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INTRODUCCIÓN
“Quiero ser madre pronto… y ya no volveré”, son las palabras de la tenista española Carla Suárez Navarro, el mismo día que se jugaba el pase a los cuartos de final de Wimbledon, con este titular abre la entrevista realizada por el periódico deportivo AS (Albarrán, 2019). Al otro lado de la red le esperaba la estadounidense y ganadora de 23 títulos de Grand Slam, Serena Williams, madre-tenista de élite (Lerner, 2018). En enero de 2020 Serena ganó su primer torneo en Auckland, Nueva Zelanda desde su vuelta post maternidad a las pistas y el titular más repetido en los medios de comunicación fue ‘¡Super mamá! Serena Williams gana el primer título desde que tuvo a su hija'. La maternidad y su influencia en la carrera deportiva de las mujeres es un tema relevante y de actualidad en el deporte (McGannon et al., 2015, 2018, 2019; Palmer y Leberman, 2009). Por ello, en este trabajo nos proponemos explorar la visión de la maternidad que tienen las tenistas profesionales para sugerir estrategias que favorezcan la compatibilización con su profesión.
En el transcurso de la vida las personas pasamos por una serie de etapas conectadas entre ellas mediante transiciones, una de las definiciones más utilizadas es la que propuso Schlossberg (1981) y lo describe como “un evento o no-evento que comporta en el cambio de la concepción de uno mismo y el mundo, lo cual requiere el cambio en sus comportamientos y relaciones” (p.5). Las transiciones también están presentes en el curso de cualquier trayectoria deportiva, estos son puntos de inflexión en el desarrollo del deportista que suelen conllevar unas exigencias estresantes y que requieren de unas estrategias de afrontamiento debido a que, en la mayoría de casos, se relacionan con periodos de estrés e incertidumbre, tanto en la trayectoria deportiva como en el desarrollo integral de los deportistas (Alfermann y Stambulova, 2007). En estos últimos años, en psicología del deporte, se han distinguido e investigado tres tipos de transiciones: normativas, no normativas y cuasi normativas (Stambulova, 2016; Stambulova et al., 2020).
Las transiciones normativas son aquellas situaciones derivadas de la carrera deportiva y relativamente predecibles (Alfermann y Stambulova, 2007) por ejemplo, el paso de junior a profesional (Bruner et al., 2008; Franck y Stambulova, 2018; Torregrosa et al., 2016), la retirada deportiva en la dimensión deportiva (Torregrosa et al., 2004; Torregrosa et al., 2015) o el paso del bachillerato a la universidad en la dimensión académica (Perez-Rivases et al., 2017). Las transiciones no normativas son aquellos acontecimientos menos predecibles donde algunos se pueden llegar a dar con frecuencia (Alfermann y Stambulova, 2007), como las lesiones (Stambulova et al., 2009), la migración deportiva (Ely y Ronkainen, 2019), la vuelta a la práctica del deporte de élite después de una retirada temporal (Cosh et al., 2013) o el afrontamiento del confinamiento y el aplazamiento de unos juegos olímpicos (Zamora-Solé et al., 2022). Las transiciones cuasi normativas son aquellos acontecimientos más predecibles en según que categoría de deportistas, como la transición de deportistas de élite a un centro de alto rendimiento (Stambulova, 2016). En la revisión de Stambulova et al. (2020), la maternidad se contempla como una transición no normativa que las mujeres deportistas deben afrontar como evento o no evento durante su carrera deportiva.
El modelo Holístico de Carrera Deportiva (HAC por sus siglas en inglés; Wylleman, 2019; Wylleman y Lavallee, 2004; Wylleman y Rosier, 2016; Wylleman et al., 2013), permite evaluar desde una perspectiva global, a las deportistas y la relación que mantienen con los distintos niveles a lo largo de su trayectoria deportiva. Los seis niveles que proponen son: el nivel deportivo, el nivel psicológico, el nivel psicosocial, el nivel académico-vocacional, el nivel financiero y, por último, el nivel legal. El modelo representa las etapas y las transiciones normativas en los distintos niveles. Las transiciones no normativas afectan a distintos niveles y las relaciones entre ellos.
Para describir la relación entre el nivel deportivo y el académico-vocacional del HAC, desde el Grup d'Estudis de Psicología de l'Esport i l'Activitat Física (Grupo de Estudios de Psicología del Deporte y de la Actividad Física; GEPE) de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) se definió el modelo de trayectorias. En la propuesta inicial (Pallarés et al., 2011) se distinguieron tres tipos de trayectorias de carrera: lineal, cuando el deportista está únicamente centrado en su deporte; convergente, cuando el nivel deportivo y el académico-vocacional concurren; y paralela: cuando ambos niveles se equilibran, pero no tienen ninguna relación entre ellas. Recientemente, añadieron al modelo la trayectoria divergente: cuando ambos niveles presionan a la deportista y esta se ve en la tesitura de tener que abandonar uno u otro nivel (Torregrossa et al., 2021). Por lo general, en el modelo de trayectorias de carrera deportiva relacionan el nivel deportivo con el académico-vocacional, en el caso de la compaginación de la carrera deportiva con la maternidad, se verían interacciones recíprocras entre los distintos niveles propuestos en el HAC: el nivel deportivo con el nivel psicológico, compuesto por el entusiasmo de la recién estrenada maternidad y las lamentaciones por una retirada temporal del deporte; el nivel deportivo con el nivel psicosocial, compuesto por el apoyo percibido por parte del entorno sobre las decisiones tomadas a la hora de compaginar la maternidad con la carrera deportiva, y el nivel deportivo con el nivel financiero, compuesto por la posible pérdida de ayudas económicas durante el periodo del embarazo resultando en una retirada del deporte (Tekavc et al., 2020).
