semana.
Para evaluar las características de la muestra se aplicó una cédula de perfil de la abuela cuidadora de nietos donde se cuestionaron datos sociodemográficos de la cuidadora y características de los nietos.
En cuanto a la variable de competencia emocional se midió con la escala de la competencia emocional de las abuelas. Esta mide cómo afrontan su rol de cuidadores y educadores de sus nietos, está constituida por 10 ítems medidas con escala tipo Likert de nunca (1), a veces (2), casi siempre (3) y siempre (4), oscilando la puntuación entre 10 a 40 puntos, donde a mayor puntuación, mayor competencia emocional. Esta escala está constituida por 4 subescalas, la primera es el estrés en la función de cuidado de los nietos, seguridad personal en la función de cuidado de sus nietos, dificultad para conciliar las circunstancias personales y el rol de abuelo y abuela y autorregulación emocional en el ejercicio del rol de abuelo y abuela. Cuenta con un Alpha de Cronbach de .68.10
Para medir la variable de satisfacción del cuidado otorgado se usó la subescala de satisfacción del cuidado otorgado, constituida por 11 ítems, así mismo tiene una escala tipo Likert de cuatro puntos desde nada (0), algo (1), bastante (2) y mucho (3), donde a mayor puntuación, mayor satisfacción con el cuidado otorgado, cuenta con Alpha de .68.17
La sobrecarga de rol fue medida mediante la escala Zarit versión corta, la cual es un instrumento que mide la carga del cuidador familiar, ha sido validado en México en cuidadores de niños con enfermedad crónica, está constituida por 12 ítems. Las escalas de respuesta son de tipo Likert con cinco opciones de respuesta de nunca (1), casi nunca (2), algunas veces (3) frecuentemente (4), siempre (5). Además, está constituida por tres subescalas: impacto del cuidado (reactivo 1,2,6,7 y 8), relación interpersonal (ítem 3,4,5,9 y 10), expectativas de autoeficacia (ítem 11 y 12), donde a mayor puntuación, mayor sobrecarga del cuidado. Este instrumento cuenta con un Alpha de .84.18
Previo a la recolección de datos se sometió al comité de ética de la Universidad Contemporánea de las Américas contando con opinión técnica favorable con número de registro de EAD12021-030. Así mismo, se apegó en el Reglamento de la Ley General de Salud en materia de Investigación para la Salud basado en la aplicación del consentimiento informado, respetar dignidad, privacidad y libertad de retirarse del estudio.
El procesamiento de la información de los datos c se realizó en el programa Stadistic Package for the Social Science (SPSS) de Windows versión 25. El plan de análisis estadístico se realizó con estadística descriptiva. Posteriormente se determinó la normalidad de las variables continuas mediante la prueba de Kolmogorov-Smirnov, utilizando pruebas no paramétricas al tener una distribución no normal (p<.05).
Para determinar la relación entre variables se determinó con la prueba de correlación de Spearman, dado que se obtuvo una distribución no normal. Por último, para dar respuesta al objetivo del estudio fue mediante regresiones lineales donde se indica el porcentaje de la varianza explicada y factores predictores de las variables dependientes.
Resultados
La muestra estuvo constituida por 172 abuelas cuidadoras de nietos, la edad osciló entre 42 y 82 años, en su mayoría se encontraron en etapa de prevejez, son casadas, amas de casa, con estudios de educación primaria y la razón de cuidado que más prevaleció es por cuestiones laborales del hijo o hija (tabla 1).
