INTRODUCCIÓN
Las úlceras por presión (UPP) han recibido numerosas denominaciones a lo largo de los años, siendo UPP la que quizás mejor las define porque nombra a la presión como mecanismo principal de su aparición. Las sociedades científicas líderes en este ámbito nombran dos fuerzas en su etiología: la presión (fuerza perpendicular) y la cizalla (fuerza tangencial), actuando la presión sola o combinada con la cizalla. En 2009, el European Pressure Ulcer Advisory Panel (EPUAP) y el National Pressure Ulcer Advisory Panel (NPUAP), y en 2014 en una segunda edición, sumándose como coautora la Pan Pacific Pressure Injury Alliance (PPPIA), definen una UPP como: “lesión localizada en la piel y/o el tejido subyacente por lo general sobre una prominencia ósea, como resultado de la presión, o la presión en combinación con la cizalla. Un número de factores contribuyentes o factores de confusión también se asocian con las UPP; la importancia de estos factores todavía no se ha dilucidado”1,2. En 2014, en España, el Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento en Úlceras por Presión y Heridas Crónicas (GNEAUPP) recomienda definirlas como: “lesión localizada en la piel y/o el tejido subyacente por lo general sobre una prominencia ósea, como resultado de la presión, o la presión en combinación con las fuerzas de cizalla. En ocasiones, también pueden aparecer sobre tejidos blandos sometidos a presión externa por diferentes materiales o dispositivos clínicos”3. Estas dos definiciones no mencionan como factores etiológicos el roce/fricción y la humedad, tradicionalmente considerados como tales. El estado actual del conocimiento sigue reconociendo su relación en el agravamiento o potenciación de las UPP, pero diferencia las lesiones según la fuerza o fuerzas causantes y los factores de riesgo implicados. Las publicaciones siguen centrándose principalmente en las UPP; sin embargo, además podrían distinguirse: lesiones cutáneas asociadas a la humedad “causadas por la exposición prolongada (continua o casi continua) a diversas fuentes de humedad con potencial irritativo para la piel (p. ej., orina, heces, exudados de heridas, efluentes de estomas o fístulas, sudor, saliva o moco)”; lesiones por roce/fricción “provocadas por las fuerzas derivadas del roce-fricción entre la piel del paciente y otra superficie paralela, que en contacto con él, se mueven ambas en sentido contrario”; y lesiones mixtas y combinadas “se presentan en función de la combinación de diferentes factores etiológicos: humedad-presión, presión-fricción, humedad-fricción, multi-causales en las que todos los componentes (presión, cizalla, roce-fricción y humedad) pueden interactuar de manera conjunta”3,4.
Son numerosos los estudios epidemiológicos que presentan la magnitud de las UPP, convirtiéndolas en un problema de salud prioritario para resolver debido a la frecuencia con que aparecen. Los resultados muestran que generan importantes gastos a las organizaciones y, por tanto, a los sistemas de salud. Se trata tanto de costes tangibles como intangibles, aquellos difíciles de medir como el dolor, -un problema siempre presente en pacientes con UPP-5, el sufrimiento y el deterioro de la calidad de vida de los pacientes y/o cuidadores. En general, los estudios sobre el impacto económico de las UPP ponen de manifiesto que el coste del tratamiento crece con la gravedad de la úlcera porque aumenta el tiempo de cicatrización y la incidencia de complicaciones es más alta6-10; los recursos sanitarios se reparten entre el valor de los materiales, el tiempo de enfermería y los gastos por hospitalización relacionados directamente con estas lesiones6,7,10,11; y el elevado gasto que supone a los gobiernos nacionales su tratamiento6,12-15. Otras repercusiones de las UPP son sus consecuencias éticas y legales. El hecho reflejado en la literatura médica sobre que las úlceras son evitables en un porcentaje elevado de los casos obliga a meditar sobre la ética profesional, organizacional y del sistema de salud que “ha permitido” su aparición. La reflexión conduce a plantearlas como negligencia asistencial; por lo tanto, con implicaciones legales para profesionales, gestores e instituciones16.
