Introducción
En los últimos años se ha otorgado un creciente valor al conocimiento de las emociones y sentimientos a la hora de evaluar por qué algunas personas afrontan mejor que otras los diversos problemas de la vida, o por qué demuestran un pobre desempeño teniendo las mismas posibilidades o conocimientos. En congruencia, los investigadores han centrado su atención en el constructo inteligencia emocional (IE), para poder integrar las emociones en los procesos psicológicos. Es así como en las últimas tres décadas, han surgido diferentes formas de conceptualizar la IE, que se resumen principalmente en tres modelos: habilidad, rasgo y mixto. En el primer caso, en la década de los 90´, Salovey y Mayer la definieron como “un tipo de inteligencia social que incluye la habilidad de supervisar y entender las emociones propias y las de los demás, discriminar entre ellas y usar la información afectiva para guiar el pensamiento y las acciones” (Salovey & Mayer, 1990, p. 189). Este modo de definir al constructo implica considerar a la IE como una “habilidad para percibir, valorar y expresar emociones con exactitud; la habilidad para acceder y/o generar sentimientos que faciliten el pensamiento; la habilidad para comprender emociones y el conocimiento emocional; y la habilidad para regular emociones promoviendo un crecimiento emocional e intelectual” (Mayer & Salovey, 1997, p.11).
Sin embargo, el modelo de habilidades no es el único modelo que aborda el estudio de la lE. Petrides y Furnham (2000, 2001) la conceptualizaron desde un modelo de lE como rasgo de personalidad, definiéndola como un conjunto de percepciones y disposiciones de uno mismo, relacionadas con la emoción, que conforman los aspectos afectivos de la personalidad del adulto normal y que se ubican en los niveles inferiores de las jerarquías de la personalidad (Petrides & Furnham, 2000; Petrides & Furnham, 2001). A su vez, considerando una aproximación mixta, el modelo de lE (Bar-On et al., 2003), se caracteriza por una visión más amplia al integrar en la definición del constructo un conjunto de rasgos estables de personalidad, competencias socio-emocionales, aspectos motivacionales y diversas habilidades cognitivas (Bar-On, 2000; Boyatzis et al., 2000).
Este breve recorrido por algunos de los modelos más relevantes sobre IE permite reconocer los diversos avances teóricos que se han desarrollado en torno a la temática en las últimas décadas. Estos avances se han acompañado de la construcción de instrumentos de evaluación psicológica, adecuados a cada teoría, para medir la IE. Es por ello, que es de gran utilidad realizar una revisión sistemática de la literatura científica que permita contar con un conocimiento más actualizado sobre estudios realizados en nuestro país en los últimos diez años.
El avance de estas teorías se rige por el consenso científico en considerar que toda investigación, sea básica como aplicada, busca colaborar y aportar conocimiento en áreas disciplinares específicas, así como resolver problemas prácticos que se presenten en la sociedad. Esta contribución es lo que permite que la ciencia avance generando nuevas ideas, interrogantes y conocimientos. Una de las principales características es que cada uno de los pasos del proceso se siga de una manera rigurosa y ordenada (Reyna Cruz, W. E., et al., 2019). Según Sautú (2003) se trata de una construcción del investigador guiado por un conjunto de procedimientos para la producción de la evidencia empírica que debe estar articulada lógica y teóricamente con los objetivos de investigación. Es por ello que el aspecto central del relevamiento bibliográfico del presente artículo buscará ordenar el criterio metodológico empleado por los autores al interior de sus respectivas investigaciones.
Si bien la metodología se entiende como el conjunto de métodos que tienen por función adaptar los preceptos teóricos a la producción de los datos, no siempre se observa en las publicaciones científicas. Según Wainerman (2001) esta tarea es concebida muchas veces como una actividad complementaria, separada de las otras etapas del diseño, cuando no una labor ardua, tediosa y dificultosa, poniendo en evidencia cierta desarticulación entre metodología y teoría.