La maternidad puede ser particularmente desafiante para aquellas mujeres que no están preparadas para una sensación de pérdida de sí mismas mientras desarrollan una identidad de madre. El proceso de convertirse en madre implica fracturar su identidad como mujer para redefinirla e incorporar la identidad de madre (Laney et al., 2015). El papel que juega la maternidad a nivel socio-cultural está relacionada con los estereotipos de género (i.e., el ser “buena madre” y con la ética del cuidado) la expectativa cultural que representa el rol de la mujer como la responsable de los cuidados en la familia (McGannon et al., 2019).
Las deportistas llegan a la élite y se retiran antes que los hombres, uno de los motivos claves es el deseo de ser madres y ocuparse de la familia (Stambulova, 1994). Las deportistas denotan una escasa ayuda por parte de organizaciones deportivas cuando se plantean la posibilidad de ser madres durante su trayectoria deportiva, llegando incluso a demorar su reinserción al deporte de élite o en algunos casos posponiendo la maternidad para el final de su trayectoria deportiva, por miedo a ser penalizada en cuanto a resultados y recursos (e.g., abandono por parte de las entidades deportivas o no alcanzar los resultados esperados post maternidad). Palmer y Leberman (2009), evidenciaron estas situaciones en deportistas neozelandesas, tanto en deportes individuales (e.g., paralímpicos y tiro deportivo) como en deportes de equipo (e.g., netball y rugby).
En deportistas de élite, la experiencia de la maternidad se entiende como un cambio en la propia identidad, adoptando una nueva identidad, la de madre deportista (Martinez et al., 2014; Palmer y Leberman, 2009). La representación que se hizo en los medios de comunicación, sobre 10 madres deportistas americanas, fue la de “super mujer”, adoptando la postura de que las mujeres pueden con todo y/o la de madre deportista en conflicto, teniendo que elegir entre la carrera deportiva o el ser “buena madre” (McGannon et al., 2015). En el caso de la maratoniana Paula Radcliffe, la representación que se hizo en los medios de comunicación fue la de madre deportista y/o madre en primer plano, deportista después (McGannon et al., 2012).
La negociación madre-deportista de élite no se reduce únicamente al manejo de las distintas identidades, sino también al cambio de prioridades: reajustes en los entrenamientos y competiciones, la aparición de la culpabilidad: relacionado con la ética del cuidado, relativizar y gestionar mejor la presión del propio deporte: disfrutan más de la competición, cambio en la motivación: motivación para dar su máximo y mayor serenidad y al apoyo familiar y organizacional recibido o a la ausencia de este: marido entrenador, relación igualitaria y ausencia de flexibilidad organizacional (Martinez et al., 2014; McGannon et al., 2012; McGannon et al., 2018; McGannon et al., 2019; Palmer y Leberman, 2009). Si se toma como referencia el HAC y el modelo de trayectorias, esta negociación se puede conceptualizar en términos de tensiones entre los distintos niveles y tendencias de las trayectorias.
Kim Clijsters es un ejemplo de madre-tenista de élite, quien volvió a las pistas de tenis dos años después de nacer su hija. En el estudio de McGannon et al. (2017), recopilaron múltiples discursos publicados en los medios de comunicación sobre su vuelta al tenis de élite después de ser madre y lograr el título en el US Open del 2009. En este estudio muestran el impacto que tienen las narrativas culturales en la construcción social de las identidades. Se identificó la narrativa titulada el cuento de hadas hecho realidad, haciendo referencia a su vuelta al tenis de élite y de ahí definieron dos identidades: “super mama” y “la chica dorada”. La identidad de super mama hace referencia a compaginar el ser buena madre con alcanzar el éxito en su deporte, este éxito en ambas facetas de la vida puede ocasionar la problemática de madres-deportistas teniendo que hacerlo todo a la perfección, por otro lado, esta identidad se opone a aquella que ve como incompatible la compaginación del deporte con la maternidad. La identidad de la chica dorada hace referencia a un modelo a seguir en base a ciertos atributos físicos (i.e., atractiva, rubia, esbelta, blanca y joven), rol y estereotipo de género (i.e., mujer casada y criando hijos), orientación sexual (i.e., heterosexual) y el tenerlo todo (i.e., éxito como madre y en su deporte).
Siguiendo la misma línea de investigación, McGannon et al. (2018), se interesaron por la construcción social de la identidad de padre-tenista, estudiando la recién estrenada paternidad de Andy Murray, tenista de élite, y el impacto que esta tuvo en las narrativas de los medios de comunicación. Se identificó la narrativa titulada padre involucrado, haciendo referencia a su implicación con los cuidados de la familia por encima del trabajo y de ahí encontraron dos identidades: el ser buen padre y el nuevo y mejorado padre-tenista. La identidad de ser buen padre hace referencia a tener que escoger entre ser deportista y ser un padre implicado debido a las continuas tensiones que se crean entre la familia y el deporte, en el caso de Andy su paternidad fue vista como una distracción para su carrera tenística. La identidad del nuevo y mejorado padre-tenista hace referencia a la posibilidad de compaginar ambas facetas y beneficiarse de ambas identidades (i.e., padre implicado en los cuidados del hijo e involucrado en su carrera deportiva).
