INTRODUCCIÓN
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define sexualidad como “un aspecto central del ser humano presente a lo largo de su vida. Abarca el sexo, las identidades y los papeles de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción. La sexualidad se vivencia y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos y creencias, actitudes, valores, conductas prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir estas dimensiones; no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre. La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos y espirituales".
De acuerdo con esta definición, el sexo atañe al ser humano durante toda su vida; sin embargo, parece que la sociedad fracciona a la persona en edades y priva de una realidad justa en el disfrute de la sexualidad en la senectud1.
El sexo en muchas ocasiones se asocia a juventud y belleza2 y quizás es por eso por lo que existe la falsa creencia de que los mayores sufren una pérdida de interés hacia la sexualidad; sin embargo, hay estudios científicos, aunque no en demasía, que avalan que las personas mayores quieren seguir disfrutando de su sexualidad3, necesitan del contacto físico, el placer y la intimidad4, adaptándose a su estado de salud con la existencia o no de enfermedades crónicas y su nivel de independencia más o menos mermado. También avalan que la calidad de las relaciones sexuales mejora con el pasar de los años y centran su práctica en besos, caricias, seguido de coito y masturbación5.
Por tanto, la asexualidad en los mayores de 65 años queda desmentida6.
Sí que es cierto que algunos estudios recogen un declive en la práctica del sexo según aumenta la edad, pero no por ello deberíamos creer que los ancianos no tienen interés u obtienen satisfacción con ello7,8.
Una de las posibles causas de este descenso estaría en que algunos mayores no gozan de la intimidad y privacidad ideales para poder mantener relaciones sexuales, al vivir con familiares o estar institucionalizados, y en la educación y en el rol que se atribuye socialmente a los ancianos9.
El aumento de este sector poblacional, su esperanza de vida y la mejora del estado de salud10 está abriendo un hueco en el interés en la sexualidad de los mayores del que antes carecía.
Es interesante la diferencia del disfrute de la sexualidad según el género. Mayoritariamente se piensa que es el hombre el que tiene más interés por el disfrute de la sexualidad y que la mujer presta muy poca atención a este aspecto de su vida11; pero quizá sería bueno plantearse que ambos sexos lo viven de un modo distinto12.
La mayoría de los estudios de investigación acerca de la sexualidad en la senectud cuentan como sujetos de estudio a los propios mayores. ¿Y si estudiásemos la visión del resto de la sociedad?
METODOLOGÍA
Se realizó un estudio observacional descriptivo transversal tomando como población a estudio aquellas personas de entre 18 y 65 años que vivieran en el territorio español. El tamaño muestral fue de 685 personas que participaron en la encuesta que se realizó entre septiembre de 2017 y enero de 2018.
Para la recogida de información, se realizó un cuestionario de diseño propio, anónimo y específico. Dicho cuestionario cuenta con 17 ítems, de los cuales 2, la edad y procedencia, serían variables independientes (Anexo 1).
El cuestionario creado se difundió a través de internet mediante correo electrónico, mensajería instantánea y redes sociales, pudiendo de esta manera llegar a todo el territorio nacional y facilitando así la accesibilidad a toda la sociedad interesada en participar.
Los resultados se obtuvieron mediante un análisis descriptivo simple.
El estudio cuenta con limitaciones, ya que no es un cuestionario validado, pero la falta de uno que recoja el tema a estudio nos lleva a su creación y posible inicio de posteriores trabajos y conclusiones acerca de la opinión del resto de la sociedad sobre el sexo en la tercera edad, basándonos en la falta de bibliografía al respecto.
También cabe decir que el cuestionario permitía, en algunas preguntas, responder no sabe/no contesta, ya que quizá algunas personas no tendrían una opinión clara al respecto. Esto podría sesgar un poco los porcentajes totales.
Además, los datos recogidos proceden en su gran mayoría de Castilla-La Mancha y la Comunidad de Madrid, ya que la difusión fue mayor debido a la procedencia de las investigadoras.
RESULTADOS
La población encuestada tiene una edad comprendida entre los 18 y 65 años (fig. 1) y proceden de todo el territorio nacional (fig. 2).
Los resultados de las distintas preguntas realizadas en la encuesta se presentan a continuación:
¿Cree que los mayores de 65 años conservan el interés por la sexualidad? El 80,6% opinó que sí, el 12,7% que no y el 6,7% no sabe o no contesta (NS/NC).
¿Quién cree que presta más atención a su sexualidad en los mayores de 65 años? El 59% respondió que los hombres, el 7% que las mujeres, el 30,1% que ambos sexos y el 3,9% NS/NC.
¿Cómo considera el disfrute de la sexualidad en los mayores de 65 años? El 56,8% opinó que bien, el 3,2% que mal, el 29,5% que normal, el 5,3% que si no se habla de ello mejor, y otro 5,3 NS/NC.
¿Cree que dicho grupo de población cuenta con la intimidad necesaria para el disfrute de su sexualidad? El 56,6% dijo que sí, el 35% que no y el 8,3% NS/NC.
¿Cree que las experiencias sexuales en los mayores de 65 años pueden ser igual o más placenteras que antes? El 60,4% opinó que sí, el 21,9% que no y el 17,7% NS/NC.
