INTRODUCCIÓN
El estrés laboral es la reacción que puede tener el individuo ante exigencias y presiones laborales que no se ajustan a sus conocimientos y aptitudes, y que ponen a prueba su capacidad para afrontar la situación. Por tanto, es el resultado del desequilibrio entre las exigencias y presiones a las que se enfrenta el individuo, por un lado, y sus conocimientos y capacidades, por otro1. Dentro de este contexto, se puede hablar de factores psicosociales del trabajo definiéndolos como aquellas características de las condiciones del trabajo y su organización que pueden constituir un riesgo para la salud de los trabajadores, cuando éstos experimentan estrés laboral de forma prolongada en el tiempo.
Desde el punto de vista teórico, los diversos modelos sobre estrés laboral han intentado delimitar y explicar la compleja relación entre factores psicosociales y enfermedad2. Entre dichos modelos, el propuesto por Karasek3,4 constituye uno de los más utilizados en salud pública para el estudio del estrés relacionado con el trabajo5. Este modelo, en su versión original, proponía que las principales fuentes del estrés laboral provienen de dos características básicas del trabajo: las demandas laborales y el control que se tiene sobre las mismas. Las primeras son las exigencias psicológicas que el trabajo implica para la persona, mientras que el control (dimensión esencial del modelo) hace referencia al cómo se trabaja y tiene dos componentes: la autonomía y el desarrollo de habilidades. En este modelo, el estrés se identifica con tensión psicológica (mental strain) de tal manera que la tensión laboral que experimenta el profesional es una medida compuesta procedente de las dos dimensiones comentadas anteriormente: el trabajador experimentará tensión psicológica cuando las demandas laborales sean altas y escaso el control que se tiene sobre las mismas. En posteriores formulaciones del modelo, a estas dos dimensiones se añadió una tercera, el apoyo social, que resulta un moderador o amortiguador del efecto del estrés en la salud 6. Dicho factor hace referencia al clima social en el lugar de trabajo en relación tanto con los compañeros como con los superiores, incluyendo dos componentes: apoyo emocional y soporte instrumental.
Diferentes referencias bibliográficas han reconocido la importancia del estrés laboral en el contexto sanitario7 8 9 10 11-12. En la mayor parte de estos estudios, se alude a las características específicas de las profesiones sanitarias: atender el dolor, la muerte, la enfermedad terminal, las situaciones de urgencia vital, las demandas y presiones laborales, los conflictos de rol, los pacientes problemáticos, la comunicación intragrupal, y un largo etcétera13,14. El estrés mantenido de forma crónica tiene importantes consecuencias para la salud y bienestar de los profesionales, pero también comporta importantes costes económicos para las organizaciones. Así, tal y como indican Bernardo et al15, el estrés laboral en los trabajadores sanitarios es responsable de aproximadamente el 50% de las bajas laborales que se producen.
Entre los profesionales sanitarios, el personal de enfermería ha sido objeto de numerosos estudios que ponen de manifiesto que son muchos los estresores laborales a los que se hallan sometidos estos profesionales y que, mantenidos de forma crónica pueden propiciar la aparición del denominado síndrome de Burnout7,16. Diferentes investigaciones han tratado de encontrar y clasificar los principales estresores que afectan al personal de enfermería y que, en esencia, pueden estar relacionados con la génesis y desarrollo de este fenómeno de desgaste profesional y sus consecuencias17 18-19. En un estudio ya clásico, Gray-Toft et al20, enumeraron siete estresores fundamentales que están presentes en el desempeño laboral de los profesionales de enfermería: muerte y sufrimiento de los pacientes, conflicto con los médicos, inadecuada preparación, falta de apoyo social, conflicto con otras enfermeras, sobrecarga de trabajo y, por último, incertidumbre acerca del tratamiento. En síntesis, se podría decir que existen estresores laborales propiamente implícitos a la profesión, como el contacto continuo con el dolor y el sufrimiento de los pacientes, y otros factores de estrés más vinculados a la organización del trabajo, como son la sobrecarga laboral o la falta de recursos. Incluso hay estudios como el de Stordeur et al21, que han tratado de ordenar los estresores según la gravedad del efecto que pueden producir en estos trabajadores. En dicho estudio, la clasificación estuvo encabezada por la sobrecarga de trabajo, seguida de los conflictos con los médicos, conflictos con los compañeros y la falta de claridad en las tareas y objetivos.
