Campesina con cubos y niño . Kazimir Malévich, 1912
El gran Kazimir Malévich, si hubiese nacido en nuestros tiempos, estaría en nuestras consultas y tendría un derivado anfetamínico como tratamiento. No en vano, a modo de “Mortadelo incesante”, pasó sucesivamente por el disfraz del realismo académico, del impresionismo, del futurismo; inventó el suprematismo (un nuevo realismo complejo de definir), y coqueteó con el cubismo y el cubofuturismo. En el presente cuadro vemos una macedonia de todos estos estilos, y en él nos llama la atención un pobre niño sin cuello, de pies enormes, y carente de párpados. Cualquiera diría, además, que en breve va a ponerse a deambular con el estilo de un zombie.