INTRODUCCIÓN
La adolescencia comporta no solo cambios físicos, sino también cognitivos, sociales y de identidad, repercutiendo en la edad adulta los hábitos adquiridos en este período1. La realización de actividad física (AF) de forma habitual por parte de los adolescentes, aporta numerosos beneficios para la salud en general2,3, como la prevención de enfermedades, el control del sobrepeso y la obesidad4, mejoras en procesos depresivos y de estrés5, y beneficios psicológicos y sociales6.
Si consideramos como insuficientemente activa a toda persona que no realiza el mínimo de AF que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS)7, más del 80% de los adolescentes entre 11 y 17 años, a nivel mundial en 2010, no realizaban suficiente AF8. En España, el 12,1% de la población de 5 a 14 años se declara insuficientemente activa, siendo el doble en el colectivo adolescente femenino (16,3%) que en el masculino (8,2%), incrementándose con la edad9.
En los países desarrollados, en las últimas décadas se han modificado los estilos de vida, los hábitos sociales y de ocio, aumentado las barreras para la realización de AF, ya que a menudo la AF tiene que competir con múltiples actividades que resultan más atractivas (vídeojuegos, internet, redes sociales, etc.), lo que implica una disminución de la AF y un aumento de las conductas sedentarias10. Las barreras se relacionan con la multiculturalidad de las familias11, los aspectos ambientales, la falta de instalaciones, la tecnología12 y el nivel socioeconómico de las familias13, siendo estas barreras más marcadas en el sexo femenino14.
El objetivo principal del estudio fue identificar las barreras percibidas y los aspectos que motivan a los adolescentes para la realización de AF de forma habitual. Asimismo, se trató de determinar qué aspectos influyen y condicionan a los adolescentes para ser físicamente activos.
MATERIAL Y MÉTODOS
La metodología cualitativa, a través de la técnica de grupos de discusión (GD), permitió la aproximación a la vivencia de los adolescentes, a la vez que proporcionó respuestas al problema de salud planteado. La metodología utilizada aportó flexibilidad para estudiar las subjetividades individuales, mediante la captación de diferentes perspectivas (adolescentes y expertos), siendo la interacción en sí misma una fuente de datos.
Diseño y Participantes
El presente estudio se llevó a cabo de octubre de 2016 a marzo de 2017, en la ciudad de Barcelona (España) durante el curso académico 2016-17.
Se realizaron cuatro grupos de discusión:
- El primero, se configuró con una muestra de profesionales expertos en adolescentes y AF, para recoger la perspectiva de los especialistas.
- El segundo, se efectuó con adolescentes de ambos sexos.
- El tercero estuvo formado exclusivamente por adolescentes de sexo femenino.
- El cuarto estuvo compuesto por adolescentes de sexo masculino.
La realización de los 4 GD sirvió para confirmar el patrón de datos y una base estable de información, lo cual permitió llegar al punto de redundancia, garantizándose así la saturación de la información. Se aseguraron criterios de homogeneidad y heterogeneidad, buscando mostrar perspectivas distintas para localizar diferencias y coincidencias, así como particularidades, lo que hizo más rico el discurso.
Los criterios de homogeneidad seguidos fueron: para los adolescentes, se segmentaron en la misma franja de edad, para que compartieran un mismo ideario y currículo personal, la misma clase social, y pertenecieran al mismo contexto geográfico. Otro aspecto de homogeneidad fue que los centros participantes fueran de titularidad pública (respecto a los privados, donde la cuota de pago era variable en función del centro).
Respecto a los profesionales, tenían que tener contacto profesional con los adolescentes desde diferentes disciplinas vinculadas con la AF, así como una amplia experiencia con este colectivo.
