Introducción
La enfermería se ha enfrentado a numerosos retos en los últimos tiempos. Por un lado, ha experimentado una profesionalización de la disciplina, una ampliación de competencias y se ha visto transformada por los avances tecnológicos en constante evolución en la atención médica. Por otro lado, el sistema sanitario se enfrenta a una escasez de enfermeras, a un aumento de la demanda asistencial por parte de la población,1 y a constantes cambios en la formación, la legislación y la práctica profesional.2
Las enfermeras desempeñan un papel crucial en el cuidado de las personas, sin embargo, aspectos como las competencias, los planes educativos o sus funciones, siguen siendo desconocidos para la población en general.3 Varias razones podrían explicar esta falta de concienciación, siendo los estereotipos probablemente la causa principal, ya que la enfermería se percibe a menudo como una profesión femenina sin competencias propias, que se limita a seguir las órdenes médicas.4
Las connotaciones de género han influido en el desarrollo de la enfermería a lo largo de la historia, y tradicionalmente se ha considerado el cuidado como una actividad ligada al sexo femenino.5 Esto ha conducido a la marginación de la enfermería en diversas facetas, y a una imagen negativa de la profesión, a pesar de que las enfermeras realizan un trabajo esencial en nuestra sociedad.6,7 Asimismo, el colectivo masculino en enfermería sigue siendo minoritario, lo que podría atribuirse a los estereotipos de roles de género, aún presentes en la actualidad.3
Adicionalmente a la percepción de la población general sobre la propia enfermería, también se ha evidenciado una evolución en la imagen que el estudiantado de enfermería tiene sobre la disciplina a lo largo de su formación académica.8 Es por ello que, a través del conocimiento y la información, sería posible modificar la concepción social respecto a un tema específico. La imagen proyectada por el estudiantado de enfermería no se alinea con los estereotipos tradicionales de la profesión, lo que justifica la necesidad de presentar una imagen más realista de la enfermería.9 Según el estudiantado, las principales cualidades que debe poseer una enfermera en ejercicio son: una actitud adecuada, buen carácter, vocación por el cuidado de los demás y buenas competencias teóricas y técnicas.10
En cuanto a la autoimagen de los profesionales de enfermería, se siguen sintiendo en ocasiones subordinados al estamento médico, principalmente en lo que respecta a la toma de decisiones, lo que conduce a una insatisfacción con su situación profesional, hecho que podría verse influenciado por factores como el ambiente de trabajo, los valores laborales, la educación y la cultura, que juegan un papel importante en la formación del autoconcepto y la identidad profesional de las enfermeras.11,12
Una representación distorsionada de la enfermería en la sociedad podría llevar a insatisfacción laboral, mayor presencia de conflictos y obstaculización del desarrollo de la profesión al trabajar con equipos multidisciplinares. Igualmente podría afectar la confianza en los profesionales, la asignación de recursos e incluso sus salarios, lo que lo convierte en un problema significativo y sustantivo.13
El objetivo propuesto para la presente investigación fue estudiar la representación social de la profesión de enfermería en el contexto actual, a través de una revisión bibliográfica.
Método
Se trata de una revisión narrativa de carácter exploratorio,14-16 cuya pregunta quedó formulada del siguiente modo: ¿Cuál es la imagen social actual de la enfermería? ¿Es esta imagen diferente de la que se poseía antes de la pandemia por COVID-19? La búsqueda se realizó de enero a febrero de 2023 en las siguientes bases de datos: Web of Science, Cochrane, Cinahl, Scopus, Pubmed y Scielo y Cuiden. Los términos de búsqueda utilizados fueron: “imagen social”, “sociedad”, “enfermería” y “estereotipos”.
