Introducción
El interés por conocer cómo el alumno de medicina evoluciona y desarrolla una personalidad adecuada para funcionar profesionalmente ha llevado a realizar varios estudios que abarcan diversos aspectos de estos cambios. Unos buscaron comparar a los estudiantes que son autónomos en su formación con los que llevan un sistema de enseñanza controlado. Otros han empleado cuestionarios de tipo Likert para recoger la impresión de los alumnos sobre lo que puede influir en su desarrollo personal [1].
Investigadores como Dornan y Bundy realizaron reuniones de tipo ‘fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas’ (FODA) para favorecer la libre expresión de los estudiantes sobre diversos aspectos, en donde analizaron la confianza del alumno al hablar de su motivación (entusiasmo, frustración), autoconocimiento (responsabilidades, autoestima, humildad) y conocimiento de los demás compañeros [2].
Por otra parte, Campos et al consideraron que el factor motivacional es esencial para el aprendizaje y pidieron a 367 alumnos de medicina, odontología y farmacología que resolvieran un cuestionario que incluyó la motivación intrínseca, la autodeterminación, la eficacia personal ante situaciones externas a la carrera y la búsqueda de buenas calificaciones. Los resultados mostraron que los estudiantes de cualquiera de las tres carreras que presentaban una mayor motivación y autodeterminación tuvieron un mejor desempeño en la asignatura de histología humana [3].
Otra estrategia propuesta para estudiar aspectos como la reflexión y el profesionalismo de los alumnos ha sido el uso de ‘portafolios’ con respuestas mixtas. En la Universidad de Sidney, Jané [4] consideró que los resultados expresados por los estudiantes, si bien son útiles, no son tan confiables, pues saben que serán calificados de acuerdo con lo que incluyen en ese portafolio. Resultados semejantes se obtuvieron en un estudio en la Universidad de Aberdeen, al emplear portafolios para conocer las actitudes de los estudiantes hacia su desarrollo personal y profesional, al cual le agregaron al final cuatro grupos focales donde participaron 34 alumnos, y concluyeron que los que no tenían experiencia en el uso de portafolios estuvieron ansiosos sobre su uso y lo consideraron como un instrumento más de evaluación [5].
Niemi, en la Universidad de Turku, en Finlandia, afirmó que el pensamiento crítico y la autorreflexión, así como el desarrollo profesional y personal, dependían de los valores y metas que cada estudiante consideraba importantes. Estudió cuatro áreas a través de ensayos: la reflexión sobre el compromiso, la exploración emocional, el reporte objetivo y el reporte difuso. Los resultados fueron imprecisos con escasas consideraciones profesionales, que expresaban reflexiones en pocos casos maduras o hasta sin reflexión o sin señales de compromiso, por lo que concluyó que este sistema de reportes sólo reflejaba algunas formas de expresión personal [6].
Los puntos de vista de Dobie [7] y Gordon [8] coinciden con los de Niemi en la importancia del pensamiento crítico y la autorreflexión, y consideran, por sus observaciones personales, que los estudiantes de primer ingreso a medicina deberán tener cuidado en sus relaciones interpersonales, su autoconocimiento y su empatía, entre otras situaciones, por las influencias que el entorno ejercerá sobre ellos.
En otro estudio realizado en estudiantes del segundo año de la carrera de medicina, basados en la ‘teoría de la autodeterminación’, se observó que los alumnos pueden ser de dos tipos: los controlados por su ambiente y los que son autónomos. Se aplicaron dos instrumentos a 58 estudiantes: un cuestionario que incluía por qué realizaban ciertas conductas, entre ellas las relaciones interpersonales, la salud personal, la capacidad de afrontamiento (coping) y fracasos; y una escala de tipo Likert formada por 32 ítems, que analizaba sus creencias psicosociales y biomédicas, como su percibida competencia personal, su razonamiento autónomo, sus creencias psicosociales y su relación interpersonal, entre otras, encontraron que los alumnos con conductas y aprendizajes positivos llegaban a tener mayor autonomía en su aprendizaje y desarrollo psicosocial. Se les ofreció apoyo a los estudiantes que lo necesitaran o solicitaran, la ayuda se proporcionó a los alumnos que eran más dependientes de la relación con sus profesores [9].
En un estudio realizado en la Johns Hopkins University School of Medicine, en Baltimore, se encontró que los alumnos consideran el liderazgo una característica de suma importancia en la práctica de la medicina, por lo que se dijo que debería incorporarse en el currículo un programa de entrenamiento en habilidades de liderazgo y de negociaciones en trabajo de equipo e interdisciplinario [10].
Elmore et al implementaron una estrategia de aprendizaje basado en trabajo por equipo con estudiantes de la McWhorter School of Pharmacy de la Stanford University, en Alabama, y observaron que la implementación de esta estrategia favorece el desarrollo de habilidades comunicativas, trabajo en equipo, profesionalismo y aplicación de conocimientos, así como el compromiso de los estudiantes en un aprendizaje más activo [11].