Este trabajo se centra en el conocimiento epidemiológico de las UPP en el grupo más vulnerable y frágil de la población y con mayor riesgo de desarrollarlas: los ancianos. Encontramos datos epidemiológicos, principalmente, en residencias de ancianos y centros sociosanitarios (de media y larga estancia)17-27. Sin embargo, este estudio se centra en un ámbito menos descrito como son las unidades geriátricas de recuperación funcional (UGRF). Conocer la epidemiología y comprender los factores de riesgo es fundamental para la previsión, preparación y organización de las intervenciones dirigidas a su evitación. La prevención adquiere la máxima importancia al considerarla “el mejor método de tratamiento”28. El objetivo del presente estudio es describir y analizar la incidencia de UPP en dos series en una UGRF de un hospital geriátrico en España y examinar los posibles factores de riesgo.
MATERIALES Y MÉTODOS
Diseño
Estudio retrospectivo de series cronológicas de incidencia de UPP en la UGRF de un hospital geriátrico en España, a partir de las historias clínicas informatizadas.
Población de estudio
Todas las personas ingresadas en la UGRF del hospital geriátrico de estudio, con una media de ingresos en los años estudiados (2012-2013) de 349 pacientes y una estancia media de 50,48 días29.
El objetivo principal de la UGRF estudiada es la rehabilitación, logrando el máximo grado de independencia en las actividades básicas de la vida diaria y el retorno del anciano a su medio habitual30. Las UGRF reciben también el nombre de unidades geriátricas de media estancia o convalecencia31. Estas unidades tienen el propósito de continuar y completar el proceso rehabilitador cuando existen razonables posibilidades para ello y conseguir total o parcialmente su independencia funcional32. Los principales motivos de ingreso son las patologías con mayor potencialidad incapacitante [accidente cerebrovascular (ACV) agudo y fractura de cadera). En general, los motivos de ingreso en las UGRF, a parte de los vistos anteriormente, son: rehabilitadores (alteraciones neurológicas, inmovilismos reversibles de otras etiologías y amputaciones en fase protésica y rehabilitadora); clínicos (estabilización en pacientes con graves condicionantes, comenzar, adecuar y/o finalizar tratamientos complejos), y quirúrgicos (cuidados de drenajes y abordaje de pacientes con heridas de difícil cicatrización)33. La patología principal causante de la incapacidad que motiva el ingreso en estas unidades es la inmovilidad secundaria a otros procesos médicos o quirúrgicos34, generadora a su vez de otros síndromes geriátricos, como son las UPP.
Criterios de inclusión
Conforman la primera serie todos los pacientes ingresados consecutivamente en la UGRF entre el 1 de febrero y el 30 de septiembre de 2012, ambos inclusive, y la segunda todos los pacientes ingresados consecutivamente en la UGRF entre el 4 de febrero y el 30 de septiembre de 2013, ambos inclusive. No hay cálculo del tamaño muestral pues se incluyen todos los pacientes ingresados en la unidad en los periodos de estudio.
Criterios para determinar casos incidentes
Se consideró como UPP incidente o intrahospitalaria aquella que se ha producido a partir de las 48 horas desde el ingreso (fórmula de cálculo de UPP intrahospitalaria: Pacientes que han desarrollado una UPP en el hospital × 100/pacientes ingresados más de 2 días)35.
Criterios de exclusión
Por petición expresa de los responsables del hospital geriátrico quedan excluidos en el estudio los individuos en cuidados paliativos.
Variables
Además de “UPP incidente” se recogieron variables sociodemográficas, de comorbilidad y relacionadas con las UPP. Todas estas variables se incluyeron en una base de datos de SPSS:
Características generales: edad en años; sexo; grado de dependencia funcional al ingreso según el índice de Barthel (IB)36,37; riesgo de UPP al ingreso según la escala de valoración utilizada por el hospital geriátrico (Norton modificada por el Instituto Nacional de la Salud-INSALUD38,39).