Se efectuó un análisis de contenido de los temas, utilizando un enfoque de lectura crítica. Para ello, los artículos fueron codificados y agrupados en categorías, incluyendo percepciones de la población general, estudiantes de ciencias de la salud y enfermeras en ejercicio. La búsqueda se refinó utilizando los siguientes filtros: publicaciones de 2018 a 2023, escritas en inglés, español o portugués, estudios cualitativos o descriptivos. Se excluyeron las revisiones sistemáticas y los ensayos clínicos aleatorizados. Los artículos que cumplieron con los criterios de inclusión para este estudio fueron textos revisados por pares centrándose en la percepción/opinión de la enfermería y en la representación social de la enfermería. Se excluyeron los trabajos académicos o textos que no fueran relevantes para el tema del estudio (Figura 1).
Los datos de los artículos incluidos se extrajeron utilizando el software Ryaan para garantizar la independencia de los revisores.17 Dos revisores extrajeron de forma independiente los datos de las publicaciones. Los datos extraídos se agruparon para resumir los principales temas relacionados con el objetivo de la revisión. Los resultados se presentaron en forma de síntesis narrativa.
Resultados
Un total de 919 artículos fueron recuperados de la búsqueda en las bases de datos. Eliminados los duplicados, se examinaron 428 artículos para determinar su elegibilidad. Después del proceso de selección, se excluyeron 385 artículos por no cumplir con los criterios de inclusión. Tras la evaluación a texto completo de 21 artículos, 13 fueron incluidos en esta revisión exploratoria (Figura 1).
Percepción de la enfermería según la Sociedad. Investigaciones recientes indican que, en general, la enfermería es percibida positivamente por la sociedad, aunque las opiniones pueden diferir en función de factores como el género, el estado civil y el nivel educativo. De acuerdo con diversas investigaciones sobre la representación social de la enfermería, los estereotipos han sido identificados como una barrera para una comprensión precisa de la profesión por parte de la población general.18,19 Factores como la subordinación histórica a la profesión médica, la sobrerrepresentación de las mujeres en el campo y la creciente dependencia de la tecnología han contribuido a la formación y perpetuación de estos estereotipos.19
La profesión de enfermería está mejor valorada entre las mujeres y las personas casadas, y un mayor nivel de educación está directamente relacionado con una imagen menos favorable de la enfermería. Una posible explicación para este hallazgo es que la enfermería se percibe como un apoyo en la atención médica, en lugar de una profesión independiente. Además, el nivel socioeconómico y la ocupación también pueden influir en las percepciones sobre la enfermería, ya que las personas que ejercen profesiones docentes o los miembros de la familia que son enfermeros, tienen opiniones más favorables de la profesión.20
De acuerdo con Milosky, las competencias de las enfermeras se pueden clasificar en conocimientos y competencias cognitivas, práctica de enfermería y toma de decisiones clínicas, valores profesionales, competencias comunicativas e interpersonales, liderazgo y trabajo en equipo.21 Sin embargo, el público en general parece identificar a las enfermeras exclusivamente como proveedoras de cuidados, infravalorando otros aspectos esenciales de su perfil profesional. A modo de ejemplo, es posible que la sociedad no valore adecuadamente ciertas habilidades, como la investigación en cuidados o la aplicación del conocimiento en la práctica de enfermería, y que únicamente se les exija a las enfermeras demostrar habilidades técnicas. Además, las habilidades comunicativas se observan mayoritariamente en el contexto de las interacciones entre enfermeras y pacientes, sin tener en cuenta otras situaciones como las relaciones interprofesionales o la comunicación a través de los medios de comunicación.22 Estudios recientes sugieren que las competencias atribuidas a profesionales de enfermería por la sociedad, no están alineadas con el perfil profesional real de las enfermeras, principalmente debido a la falta de comprensión de la profesión.23