Cuando se indaga sobre el nivel de estrés laboral presente según los diferentes servicios de enfermería, la literatura sugiere que éste puede variar según las unidades asistenciales22,23. Así, por ejemplo, Foxall et al24, señalaban que las enfermeras que trabajan en cuidados intensivos perciben más estresante “tratar con la muerte y el sufrimiento” que las de cuidados médico quirúrgicos, mientras que éstas últimas puntúan más en sobrecarga de trabajo. En este contexto, es de resaltar la escasez de trabajos que han tenido como objeto de estudio el estrés experimentado por los profesionales de enfermería del equipo volante en los centros hospitalarios. Estos profesionales, por su condición laboral, se someten a continuos cambios de unidad y servicio, lo que puede suponer un elemento que contribuya a incrementar la tensión psicológica que experimentan en el desarrollo de su labor profesional.
Teniendo en cuenta la bibliografía consultada, el objetivo general del presente estudio fue valorar la exposición a estresores laborales en el trabajo del personal de enfermería del equipo volante de un Hospital General Universitario. Además, nos planteamos como objetivo secundario determinar si existía relación entre la exposición a estresores y las variables socio-demográficas y laborales contempladas en el estudio. Partiendo del modelo teórico de Karasek, y basándonos en el supuesto de que un menor apoyo social implicaría una mayor vulnerabilidad al estrés.
Participantes
La población objeto de estudio estuvo constituida por los profesionales de Enfermería pertenecientes al equipo volante de un Hospital General Universitario de la Región de Murcia (España). Se empleó una muestra de conveniencia que estuvo formada por 38 profesionales, lo que supuso un 90.47% de participación. En el centro hospitalario analizado, el equipo volante estaba formado por dos grupos de enfermeros: 1) profesionales de enfermería que podían ser asignados por la dirección para cubrir incidencias en cualquier unidad asistencial del hospital; 2) profesionales de enfermería que estaban asignados a una unidad concreta con el fin de cubrir incidencias en dicha unidad.
Instrumentos de Evaluación
Además de un cuestionario ad-hoc de preguntas relativas a las variables socio-demográficas y laborales, se utilizó el cuestionario de “Contenido del trabajo”3 validado en personal de enfermería hospitalario por Escribà et al25, con el objetivo de valorar el modelo demanda-control-apoyo social en la población a estudio. Este instrumento evalúa la exposición a estresores laborales teniendo en cuenta las tres dimensiones citadas del modelo de Karasek: demandas psicológicas (6 ítems), control (7 ítems) y apoyo social (9 ítems). El cuestionario, pues, consta de un total de 22 ítems, que siguen una escala Likert de 4 puntos. Este instrumento puede utilizarse como herramienta diagnóstica para identificar el incremento de riesgo de enfermedad relacionada con el estrés, asumiendo que altas demandas psicológicas, un bajo control sobre éstas y un escaso apoyo social derivarían en un mayor riesgo de morbilidad. La presente investigación registró unos índices de consistencia interna de .84 para la dimensión de demandas psicológicas, de .69 para la dimensión de control y de .85 para la de apoyo social.
Procedimiento
La presente investigación se realizó bajo el cumplimiento de la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de carácter Personal para cumplir con los requisitos legales y éticos del estudio. La participación en el mismo fue de carácter voluntario, estando asegurada en todo momento la confidencialidad y anonimato de los datos. En primer lugar, se pidió autorización por escrito al Director Gerente del Hospital Universitario, para distribuir dicho cuestionario entre el personal, para seguidamente informar al Director de Enfermería y a la Supervisora del equipo volante y Supervisores de las distintas unidades de hospitalización. Finalmente, se entregó a cada profesional el cuestionario, que debían entregar en sobre cerrado, bien al equipo investigador o a la secretaria de Dirección de Enfermería. El periodo de entrega, cumplimentación y recogida de los cuestionarios se realizó en 2015.
Análisis de datos
El análisis estadístico se realizó con el paquete estadístico SPSS (V.15.0) Se calculó la media, máximo, mínimo y desviación típica para cada una de las variables. Se usaron medidas de frecuencias absolutas y relativas para las variables cualitativas. Para el análisis bivariante se utilizó la prueba chi cuadrado para variables cualitativas y correlación de Spearman para las cuantitativas. Para una variable cualitativa y otra cuantitativa se empleó la “t” de Student cuando la variable cuantitativa seguía una distribución normal y la U de Mann-Whitney, si no seguía este tipo de distribución. Cuando el análisis implicaba variables cualitativas politómicas y variables cuantitativas se aplicó el ANOVA si la variable cuantitativa seguía una distribución normal y el test no paramétrico de Kruskal-Wallis si no seguía este tipo de distribución.
