INTRODUCCIÓN
La Estrategia de Vigilancia y Control frente a COVID-19 del Ministerio de Sanidad ha pasado de tratar de reducir la transmisión del SARS-CoV-2 a centrarse en actuaciones dirigidas a personas y ámbitos de mayor vulnerabilidad1. Por este motivo, ya no se dirigen los esfuerzos al estudio de casos y contactos ni se recomienda su aislamiento, a excepción de pacientes y profesionales sanitarios o sociosanitarios.
Antes de la reincorporación a la actividad laboral, los profesionales sanitarios con diagnóstico de infección por SARS-CoV-2 requieren una prueba diagnóstica de infección aguda (PDIA) con resultado negativo o a ciclos (ct) altos, en el caso de PCR1. En la última propuesta del Ministerio de Sanidad se recomienda realizar esta PDIA al quinto día tras el inicio de síntomas o del diagnóstico en asintomáticos y repetirla cada 24 horas en el caso de que persistiese positiva, hasta lograrse un resultado negativo. Recientes publicaciones cuestionan la indicación de realizar test de antígenos (Ag) en ese momento por el alto porcentaje de resultados positivos que se obtienen2. En el área sanitaria objeto de estudio se lleva aplicando, desde enero de 2022, una estrategia de reincorporación basada en la realización de un test de Ag a partir del quinto día desde el inicio de síntomas o desde diagnóstico, en el caso de los profesionales sanitarios. El objetivo del estudio fue analizar la proporción de resultados positivos de test de Ag en la primera semana del diagnóstico entre los profesionales sanitarios.
SUJETOS Y MÉTODOS
La población a estudio fueron los profesionales sanitarios de un hospital universitario perteneciente a la provincia de A Coruña, con diagnóstico de infección por SARS-CoV-2 entre el 1 de enero y el 27 de marzo de 2022. La media de trabajadores en julio de 2021 en nuestra área sanitaria, según datos de 2021, era de 6.726 profesionales, divididos en categorías diversas: personal facultativo y residentes; personal de enfermería; técnico auxiliar de enfermería; personal subalterno; personal de administración; otro tipo de categorías no sanitarias (pinche de cocina, mantenimiento, lavandería…). El seguimiento de los casos de COVID-19 lo lleva a cabo la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales (UPRL) del hospital de referencia. Desde enero de 2022, el diagnóstico de SARS-CoV-2 se realiza mediante PDIA (test de Ag realizado en el ámbito sanitario, autotest confirmado o PCR). Los profesionales con un resultado positivo deben de informar a la UPRL (vía telefónica o a través de un correo específico). Además, esta recibe el listado de positivos diarios de profesionales sanitarios a través del sistema de rastreo de contactos de la comunidad, lo que permite verificar que se hace registro de todos los casos detectados en el área3.
Una vez la UPRL tiene conocimiento de un caso, contacta telefónicamente con él para realizar una encuesta epidemiológica. Durante la entrevista se registran las principales características clínicas del paciente. Al quinto día del diagnóstico se realizaba una llamada telefónica para comprobar su situación clínica. Si el caso cumplía criterios para el alta laboral, se le programaba una cita para realizar un test de Ag. Los criterios para la realización de este test fueron:
Haber transcurrido al menos 5 días desde el diagnóstico.
Criterios clínicos: ausencia de fiebre o síntomas de infección respiratoria en 24 horas previas a la realización del test, basándose en los criterios del CDC (Centers for Disease Control and Prevention)4.
Durante el periodo de estudio, todas las encuestas fueron realizadas únicamente por cuatro médicos de la UPRL. Todos los test empleados fueron de la marca Panbio de Abbott5 y realizados por el mismo personal de enfermería entrenado en la técnica.