Enfermería según enfermería. Estudiantes de enfermería. Diversos estudios muestran que los estudiantes de enfermería tienen una alta valoración de la profesión que han elegido para su futuro,24,25 incluso superior a la de otros estudiantes de ciencias de la salud.26 Las mujeres tienden a tener una opinión más favorable de la enfermería que los hombres. Además, estudiantes de nivel superior tienen una mejor percepción de la profesión, y esta mejora a medida que avanzan los cursos. Los planes de estudio podrían modificar las visiones iniciales que el estudiantado tiene sobre la enfermería, alejándolos de los estereotipos existentes. De hecho, los estudiantes con menos estereotipos tienen mejores opiniones sobre la enfermería.25 La representación social de los estudiantes de enfermería gira en torno a tres conceptos: “disciplina de enfermería”, “cuidado” y “valores”, que se relacionan con las habilidades técnicas y blandas que todo profesional de la salud debe poseer.27,28
Percepción de los profesionales de enfermería. Según los estudios, las enfermeras generalmente tienen una imagen positiva sobre sí mismas como disciplina, y cuanto más positiva es su percepción, mayor es la calidad de los cuidados.29 La bibliografía indica sistemáticamente que no existen disparidades de género en este caso.23 Durante la pandemia de COVID-19, las numerosas tareas realizadas por las enfermeras y su presencia en primera línea han contribuido a mejorar su percepción de sí mismas como profesionales sanitarios.26 La profesión de enfermería tiene un mejor autoconcepto que la sociedad en su conjunto, y esto es particularmente evidente en los estudios realizados en países musulmanes, donde tradicionalmente las mujeres tienen un rol doméstico que influye directamente en el imaginario masculino de esas sociedades.18
Durante la pandemia, se identificaron tres grandes representaciones antropológicas de la enfermería en el contexto de la COVID-19: la reflexión sobre el cuidado de sí mismo y de los demás, el cuidado espiritual en situaciones de incertidumbre y la responsabilidad social de la enfermería.22,30
Discusión
Hagopian sugirió que la identidad profesional es un proceso continuo, dinámico y no lineal, que involucra la interacción entre el individuo y los grupos sociales a los que pertenece.31 Esta revisión destaca que la identidad profesional de la enfermería está evolucionando y adaptándose a los nuevos tiempos, a la realidad de la práctica diaria y al perfil competencial de la profesión.8
Los investigadores y las investigadoras coinciden ampliamente en que la enfermería es comúnmente percibida por la sociedad como una profesión carente de autonomía, y esta percepción puede extenderse incluso al estudiantado de ciencias de la salud en sus primeros años de estudio. Sin embargo, a medida que estos avanzan en sus estudios, su percepción de la enfermería cambia, pasando de identificarla con “salud” a “cuidar o cuidado” y “humanizar”. Este hecho nos lleva a pensar que la identidad de la enfermería se forja durante las estancias universitarias y en la interacción con el entorno sanitario durante las prácticas, enfatizando la importancia de la formación de la identidad de enfermería durante la educación universitaria, y la experiencia práctica en entornos de salud.8,32
Parte de la explicación de esta percepción podría ser la falta de comprensión de la amplitud de funciones o atribuciones de la profesión enfermera, ya que algunas personas identifican a las enfermeras como meras administradoras de inyecciones en lugar de agentes proveedores de salud, entre otras responsabilidades. Estos prejuicios están profundamente arraigados en la sociedad, y su modificación no parece ser sencilla, sobre todo cuando existen factores que contribuyen a su perpetuación, como la imagen que transmiten los estereotipos en los medios de comunicación.8,33 La prensa ha considerado tradicionalmente a las enfermeras (hasta el estallido de la pandemia) como profesionales secundarios, carentes de responsabilidad, autonomía o poder de decisión, proyectando así una imagen de bajo valor social, mientras que los estudios centrados principalmente en los cuidados de enfermería siguen siendo escasos.34-36 Después de la pandemia de COVID-19, la enfermería experimentó un fortalecimiento social, ya que era percibida como profesión de héroes. Sin embargo, paulatinamente, esta percepción se ha ido desvaneciendo sensiblemente.3,5,37