Factores de riesgo: incontinencia (urinaria, fecal, mixta); valoración de la piel al ingreso (hidratada, deshidratada); diagnóstico secundario relacionado con el ingreso (diabetes mellitus, anemia, desnutrición, obesidad); diagnóstico médico al ingreso (agrupados por el diagnóstico siguiendo la Clasificación Internacional de Enfermedades - 9.ª Revisión Modificación Clínica (CIE-9-MC)40: trastornos cerebrovasculares, enfermedades del aparato respiratorio, neoplasias, lesiones y/o fracturas del aparato musculoesquelético y enfermedades del sistema circulatorio; presencia de úlcera de extremidad inferior (UEI).
Prevalencia e incidencia de UPP: prevalencia total, incidencia acumulada, UPP extrahospitalaria.
Características de las UPP: tipo de lesión (UPP, mal clasificada); localización de la lesión; estadio de la UPP según la clasificación utilizada por el hospital geriátrico que sigue las directrices del documento Clasificación-estadiaje de las úlceras por presión de 2003 del GNEAUPP41.
Fuentes de información
La información se recogió para cada paciente a partir de las historias clínicas informatizadas del hospital geriátrico. Se consultaron diferentes registros con la intención de detectar cualquier indicio que señalara la incidencia de una UPP y conocer los posibles factores de riesgo. A parte del registro específico de úlceras se consultaron: la valoración de enfermería al ingreso, observaciones de enfermería, órdenes médicas, hoja de interconsulta, el informe clínico de alta (valoración de enfermería e informe médico) y la hoja clínico-estadística.
Recogida de datos y procedimiento
Se solicitó al servicio central de Admisión y Documentación clínica del hospital geriátrico un listado ordenado por fecha de ingreso de la historia clínica informatizada de todos los pacientes que ingresaron en los periodos de estudio. Los datos, de forma anonimizada, fueron introducidos en una base de datos para el análisis estadístico.
Consideraciones éticas y consentimiento informado
El protocolo fue revisado y aprobado por el Comité de Ética de la Investigación Clínica Regional (CEIC-R).
En relación con el consentimiento informado, la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica, en su artículo 8.2. establece: “El consentimiento será verbal por regla general. Sin embargo, se prestará por escrito en los casos siguientes: intervención quirúrgica, procedimientos diagnósticos y terapéuticos invasores y, en general, aplicación de procedimientos que suponen riesgos o inconvenientes de notoria y previsible repercusión negativa sobre la salud del paciente”42. Dado que el estudio no supone ninguna intervención que conlleve un riesgo, tanto la información como el consentimiento se llevaron a cabo de forma verbal, dejando constancia de ello detalladamente en la historia clínica del paciente.
Análisis estadístico
Se llevó a cabo un análisis estadístico descriptivo de todas las variables, en los dos periodos de estudio, para determinar las características generales y si existen diferencias importantes entre las dos series.
Análisis de la incidencia
Para su cálculo se ha tenido en cuenta el número de personas (n) para cada categoría de las variables estudiadas y su correspondiente valor en porcentaje, así como el intervalo de confianza (IC) al 95% para dicho porcentaje. La frecuencia de aparición de úlceras en cada categoría de la variable y el correspondiente cálculo de la incidencia acumulada para cada categoría, con su IC al 95%. Para analizar si existen diferencias estadísticamente significativas en las categorías de cada variable se ha utilizado la prueba de la χ2 o el test exacto de Fisher, según procedía, en ambas series.
