INTRODUCCIÓN
La esperanza de vida es cada vez mayor en los países desarrollados, alcanzando los 77,9 años en hombres y los 83,3 en mujeres dentro de la Unión Europea1. En España, se prevé que en 2031 la esperanza de vida será de 83,2 años en los hombres y 87,7 años en las mujeres1. Los avances en la medicina moderna, como el diagnóstico precoz de enfermedades, y las mejoras en los tratamientos médicos, en la salubridad ambiental y en los bienes económicos básicos han propiciado este cambio en la esperanza de vida2, contribuyendo así al aumento de la proporción de personas mayores de 60 años a nivel mundial. De hecho, se prevé también que en 2050 este grupo poblacional alcanzará el 22% de la población total3.
En el ámbito de la sexualidad, el proceso de envejecimiento ha sido asociado a consideraciones negativas, como son las percepciones de desinterés de las personas mayores, la consideración de que es un asunto exclusivo de adultos jóvenes o su falta capacitación para las relaciones sexuales durante esta última etapa de la vida4.
Estudios previos muestran ciertos factores que pueden afectar a la actividad sexual de las personas mayores, incluso haciéndola desaparecer, como son la falta de pareja (especialmente en el caso de las mujeres, que disfrutan de una mayor esperanza de vida), la monotonía al paso de los años o el estado de salud (ya que ciertos tratamientos médicos pueden disminuir el deseo sexual)5.
Sabemos que la sexualidad es algo innato en el ser humano y no es algo prohibido en función de la edad4,6. A pesar de lo anterior, con el paso del tiempo aparecen cambios fisiológicos como la ralentización de la erección en los hombres, la disminución de la capacidad de lubricación de la vagina7 en las mujeres o ciertas enfermedades crónicas que pueden afectar a la sexualidad. De ahí la importancia de realizar una adecuada educación sanitaria en personas mayores que contribuya a la mejora de su sexualidad. Además, es conocido que el aumento de la formación del personal sanitario en este tema repercute directamente en la mejora de la sexualidad y la calidad de vida de las personas mayores6,8. Muchos estudios han analizado la visión del personal sanitario sobre la sexualidad en las personas mayores o el punto de vista familiar9,10,11, pero apenas hay estudios que analicen las percepciones de las personas mayores sobre su sexualidad. Hasta donde conocemos, ninguna revisión ha sintetizado estas percepciones incluyendo la visión de personas mayores institucionalizadas y que viven en comunidad, perteneciendo a colectivos sexualmente diversos.
Debido a lo anterior, es necesario conocer en profundidad las percepciones de las personas mayores sobre la sexualidad, lo que proporcionará una información clave para que el personal sanitario y de gestión pueda adaptar las estrategias y programas de actuación a las necesidades manifestadas por las personas mayores.
El objetivo de esta revisión fue sintetizar y analizar los estudios que indaguen en las percepciones sobre la sexualidad de las personas mayores institucionalizadas y residentes en comunidad.
MATERIAL Y MÉTODOS
Síntesis temática cualitativa
Se realizó una búsqueda sistemática de estudios publicados en inglés o castellano, hasta abril de 2018, que indagaran en las percepciones sobre la sexualidad de las personas mayores, estando tanto institucionalizadas como residentes en comunidad. La búsqueda se realizó en las siguientes bases de datos electrónicas: The Cochrane Library, Medline (Pubmed), PsycINFO, EMBASE, Web of Science, ProQuest, Cuiden y CINHAL. Asimismo, se realizó una búsqueda secundaria a través de las referencias encontradas en los estudios incluidos y en aquellos artículos sugeridos por las bases de datos relacionados con los objetivos.
Dos investigadoras realizaron de manera independiente la búsqueda y selección de los artículos incluidos según los criterios establecidos, consensuando posteriormente los resultados. La tabla 1 recoge la cadena de búsqueda en inglés o castellano utilizada en cada una de las bases de datos durante el proceso de búsqueda.
Para la selección de los artículos se utilizaron los siguientes criterios:
- Criterios de inclusión:
Estudios cualitativos que indagaran en las percepciones, visiones o conceptualizaciones sobre la sexualidad de las personas mayores de 60 años (con el fin de que la búsqueda fuera lo más inclusiva posible, se siguió el criterio de la Organización Mundial de la Salud de considerar como personas de la tercera edad a todas aquellas mayores de 60 años).
Estudios en los que la muestra incluyera a personas mayores de 60 años que residieran en comunidad o en instituciones de cuidados de larga duración para personas mayores.