Uno de los principales problemas metodológicos es la inadecuación de los instrumentos con que se llevan adelante las tareas evaluativas, ya que toda prueba psicológica es en cierta medida el resultado de una cultura que responde a valores que la misma postula, aspecto a tener siempre presente al evaluar la calidad de los instrumentos en las evaluaciones psicológicas (Mikulic, 2017). En la actualidad es posible observar este fenómeno, haciendo que sea de gran relevancia indagar y discriminar aquellas investigaciones que utilizan instrumentos adaptados al contexto y cuáles no para poder reconocer la validez ecológica de los mismos. En suma, la evaluación del sujeto en el contexto se refiere a una aproximación ecológica de la evaluación que tienda a analizar las conductas en los “settings” (lugares) en los que ésta se produce, es decir, se trata de dar mayor significación a las variables en relación con los valores del contexto (Forns, 1993).
En síntesis, resulta relevante estudiar el constructo inteligencia emocional considerando el destacado valor que se otorga en la actualidad al papel de las emociones y sentimientos en las diferentes áreas de la vida de las personas, y que se ve reflejado en la diversidad de publicaciones existentes sobre esta temática a nivel internacional. De allí, la necesidad de realizar una revisión sistemática sobre IE que permita conocer las investigaciones a nivel nacional, sus respectivas bases teóricas y los instrumentos de evaluación utilizados.
En función de lo anteriormente explicitado, el objetivo de este estudio se centra en hacer una revisión sistemática de las publicaciones sobre IE de los últimos diez años en Argentina y analizar cuáles son las teorías subyacentes en relación con los instrumentos utilizados.
METODOLOGÍA
De acuerdo con la declaración PRISMA (Page et al., 2020) se ha llevado adelante una búsqueda sistemática de artículos en las bases de datos correspondientes a Redalyc, PubMed, SciELO y Dialnet durante la última semana del mes de mayo de 2022. La combinación de palabras utilizada para la búsqueda incluye “inteligencia emocional” o “emotional intelligence”, y para Dialnet se incorporó la palabra argentina (“inteligencia emocional” o “emotional intelligence” + “argentina”) dado que el buscador no contiene variedad de filtros para perfeccionar la búsqueda, por lo que fue adicionado de este modo.
En cuanto a los criterios de inclusión, se seleccionaron aquellos artículos que: 1) centraran su investigación en la evaluación psicológica de la IE, 2) utilizaran instrumentos psicométricos, 3) que evaluaran una muestra caracterizada por los investigadores como argentina, 4) que estuvieran redactados en el idioma español o inglés, y 5) que hayan sido publicados entre los años 2013 y 2022.
Asimismo, no se consideraron artículos sobre revisiones bibliográficas, cualitativos y de revisión. Si bien se consideró excluir artículos que no fueran en población adulta, finalmente se incorporaron, considerando la limitada cantidad revelada.
Los casos que generaron conflicto en función de los criterios fueron debatidos entre los investigadores y posteriormente descartados por no cumplir con los requisitos.
RESULTADOS
Los resultados de la búsqueda en función de las palabras claves “inteligencia emocional” o “emotional intelligence” arrojaron un total de 13.349 artículos: 4697 de Redalyc, 432 de SciELO, 4112 de PubMed y 4108 de Dialnet. En cuanto a la selección de los artículos, se tomaron en cuenta solo aquellos que tuvieran en sus títulos el constructo “inteligencia emocional” o “emotional intelligence” indicando, de este modo, que el foco de la investigación estaría puesto en este.
Del total, se redujeron a 181 luego de aplicar los filtros de búsqueda correspondientes al idioma, años y descripción de la muestra como argentina. En función de ello, se comenzó a trabajar en el análisis de los resúmenes para la consideración final de los artículos. Es así como se obtuvieron un total de 8 artículos de los cuales se hizo un examen exhaustivo de sus textos completos (ver Figura 1). De ellos, 4 resultaron de la búsqueda en Dialnet, 1 de PubMed, 2 de Redalyc y 1 de SciELO (ver Tabla 1).
Como primer análisis se procedió a identificar el tipo de muestras que han sido estudiadas. De un total de 8 artículos, 5 se centraron en muestras compuestas por adolescentes, y 3 en adultos. Respecto a niños, no han surgido artículos que implementen en sus investigaciones la evaluación de IE mediante técnicas psicométricas en esta franja etaria. En esta población, todos los estudios encontrados en la búsqueda se relacionaban con teorizaciones o interpretaciones de las conductas por medio de la observación del niño con sus pares o de sus comportamientos, o por la interpretación de sus producciones gráficas, por lo que fueron excluidos.