RESULTADOS
Características generales
En la tabla 1 se presentan los resultados obtenidos del análisis de las variables que estudiaban las características generales. En términos globales, para estas variables los grupos son comparables y están formados por 122 pacientes en la primera serie y 119 la segunda. Se trata de dos series con edades superiores o iguales a 65 años, tan solo un 4,2% (n = 5) en el segundo grupo presentaba edades inferiores; resulta llamativo el número de personas mayores de 84 años: 42,6% en el primer grupo y 38,7% en el segundo. Los grupos están formados en su mayoría por mujeres: 60,7% en el primer grupo y 54,6% en el segundo. El grado de dependencia funcional resultó ser importante en ambos grupos. Según las indicaciones del IB (versión original) los sujetos se clasifican en: dependencia total, grave, moderada, leve e independencia. En ambos grupos, al ingreso los pacientes presentaban algún tipo de dependencia. Por último, los pacientes se clasificaron por el riesgo de desarrollar UPP, agrupándolos en dos niveles: con riesgo y sin riesgo. Fue una muestra mayoritaria con riesgo de desarrollar úlceras según la escala de valoración de Norton modificada por el INSALUD: 89,3% en el primer grupo y 86,6% en el segundo.
Factores de riesgo
En la tabla 2 se presentan los datos relativos a las variables que miden los factores del estado de salud, considerados de riesgo, asociados con la aparición de UPP y que estaban presentes al ingreso. En términos generales, los grupos también son comparables para estas variables. Solo resaltar que hay un mayor porcentaje de pacientes sin incontinencia en el primer grupo. El 60,7% de los pacientes presentan incontinencia mixta (urinaria y fecal) en el primer grupo frente a un 66,4% en el segundo. Mayoritariamente, los pacientes al ingreso tenían la piel hidratada en los dos grupos, 71,9% y 82,1%, respectivamente. Aproximadamente 1 de cada 3 pacientes presentaba diabetes mellitus en ambos grupos. Entre un 10% y un 14% tenía anemia. Alrededor de un 15% presentaba algún tipo de desnutrición al ingreso. Y un pequeño porcentaje, entre el 5% y el 10%, presentaba obesidad. Resultaron mayoritarios los pacientes que ingresaron por enfermedades cerebrovasculares: 31,1% y 29,4%, primer y segundo grupo, y por lesiones y/o traumatismos del aparato locomotor: 26,2% y 29,4%, respectivamente. Tan solo el 5,7% de los pacientes (n = 7) presentaban además una UEI en el primer grupo y el 9,2% (n = 11) en el segundo.
Incidencia de las úlceras por presión
En las tablas 1 y 2 también se encuentran reflejados los datos de incidencia de las UPP en función de las diferentes características nombradas anteriormente. En general, no existen diferencias estadísticamente significativas en dichas variables por periodo. Tampoco hay diferencias en el RR de desarrollar UPP en función del periodo por cada variable, a excepción del diagnóstico de problemas musculoesqueléticos, donde los pacientes con este problema en el segundo grupo tienen un RR = 3,3, IC 95% = 1,1-10,9.
La frecuencia de aparición de UPP en ambos grupos se describe en la tabla 3. El total de personas con úlceras en el primer grupo es de 65 pacientes (tanto UPP intrahospitalarias como extrahospitalarias) y 66 en el segundo grupo. Resulta curioso que el mismo número de personas en ambas series desarrollan nuevas úlceras (n = 28) y en las dos también el mismo número de personas (n = 49) presentan UPP extrahospitalarias. Resumiendo, supone una incidencia acumulada para la primera serie del 23%, IC 95% = 15,8-31,4 y una incidencia acumulada para la segunda serie del 23,5%, IC 95% = 15,9-31,2. No se hallaron diferencias estadísticamente significativas en la incidencia de úlceras en las dos series.
En términos generales, se obtiene una tasa de incidencia de 3,4 por 1000 pacientes/día en el primer grupo y de 4,6 por 1000 pacientes/día posteriormente, lo que supone una razón de tasas de 0,857, IC 95% = 0,49-1,5.
Para comprobar el efecto de la presencia de UPP al ingreso se estudia la asociación entre ser portador de una UPP y la incidencia de úlceras en ambas series (tabla 4). Como se observa, no ha habido cambios significativos entre ser portador de una UPP y desarrollar nuevas úlceras en ambos grupos. Aproximadamente, 1 de cada 4 pacientes desarrolla una nueva úlcera independientemente de si es portador de úlcera extrahospitalaria y del periodo de estudio.