Artículos publicados en inglés o castellano en las bases de datos incluidas, hasta abril de 2018.
- Criterios de exclusión:
Estudios que incluyeran en su muestra a personas mayores con deterioro cognitivo.
Estudios que tuvieran baja calidad metodológica tras aplicar la herramienta de evaluación de la calidad.
Esta revisión siguió las recomendaciones de la declaración ENTREQ para revisiones sistemáticas cualitativas12. Actualmente, no existe un consenso sobre cuál es la mejor herramienta de evaluación de la calidad de estudios cualitativos. La calidad de los artículos fue analizada con la Escala CASPe para estudios cualitativos13. Esta escala analiza 3 elementos (validez, resultados y aplicabilidad), comenzando con dos preguntas eliminatorias, cuyo resultado negativo invalida continuar con la valoración. Tras aplicar este instrumento, se eliminaron 2 artículos que no superaron las preguntas eliminatorias.
RESULTADOS
Tras la búsqueda en las bases de datos analizadas se encontraron 1.122 artículos, de los cuales 107 fueron eliminados por ser duplicados. Tras la lectura del título y el resumen, se eliminaron 86 por estar escritos en un idioma diferente al inglés o al castellano y otros 915 por no estar relacionados con el fenómeno de estudio. Tras la lectura del texto completo, se eliminaron 3 artículos por su baja calidad metodológica tras aplicar la herramienta CASPe para estudios cualitativos. Finalmente, 11 artículos fueron incluidos en esta revisión (figura 1).
La tabla 2 resume las principales características de los estudios incluidos. En cuanto al ámbito geográfico, 5 estudios fueron realizados en Estados Unidos14,15,19,20,23, mientras que el resto se realizaron en Nueva Zelanda16, Bélgica17, Australia18, España21, Corea del Sur22 y Portugal24.
En relación con las características de la muestra, algunos de los estudios analizaron las percepciones sobre la sexualidad en personas mayores que residían en comunidad14,22. Otros estudios analizaron la sexualidad en personas mayores institucionalizadas15,16,17,18,19,21. Además, dos de los estudios indagaron las percepciones sobre la sexualidad en personas mayores con el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH)20,23, uno en mujeres mayores viudas22 y otro en hombres mayores gais y bisexuales24.
En relación con el enfoque paradigmático utilizado, los principales enfoques fueron el método fenomenológico15,18,19,21,23, la teoría fundamentada14,22 y el análisis del discurso16,17,20,24. Por otra parte, las principales técnicas de recogida de datos empleadas fueron los grupos focales14,16,17,19 y las entrevistas semiestructuradas18 o en profundidad15,20,21,22,23,24.
Percepciones sobre la sexualidad de personas mayores residentes en comunidad.
Es destacable el hecho de que más de la mitad de las personas mayores que residían en comunidad manifestaron seguir expresando interés por la actividad sexual, percibiendo que ésta era óptima cuanta mayor salud tenían. Además, consideraron que la actividad sexual aumentaba cuando tenían pareja14. A pesar de lo anterior, algunas mujeres manifestaron una disminución del deseo en esta etapa de la vida, considerando además que el hecho de enviudar fue el punto de inflexión en el que dieron por finalizada su actividad sexual14.
Por otra parte, algunas personas mayores consideraron que el personal sanitario debía implicarse más a la hora de abordar los problemas relacionados con la salud sexual, mejorar las estrategias de educación en sexualidad y proporcionar la oportunidad a las personas mayores de expresar sus preocupaciones y necesidades sexuales para adaptar la atención ofertada, planteando además que la Atención Primaria es el mejor ámbito para abordar la salud sexual14.
En relación con los factores influyentes en la expresión de la sexualidad y en la mayor satisfacción con la actividad sexual en personas mayores que viven en comunidad, los/las participantes manifestaron que era necesario que las personas con las que convivían en el hogar fomentaran el mantenimiento de la intimidad de la persona mayor, ya que muchas veces los familiares daban por supuesto que carecían de vida sexual y no les permitían disfrutar de su intimidad14. Por otra parte, los fármacos con efectos sobre el Sistema Nervioso Central fueron también considerados como factores que podían influir en su sexualidad14.
En el caso concreto de las mujeres mayores que residían en comunidad, las participantes destacaron el hecho de que después de la menopausia aún tenían una expectativa de vida de al menos unos 30 años, por lo que consideraron importante recibir una adecuada educación sobre sexualidad, lo que les ayudaría a asumir con naturalidad los cambios en esta etapa y no percibirlos como un proceso patológico14.