Asimismo, se utilizaron actividades promotoras del aprendizaje colaborativo con estudiantes de la School of Nursing and Midwifery, National University of Ireland, y se encontró que estas actividades permitían desarrollar en los alumnos un mayor compromiso en su proceso de aprendizaje y, por ende, la reflexión sobre su desempeño, un pensamiento más crítico, así como la capacidad de regular su propio aprendizaje [12].
Novack [13] señaló que las escuelas tienen la responsabilidad de ofrecer propósitos y objetivos importantes para su formación mientras sean estudiantes y para su formación profesional de por vida. El autoconocimiento debe ser implantado como una semilla para lograr un mayor desarrollo en los siguientes años.
En el Reino Unido, en investigaciones realizadas con estudiantes de enfermería [14], se observó que sus niveles de estrés y autoestima cambian a lo largo de su entrenamiento, su autoestima mejora y disminuyen sus niveles de estrés, con la presencia de un afrontamiento más efectivo ante las demandas académicas cuando los alumnos cuentan con un programa de apoyo tutorial, a diferencia de los alumnos que no están bajo estos programas. Esto también ha sido descrito por Gammon y Morgan [15], quienes percibieron que estos programas les permiten desarrollar habilidades y conocimientos que mejoran su aceptación y confianza en sí mismos.
Una observación importante es que, en el ámbito educativo, la inclusión de programas que brinden al estudiante estrategias que le faciliten desarrollar adecuadamente su capacidad de autocrítica cobra una gran relevancia porque se ha encontrado que cuando la crítica muy grave de sí mismo continúa en forma habitual, puede constituir un predictor estadísticamente significativo de depresión [16].
En la revisión bibliográfica realizada, se observa que existe una gran variedad de instrumentos que analizan diversas áreas asociadas con el desarrollo personal, pero habitualmente son para áreas específicas, que generalmente necesitan la interpretación de un experto y son poco accesibles para los alumnos. Por lo anterior se determinó crear un instrumento sencillo de autoaplicación, accesible, que permitiera evaluar de manera integral las áreas que se consideraron importantes para identificar el desarrollo y el crecimiento personal de un estudiante de medicina a lo largo de la carrera.
La persona aprende, a través de la consciencia de sí misma, a aprovechar sus posibilidades de pensar, sentir y actuar para:
–Usar el pensamiento libre o autónomo.
–Desarrollar una libertad responsable.
–Tener una salud emocional adecuada.
–Conocerse a sí mismo, reconociendo virtudes y defectos.
–Evaluar lo que quiere conservar, mejorar o cambiar, así como las herramientas para lograrlo.
–Ser quien quiere ser, donde el pensar, el sentir y el actuar sean una unidad.
–Utilizar la propia experiencia, proveniente de la reflexión o de situaciones exteriores que le permitan formarse [17,18].
Durante la carrera de medicina se ha reflexionado poco en la importancia de que el profesor apoye al alumno en la búsqueda de los fines arriba señalados, ya que en general se considera que el alumno debe ser el único responsable de su desarrollo.
Un profesor comprometido puede mejorar las actitudes y el interés del alumno en su formación, así como obtener evidencia de la madurez paulatina del joven en sus relaciones interpersonales dentro y fuera del aula. Pero se requiere contar con instrumentos de medición que el profesor pueda proporcionarle, para que él y el alumno puedan identificar su nivel de desarrollo personal al ingresar a la carrera, así como su evolución a lo largo de ella.
La Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México inició, en su plan de estudios de 2010, la incorporación de las competencias desde el primer año de la carrera. Se definieron ocho competencias, entre las cuales se incluyó el ‘desarrollo y crecimiento personal’. En el perfil de egreso de la carrera de médico cirujano [19] se refiere que el alumno deberá tener las siguientes características que ejercerá dentro de su profesión:
–Plantear soluciones y tomar decisiones con base en el conocimiento de su personalidad para superar sus limitaciones y desarrollar sus capacidades.
–Cultivar la confianza en sí mismo, la asertividad, la tolerancia a la frustración y a la incertidumbre e incorporar la autocrítica y la crítica constructiva para su perfeccionamiento personal y el desarrollo del equipo de salud.
–Reconocer sus alcances y limitaciones personales, admitir sus errores y mostrar creatividad y flexibilidad en la solución de problemas.
–Ejercer el liderazgo de manera efectiva en sus escenarios profesionales, demostrando habilidades de colaboración con los integrantes del equipo de salud.
–Utilizar los principios de administración y mejoría de calidad en el ejercicio de su profesión.
Tomando en cuenta algunos de los estudios publicados, y conscientes de que el ser humano es sumamente complejo y que sería imposible realizar un análisis profundo de todos los aspectos que lo constituyen, se decidió trabajar algunas áreas que los autores consideran importantes, mas no únicas, basadas en las características que se señalan en el plan de 2010, para conocer el avance del alumno en su desarrollo personal.
En el presente estudio, el concepto empleado de desarrollo y crecimiento personal se refiere al progreso de las potencialidades humanas que la persona puede realizar [20]. Se considera que el crecimiento y el desarrollo personal se encuentran implícitos en la formación del profesional de la salud; sin embargo, no está explícita su evaluación en el desarrollo del plan de estudios, por lo que contar con un instrumento de fácil aplicación puede ayudar a superar esta deficiencia.