Los criterios de heterogeneidad fueron: para los adolescentes, se reclutaron de ambos sexos. Se configuró un grupo mixto (de ambos sexos en el mismo GD), y dos más con adolescentes del mismo sexo (un GD solo de hombres adolescentes y otro GD solo de mujeres adolescentes), para poder obtener la máxima información y riqueza de discurso; también se tuvo en cuenta que la étnia/procedencia de los participantes fuera diversa, para enriquecer el estudio.
Para los profesionales, se reclutaron diferentes currículos académicos y diversos tipos de experiencias laborales y profesionales, así como diferentes ámbitos dentro de la AF.
Todos los adolescentes de la muestra fueron alumnos de 3er curso de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), procedentes de dos centros de carácter público de uno de los 10 distritos que conforman la ciudad de Barcelona. El distrito fue elegido de forma aleatoria, siendo Sants-Montjuic en el que se realizó el estudio. Este distrito se sitúa el tercero con menor nivel socioeconómico de la ciudad.
Procedimiento de captación de los participantes
Para los GD de adolescentes, se contactó con los directores de los centros participantes y se realizó una reunión informativa con cada uno de ellos. Los propios directores nos pusieron en contacto con los profesores de la asignatura de Educación Física (EF), que nos concertaron día y hora para un primer contacto con los estudiantes, en el que se les informó sobre su papel en la participación, así como de la necesidad del consentimiento informado (CI), firmado por ellos y por sus padres o tutores legales. Posteriormente, los profesores nos comunicaron la fecha y la hora de realización del GD con los estudiantes que de forma voluntaria aceptaron participar, aportando el CI. En el GD Mixto (M), se descartaron dos chicos que no aportaron el CI, quedando finalmente 10 adolescentes (4 chicos y 6 chicas). En el GD de mujeres adolescentes (Ma), se descartaron 2 que no presentaron el CI, quedando finalmente 6 chicas. En el GD de hombres adolescentes (Ha), se descartó uno que no aporto el CI, quedando finalmente 9 chicos. Los GD se realizaron en las instalaciones de los institutos participantes. Para el GD de profesionales expertos (E), la captación tuvo lugar según criterios de currículo profesional, experiencia personal con adolescentes y que estuvieran laboralmente activos en el ámbito seleccionado. Se les contactó a través de correo electrónico, adjuntando la información del estudio y la propuesta de participación (6 de 10 aceptaron). La sesión se realizó en la Facultad de Ciencias de la Salud Blanquerna de la Universidad Ramon Llull (tablas 1 y 2).
A cada GD se le asignó un código, para preservar el anonimato. Los códigos están formados por las letras GD (Grupo Discusión), seguidos de las iniciales asignadas a cada GD (M: Mixto. Compuesto por adolescentes de ambos sexos; Ma: Mujeres adolescentes; Ha: Hombres adolescentes; E: Expertos), seguido de las iniciales de los nombres de los participantes. Todos los adolescentes de la muestra son estudiantes de 3er curso de ESO.
A cada GD se le asignó un código, para preservar el anonimato. Los códigos están formados por las letras GD (Grupo Discusión), seguidos de las iniciales asignadas a cada GD (M: Mixto. Compuesto por adolescentes de ambos sexos; Ma: Mujeres adolescentes; Ha: Hombres adolescentes; E: Expertos), seguido de las iniciales de los nombres de los participantes. Todos los adolescentes de la muestra son estudiantes de 3er curso de ESO.
Instrumentos, recopilación de datos y análisis
Las técnicas utilizadas para la obtención de información fueron los grupos de discusión, conducidos por el investigador principal y un moderador. Las sesiones fueron grabadas en doble formato de audio y vídeo. La duración aproximada fue de 1,5 horas en el GD de expertos, y de 1 hora para el GD de adolescentes. Se confeccionó un guion dotado de flexibilidad para facilitar el debate discursivo (tabla 3).
Con todo el material recabado, se hicieron las transcripciones literales de forma naturalista (respetando la jerga propia) y en formato texto. Se analizaron las transcripciones mediante el programa informático Atlas-ti 7.1.