RESULTADOS
La muestra estuvo constituida por un 86.8% (33) de mujeres y un 13.2% (5) de hombres. Respecto a la variable edad, la gran mayoría de los profesionales entrevistados fueron de mediana edad, entre 31 y 50 años, dado que en ese intervalo se situaban hasta el 84.2% (32) de los profesionales, mientras que la presencia de profesionales con edades extremas fue reducida: un 13.2% (5) de los profesionales tenia entre 20 y 30 años, un 2.6% (1) tenía más de 51 años. En cuanto al tipo de turno, el grupo más numeroso estuvo compuesto por los que hacen turno rotatorio con noches (78.9%;n=30), seguidos de los profesionales con turno diurno (13.2%;n=5), y finalmente los que trabajaban en turno de mañanas fijas (7.9%;n=3). Según el tipo de contrato, un 50% (19) de los profesionales eran contratados, un 31.6% (12) eran interinos y tan sólo un 18.4% (7) era personal estatutario fijo. En relación a los años de antigüedad en el Hospital, la media fue de 5.26 años (DT= 4.06). Por lo que respecta al servicio al que los profesionales estaban adscritos, el 76.3% (29) de los mismos estaban adscritos a la Dirección de Enfermería del Hospital mientras que el 23.7% (9) restante lo estaban a las diferentes Unidades de Hospitalización.
En la Tabla 1 se presentan los estadísticos descriptivos obtenidos en cada uno de los 22 ítems que constituyen el cuestionario de “contenido del trabajo”. Tal y como se puede observar en dicha tabla, entre las demandas psicológicas más relevantes destaca “el ajetreo del trabajo” (3.58±0.5) y “la intensa concentración” que requiere el mismo (3.26±0.6). Por lo que respecta a los ítems que pertenecen a la dimensión de control, uno de los aspectos que más destacan los profesionales es el aprendizaje continuo de cosas nuevas (3.63±0.49). Si nos centramos en la dimensión del apoyo social, los profesionales destacan la “competencia profesional” (3.03±0.43) y la “agradabilidad de los compañeros de trabajo” (3.03±0.54).
En la Tabla 2 quedan reflejados los estadísticos descriptivos relativos a las tres dimensiones que configuran el modelo de demandas-control-apoyo social, junto a los coeficientes de consistencia interna obtenidos para cada escala. Tal y como se puede observar en dicha tabla, se registraron puntuaciones de moderadas a altas en las tres dimensiones del modelo. No obstante, dentro de la escala de apoyo social se debe destacar la diferencia encontrada entre el apoyo recibido de los compañeros de trabajo y el recibido de los superiores (2.87±0.39 vs 2.23±0.77; p≤.000).
Se realizó un análisis estadístico comparando los resultados obtenidos para las tres dimensiones del modelo según la adscripción de los profesionales a las unidades de hospitalización o a la dirección de enfermería. Los resultados obtenidos mostraron diferencias significativas únicamente en la dimensión de apoyo social. Concretamente, los profesionales adscritos a la dirección de enfermería percibieron un menor apoyo social que aquellos adscritos a las unidades de hospitalización (2.89±0.27 vs 2.49±0.48; p<.05). Además, se realizó un análisis adicional diferenciando entre apoyo recibido de los superiores y apoyo recibido de los compañeros. Dicho análisis mostró que la diferencia entre grupos según la adscripción sólo se mantenía para el caso del apoyo recibido de los superiores (2.69±0.55 vs 2.09±0.77; p<.05), desapareciendo la significación estadística en el caso del apoyo recibido de los compañeros.
Finalmente, se realizó un análisis estadístico con el objeto de determinar si existían diferencias significativas en la exposición al estrés en las tres dimensiones consideradas (apoyo, demandas y control sobre el trabajo) según las variables socio-demográficas y laborales contempladas en el estudio (género, edad, tipo de turno, tipo de contrato, antigüedad en el servicio y adscripción a la dirección o no como equipo volante). Dicho análisis no mostró diferencias estadísticamente significativas (p≥.05) para ninguna de las variables citadas.
DISCUSIÓN
El objetivo general de la presente investigación fue valorar la exposición a estresores laborales según el modelo de demandas-control-apoyo3 en el colectivo profesional de enfermeros del equipo volante de un Hospital General Universitario.