% | Fr | |
---|---|---|
Estado civil | ||
Casada | 58,7 | 101 |
Viuda | 23,8 | 41 |
Soltera | 6,4 | 11 |
Separada/divorciada | 10.5 | 18 |
Unión libre | 0,6 | 1 |
Nivel escolaridad | ||
Educación superior | 4,7 | 8 |
Nivel técnico | 28,5 | 49 |
Educación secundaria | 30,8 | 53 |
Educación primaria | 32,0 | 55 |
Sin estudios | 4,1 | 7 |
Ocupación | ||
Trabajo de tiempo completo | 13,4 | 23 |
Trabajo de tiempo parcial | 18,6 | 32 |
Jubilada | 16,3 | 28 |
Desempleada | 1,7 | 3 |
Ama de casa | 50 | 86 |
Razón del cuidado | ||
Necesidades económicas del hijo(a) | 12,8 | 23 |
Por cuestiones laborales del hijo(a) | 67,4 | 116 |
Por problemas legales/salud del hijo(a) | 3,5 | 6 |
Por separación/divorcio de mi hijo(a | 15,7 | 27 |
x | DE | |
Edad | 57.76 | 8.89 |
Edad del nieto | 6.01 | 3.99 |
Tiempo de cuidado (meses) | 46.52 | 45.52 |
Días a la semana de cuidado | 5.09 | 1.53 |
Horas a la semana de cuidado | 29.78 | 22.45 |
Nota:%=porcentaje, fr= frecuencia, x= media, DE= desviación estándar
Así mismo se identificó la competencia emocional, satisfacción del cuidado otorgado y sobrecarga de las abuelas obtuvieron una media inferior al punto intermedio (ver tabla 2).
Vm | VM | X | DE | |
---|---|---|---|---|
Satisfacción con el cuidado de los nietos | 3 | 31 | 25.77 | 4.97 |
Competencias emocionales de la abuela | 20 | 40 | 31.65 | 4.55 |
Sobrecarga de la abuela | 12 | 59 | 22.98 | 7.94 |
Nota:Vm = valor mínimo, VM= valor máximo, x= media, DE= desviación estándar
La relación de las variables se encontró que a mayor sobrecarga del rol es menor a la satisfacción con el cuidado otorgado (r=-.222, p=.003), menor competencial emocional (r=-557, p=<.001) y menor edad del nieto (r=-.154, p=.043).
Además, se halló que las competencias emocionales, satisfacción del cuidado otorgado y edad del nieto influyen en un 33,1% sobre la sobrecarga de las abuelas cuidadoras de nietos, siendo factores predictores las competencias emocionales y edad del nieto (ver tabla 3).
F | P | |||
---|---|---|---|---|
R2=.33.1 | 27.73 | < .0001 | ||
Variables | B | ET | T | P |
Competencia emocional del cuidado | -.982. | 115 | -.8.56 | .000 |
Satisfacción del cuidado otorgado | 0.49 | .105 | .465 | .643 |
Edad del nieto | .-.363 | .126 | -2.87 | .005 |
Nota:gl=grados de libertad, F cal= F de Snedecor, p=Nivel de significancia, B= Beta, ES= Error típico, T=t-students
Discusión
Esta investigación visibiliza el impacto sobre la salud de las abuelas cuidadoras de nietos, como es la sobrecarga, dado que el cuidado ha sido normalizado basado en la actividades e interacción familiar, que refuerzan vínculos familiares, afectivos y la relación intergeneracional, que normalmente los resultados son demostrados con sentimientos positivos como es la satisfacción y las competencias emocionales.19
En este estudio se encontró que en el 67,4% la razón del cuidado es por los aspectos laborales de sus hijos, este fue menor a lo reportado por Águila y Balseca en el 2020 con el 86%, y el 58,7% del estudio de Bragato y cols., donde afirmaron asumir el cuidado de sus nietos por la actividad laboral de los progenitores.20,21 Esta razón de cuidado es asumida por voluntad ya que las abuelas cuidadoras sienten la obligación de ayudar a sus hijos, por cuestiones económicas y por confianza en la calidad del cuidado.22
Las abuelas se ven sometidas a diversos cambios en su rutina diaria, los cuales se podrían subdividir en positivos y negativos, los primeros generan satisfacción, sensación de control de la situación, reconocimiento familiar, mientras que los negativos presentan alteraciones de la salud mental y física.23