A pesar de practicar el mismo deporte, ambos en la élite del tenis y siendo padres primerizos, no podemos decir que ambas vueltas al deporte se hayan visto de la misma manera por parte de los medios de comunicación, donde se pueden ver las diferencias con respecto a la construcción de identidad de padre-tenista a la de madre-tenista. En el mundo profesional del tenis femenino, existe una estructura jerárquica compuesta principalmente por dos organizaciones independientes pero complementarias entre sí: la International Tennis Federation (ITF) y la Women's Tennis Association (WTA). La ITF es la organización que regula el circuito tanto masculino como femenino y los torneos de menor nivel y dotación económica, como también los cuatro Grand Slams y la máxima competición por países - Open de Australia, Roland Garros, Wimbledon, Open de los Estados Unidos, la Copa Federación y la Copa Davis (International Tennis Federation, 2019). La WTA es la organización principal que rige el circuito femenino, los torneos de mayor nivel como de dotación económica y el ranking profesional, que permite acceder a los torneos, cuanto mejor es el ranking de la jugadora mejores son las oportunidades que tendrá para acceder a los torneos de mayor nivel.
La WTA fue fundada por Billie Jean King en 1973 bajo el principio de igualdad de oportunidades para las mujeres en el deporte. Esta organización cuenta con una serie de normas, que se aprueban teniendo en cuenta el consejo de jugadoras, el de representantes de los torneos que componen el circuito y los miembros de la junta directiva (Women's Tennis Association, 2019). Para nuestro interés, nos centraremos en la norma correspondiente al ranking protegido que se encuentra dentro de la normativa de la WTA (2019), en el apartado XIV sistema de ranking WTA, sección C. El ranking protegido, definido como el que la jugadora obtiene inmediatamente después de que le computen los puntos del último torneo y antes de empezar su periodo de ausencia en el circuito. Para obtenerlo, la jugadora debe de cumplir una serie de requisitos: (a) ausentarse durante un tiempo del circuito, (b) estar dentro de las 1-375 del ranking individual o 1-200 del ranking de dobles, y (c) presentar la documentación pertinente ya sea en caso de una situación médica, el inicio de la maternidad o por embarazo. Lo que le permite a una jugadora profesional, al proteger su ranking durante una larga ausencia, es poder utilizar el último ranking computado a su vuelta a la competición, en un total de ocho torneos, si su ausencia no ha durado más de 52 semanas, o en un total de 12 torneos, si su ausencia ha sobrepasado las 52 semanas. Esta norma, ofrece la oportunidad de volver a la competición a todas aquellas jugadoras profesionales que se hayan visto forzadas o hayan elegido ausentarse de la competición durante un tiempo.
Dentro de la normativa del ranking protegido, se introdujo un cambio en esta a principios del 2019, para aquellas jugadoras profesionales que quisieran ser madres y quisieran regresar a la máxima competición y así evitar el hándicap de tener que empezar de cero. La norma del ranking protegido en caso de embarazo se vería modificada, al dejar de ser tratada como una enfermedad o una lesión a efectos de ranking, ampliando la protección de este hasta tres años desde el último torneo jugado, mientras que para adopción, subrogación o tutela legal llegaría a un total de dos años (Women's Tennis Association, 2019). Aunque la maternidad y su influencia en la carrera deportiva es un tema relevante en estos últimos años y de actualidad en el deporte (McGannon et al., 2015, 2018, 2019; Palmer y Leberman, 2009), los estudios tienden a incluir una muestra muy diversa en cuanto a deportes, si estos son profesionalizados o no y si son practicados en equipo o de forma individual. Para completar la literatura existente y en vista del cambio de normativa de la WTA a principios del 2019 sobre maternidad, el objetivo de este trabajo es explorar la visión que tienen tenistas profesionales en activo y retiradas, madres y no madres, sobre la compaginación de la maternidad y la carrera tenística a raíz de las modificaciones de reglamento propuestas por la WTA.
MÉTODO
Diseño
El presente estudio se diseñó desde una aproximación constructivista, caracterizada por una perspectiva ontológica relativista y una epistemología subjetivista transaccional (Tamminem y Poucher, 2020). Se utilizó la entrevista para la recogida de información porque permite que las participantes describan sus perspectivas, experiencias y emociones en relación al fenómeno estudiado (Smith y Sparkes, 2016). Los datos se analizaron mediante un análisis temático de contenido (Braun et al., 2016) con la finalidad de encontrar temas y patrones comunes en el contenido de las entrevistas.