En el proceso de análisis, los criterios fueron temáticos, agrupándose por segmentos de un mismo tema. La clasificación se realizó buscando tópicos de significado y la posterior asignación de un código. El análisis de contenido se basó en técnicas cualitativas, utilizándose una codificación in vivo por dos investigadores a la vez, previa lectura individual. Finalmente, se consensuó la línea metodología de análisis definitivo y los criterios de saturación de los datos15.
RESULTADOS
A continuación se exponen los principales resultados, expresados en las dos dimensiones preconcebidas: Motivación y Barreras.
Dimensión Motivación
El grupo de expertos consideró que el papel de la familia es básico en relación a los roles de comportamiento, el apoyo, el acompañamiento y los estilos de vida.
La competición y poseer una buena condición física (CF) representa un elemento motivador, que incorpora metas y objetivos. Practicar deportes en equipo genera más estímulos que los practicados de forma individual, además de aportar valores como la interacción social, un sentimiento de pertenencia al grupo y de identidad, aspectos en los que coincidieron tanto los adolescentes como los expertos.
Los adolescentes reclamaron innovación y creatividad para conseguir que las actividades fueran motivadoras frente a las que son rutinarias, repetitivas, e impuestas (obligatoriedad). Se constató en todos los GD, que las actividades más motivadoras eran las que daban protagonismo a los adolescentes, destacando la necesidad de adaptación de la AF a las preferencias y habilidades propias de cada adolescente.
Los adolescentes estuvieron de acuerdo en relación al entorno geográfico, considerándolo un factor motivador, ya que tanto el barrio como la ciudad les ofrecen espacios para la realización de AF. El grupo de chicas infirió aspectos como la multiculturalidad del barrio, generadora de nuevas formas de AF.
Los expertos coincidieron en que la AF puede ser una forma de prevención de posibles conductas de riesgo, estableciéndose como herramienta para aglutinar y motivar mediante el deporte y el grupo. Hubo coincidencia en que la implicación de los profesionales que rodean a los adolescentes les convierte en referentes.
La mejora de la imagen corporal mediante la AF puede proporcionar motivación, aspecto en el que coincidieron todos los GD. Las chicas enfatizaron en la importancia de practicar AF para tener una mejor imagen corporal. Además, incidieron en que les permite poder comer más, ya que mediante la AF se aseguran el gasto energético necesario para no aumentar de peso. Los grupos reconocieron la práctica de AF mediante la realización de actividades cotidianas y las relacionadas con el ocio, en la que las chicas se sienten más motivadas ya que proporciona mayor interacción social (tabla 4).
Dimensión Barreras
La incompatibilidad por obligaciones y falta de tiempo son barreras destacables que surgieron en todos los GD. Los adolescentes lo vincularon a los deberes escolares, debido a tener que priorizar para obtener mejores resultados académicos. Por otro lado, los adolescentes y expertos constataron la existencia de pocas horas de EF en los programas escolares.
Los expertos pensaron que las redes sociales, internet y los videojuegos fomentan comportamientos de ocio sedentario, así como pereza y baja CF. Así mismo, las chicas alegaron baja CF y miedo al ridículo. Mayoritariamente, todos los adolescentes dieron prioridad a otras actividades que no contemplan la AF, sobre todo el estar con los amigos o interactuar en las redes sociales.
Los adolescentes plantearon como obstáculo la falta de apoyo de los padres, siendo un recurso recurrente el castigo de prohibirles asistir a los entrenamientos o a la práctica del deporte en caso de bajo rendimiento académico o malos resultados en las cualificaciones escolares.
El coste económico que supone para las familias el acceso a las instalaciones deportivas, también representó una barrera presente en todos los grupos de adolescentes.
La desmotivación en sí misma y el no disfrutar realizando AF generan desinterés, que relacionaron con actividades rutinarias, repetitivas y aburridas, alegando sentirse obligados a practicarlas para aprobar la asignatura de EF. Todos los adolescentes estuvieron de acuerdo en que la obligatoriedad acaba generando rechazo. El GD de expertos incidió en la falta de implicación de profesores y entrenadores.