A continuación, se consideraron los años de publicación de los artículos. Los años 2018 y 2019 agrupan a la mayor cantidad de artículos, teniendo 2 publicaciones cada año. Respecto de los años 2013, 2015, 2017 y 2021, se halló una publicación por cada año.
A su vez, se evaluaron los modelos teóricos desde los cuales se posicionaron los investigadores a la hora de definir el concepto de IE (ver Tabla 2). De este análisis se obtuvo como resultado que 7 artículos adoptaron el modelo de IE como habilidad, con excepción de una investigación donde los autores optaron por considerar a la IE tanto desde el modelo de habilidad como del modelo mixto.
Por último, se realizó una comparación de las muestras analizadas y las pruebas de IE utilizadas con el fin de determinar si los procedimientos metodológicos fueron los adecuados, teniendo en cuenta la validez ecológica implicada en el proceso (ver Tabla 3).
DISCUSIÓN
El presente estudio tuvo como objetivo hacer una revisión sistemática de las publicaciones sobre IE de los últimos diez años en Argentina y analizar cuáles son las teorías subyacentes en relación con los instrumentos utilizados. Para ello, se tuvieron en cuenta algunos de los buscadores más utilizados en la comunidad científica en el área de la psicología. De los 13.349 artículos hallados inicialmente al combinar las palabras “inteligencia emocional”, “emotional intelligence”, + “argentina” en algunos casos, sólo se conservaron 8. Este resultado da cuenta de la necesidad de fomentar investigaciones sobre IE en nuestro país considerando la proporción de investigaciones finalmente seleccionadas en comparación con los resultados iniciales.
En cuanto a los criterios de inclusión establecidos, el primero de ellos determinaba que las investigaciones debían centrar el foco en la evaluación de la IE. En el primer listado de títulos, podía identificarse rápidamente el constructo IE para la posterior consideración de la investigación, sin embargo, los subsiguientes centraban el foco en otros constructos que lo evaluaban de manera indirecta y sin utilizar pruebas específicas para su medición. Por ejemplo, algunos de los constructos encontrados en la búsqueda fueron “educación emocional”, “bienestar”, “competencias socioemocionales”, “dimensión emocional”, entre otros.
En relación con este punto, se encuentra el segundo criterio de inclusión que establecía que las investigaciones debían utilizar pruebas psicométricas, requisito que ha dejado a centenares de revisiones bibliográficas o estudios cualitativos por fuera de esta selección. Por ejemplo, algunos de ellos, centraban el análisis de las reacciones de los evaluados ante emociones específicas mediante una entrevista semiestructurada creada ad hoc, o se focalizaban en desarrollar las habilidades emocionales mediante programas especiales que luego eran evaluados por instrumentos especialmente construidos para el proceso. Este tipo de evaluación, si bien resulta fructífera para otro tipo de abordajes, en este caso no se han incluido en la revisión por no cumplir con los pasos necesarios para la construcción de técnicas psicométricas establecidas por la International Test Commission (Bartram, 2001).
Por otro lado, el tercer y cuarto punto establecían como criterios que fueran en idioma español o inglés y más específicamente que se evaluara al menos una muestra caracterizada como “argentina”. En el primer caso los resultados que prevalecieron al buscar estudios centrados en una muestra “argentina” fueron estudios en su mayoría en español, y solo unos pocos en el idioma inglés. Entre los primeros, fueron descartados en su mayoría por seleccionar muestras de población latinoamericana que no incluía a Argentina o por ser investigaciones españolas, ligadas al idioma, pero no a la característica necesaria de la muestra. En el caso de las publicaciones en inglés, la mayoría se centraban en muestras de otros países. Sin embargo, uno de ellos fue seleccionado e incluido en esta revisión por ser una investigación argentina traducida al inglés para su publicación.
En un trabajo de análisis posterior de los artículos, hemos observado que la mayoría de las muestras no han sido probabilísticas, dado que la selección se ha realizado en algunas provincias específicas de nuestro país. Ello limita la generalización de los resultados a la población argentina en su totalidad dado que los datos censales de este país evidencian que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires constituyen los primeros lugares en cantidad y concentración de población (INDEC, 2010). En suma, para que la muestra sea representativa de la población, la idea de esta noción debe asemejarse a que la muestra sea una réplica adecuada en lo que hace a las variables relevantes (Baranger, 1999).