Se realizó un estudio descriptivo con las principales características demográficas y situación clínica al diagnóstico. Se calculó el porcentaje de infecciones asintomáticas al diagnóstico. Se calculó la proporción de profesionales que se hicieron un test de Ag en la primera semana del diagnóstico de infección por SARS-CoV-2 y presentaron resultado positivo para COVID-19. Se compararon estos resultados en función del mes y se calcularon los intervalos de confianza al 95%. Se calculó la proporción de profesionales que continuaban sintomáticos al quinto día del diagnóstico y que, por tanto, no eran candidatos a realizar el test de Ag. Las bases de datos fueron anonimizadas para su análisis. Se empleó el programa Stata versión 15 para el análisis estadístico.
RESULTADOS
Desde el mes de enero hasta marzo de 2022 se diagnosticaron 1.085 profesionales sanitarios. Un 81,94% (n=889/1.085) fueron mujeres, la media de edad fue de 42,80 años (DE 10,92). La categoría profesional más afectada fue el personal de enfermería con una incidencia en los meses del estudio del 21,31% (n=399/1.872) seguida del personal médico con un 15,87% (n=278/1.751). No se encontraron diferencias estadísticamente significativas a lo largo de los meses en las características de los casos.
Del total de diagnosticados (n=1.085), un 7,10% (n=77) se encontraba asintomático al momento del diagnóstico. Un 18,62% (IC95% 16,34-21,63; n=202/1.085) de los profesionales continuaban con síntomas en la llamada del quinto día y, por lo tanto, no cumplían criterios para realizar PDIA previa a su reincorporación. De los 883 profesionales que realizaron el test, el 55,27% (IC95% 51,92-58,58; n=488/833) obtuvieron un resultado positivo.
Si valoramos en función del mes de estudio, se observó un aumento estadísticamente significativo de trabajadores que refirieron síntomas en la llamada del quinto día. En enero se registró un 15,46% (IC95% 12,40-18,94; n=77/498) frente a un 17,06% (IC95% 12,97-21,81; n=51/299) y 25,69% (IC95% 20,74-31,14; n=74/288) en febrero y marzo, respectivamente (p<0,05). En los meses de enero, febrero y marzo se observó un aumento estadísticamente significativo de test con resultado positivo previa reincorporación laboral (p<0,05), en concreto un 44,28% (IC 95% 39,38-49,07; n=186/235), un 53,63% (IC95% 47,21-59,96; n=133/248) y un 78,97 (IC95% 72,89-84,23; n=169/214), respectivamente. La media de días para realizar el test de Ag tras el diagnóstico fue de 6,76 días (DE 0,76), mostrando diferencias estadísticamente significativas (p<0,05) entre los meses de enero (media 6,94; DE 0,81), febrero (media 6,85; DE 0,56) y marzo (media 6,27; DE 0,62) Tabla 1.
DISCUSIÓN
Nuestro estudio muestra un alto porcentaje de resultados positivos en test de Ag en la primera semana tras el diagnóstico de infección por SARS-CoV-2. Además, se observa un aumento estadísticamente significativo de resultados positivos de enero a marzo de 2022. Estos resultados son consistentes con recientes publicaciones que identifican un 39% de resultados positivos entre el quinto y el décimo día del diagnóstico2. Además, nuestro estudio muestra un aumento estadísticamente significativo de la sintomatología al quinto día, reduciéndose el número de profesionales sanitarios que cumplen los criterios para realizar el test de Ag previo a reincorporación. Entre las principales causas que podrían justificar estos resultados, se encuentran:
Infraestimación de diagnóstico de casos asintomáticos con el paso de los meses (menor notificación de contactos) debido al cambio de las estrategias sanitarias, lo que limita los esfuerzos de la búsqueda activa de contactos de caso6.
Aumento de circulación del linaje BA.2 en los meses de enero a marzo de 2022, que podría sugerir un cambio en las características descritas hasta el momento de la variante Ómicron7 8.
La reducción media de un día desde enero a marzo en la indicación del test de Ag.