Participantes
En este estudio participaron un total de 10 mujeres tenistas españolas, de edades comprendidas entre los 27 y los 43 años. Se realizó un muestreo intencional y por conveniencia (Teddlie y Yu, 2007), seleccionando así una muestra exclusivamente de mujeres tenistas de élite, todas ellas habiendo participado, como mínimo durante ocho años en el circuito ITF y WTA a lo largo de su carrera deportiva. Para resguardar la confidencialidad de las participantes, y siguiendo las recomendaciones de Kaiser (2009), no se ofrece información detallada sobre nombres, edad, años como profesional ni su mejor ranking alcanzado. Del total, cinco tenistas estaban retiradas, de estas dos fueron madres una vez se retiraron del deporte. Las otras cinco eran tenistas en activo, de estas una fue madre y volvió a reincorporarse al tenis profesional. Dos tenistas a lo largo de su carrera siguieron una trayectoria de carrera convergente estudiando carreras universitarias online (abogacía y magisterio). Durante un corto periodo de tiempo, otras dos tenistas, siguieron una carrera convergente estudiando cursos de idiomas y el curso de entrenadora de tenis, como también probaron de trabajar durante varios meses (trayectoria divergente), mientras que el resto de las participantes siguieron una trayectoria lineal, centrándose única y exclusivamente a sus carreras tenísticas (ver Tabla 1 con información detallada sobre las participantes).
Tabla 1. Descripción de las participantes.
Nota:Los pseudónimos están extraídos del salón de la fama del tenis internacional. Top: corresponde al máximo alcanzado en algún momento de su carrera deportiva. Top 50: ha estado entre las 50 primeras del mundo. Top 100: ha estado entre las 100 primeras del mundo. Top 150: ha estado entre las 150 primeras del mundo. Top 200: ha estado entre las 200 primeras del mundo.
Instrumentos
La recogida de datos se realizó mediante una entrevista semi-estructurada, se elaboraron dos guiones distintos de entrevista diferenciando entre tenistas en activo (visión prospectiva) y retiradas (visión retrospectiva) basándonos en la literatura previa (e.g., HAC; Wylleman, 2019). El guion de esta entrevista pretendía explorar los tres aspectos principales del estudio: (a) si la modificación en el reglamento sobre maternidad por parte de la WTA ha podido modificar su visión de la compaginación de la maternidad con la carrera tenística. En esta línea se preguntó sobre el significado de la modificación de normativa y si lo consideran suficiente o se deberían de proponer otros cambios por parte del circuito WTA para así poder conciliar el deporte de élite con la maternidad; (b) la visión que tenían las tenistas sobre la maternidad siendo o no madres, profundizando en el significado y consecuencias de ser madre y en las diferencias entre las deportistas de élite que habían sido madres y las que no; y (c) la percepción sobre la influencia de la maternidad en sus carreras deportivas teniendo en cuenta los seis niveles del HAC; Wylleman (2019). En esta línea se preguntó por las variables que podrían obstaculizar o favorecer la compatibilización de la carrera deportiva y la maternidad, como también el papel de los distintos agentes sociales presentes en sus carreras deportivas.
Procedimiento
La primera autora contactó con las participantes a través de un mensaje telefónico informándoles sobre el objetivo y el procedimiento general del estudio. Todas aceptaron participar y firmaron el consentimiento informado tras recibir información sobre la voluntariedad de participar en el estudio sin recibir ningún tipo de recompensa por su colaboración. Siete de las diez entrevistas se realizaron en los lugares acordados con las tenistas: en clubs de tenis (sala), cafeterías y domicilio, las tres restantes se tuvieron que realizar por videollamada debido a la imposibilidad de realizarlas en persona por la distancia. Las entrevistas se grabaron en audio para su posterior transcripción verbatim, y su duración oscila entre los 26 y 44 minutos.
La primera autora de este trabajo fue tenista profesional durante 9 años, habiendo participado en el circuito ITF y WTA, entrenadora de tenis durante 5 años y en la actualidad ejerciendo como psicóloga del deporte. Para asegurar el rigor científico, según recomiendan Smith y McGannon (2017) se utilizó la técnica de revisiones de las participantes, que consiste en el envío de las transcripciones a las participantes para que pudieran reflexionar sobre el contenido y pidiéndoles feedback para asegurar que estuvieran cómodas y de acuerdo con lo que dijeron, saber si hay contradicciones, algo más que quisieran añadir o alguna aclaración en relación a la transcripción. De las diez participantes, cinco de ellas contestaron estar de acuerdo con lo dicho y no quisieron añadir o aclarar ningún concepto y las cinco restantes no contestaron.
Análisis de datos
Basándonos en la propuesta de Sparkes y Smith (2016) y utilizando el modelo HAC; Wylleman (2019), se siguió el siguiente procedimiento de análisis deductivo; primero, se hizo inmersión en las transcripciones releyendo su contenido para familiarizarse de nuevo con sus historias. Segundo, se hizo una lectura más detallada y exhaustiva para poder identificar temáticas recurrentes, basándonos en la información que aportaron explícitamente las deportistas. Tercero se confeccionó una tabla con las citas originales, los subtemas y temas definidos. Algunos de los códigos definidos fueron, tema: normativa; sub-temas: normativa antigua, normativa nueva y sugerencias de mejora. Tema: maternidad, sub-temas: cambio de prioridades, ética de cuidados y redescubrimiento. Tema: red de apoyo, sub-temas: familia, entrenadores y sponsors (ver Tabla 2). Para asegurarnos del rigor científico, la segunda, tercera y el cuarto autor han actuado como amigos críticos reflexionando sobre los resultados y revisando los temas y su discusión (Smith y McGannon, 2017).