Características de las úlceras por presión incidentes
De los pacientes que desarrollaron nuevas lesiones, en la primera serie se presentaron 48 lesiones y 52 en la segunda serie. Un análisis de la localización de las UPP nos puede hacer pensar que pueden existir úlceras mal clasificadas como UPP, cuando en realidad podrían ser lesiones por humedad, lesiones isquémicas y/o neuropáticas. En términos generales, hay 4 úlceras que pueden estar mal clasificadas en la primera serie y 10 en la segunda.
En la tabla 5 se describe la información de todas las úlceras nuevas, de ambos grupos. Como se observa, existen diferencias estadísticamente significativas en las dos series en las posibles úlceras mal clasificadas, así como en los estadios. En los dos grupos, las UPP en estadio I son las más numerosas: “la UPP de estadio I se manifiesta por un eritema cutáneo que no palidece al presionar”41.
DISCUSIÓN
Características generales
En cuanto al perfil de los pacientes en nuestra UGRF, los resultados están en un rango similar al aparecido en otras investigaciones centradas en población anciana. En ambos grupos, se trata de pacientes de edad elevada y mayoritariamente mujeres. La observación sobre la edad avanzada de los pacientes ingresados ha sido descrita en artículos publicados a nivel internacional: 82,3 años, Halfens et al.43; 79,7 años, Horn et al.19; 87 años, Vanderwee et al.44; 75,3 años, Chen et al.45; 82,9 años, Lahmann et al.46; 83,6 años, Hahnel et al.47, y en España: 82,4 años de edad media, Casimiro et al.18; 81,25 años, Hernández et al.48; 78,6 años, Lago-González49. Respecto al hecho de que los casos fueron mayoritariamente del sexo femenino es compartido de igual modo a nivel mundial19,23,26,43,44,46,47 y nacional18,27.
En nuestro estudio, el porcentaje de pacientes con dependencia total fue mayoritario (puntuación < 20, según el IB). Chen et al.45 observaron que, con cada punto de incremento en el IB, la posibilidad de aparición de UPP disminuía un 3% (la dependencia funcional fue definida por Barthel < 50). En este sentido, compartimos con estos autores que una movilización temprana para mejorar la capacidad funcional es necesaria para evitar resultados de salud negativos como lo son las UPP.
En nuestros resultados, los pacientes identificados al ingreso con riesgo de UPP, según la escala de Norton modificada por el INSALUD, son los que mayoritariamente las han desarrollado. Sin embargo, un pequeño porcentaje en ambos grupos de estudio, identificados como “sin riesgo” al ingreso, desarrollaron úlceras. Las explicaciones a estos resultados fallidos de detección del riesgo pueden estar relacionadas con las escalas de valoración de riesgo de UPP utilizadas. Por un lado, puede ser que la escala no se haya utilizado de forma correcta o que el instrumento (Norton modificada por el INSALUD) no mida correctamente el riesgo de UPP, puesto que esta escala adolece de estudios de validez39, aunque Vap y Dunaye50 utilizando la escala de Braden que tiene dichos estudios de validez, de los 383 residentes de residencias de ancianos valorados de no riesgo, desarrollaron úlceras el 5% (n = 20).
Factores de riesgo
El primer factor analizado sobre el estado de salud relacionado con el desarrollo de UPP ha sido la incontinencia. Vanderwee et al.44 obtuvieron los siguientes resultados en su investigación en 16 residencias de ancianos al analizar las UPP como variable dependiente y la incontinencia como variable independiente: incontinencia mixta e incontinencia fecal [RR 1,62; IC 95% (0,89-2,95)] e incontinencia urinaria [RR 0,55; IC 95% (0,26-1,15)]. Sorprendentemente, en este estudio, el hecho de tener incontinencia urinaria disminuía el riesgo de desarrollar una lesión en un 76%. Para los autores, una posible interpretación podría ser que en el entrenamiento dado a enfermería se insistía entre la diferenciación de las lesiones por dermatitis asociada a la incontinencia y las UPP, por lo que se consiguió una mayor exactitud diagnóstica. En nuestro caso, la explicación de que los pacientes con incontinencia urinaria en la segunda serie no desarrollaran úlceras no es otra que la limitación del reducido tamaño muestral (n = 11), que no permite tener un poder suficiente para detectar una diferencia, aunque esta existiera.