En línea con este análisis, también se encuentra el problema de la validez ecológica de los instrumentos, dado que, en su mayor parte, los estudios han utilizado versiones originales de los instrumentos construidos para la población española, para analizar muestras de población argentina. Esto va en línea con lo que Zeidner et al. (2012) sostiene en torno a este tema. Aun cuando los estudios empíricos sean rigurosos, la sospecha puede ser que el fenómeno observado carezca de validez ecológica y sea de una relevancia mínima para el funcionamiento de la vida emocional real. La escasez de instrumentos de evaluación de IE validados en castellano para diferentes poblaciones sigue siendo una limitación para las investigaciones en países hispanohablantes (Cobos-Sánchez et al., 2017).
De todos modos, si bien el número de pruebas que evalúen IE adaptadas para Argentina, es escaso, es posible acceder a versiones debidamente construidas y adaptadas que han quedado por fuera de esta revisión por no aplicar con los objetivos de esta. Tales son los casos de la construcción del Inventario de Inteligencia Emocional Percibida para Adultos (Mikulic et al., 2018), la Adaptación y Validación del TMMS-48 para su uso en adultos de Buenos Aires (Mikulic et al., 2017) y la Adaptación argentina del test de Inteligencia Emocional de Mayer – Salovey – Caruso MSCEIT v2.0 (Mikulic et al., 2013).
En cuanto al rango etario que ha prevalecido en los estudios, se contabilizaron 5 investigaciones en adolescentes, 3 en adultos y ninguna en niños. Esta ausencia de investigaciones referidas a los niños de nuestro país es un hecho preocupante en materia de educación y salud. Numerosos son los autores y las evidencias de la importancia de la IE en edades tempranas. Zeidner et al. (2012) interpretan la infancia como un periodo crítico para la formación de las competencias emocionales. Cada periodo, a lo largo de los años de la infancia, representa una oportunidad para ayudar al niño a adquirir habilidades emocionales adaptativas requeridas para las tareas de la vida durante la niñez y luego, durante la etapa adulta, como ya han informado diversos estudios latinoamericanos (Cuadros Jiménez, 2009). Estos datos son de vital importancia si se considera a la IE desde el modelo de habilidad, dado que, intervenciones tempranas en programas relacionados con habilidades sociales en niños con estas problemáticas, podrían tener efectos positivos en sus desempeños y tratamientos.
En relación a ello, se identificaron las teorías subyacentes al constructo de IE en cada una de las evaluaciones, encontrándose que en todas ellas se adoptó su conceptualización como habilidad. Según García-Fernández y Giménez-Mas (2010) este es uno de los modelos más utilizados y, por ende, uno de los más populares debido a las numerosas intervenciones que se han suscitado y propuesto desde la posibilidad de educación de las emociones que el modelo ofrece. En esta misma línea, Fernández-Berrocal y Extremera (2002) postulan que la enseñanza de emociones inteligentes depende de la práctica, el entrenamiento y su perfeccionamiento.
Entre las limitaciones del presente estudio, se destaca el hecho de que se concentró exclusivamente en publicaciones en idioma inglés y castellano del 2013 al 2022, cuyas investigaciones estuvieran centradas en la evaluación psicológica de la IE, con muestras argentinas y que utilizaran instrumentos psicométricos. Es decir que, de haberse incluido otro tipo de investigaciones en los resultados, la cantidad de ellos hubiera aumentado considerablemente. Por otra parte, la cantidad de bases de datos utilizadas para la búsqueda han sido insuficientes, a pesar de ser las más populares.
En conclusión, los resultados encontrados son una representación de las inconsistencias metodológicas que se presentan día a día en nuestra práctica profesional y ámbitos de investigación, y debe ser un aliciente para invitar a la comunidad científica a seguir fomentando las buenas prácticas metodológicas en este ámbito y en los procesos de evaluación psicológica relacionados con el estudio de la IE. Asimismo, estos resultados destacan la importancia de tener en cuenta la validez ecológica de las pruebas a la hora de hacer la selección de los instrumentos para llevar adelante los estudios.