Tabla 2. Descripción de los temas emergentes, sub-temas y citas que aportaron explícitamente las deportistas.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Game, set and match: ¿es suficiente solo con cambiar la normativa?
Este primer tema definido, en materias de conciliación, las participantes destacan el cambio de normativa como un avance, aunque tardío, en la posibilidad de poder compaginar si es que se quiere, la maternidad con el tenis de élite al modificar la normativa ampliando los años que protegen el ranking, hasta tres y el número de torneos donde se puede utilizar, un total de 12.
…al final creo que como en todos los trabajos tú puedes ser madre, nadie te lo impide. No es que en el tenis te lo impidieran si no que el hecho de tu parar tanto tiempo, como es tan exigente, quizás las mujeres en general, podrían haber pensado: es que, si ahora me quedo embarazada y paro dos o tres años, me caigo de este momento que estoy viviendo y puede ser que no vuelva a cogerme dentro de tres años. Entonces puede ser que muchas, incluida yo, no hayamos decidido eso [ser madre] porque no existía esa norma. Creo que es un avance importantísimo, es una evolución necesaria y me encanta que se apoye (Dorothy).
…ahora las mujeres si realmente quieren ser madres tienen muchísimas más facilidades y se lo van a pensar menos. En cierto modo, es una ayuda a la maternidad. Es una ayuda para que la madre pueda conciliar el deporte después de tener un hijo. Es una ayuda importante, pero si que es cierto, que yo no me pude beneficiar de esa ayuda en su día porque no estaba [la norma]. Pero el hecho de que una top como [nombre] haya sido madre, ha dado un vuelco al sistema porque tiene mucho peso y lo ha podido conseguir (Margaret).
Me parece un avance que tendría que haberse hecho desde hace ya muchos años, porque si comparas el circuito femenino con el masculino no hay color. Muchos tenistas hombres, igual con veintiséis o veintisiete años ya son padres y sí compaginan todo. Entonces nosotras siempre hemos tenido esa limitación y estoy agradecida de que por fin haya cambios que favorezcan este proceso vital de la mujer (Steffi).
Las deportistas destacan positivamente el cambio en la diferenciación entre lesión y maternidad (Women's Tennis Association, 2019), Kim al ser preguntada por la nueva normativa:
…pienso que la WTA ha hecho muy bien en hacer este cambio. Consigue que lo que es estar lesionada y ser madre sean dos cosas totalmente distintas, una es voluntaria, es algo que sueñas y está bastante de la mano de todas las mujeres. Hay mujeres que quieren ser madre con treinta años y con esa edad todavía pueden estar al cien por cien en su carrera deportiva. Incluso creo que esta norma llega tarde… (Kim).
Algunas de las participantes mencionan el hecho de posponer la maternidad hasta el final de su carrera o incluso ser este el motivo de su retirada, como mencionan Steffi y Amelie: “si, de hecho, al final acabé dejando el tenis porque tenía la prioridad de ser madre y esta normativa no estaba aun ahí” y “yo en mi caso, siempre he querido ser madre joven y por culpa de la carrera [deportiva], es que ni te lo planteas en ningún momento. Antes, con las condiciones que daban la gente no se lo planteaban”.
Estos resultados van en línea con lo encontrado por Stambulova (1994) y Selva et al. (2013) donde solo aparece la maternidad en aquéllas que se encuentran al final de su etapa deportiva.
Dar opción a que las mujeres elijan si quieren ser madres o no y que no tengan que esperar a acabar su carrera para poder serlo. Ahora encima las carreras cada vez son más largas, la gente compite con más años y es que tú no sabes cuando vas a acabar. ¿Estamos viendo ejemplos de gente que con treinta y ocho o treinta y nueve años siguen jugando a un nivel muy alto y, entonces claro, y si tú quieres ser madre de cinco hijos, pero también te importa tu carrera deportiva, estás en lo más alto, tú tienes que dejar de estarlo y ya decir adiós y no tener opción de volver? Yo creo que opción hay que dar, y después, que cada una haga lo que quiera (Jennifer).
Relacionando estos resultados con los distintos niveles propuestos en el HAC, antes del cambio de normativa y para aquellas deportistas que querían ser madres, el nivel deportivo entraba en conflicto con el nivel psicológico. Las tenistas se encontraban en la encrucijada de tener que escoger entre su carrera tenística, proyecto personal y fuente de ingresos económicos, con su ciclo vital y proyecto familiar. Evidenciando casos en los que han tenido que aceptar la condición de lesionadas, para beneficiarse de las pocas ventajas que les proporcionaba esa norma en su regreso a las competiciones después de un parón por maternidad, posponer el deseo de ser madres hasta el final de sus carreras e incluso siendo este el motivo de una retirada prematura del deporte.
A pesar de las modificaciones del reglamento propuestas por la WTA, destacan la importancia de cara al futuro de las tenistas de élite, ya sean madres o no, de la posibilidad por parte de la WTA de habilitar espacios para atender a los hijos mientras se entrena o compite, como también concienciar a los organizadores de los torneos de que van a llegar niños y estos necesitan un espacio para su desarrollo (e.g., relacionarse con otros niños y educación básica) y bienestar (e.g., disponer de una alimentación, descanso y seguridad acorde a su edad) en la misma línea del trabajo de Selva et al. (2013):
…Deberían de empezar a tener guarderías y zonas donde los niños puedan jugar, para que también los padres se puedan despreocupar un poco y decir: pues me voy a entrenar y viene mi marido, que puede ser su entrenador y está ahí tranquilamente y no se tiene que estar preocupando… (Amelie).