En relación con la diabetes mellitus (DM), el porcentaje de pacientes diabéticos que desarrollaron UPP intrahospitalarias en nuestro estudio fue del 25% (n = 11) y 29,4% (n = 10), en ambas series; RR 1,2; IC 95% (0,60-2,40). Ferrer et al.51, en su artículo sobre prevalencia y efecto de la morbilidad de la diabetes en octogenarios, concluyeron que había una relación inversa entre DM y la puntuación de la escala Braden para calcular el riesgo de desarrollar UPP [OR 0,87; IC 95% (0,79-0,97); p = 0,010]; pero la regresión logística mostró asociación entre la diabetes y el índice de Barthel [OR 1,03; IC 95% (1,01-1,05); p = 0,007).
Otro factor del estado de salud relacionado con las UPP es el estado nutricional. En nuestro estudio, el porcentaje de pacientes identificados con desnutrición que desarrollaron UPP intrahospitalarias fue del 36,8% (n = 7) y 16,7% (n = 3), en ambos grupos, RR 0,4; IC 95% (0,11,5). Chen et al.45 observaron que con cada punto de incremento en el Mini Nutritional Assessment (MNA), es decir mejor estado nutricional, las posibilidades de desarrollar úlceras disminuían un 14%.
Un grupo importante en nuestro estudio fueron los pacientes con diagnóstico médico al ingreso: trastornos cerebrovasculares. En residencias de ancianos, Kwong et al.52 encontraron que el ACV fue estadísticamente significativo, asociándolo con el desarrollo de UPP, y Vanderwee et al.44 identificaron como factor predictivo independiente para el desarrollo de las UPP (grado 2-4) el tener antecedentes de un ACV [RR 1,94; IC 95% (1,10-3,70)].
Otro porcentaje importante de ingresos en nuestro hospital son los pacientes de ortogeriatría, pacientes en ambos grupos que presentaban como diagnóstico médico al ingreso: lesiones y/o fracturas del aparato musculoesquelético. Baumgarten et al.53 estudiaron a 658 pacientes de 65 años o mayores con fractura de cadera; el RR en centros de rehabilitación y residencias de ancianos fue 1,4 [IC 95% (0,80-2,30)] y 1,3 [IC 95% (0,80-2,10)], respectivamente. Esta clasificación, especificando el diagnóstico concreto, fractura de cadera, no está desglosada en nuestro trabajo, lo que sin duda será interesante estudiar con posterioridad para afinar en la relación de problemas de salud relacionados con la ortogeriatría y las UPP incidentes.
Incidencia de las úlceras por presión
Las amplias variaciones en el rango de cifras epidemiológicas obtenidas y consultadas necesitan ser interpretadas con precaución, teniendo siempre presente la versatilidad de los ámbitos estudiados y la metodología empleada. En publicaciones internacionales, los resultados encontrados de incidencia de UPP se corresponden con ancianos residentes en centros geriátricos de larga estancia y residencias de mayores. En residencias de ancianos (nursing homes): Kwong et al.52 obtuvieron una incidencia del 25,1%; Vanderwee et al.44 desarrollaron un estudio con el objetivo de identificar los factores pronósticos asociados con el desarrollo de UPP (grado 2-4), obteniendo una incidencia acumulada del 18,7% (44/235); Meesterberends et al.54 encontraron una significativa mayor tasa de incidencia de UPP para las residencias holandesas estudiadas (33,3%), en comparación con las residencias alemanas (14,3%). En centros de larga estancia (long term care): Cuddigan et al.55 encontraron amplias variaciones en el rango de tasas de incidencia obtenidos: 2,2-23,9%; Horn et al.56, en el estudio nacional de UPP de EE. UU., encontraron que el 29% de los residentes (n = 5443) desarrollaron una nueva UPP; De Souza y De Gouveia-Santos57 hallaron una tasa de incidencia del 39,4% entre los ancianos institucionalizados analizados.