Entre el estudiantado de ciencias de la salud, la enfermería es considerada con respeto o admiración, y afirman que su opinión sobre su disciplina no coincide con lo que expresa el resto de la sociedad.38 Esta percepción está influenciada de manera sensible por el profesorado. Las Facultades suelen ser el primer contacto que muchos estudiantes tienen con la enfermería, por lo que sus actitudes y experiencias podrían dejar huella durante los estudios universitarios.32 Las prácticas clínicas también ayudan a proporcionar una visión más precisa del alcance de la competencia de la enfermería y, por lo tanto, la identidad de enfermería se construye progresivamente a través de la adquisición de conocimientos, habilidades y experiencias.39-41 Sin embargo, algunos estudiantes sufrieron ansiedad, depresión, miedo y diferentes condiciones relacionadas con la salud mental durante la pandemia, lo que tuvo un impacto significativo en su evaluación de la enfermería. Del mismo modo, el estudiantado valoraró muy positivamente la implicación del profesorado durante la pandemia, elogiando su humanidad, responsabilidad y dedicación, valores que expresaron querer emular en su futura práctica enfermera.38 Estos hallazgos, sin embargo, no se alinean con lo descrito por otras autorías, ya que afirman que la subordinación a la profesión médica y el desconocimiento sobre los roles de enfermería aún se reflejan en la percepción que algunos estudiantes tienen de su propia disciplina.39
De acuerdo con diversos estudios, la autoimagen de las enfermeras difiere de la imagen que la sociedad tiene de ellas, siendo las enfermeras mayores las que tienden a tener una actitud más favorable hacia la enfermería.42 Además, las enfermeras con mejor opinión de su profesión tienden a estar más satisfechas con su trabajo, lo que indica una relación significativa entre estas percepciones y sus actitudes.43 Se ha observado que una imagen positiva de la enfermería entre las enfermeras, impacta directamente en la calidad de la asistencia prestada.43 Las enfermeras comúnmente se describen a sí mismas usando términos como responsabilidad, dedicación, cuidado y vocación.44-46 Sin embargo, existen diferentes opiniones según la metodología o el contexto de la recolección de datos.19,47,48 Los factores personales y profesionales, como el trabajo, el rol, el cuidado del paciente, el entorno, el equipo de salud y la percepción de los demás, parecen influir en la comprensión que las enfermeras calificadas tienen de su identidad profesional. Esta identidad profesional evoluciona con el tiempo, como resultado de la experiencia, la madurez, el aumento de los conocimientos y el desarrollo de habilidades.49
Las enfermeras creen que la opinión pública sobre ellas es generalmente negativa, aunque la pandemia provocó un cambio significativo en la percepción, ya que la población consideraba a las enfermeras como heroínas en la primera línea de una crisis global e idealiza su visión en un grado extremo.50,51
Sin embargo, a pesar de que la pandemia promovió la imagen de la enfermería entre el público en general, las enfermeras se sintieron decepcionadas, dado que tuvieron que enfrentarse con condiciones de trabajo difíciles y la falta de reconocimiento profesional, social y económico.52
La principal limitación de este estudio es su perspectiva cultural, ya que la percepción de la profesión de enfermería varía significativamente según el contexto en el que se analice. Por lo tanto, futuras investigaciones deberían considerar esta variable para examinar de manera integral la imagen de la enfermería en diversos contextos.
Conclusiones
La imagen actual de la profesión de enfermería aún está lejos de reflejar su carácter autónomo y competente, a pesar de los cambios recientes. La comprensión de las representaciones sociales de la enfermería entre diferentes grupos podría contribuir al desarrollo de nuevos enfoques teóricos en la educación en enfermería. Es fundamental realizar esfuerzos para fortalecer tanto la percepción pública de la enfermería, como la percepción de la comunidad enfermera. En la educación de enfermería, se debe prestar especial atención a la imagen de la enfermería y su influencia en el avance futuro de la disciplina.
Las enfermeras deberían comprometerse en la autorreflexión sobre sus logros y su estado actual, para definir su identidad y aspiraciones, y transmitir dichos aspectos a la sociedad para resaltar/destacar la naturaleza fundamental de su profesión.