Desde el inicio de la pandemia por COVID-19 se han aplicado dos criterios distintos para valorar el alta en los casos confirmados de infección por SARS-CoV-2, según el ámbito al que perteneciesen. En población general se adoptó un criterio de alta o reincorporación a la actividad basado en el tiempo transcurrido desde el inicio de los síntomas y la ausencia de clínica1. En profesionales sanitarios, además, se estableció el requisito de presentar una PDIA negativa previa a su reincorporación laboral, que permanece vigente1. Sin embargo, trabajos como el de La Scola et al.9 y Zou et al.10 ponen en duda la capacidad infectiva trascurridos ocho y diez días, respectivamente, tras el inicio de síntomas; ambos trabajos evidenciaron muestras de exudado nasofaríngeo con resultado positivo para PCR con carga viral indetectable (definida como menos de 105 copias de genoma por muestra). El periodo de mayor riesgo de transmisión parece ocurrir entre los dos días previos al inicio de síntomas y los tres posteriores9; en esto se fundamenta la indicación de reincorporar al trabajo a los profesionales sanitarios tras cinco días del diagnóstico. A pesar de que se desconoce el tiempo de excreción de virus, especialmente con la variante Ómicron, recientes investigaciones apuntan a que puede existir correlación con los resultados positivos en el test de Ag10 11. Estudios como el de Pilarowsky et al.14 parecen relacionar el resultado positivo del test de Ag con una carga viral potencialmente infectiva. Sin embargo, en dicho estudio no analizaron los resultados en función a la fecha de inicio de síntomas. Otras investigaciones, como la llevada a cabo por Río et al.15, realizada en trabajadores sanitarios, se relacionaron los resultados de test de Ag positivos tras los diez días del inicio de síntomas con resultados de PCR superiores a treinta y cinco ciclos, lo cual podría indicar baja capacidad infectiva. Los resultados de estas publicaciones podrían apoyar estrategias de alta por criterio clínico, como se realiza en población general desde 20211 12 13. Este hecho supondría un alivio al período de incapacidad temporal entre el personal sanitario, período estimado durante la pandemia entre 26,9 y 10,8 días de media18, pues esperar a un resultado negativo de PDIA podría retrasar el alta sin que esto haya demostrado reducir la transmisión del virus más allá de los diez días del diagnóstico.
Las limitaciones del estudio incluyen que no se diferenciara entre la fecha de inicio de síntomas y la fecha de diagnóstico; sin embargo, se tuvo en cuenta la fecha de diagnóstico y la ausencia de síntomas por lo que, en cualquier caso, estaríamos infraestimando los resultados. La autodeclaración de síntomas por el profesional podría inducir un error de clasificación de los sintomáticos. No se tuvo en cuenta el estado de vacunación de los trabajadores, pero la cobertura vacunal en nuestra área era superior al 97% por lo que no creemos que pudiese arrojar cambios estadísticamente significativos. Tampoco se tuvo en cuenta la condición de inmunosupresión, pero la baja prevalencia de trabajadores activos en esa situación nos hace pensar que no influiría en los resultados. No se realizó comparación en función de la variante ni linaje que circula por mes.
A modo de conclusiones, señalar que nuestros resultados muestran una alta proporción de resultados positivos en la primera semana desde el diagnóstico de la COVID-19 en asintomáticos. Las estrategias de reincorporación de profesionales basadas en la negativización de una PDIA obligan a realizar un elevado volumen de pruebas de las que se obtienen unas tasas de negativización durante la primera semana muy bajas. Esto apoya estrategias basadas en el criterio clínico y temporal, manteniendo estrictas recomendaciones de mascarilla e higiene respiratoria en caso de requerir la reincorporación del trabajador antes de los diez días del diagnóstico, tal y como propone el ECDC (European Centre for Disease Prevention and Control) y los CDC de Estados Unidos12 13 y como se recomienda en población general, hecho que también contribuiría a la unificación de protocolos.