En España, las cifras recogidas varían según los ámbitos de observación. Hernández et al.48 llevaron a cabo un análisis de prevalencia en un hospital geriátrico: el 13,4% de los pacientes en el ámbito residencial desarrollaron úlceras, un 13,8% en la unidad de larga estancia y fueron inexistentes en la unidad de demencias; Lago-González49 obtuvo una incidencia del 4,9% en una unidad de geriatría; Ramos et al.58, en un centro sociosanitario de media-larga estancia, obtuvieron una prevalencia media de pacientes con UPP de 15,9%, y el porcentaje de pacientes con úlceras iatrogénicas fue del 4,23; el GNEAUPP periódicamente repite una encuesta mediante cuestionario para establecer la prevalencia nacional de UPP. En el 4º, último estudio publicado en 201427, las encuestas recibidas de centros sociosanitarios correspondieron: un 64,7% a residencias de mayores, un 29,4% a sociosanitarios y un 4,8% a “centros de discapacitados, convalecencia y paliativos”. La prevalencia, en total, fue del 13,4%, IC 95% (12,63-14,22).
Características de las úlceras por presión incidentes
En nuestro trabajo hemos agrupado las localizaciones en las que aparecen las UPP en regiones anatómicas para facilitar el análisis: pies y pelvis. Dentro del “pie” se han considerado las úlceras registradas en maléolos, talones, dedos y en los bordes laterales, siendo finalmente la localización más frecuente en nuestros resultados. Y la región “pelvis” agrupa las úlceras localizadas en sacro, trocánter e isquion. En las publicaciones, sin embargo, el sacro aparece como la primera localización más habitual de las UPP y después el talón27,59.
En los resultados finales de incidencia de las UPP en función de las características hemos creado una categoría específica llamada mal clasificadas. Creemos que existe una confusión entre lesiones cutáneas asociadas a la humedad y UPP, por lo que las úlceras localizadas en zonas blandas y expuestas a la humedad, tales como glúteos y genitales, las hemos incluido en esta clase, en ambos grupos. En el 4º Estudio Nacional de Prevalencia de las UPP del GNEAUPP, los autores también agruparon las lesiones, de tal forma que recodificaron aproximadamente un 6% como lesiones relacionadas con la humedad y sobre un 16% a lesiones combinadas presión-humedad27. Así, en recientes estudios se empieza a diferenciar las lesiones por su causa. Hahnel et al.47, en un estudio realizado en 10 centros de asistencia de larga estancia en Berlín, obtuvo una prevalencia de UPP del 9,0%, de dermatitis asociada a la incontinencia del 35,4% y de desgarros en la piel del 6,3%.
CONCLUSIONES
Tanto a nivel internacional como nacional, existe una gran variabilidad dentro de las unidades geriátricas en cuanto a su denominación, dotación, ubicación y titularidad. Con el desarrollo del presente trabajo hemos podido establecer la incidencia de UPP en una UGRF de un hospital geriátrico. En todo caso, los datos reflejan un problema de enorme magnitud que debe ser tema de análisis y meditación por todos los agentes implicados.
Se hace necesario utilizar escalas validadas por ser, hasta el momento, las mejores herramientas disponibles para valorar el riesgo de desarrollar UPP.
En la literatura científica se verifica la correlación de determinadas variables del estado de salud del paciente con el desarrollo de UPP. Los factores abordados en nuestro estudio son posibles razones para una mayor probabilidad de desarrollar UPP, por lo que los esfuerzos de prevención deben dirigirse a reducir el impacto de sus consecuencias. Así, la identificación de los pacientes que han sufrido un ACV o presentan algún problema musculoesquelético puede contribuir considerablemente a una política más eficaz de prevención de UPP, lo que redundará en cifras más bajas de aparición de úlceras.