En relación con la satisfacción del cuidado otorgado, se encontró por debajo de la media con 25,77 puntos. Este resultado fue menor comparado con el reportado en Australia con una media de 70,3 y 27,5 en España.24,25 Este dato podría explicar que la satisfacción derivada del papel de la abuela podría influir en la medida en que los abuelos adopten el cuidado de los niños.24 No obstante, el brindar el cuidado parece ser una oportunidad para que los abuelos establezcan y refuercen vínculos afectivos, en lugar de que sea percibido como una carga o una tarea potencialmente estresante.26
En este sentido, los ingredientes de la satisfacción del rol incluyen experiencias como el disfrute, el significado, el logro y el cumplimiento de metas relacionadas específicamente con ese rol, que puede ser influenciado por la salud mental y física, que no están relacionados con el rol per se.24
Por otra parte, están las competencias emocionales de la abuela. En este estudio obtuvo una media de 31,65, estos resultados fueron similares al estudio realizado en Estados Unidos donde indican la emoción positiva en el cuidado de los nietos.27 Lo anterior puede ser explicado porque el tener competencias emocionales para el cuidado permite ejercer de forma adecuada el abuelazgo, que se nutre de los intercambios recíprocos intergeneracionales y que puede ser mediado por la presión cultural y emocional de dar y recibir, así como de retribuir en la crianza y el cuidado de los nietos.28
En cuanto a la sobrecarga presentada en las abuelas cuidadoras de nietos, estuvo por debajo de la media, siendo similar a lo referido por Águila y Balseca, donde el 42% de los abuelos cuidadores percibieron sobrecarga.20 Se ha encontrado que las abuelas cuidadoras, a pesar de presentar sobrecarga, este amor hacia sus nietos hace que se sientan felices de ser abuelas, y que la mayoría de ellos no sientan que criar a sus nietos sea una carga. 29 La sobrecarga objetiva suele presentarse de forma negativa en sus emociones y en su salud física.23
El cuidar para las abuelas suele significar ayuda, solidaridad y es considerado como un deber implícito. No obstante, hay factores propios de ellas que pueden afectar este rol.30como la influencia en un 33,1% sobre la sobrecarga por las competencias emocionales y satisfacción del cuidado otorgado. Este fenómeno es muy frecuente en nuestra sociedad de hecho, el síndrome de la abuela esclava es reconocido por la OMS como malos tratos hacia la mujer. La importancia del síndrome es alto debido al sufrimiento que provoca y el gran deterioro de la calidad de vida de la propia afectada y de su entorno familiar.13 Este pronóstico de salud puede ser negativo en una persona con síndrome de abuela esclava, a diferencia de los que eligen cuidar a sus nietos por decisión propia algunas horas a la semana, sin obligación, o que pueden negarse al cuidado si surge algún imprevisto o si no lo desean.30
Estos resultados son fundamentales para la enfermería, para promocionar la salud y prevenir posibles patologías, ocasionadas como consecuencia de la sobrecarga que genera el cuidado de los nietos de forma forzada.31
Conclusiones
Las abuelas cuidadoras de nietos en su mayoría son amas de casa, con estudios de nivel primario, en etapa de prevejez. Se encontró relación negativa de la sobrecarga con la satisfacción del cuidado otorgado, competencias emocionales y edad del nieto, influyendo la variable independiente con la dependiente en un 33,1%, siendo factores predictores las competencias emocionales y edad del nieto.
Estos resultados visibilizan como problema de salud pública en grupos vulnerables como son las abuelas cuidadoras de nietos, donde se ha normalizado la sobrecarga como rol único de las mujeres en transición o que están en la etapa de vejez. Así mismo, se infiere que las competencias emocionales son un factor que debe intervenirse para disminuir la sobrecarga de rol.