Percepciones sobre la sexualidad de las personas mayores institucionalizadas.
Es destacable la resignación manifestada por muchas personas mayores institucionalizadas, afirmando que tras la institucionalización habían puesto fin a su actividad sexual, llegando a separarse de su pareja en muchos casos16. Los participantes percibieron además que el ingreso en un centro de cuidados de larga duración ocasionó la pérdida de su intimidad16.
En relación con los modos de expresión de la sexualidad, las personas mayores institucionalizadas consideraron que en esta etapa de la vida no solo es importante la realización del coito, sino que adquieren especial relevancia los abrazos, las caricias y otras expresiones sexuales18. Por otra parte, las personas mayores participantes percibieron que si expresaban su sexualidad de manera libre podrían ser juzgadas por el resto de las personas de su entorno (familia y personal de los centros)18.
En relación con el personal sanitario, se consideró importante que la atención prestada por éste incluyera una visión abierta sobre la sexualidad, preservando en todo momento sus deseos y su intimidad15,19. Además, se manifestó como necesario que los centros dedicados al cuidado de las personas mayores prestaran unos cuidados individualizados, ya que éstos fueron percibidos como elementos facilitadores para la mejora de la actividad sexual de las personas mayores15.
Finalmente, las personas mayores institucionalizadas juzgaron importante que se les permitiera participar activamente en el proceso de toma de decisiones relacionadas con su sexualidad, considerando necesario que las mismas se tomaran de manera conjunta entre el personal y las personas mayores16.
Percepciones sobre la sexualidad de las mujeres viudas.
Con respecto a la visión de las mujeres viudas, destacó la asociación de las relaciones sexuales con su rol de esposa, por lo que cuando enviudaron consideraron que ese acontecimiento fue el punto de inflexión que ponía el fin a su vida sexual21,22. Además, muchas de las participantes, especialmente las que seguían la doctrina de la Iglesia Católica, manifestaron que el fin de las relaciones sexuales era la concepción y no el placer21, considerando además que mantener relaciones sexuales era un deber como esposa y no algo concebido para su propio disfrute o el disfrute de su vida en pareja21. Además, encontramos cierta controversia en las percepciones sobre la sexualidad en las mujeres viudas, ya que mientras ciertas mujeres mayores viudas coreanas la percibieron de manera negativa en esa etapa de su vida22, otras consideraron que tener relaciones sexuales en la vejez aumentó el optimismo y la positividad durante el proceso de envejecimiento22.
Percepciones sobre la sexualidad de personas mayores con el VIH.
Las personas mayores con esta patología participantes en un estudio se conceptualizaron como una población en riesgo de contraer otras infecciones de transmisión sexual, ya que manifestaron que no se les informaba del uso del preservativo como medio de prevención20. Por otra parte, la mayoría de los participantes con el VIH manifestaron haber contraído la enfermedad hace muchos años o cuando eran jóvenes, encontrando al envejecer nuevos retos, sobre todo el cómo afrontar esta enfermedad en esta etapa de la vida20. Además, los participantes mayores con el VIH expresaron el deseo de tener una vida sexual activa y demandaron que la sociedad y los profesionales dejaran de estigmatizarles, ya que percibían que muchas veces se les aislaba solamente por su enfermedad23.
Percepciones sobre la sexualidad de los hombres mayores gais o bisexuales.
Los hombres mayores con orientación sexual homosexual o bisexual consideraron que era muy importante tener un suficiente apoyo emocional y social, ya que la falta de apoyo emocional fue percibida como uno de los motivos por el que ocultaron su orientación sexual24.
DISCUSIÓN
A pesar de que estudios previos destacan la consideración negativa general, a nivel social, sobre la sexualidad en las personas mayores, los resultados de esta revisión muestran que éstas consideran la sexualidad como algo positivo y como un deseo que siguen queriendo expresar en esta etapa de su vida. Además, las personas mayores consideran como barreras para la expresión de su deseo sexual los estereotipos sociales hacia la sexualidad en esta etapa vital, la falta de intimidad y la asociación de la sexualidad con la procreación o bien con la obligación marital. Asimismo, el miedo de las personas mayores a los prejuicios de quienes les rodean (familia o personal de las instituciones donde residen) es una barrera para la expresión de su sexualidad.