El GD mixto, en especial por parte de las chicas, verbalizó su desaprobación por la actitud de los medios de comunicación en relación a los deportes minoritarios y femeninos, alegando poca cobertura y baja calidad de la misma, potenciando el fútbol en detrimento de otros deportes. Tanto el GD de mujeres adolescentes como el mixto (sobre todo, por parte de las chicas), alegaron sentirse poco valoradas en relación a la AF. El GD de chicas optó por la dieta en detrimento del ejercicio. Así mismo, sintieron que su rol dentro del contexto familiar reproducía réplicas de comportamientos establecidos en función del sexo, ya que tareas relacionadas con el cuidado de los hermanos y domésticas recaían sobre ellas y sus madres, representando un impedimento para realizar AF, aspecto en el que los expertos coincidieron. Concluyeron que los roles en la relación hombre/mujer dentro de la familia repercuten más en la mujer. También en relación a la familia, el grupo de expertos constató que las obligaciones y la falta de tiempo relacionadas con jornadas laborales largas no facilitan la conciliación de la vida familiar con la laboral. Los expertos opinaron que la falta de trabajo en el conjunto familia/escuela, comporta el abandono de la práctica deportiva de adolescentes que la habían practicado anteriormente, coincidiendo con la desaparición de la tutela de los padres.
Las características propias de la adolescencia fue un aspecto que emergió en el grupo de expertos, destacando que los cambios propios de esta etapa de la vida (físicos, psicológicos y de tipo social) pueden representar barreras para los adolescentes en relación a la AF (aceptación del propio cuerpo, pereza, cambios hormonales, desvinculación de la familia, de identidad, etc.). Así mismo, la visión y vivencia que tienen del mundo durante la adolescencia genera inestabilidad, rechazo a la monotonía y búsqueda de nuevas experiencias.
Algunos aspectos relacionados con las características de la adolescencia, la influencia de los amigos, la imagen corporal y la familia, fueron recogidos desde una doble visión (barrera y motivación), tanto en el GD de expertos como en los de adolescentes (tabla 5).
DISCUSIÓN
El presente estudio muestra las principales barreras y motivaciones percibidas por un grupo de adolescentes para la práctica regular de AF. Los datos a considerar vinculados a las barreras para fomentar la AF y promover estilos de vida saludables son, principalmente, las obligaciones, la obligatoriedad de actividades, la desmotivación, el ocio sedentario y el grupo de iguales. Los aspectos motivacionales son la competición, el entorno, la implicación de la familia y los amigos. Otros condicionantes constatados son las características propias de la adolescencia. Todos estos aspectos pueden facilitar las decisiones respecto a políticas sanitarias y sociales de promoción de la salud en la población de estudio.
La familia se establece como transmisor de hábitos de comportamiento saludable. La comunicación, la resolución de problemas o el control del comportamiento de los adolescentes por parte de los padres reportan beneficios relacionados con la alimentación y la AF16. El ambiente familiar se asocia a dichos beneficios, coincidiendo con estudios que concluyen que un buen clima familiar está asociado con una mayor práctica de AF y mejores comportamientos alimenticios, generando motivación intrínseca entre los adolescentes que perciben este clima17. La familia actúa también como transmisor de modelos18, coincidiendo con estudios que concluyen que la deserción es más alta en los adolescentes con padres que no realizan AF, repercutiendo más en el colectivo femenino19.
El clima familiar deportivo favorable se relaciona con un concepto físico propio más elevado y con una mayor frecuencia de AF. Estudios similares detectan diferencias en función del sexo, coincidiendo con nuestro estudio, ya que las chicas perciben climas menos favorables por parte de la familia20.
Una mayor participación de los adolescentes hacia la AF está relacionada con los niveles socioeconómicos de sus familias13.