…un espacio no solo de ocio sino de acompañamiento en lo que pueda ser el aprendizaje de los niños, donde haya una persona formada para ser maestro y que puedan garantizar que esos niños no están solamente acompañando a sus padres, sino que siguen una formación ya de P3, P4 o lo que sea… (Steffi).
Evidentemente si generan estos espacios también se aseguran salvaguardar el espacio destinado a la sala de jugadoras, para aquellas que deseen descansar o concentrarse sin la presencia de niños merodeando el lugar. Estas recomendaciones por parte de las deportistas son parecidas a las quejas que manifestaron las deportistas en el trabajo de Palmer y Leberman (2009) al describir la falta de espacios y recursos para sus hijos cuando los traían a los entrenamientos o competiciones.
A nivel organizativo contar con que van a venir bebes y van a venir niños. Tener una zona de guardería, porque también es verdad que, si tu estás ahí en la zona de jugadores y hay niños, imagínate que empiezan haber muchas madres y hay niños por ahí corriendo y tú quieres estar tranquila porque tienes un partido. Pues a lo mejor tampoco es lo ideal… (Amelie).
Yo creo que lo más importante es habilitar un espacio para los niños, porque muchas veces están los niños en las salas de jugadores donde los jugadores están descansando y los niños están gritando. Según qué tipo de torneo no se puede permitir tener un servicio de guardería con personal, pero al menos, destinar una sala con juegos para que los niños puedan interactuar con sus padres. En los Grand Slams si que tenemos esa ventaja y la verdad es que los niños están encantados ahí. Los padres también tienen un poco más de espacio porque si no es todo el día con el niño y al final la otra parte llega un momento que se acaba cansando (Margaret).
Centre court: al servicio mama-tenista versus al resto tenista
Este segundo tema definido, identificamos similitudes entre lo que relatan las madres-tenistas y las tenistas. Todas las participantes coinciden en que la maternidad ha influido positivamente en el manejo de la presión en competición; encontrando más rápido las soluciones al jugar, mayor sensación de seguridad en la pista y disfrutando más del tenis, estos resultados también fueron encontrados en el los trabajos de Palmer y Leberman (2009).
A nivel mental, a nivel de gestionar la presión, yo creo que en el momento que eres madre se despierta un instinto en el que, a la hora de gestionar los momentos complicados en un partido, es como que lo sabes solventar antes. Encuentras que es mucho más fácil porque es mucho más difícil ser madre… (Margaret).
…he encontrado diferencias muy curiosas que me han llamado la atención. Siempre que he visto partidos de jugadoras que ya han sido madres, hablando con ellas, te das cuenta de que están muy concentradas en todo lo que pasa dentro de la pista. Una vez han acabado el partido, tanto si han ganado como si han hecho el peor partido de su vida, son capaces de relativizar mucho más la derrota. Te das cuenta de que sus prioridades, no es que hayan cambiado, pero sí aceptan mucho más el tenis como una profesión o como un deporte o juego… (Steffi).
En los trabajos de McGannon et al. (2012) también evidenciaron un cambio de prioridades y el saber relativizar mucho más las cosas, como el resultado obtenido en las competiciones; tratando la derrota y la victoria como parte del juego y no dejando que un mal resultado nuble el resto del día con la familia.
El ser madre te cambia los patrones de todo, sobre todo las prioridades, y a la hora de relativizar las cosas. Antes perdíamos un partido y era un drama, ahora pierdo un partido, salgo de la pista, mi hija está ahí y se me van todos los males. Es muy diferente en este sentido. Te das cuenta de que en la vida hay cosas más importantes que una derrota o una victoria (Margaret).
Yo creo que las que han sido tenistas, luego han sido madres y han vuelto, les ha cambiado un poco la perspectiva de todo, de la vida, del tenis. Creo que te cambia, la importancia que a lo mejor le dabas antes a un partido, a una derrota, a una victoria. Cuando eres madre y ves todo lo que supone ser madre, creo que eso te cambia… (Lindsay).
En el relato de las deportistas, también destacan cambios en la motivación que tienen hacia el deporte; de pasar a jugar por uno mismo con la preocupación de obtener resultados para mejorar el ranking a jugar para poder proveer a sus hijos y dedicarse a ellos una vez se retiren, algunas comentan: “las chicas que han sido madres y vuelven tienen otro tipo de mentalidad, se toman las cosas totalmente diferentes, son muchísimo más maduras con las cosas, muchísimo más claras e incluso veo que disfrutan muchísimo más del tenis”. Estos resultados son parecidos a los que encontraron Martínez et al. (2014) sugiriendo un redescubrimiento del deporte por parte de las madres-deportistas, siendo este un punto de inflexión en su vuelta al deporte debido a una motivación especial para dar su máximo durante los entrenamientos y competiciones.
Yo me acuerdo que los últimos años de mi vida me los planteé como: esto es un trabajo y yo estoy trabajando para el día de mañana dedicarme a mis hijos. Fíjate, sin haber tenido hijos y sin saber qué me iba a deparar la vida, porque oye luego pueden pasar mil historias, pero mi planteamiento, mi forma de motivarme era esa, era decir: yo continuo, voy hacer todo lo que pueda, a seguir todo lo que pueda para el día de mañana poder ser una madre que esté al cien por cien con sus hijos… (Suzanne).