¿El envejecimiento y/o la enfermedad cree que son motivos para abandonar el disfrute de la sexualidad? El 65,4% contestó que no, el 30,5% que sí y el 4,1% NS/NC.
¿Cree que los mayores de 65 años tienen respaldo de la sociedad para el disfrute de su sexualidad, sin prejuicios? (fig. 3).
¿La publicidad de artículos para el disfrute de la sexualidad cree que va también dirigida a este colectivo? El 80% opinó que no, el 15,5% que sí y el 4,5% NS/NC.
¿Qué tipo de productos cree que dirige la publicidad para este grupo de población? El 75,6% respondió que medicamentos, el 8,2% que alimentación, el 8% que productos de belleza, el 3,1% que sexualidad y el 5,1% que otros.
Si sorprendiera a una persona mayor de 65 años practicando sexo… ¿qué le produciría? El 56,4% opinó que aceptación, el 19,6% vergüenza, el 2,6% asco, el 0,9% rechazo y el 20,6% otros.
¿Le produciría la misma sensación que si sorprendiera a alguien joven? un 69,5% contestó que sí, un 25,7% que no y un 4,8% NS/ NC.
¿Cree que una persona mayor de 65 años que enviuda debería dejar de disfrutar de su sexualidad? El 93% contestó que no, el 3,9% que sí y el 3,1% NS/NC.
¿Cree que la práctica del sexo puede ser buena para la salud en los mayores de 65 años? (fig. 4).
Viagra®, geles para combatir la sequedad vaginal… ¿cuál cree que está más difundido y/o socialmente mejor visto? (fig. 5).
Cuando usted sea mayor de 65 años… ¿se privará del disfrute de la sexualidad? El 86,3% dijo que no, el 1,2% que sí y el 12,6% NS/NC.
DISCUSIÓN
La sexualidad de las personas mayores es un tema del que quizá no se habla en demasía vista la escasa bibliografía en cuanto a estudios científicos al respecto, ya que puede considerarse un tabú e incluso algo negativo para algunos miembros de la sociedad13.
Algo que se ve si utilizamos la publicidad como el espejo de la sociedad, pero maquillada con influencia platónica, donde no se valora que los artículos para el disfrute de la sexualidad vayan destinados a ese colectivo y sí los medicamentos, la alimentación o los productos de belleza… dibujándonos una persona mayor tipo envejecida, preocupada por su salud y apariencia, pero de la que no se contemplan todos los aspectos de su persona como es el de la sexualidad14,15.
En cuanto a género se refiere, la opinión de que el hombre presta más atención a su sexualidad se corresponde con los estudios contrastados que tenían a este sector poblacional como muestra a estudio, pero se abre una puerta al cambio que, aunque no ve a la mujer como más interesada, equilibra a ambos sexos en el interés por este aspecto de su vida. Los mayores disfrutan de su sexualidad y no solo la reducen a la genitalidad16.
Este trabajo abre sin dudas nuevas líneas de investigación, donde conozcamos los distintos modos de disfrutar el sexo en personas mayores de 65 años, donde podamos descubrir las diferencias existentes en el modo de vivirla entre sexos, comparando las opiniones del resto de la sociedad con las propias del colectivo.
CONCLUSIONES
Según este estudio, la sociedad cree que los mayores conservan el interés por su sexualidad valorándolo como algo normal, positivo.
Mayoritariamente, opinan que es el hombre el que tiene más interés por el disfrute de su sexualidad y que la mujer presta muy poca atención a este aspecto de su vida. Sí es cierto que también parte de esta sociedad piensa que ambos sexos prestan atención a su sexualidad.
En cuanto a la intimidad necesaria para el disfrute de la sexualidad por parte de los ancianos, la mayoría de la sociedad encuestada piensa que sí que gozan de ella, a pesar de que en muchas ocasiones viven institucionalizados, en casa de un familiar, etc.
El placer obtenido en los mayores de 65 años es igual o superior a pesar del envejecimiento y/o la edad a juicio de los encuestados y el estado civil no debe influir en la sexualidad de la persona mayor.
A pesar de creer que los mayores conservan el interés por disfrutar su sexualidad y otorgarles su aprobación, se sigue pensado que la sociedad en general no les da el respaldo necesario para gozar de ella sin prejuicios.
En el caso de sorprender a una persona mayor de 65 años practicando sexo, la sensación provocada en su mayoría es de aceptación, sin diferencia significativa con respecto a descubrir a una persona joven en la misma situación.
El sexo es bueno para la salud según la mayoría encuestada, a pesar de que, desde ámbitos como el de la publicidad, los productos mayoritarios que ofrecen a este sector sean de alimentos, medicamentos, etc. y no productos relacionados con la sexualidad.
En cuanto a estos productos relacionados con la sexualidad, como el caso de la Viagra® y los geles para la sequedad vaginal, parece que ambos productos son igualmente conocidos y aceptados socialmente sin importar a que género van destinados.
Los encuestados no quieren privarse de disfrutar su sexualidad cuando sean mayores de 65 años, mostrando una empatía con los mayores que no aísla a este segmento poblacional.