INTRODUCCIÓN
Las osteocondrosis son alteraciones del crecimiento óseo en diversos centros de osificación que se producen durante el periodo de máxima actividad del desarrollo.
Se presenta un caso de apofisitis de la base del quinto metatarsiano o enfermedad de Iselin, poco conocida, pero cada vez más frecuente debido al aumento de la práctica de deportes en niños mayores y jóvenes adolescentes con huesos inmaduros.
La tensión excesiva y repetida que se ejerce en esta zona durante el deporte y que llevan el borde externo del pie hacia dentro, producen microtraumas que dañan el pequeño núcleo del extremo del quinto metatarsiano.
RESUMEN DEL CASO
Escolar de 14 años que consulta por bultoma y dolor en ambos bordes externos de los dos pies, de un mes de evolución, y deambulación levemente dolorosa. Practica fútbol, entrenando tres veces por semana.
En su centro de salud es diagnosticado de enfermedad de Iselin y se le pautan antiinflamatorios si precisa por el dolor. Los padres deciden acudir a urgencias a las 48 horas por falta de mejoría.
Se realiza una radiografía de ambos pies confirmando la osteocondrosis de la apófisis del quinto metatarsiano de ambos pies. Se da de alta con antiinflamatorio de nuevo y le remiten a su pediatra para los controles.
CONCLUSIONES
Las osteocondrosis y apofisitis difieren en su localización anatómica, evolución y pronóstico. Por lo general, causan dolor y pueden tener algunas de ellas importantes implicaciones ortopédicas.
La enfermedad de Iselin aparece generalmente en el joven deportista por tracción excesiva y repetida en el borde externo de pie, manifestándose con inflamación o eritema en la base del quinto metatarsiano.
En la exploración se puede observar edema, eritema y dolor a ese nivel.
En la radiografía se visualizará separación y en ocasiones fragmentos de la apófisis y ensanchamiento en la región del cartílago de crecimiento.
Se recomienda dejar de hacer deporte mientras haya dolor, antiinflamatorios y frío local, incluso inmovilización durante cortos periodos de tiempo en los casos graves.
Es necesario explicarles a los padres que pueden producir síntomas hasta el final del crecimiento del niño y que, a veces, pueden durar uno o dos años resultando molesto.