…la que ya ha sido madre tiene una visión diferente. Yo no sé si juegan por necesidad o porque les gusta. Teniendo familia e hijos, es como que juegas más tranquila, ¿sabes lo que te quiero decir? Voy a jugar para disfrutar. La joven va a jugar para subir el ranking, tiene que ganar dinero, mantener los sponsors… (Charlotte).
Las tenistas también hablaron de cómo se organizan el día a día para poder conciliar la maternidad con su profesión, gracias a la ayuda familiar, de una pareja muy presente y volcada en la profesión de su pareja, percibiendo de forma exitosa como interaccionan recíprocamente el nivel deportivo con el nivel psicosocial. Para aquellas tenistas que no han sido madres durante su carrera deportiva, perciben la conciliación entre la maternidad y su profesión como un conflicto entre el nivel deportivo y el nivel psicosocial, les preocupa el pensar en qué hacer con el hijo si no tienen una pareja o un familiar presente, la falta de apoyo organizacional, encontrando problemáticas en cuanto a la logística, la flexibilidad horaria a la hora de entrenar, en el descanso nocturno y en los viajes.
…lo hemos hecho muy natural. Muchas veces yo intentaba irme pronto a entrenar y ellos se quedaban en el hotel. Yo me iba tipo siete de la mañana y a lo mejor volvía a las once. Ellos se acababan de despertar, habían desayunado y ya estaban preparados. Entonces ahí empezaba mi día con mi familia y ya lo había acabado en cuanto a mi profesión… (Margaret).
En cuanto a las diferencias, las encontramos en la visión que tienen de la maternidad, las que ya han sido madres lo describen como una ilusión o incluso lo recuerdan como lo mejor que les ha pasado en la vida: “ser madre era el reto de mi vida, la ilusión de mi vida…”, mientras que las siete restantes lo describen como una dedicación y responsabilidad muy grande, esto puede sugerir que existe una ética del cuidado muy presente en las mujeres, aun no siendo madres, como mencionan en otros trabajos (McGannon et al., 2012).
…creo que hay un cambio de chip muy grande, porque la prioridad en toda tu vida casi siempre has sido tú y cuando tienes un hijo pasa a ser tu hijo, no? Entonces él siempre está por encima de todo, sobre todo los primeros años que necesita de tus cuidados al cien por cien y esta labor es muy importante, que la madre esté ahí y que se encargue de cuidar al niño (Steffi).
Warning coaching: el tenis como deporte de equipo
Este último tema muestra el tenis como deporte donde dentro de la pista compite un deportista o una pareja, pero fuera de ella juegan todos, el entorno que acompañan e intervienen en su práctica profesional (familia, pareja sentimental, amigos, pareja de dobles, entrenador y sponsors). En la transición a la maternidad, podemos encontrar una serie de recursos y barreras externas que facilitan o dificultan el proceso.
Por lo que son los recursos externos, que posibilitan la conciliación de los diferentes espacios en los que se mueven las tenistas, encontramos el apoyo y comprensión por parte de los familiares tanto en la decisión de ser madre, en el día a día, como en el sustento económico. El apoyo percibido por parte de la pareja sentimental donde en muchos de los casos son ellos quienes dejan su trabajo o hacen de entrenadores para poder viajar con la tenista y sus hijas. Dorothy lo comentaba de la siguiente manera: “creo que a nivel económico es importantísimo tener estabilidad, aunque no sea propia, tener una familia que te apoye en todos los sentidos”. La ayuda y comprensión por parte de los amigos y de la pareja de dobles, y también, destacan la confianza y tranquilidad que perciben por parte del equipo técnico, que al ser un deporte que no depende del salario de un club deportivo sino de los propios méritos que consigue la jugadora en los torneos y que, por lo general, son ellas las que se encargan de contratar los servicios de los entrenadores, no sienten la presión de satisfacer las necesidades de un club. Estos resultados son parecidos a aquellos que se obtuvieron en el trabajo de Palmer y Leberman (2009) al describir la red de apoyo de las deportistas, sobre todo el apoyo proveniente de familiares, pareja sentimental, amigos y compañeros de profesión.
…lo hablé con mi marido, si yo quería volver a competir la única opción era que él dejase de trabajar para que me acompañara. Mis padres viven lejos de aquí, mi suegro falleció, mi suegra no nos puede ayudar y no teníamos ningún tipo de ayuda. Si yo decidía volver a competir, él tenía que dejar de trabajar para que cuando yo compitiera o bien viniera conmigo o ellos se quedaran aquí y yo me fuera sola. Fue la única manera y esto hasta día de hoy. Ha sido una gran ayuda [pareja], porque si no habría sido imposible que yo volviera a estar otra vez en la cima mundial del circuito… (Margaret).