Involucrar a los padres desde la escuela en la adquisición de hábitos saludables relacionados con la AF y la alimentación, compartiendo conocimientos con ellos, puede representar beneficios para sus hijos21.
Realizar AF en equipo aporta valores sociales y personales, además de los vinculados al deporte (aceptación de normas, convivencia, gestión del triunfo y la derrota22). Practicar AF en equipo, a nivel competitivo, se relaciona con una menor prevalencia de comportamientos de riesgo para la salud, ya que implica el cuidado del cuerpo23. Nuestros hallazgos coinciden con estudios donde el deporte en equipo se asocia a beneficios psicológicos, sociales, mejora de la autoestima y mayor interacción social, respecto a los practicados de forma individual6. El papel de los profesionales relacionados con la competencia deportiva aporta beneficios sociales, psicológicos y emocionales24.
Las chicas mostraron más tendencia a disfrutar de actividades relacionadas con la interacción social, coincidiendo con estudios que determinan que su participación es más activa en actividades más lúdicas y no tanto en las competitivas25, rechazando las que comportan un mayor rendimiento y mejor CF26. La exploración de contextos donde las chicas puedan encontrarse más cómodas puede ser una estrategia para este colectivo.
La falta de tiempo por obligaciones, estudios o por dedicar más tiempo a otras actividades relacionadas con el ocio, así como la falta de energía, que vinculamos a una menor CF, se etiquetan como barreras, hecho que coincide con estudios relacionados en el colectivo femenino27. La pereza y la desmotivación son los principales motivos de abandono, seguidos de la falta de tiempo, coincidiendo así con otros estudios28.
La relación entre concepto físico propio y AF en adolescentes29, puede asociarse con la mejora de la imagen corporal como estímulo para la realización de AF, ya que el bienestar psicológico está relacionado con una imagen corporal saludable30. Nuestros resultados coinciden con estudios que profundizan en los efectos positivos, asociados al concepto físico propio y sus dimensiones (habilidad, atractivo, CF y fuerza), sobre todo en mujeres adolescentes30. Tener presente este aspecto puede captar la atención de los adolescentes, principalmente de las mujeres, donde hay mayores índices de preocupación por el cuerpo31. Destaca la preocupación de las chicas por la imagen y su relación directa con la alimentación, ya que mayoritariamente se consideró la dieta como primera opción, por delante y en detrimento de la realización de AF32.
La presión sociocultural sobre la imagen, tanto a nivel familiar como entre los amigos, los medios de comunicación y las redes sociales33,34, consiguen que los adolescentes consideren importante todo lo relacionado con el cuerpo. Esto significa que, en ocasiones, aparezcan barreras asociadas a la imagen y sus dimensiones35.
La adolescencia representa un colectivo de población vulnerable, en la que invertir recursos puede comportar beneficios a corto plazo, ya que mejorará la salud en esta etapa, a medio plazo, ya que sus efectos perdurarán hasta la edad adulta y a largo plazo, ya que permitirá la transmisión de hábitos saludables a las futuras generaciones36.
Identificar las barreras y motivaciones permitiría abordar estrategias para mejorar la adherencia de los adolescentes a la práctica de AF de forma habitual.
Destaca la necesidad de conocer la visión de los adolescentes, escuchando su opinión y la de las personas más cercanas y de referencia, para diseñar así las estrategias adecuadas.
La primera contribución del estudio reside en el enfoque de los datos, ya que son los propios adolescentes quienes proporcionan la información según su perspectiva y vivencia. El colectivo femenino muestra un mayor número de barreras, tal y como se evidenció en nuestros estudios anteriores.
La segunda aportación se centra en la triangulación de los datos obtenidos mediante 4 GD que recogen las diferentes perspectivas.
Finalmente, se aportan estrategias para fomentar la AF y promover estilos de vida saludables en el colectivo estudiado.