Una de las aportaciones de esta revisión consiste en incorporar la percepción de las mujeres viudas sobre la sexualidad, quienes consideran que las relaciones sexuales son un deber marital asociado a la procreación, y que con el fallecimiento de su cónyuge cesa su actividad sexual21. Estos resultados pueden deberse a la influencia de las creencias religiosas en estas mujeres de edad avanzada, que fueron adoctrinadas en una moral que asociaba la sexualidad y la reproducción. Futuros estudios deberían analizar este fenómeno desde el punto de vista de los hombres viudos, así como de viudas y viudos con otras creencias para poder realizar comparaciones.
Siguiendo la línea de estudios previos25,26, nuestra revisión confirma que las actitudes del personal sanitario y la ausencia de intimidad en los centros son consideradas barreras para la expresión de la sexualidad en personas mayores institucionalizas15,16,17,18,19. Además, como ya ha sido señalado previamente, los resultados de ciertos estudios incluidos en esta revisión muestran que la familia y el personal de los centros no suelen aceptar que las personas mayores institucionalizadas quieran continuar con su vida sexual en esa etapa de la vida18,19. Por todo lo anterior, es necesario modificar las políticas de atención de las instituciones dedicadas al cuidado de personas mayores. El objetivo debe ser implantar programas de actuación donde la sexualidad de los/las residentes y el derecho a la intimidad sean tenidos en cuenta. En este sentido, es necesario mejorar las competencias y conocimientos sobre la sexualidad de las personas mayores, tanto del personal de los centros destinados al cuidado de personas mayores como de los familiares.
Como ya ha sido apuntado en estudios previos4,5, los resultados de esta revisión confirman la consideración social de las personas mayores como seres asexuados16,18,19. Este resultado muestra la importancia de realizar estrategias de educación en sexualidad y de sensibilización encaminadas a normalizar la sexualidad en las personas mayores, y que ayuden a promover prácticas sexuales adecuadas y saludables en esta etapa vital. Además, es necesario que los centros destinados al cuidado de personas mayores fomenten su participación en el proceso de toma de decisiones, y que incorporen en sus políticas de actuación los principios éticos y legales que garanticen el respeto a su privacidad e intimidad, su bienestar y la expresión de todas sus necesidades básicas.
Otra de las novedades de esta revisión es la inclusión del punto de vista de los hombres mayores gais y bisexuales. En este sentido, esta revisión muestra la falta de conciencia social y familiar hacia las necesidades sexuales de estos grupos, que se siguen percibiendo como invisibles para la sociedad y carentes de apoyo familiar. Por ello, eliminar el estigma social hacia estas poblaciones aún sigue siendo un reto24.
Frente a los prejuicios sociales relacionados con la sexualidad en las personas mayores y la percepción del cese del deseo sexual a medida que aumenta la edad6,7, los resultados de esta revisión muestran que las personas mayores consideran como algo negativo tener que esconder sus deseos sexuales, ya que continúan sintiendo el deseo de vivir activamente su sexualidad, sobre todo cuando tienen pareja y viven en su domicilio14,22.
Finalmente, y como muestran otros trabajos8,9, los resultados de los estudios realizados en Residencias de Mayores muestran cómo las personas mayores residentes asocian la institucionalización con el cese de su actividad sexual, siendo los motivos percibidos la falta de privacidad e intimidad de los centros, así como los prejuicios de sus familiares y el personal de los centros, que los llevan a sentir miedo de expresar su propia sexualidad15,16,18. Estos resultados apuntan la necesidad de revisar las políticas de atención de los centros destinados al cuidado de personas mayores, para garantizar el derecho de sus residentes a cubrir esta necesidad básica a pesar de su ingreso en una institución.
Las percepciones de las personas mayores sobre la sexualidad están influidas por los estereotipos sociales hacia la sexualidad en personas mayores y los prejuicios de las personas con las que conviven (familiares y personal de las instituciones destinadas al cuidado de personas mayores). Estos prejuicios hacen que la mayoría de las personas mayores consideren la sexualidad en esta etapa de la vida como algo negativo. A pesar de lo anterior, comienza a emerger una nueva imagen positiva y más abierta de las personas mayores hacia la sexualidad y hacia vivirla con naturalidad, sin opresiones familiares ni sociales.
Es necesario modificar las políticas de atención en los centros de cuidados para personas mayores y realizar programas de educación en sexualidad dirigidos a personas mayores y sus familiares. Esto ayudaría a superar los estereotipos sociales hacia la sexualidad en personas mayores y a fomentar una sexualidad saludable en esta etapa de la vida.
Respecto a las limitaciones del estudio, el hecho de haber incluido solo artículos en inglés y castellano en las bases de datos seleccionadas durante el periodo establecido ha podido excluir potenciales artículos relevantes.