Mientras que las amenazas o barreras externas que dificultan o condicionan la conciliación de la maternidad con la carrera tenística, encontramos el abandono por parte de los sponsors al no renovar contrato con ellas al ausentarse un tiempo del circuito, sobre todo en aquellas jugadoras que no están en las primeras filas del tenis mundial. Aunque también depende del tipo de relación que esa jugadora haya establecido previamente con la marca y si con esa marca solo tiene un contrato de material y no monetario, en esos casos no encontrarían tantos problemas al renovar contrato una vez regresan al circuito y empiezan a cosechar resultados. En relación con los distintos niveles del HAC, evidenciamos un conflicto entre el nivel deportivo con el nivel financiero, puesto que la mayor fuente de ingresos que tienen las tenistas es a través de los premios conseguidos en los torneos y el patrocinio de marcas. Al ausentarse un tiempo fuera del circuito para ser madres, los premios de los torneos dejan de ser una fuente de ingreso y, por lo tanto, dependen únicamente del patrocinio (si lo tienen) o de los recursos familiares.
Creo que todo eso es bastante importante, que las instituciones te apoyen, por ejemplo, federaciones, que se pueda contar con ellas y decir: pues mira, quiero ser madre, lo soy y si no me ayudas será muy difícil que pueda seguir jugando a tenis y lo pueda compaginar. Sería interesante que las instituciones hicieran un esfuerzo en ese sentido… (Dorothy).
…que los patrocinadores o los sponsors no renuncien a mujeres que son madres, que no les quiten el contrato, porque al final es cuando quizás necesitan una ayuda extra. Yo conozco casos de gente que les han quitado los contratos o que en ese periodo de nueve meses a un año no les pagan. Eso es injusto. Es un trabajo como otro cualquiera… (Chris).
Estos resultados también coinciden con los encontrados en el trabajo de Palmer y Leberman (2009) al describir la falta de apoyo organizacional por parte de clubs deportivos y entrenadores tanto en garantizar unos mínimos para la vuelta deportiva como en los casos que, si tuvieron una atribución económica, las deportistas reconocen que ese empuje les facilitó su vuelta y conciliación de madre-deportista.
CONCLUSIONES E IMPLICACIONES PRÁCTICAS
Este estudio describe la visión que tienen tenistas profesionales en activo y retiradas, madres y no madres, sobre la compaginación de la maternidad y la carrera tenística a raíz de las modificaciones de reglamento propuestas por la WTA a principios del 2019. La visión que tienen de la maternidad y la percepción que tienen de la influencia que la maternidad tiene o ha tenido en su carrera deportiva. Los resultados muestran la falta de apoyo organizacional percibido, la influencia de la identidad de madre en el reposicionamiento de la identidad como deportista y la relevancia que tienen los agentes que acompañan e intervienen en la práctica profesional de la madre-tenista, actuando tanto como facilitador o barrera. Estos resultados van en la misma línea que investigaciones previas como las de McGannon et al. (2012, 2015, 2017, 2018, 2019), Palmer y Leberman (2009), en deportes como el atletismo, deportes olímpicos (salto de altura, ciclismo, fútbol, voleibol, vóley-playa, hockey hierba y baloncesto), deporte paralímpico, deporte recreacional, netball, rugby y tiro deportivo, generando así una visión de la maternidad en distintos deportes femeninos, en este caso, el tenis de élite.
Este estudio no está exento de limitaciones, entre las cuales destacar que solo se realizó una entrevista a las deportistas y la visión que podrían tener sobre la maternidad, las que no son madres y siguen en activo, posiblemente cambie con el paso del tiempo o con la retirada.
En futuras líneas de trabajo sería interesante realizar un estudio longitudinal para explorar la evolución de la visión de la maternidad y de los cambios en la normativa WTA según el momento en el que se encuentre la tenista en su carrera deportiva, explorar la perspectiva de la pareja que lo deja todo por acompañar a los torneos a la deportista e hijos, explorar el tipo de relación que mantienen aquellas jugadoras que tienen pareja-entrenador y conocer la visión sobre la maternidad y su compaginación con el deporte de élite de la mano de los entrenadores del circuito profesional de tenis. A efectos organizativos, conocer y explorar cómo se organizan las madres-deportistas solteras, madres-deportistas de tenis en silla y madres-deportistas homosexuales, como también explorar el punto de vista de los organizadores de torneos y de los agentes o sponsors.
La interpretación de los resultados hallados en este estudio aportan algunas estrategias para facilitar la compatibilización de la maternidad con el tenis de élite: (a) contar con el apoyo del entorno psicosocial de la deportista (e.g., pareja sentimental, familia, entrenadores y compañeras), (b) disponer de una ayuda económica (e.g., garantizar que los sponsors no abandonen a la deportista durante la maternidad y becas o baja maternal por parte de las federaciones), (c) disponer de salas para estar con sus hijos en el entorno deportivo (e.g., guarderías y sala de juegos) y (d) facilitar elementos básicos para los niños en los torneos (e.g., comida, educación y seguridad).
En conclusión, este estudio muestra que actualmente es posible compaginar la maternidad y el tenis profesional con el apoyo del entorno, pero no deja de ser una hazaña para la deportista. Las modificaciones del reglamento introducidas por la WTA han facilitado dicha compaginación, sobre todo en el regreso al circuito a efectos de ranking, aunque todavía queda mucho trabajo por hacer en la compaginación de deporte de élite y maternidad hasta que se viva con cierta naturalidad y quien sea madre y vuelva a competir al más alto nivel y a ganar un torneo después no aparezca en todos los medios de comunicación como “super mamá”.