La mayor parte de las investigaciones sobre esta temática se han realizado en colectivos diferentes al analizado, tales como estudiantes y profesionales de otras unidades11,26 27 28. Tomando como referencia del modelo ampliado de Karasek3 y centrándonos en nuestros datos, con respecto a la demanda psicológica en el trabajo, los aspectos más relevantes destacados por los profesionales fueron el intenso ajetreo en el trabajo y la intensa concentración que requiere el mismo. Estos hallazgos coinciden con otros estudios similares en profesionales de enfermería que no pertenecen al equipo volante29,30. Si nos referimos al control en el trabajo, casi la mitad de los profesionales, resaltaron el escaso control que tienen sobre este, debido a la incapacidad de tomar decisiones por sí mismos, unido a la exigencia de tener que aprender y realizar muchas tareas diferentes. Finalmente, cuando analizamos la dimensión de apoyo social, se observó claramente una diferencia entre el recibido por los compañeros y el recibido por los superiores. Concretamente, en nuestro estudio los resultados obtenidos destacan que los profesionales no asignados a una unidad de hospitalización específica, perciben un menor apoyo por parte de los superiores. Aunque no podemos comparar estos resultados con estudios en colectivos profesionales de iguales características (equipo volante), sí existen datos en la literatura previa que avalan los hallazgos obtenidos respecto a que la impredecibilidad e incontrolabilidad de las tareas laborales y la falta de apoyo social favorece la aparición de estrés y síndrome de burnout en el contexto del trabajo31.
Este aspecto se configura como una área de posible mejora, ya que un gran porcentaje de los profesionales refirió un escaso apoyo por parte de los supervisores, resultado coherente con los hallados por varios autores en la literatura previa32 33 34 35. No obstante, encontramos algún trabajo, como el de Morano et al30, en el que los profesionales destacaban el apoyo favorable de la institución. Con respecto al apoyo recibido de los compañeros de trabajo, numerosas investigaciones destacan la importancia de un clima laboral y trabajo en equipo óptimos como factores protectores frente al desgaste profesional y asociados a una mayor satisfacción laboral33,36,37. En este contexto, nuestro trabajo ha obtenido resultados positivos, en oposición a los registrados por otro estudio previo realizado también con enfermeros del equipo volante32.
La evaluación de riesgos psicosociales en el entorno laboral, aunque compleja y problemática, debe estar presente en estudios de prevención de riesgos laborales en las organizaciones de la salud, con el fin de identificar dichos riesgos y poder intervenir sobre ellos de forma precoz2,35. Como ya se comentó, el personal de enfermería se halla sometido a numerosas y variadas fuentes de estrés7,9,18,20,21,38,39, que mantenidas de forma crónica tienen consecuencias importantes sobre el bienestar de los profesionales sanitarios y sobre la organización. Muchos de estos estresores están relacionados con la organización del trabajo y pueden ser modificados desde la propia empresa. Así, el estrés del rol se configura como uno de los predictores más estudiados en relación con la aparición del Burnout y el engagement8, y uno de estresores laborales sobre los que la organización tiene potencial para intervenir y adoptar estrategias de mejora.
Una de las principales implicaciones del modelo de Karasek3 radica en proporcionar apoyo empírico a la posibilidad de mejorar la salud o bienestar de los trabajadores sin sacrificar la productividad. De esta manera, la tensión psicológica que experimentan los profesionales puede ser atenuada, independientemente de las modificaciones en la carga laboral, por un incremento en la toma de decisiones y en el control de sus recursos y habilidades. Según nuestros resultados, el apoyo del supervisor se configura como una área sobre la cual intervenir con el fin de minimizar los potenciales efectos nocivos que las demandas psicológicas laborales pueden tener sobre los profesionales33,34,36,37,40.
En cuanto a las limitaciones del estudio, nuestra investigación presenta ciertas limitaciones que es preciso matizar: un mayor tamaño muestral y procedente de diferentes hospitales hubiese permitido una mayor generalización de los resultados obtenidos, así como también un menor sesgo en la comparabilidad de los grupos según las variables socio-demográficas y laborales consideradas en el estudio.
CONCLUSIÓN
Como conclusión de nuestro estudio, resaltamos una percepción moderada de estresores laborales en el colectivo de profesionales analizado. No obstante, y como resultado más relevante de la presente investigación se ha de resaltar el escaso apoyo social que los profesionales perciben por parte de sus superiores, en parte compensado por el percibido de sus compañeros de trabajo. Además, dicha percepción de falta de apoyo resultó ser más acusada en los profesionales adscritos a la dirección de enfermería. Así pues, y basándonos en el modelo teórico de referencia, este elemento de apoyo por parte de los superiores se configura como una área de mejora sobre la cual intervenir desde la gestión de recursos humanos, para fomentar el bienestar de los profesionales y prevenir la aparición del desgaste profesional en este colectivo, aumentando así la calidad de los cuidados prestados.