Por lo tanto, el propósito de este estudio fue lograr un instrumento que incluya las principales áreas que comprenden el crecimiento y el desarrollo personal, y que permita evaluar esta competencia en los estudiantes de medicina durante toda la carrera de una manera útil y práctica para su realimentación.
El estudio se centró en la construcción de 11 escalas que abordan diversos aspectos de la personalidad que influyen de manera relevante en la forma de pensar, sentir, actuar, aprender y relacionarse con los demás, y que determinan el desarrollo y el crecimiento personales, integrados en un solo instrumento de autoevaluación para su fácil aplicación, que se pueda ofrecer a los estudiantes para su seguimiento durante la carrera.
Sujetos y métodos
Previa aprobación del protocolo por el comité de ética de la División de Investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, se llevó a cabo la construcción y la validación estadística de 11 instrumentos con reactivos de tipo Likert para evaluar las variables que dan cuenta del crecimiento y el desarrollo personal de los estudiantes de medicina.
La población de estudio fue de 1.217 alumnos de primer ingreso a la carrera de medicina de la generación de 2013.
A continuación se enumeran las escalas, cada una con la definición conceptual de la variable que evalúa:
–Autoestima. Confianza que se tiene en la capacidad de pensar y de enfrentarse a los desafíos básicos de convivir con otras personas y la forma en que son vistos, es decir, es el valor que se da uno mismo.
–Autoconocimiento y expresión emocional. El autoconocimiento se refiere a la consciencia que la persona tiene sobre sus propias emociones y cómo éstas afectan una situación determinada, mientras que la expresión emocional se refiere a la capacidad del individuo para mostrar sus afectos y sentimientos.
–Compromiso. Capacidad que tiene el individuo de manejarse con constancia en sus actividades personales y profesionales e irlas mejorando. Se refiere, además, a las actitudes y conductas reflejadas en la consecución de lo programado.
–Creatividad. Capacidad que tiene la persona para buscar nuevas soluciones y manejarse con espontaneidad práctica y útil en las situaciones que se le presentan.
–Resiliencia y afrontamiento. Capacidad del individuo para enfrentar problemas que le afectan en forma personal y reponerse de los conflictos emocionales que se le presentan.
–Autocrítica y heterocrítica. Flexibilidad que muestra la persona al evaluar sus perspectivas, actividades y emociones para manejarse con mayor objetividad, considerando, cuando el caso lo merezca, las opiniones de otras personas.
–Perspectiva positiva de la vida (optimismo). Capacidad del individuo de mostrar una actitud favorable ante las diversas situaciones de la vida y actuar en consecuencia.
–Confianza en sí mismo. Convencimiento de que uno es capaz de realizar con éxito una tarea o de elegir el enfoque adecuado para resolver un problema.
–Asertividad-liderazgo. El comportamiento asertivo expresa los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de esa persona de un modo directo, firme y honesto, respetando al mismo tiempo los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones y derechos de otros individuos, lo anterior como parte de las características de liderazgo que puede mostrar.
–Empatía. Habilidad para reconocer y entender las necesidades y los deseos de otros.
–Trabajo y apoyo en equipo, habilidades sociales e interpersonales. Capacidad del individuo para interactuar armónicamente con otros en la realización de actividades productivas.
Después de construir estos instrumentos, a través del método Delphi, fueron sujetos a dos procesos:
–Evaluación de la claridad de contenido: participaron 10 profesionales expertos en redacción.
–Validación de apariencia (face validity): participaron 20 profesores de la licenciatura de medicina externos al proyecto.
Al concluir el proceso anterior, se integraron los 11 instrumentos en un solo cuestionario de autoaplicación, conformado por 84 ítems de escala de tipo Likert, con cinco opciones de respuesta: ‘siempre’ (5 puntos), ‘casi siempre’ (4 puntos), ‘ocasionalmente’ (3 puntos), ‘casi nunca’ (2 puntos) y ‘nunca’ (1 punto).
El cuestionario se aplicó previa aceptación con consentimiento informado por escrito de los estudiantes de primer ingreso, distribuidos en los 31 grupos en que estaban asignados, en horario de clase, considerando los siguientes criterios:
–Criterios de inclusión: ser alumno de primer ingreso a la carrera de medicina, estar presente en el grupo en el momento de la aplicación del cuestionario y aceptar participar.
–Criterio de exclusión: no cubrir alguno de los criterios de inclusión.
–Criterio de eliminación: dejar sin contestar uno o varios reactivos del cuestionario.
Una vez recogidos los datos, se realizaron los siguientes análisis estadísticos:
–Obtención del valor alfa de Cronbach de cada una de las 11 escalas que conforman el cuestionario, con el fin de evaluar la consistencia interna de cada una de ellas.
–Análisis factorial por componentes principales, con rotación Varimax, con la finalidad de evaluar la validez de constructo de cada escala.
Por último, para realimentar a los alumnos con los resultados, se integraron las puntuaciones de cada escala en rangos de valores, que se clasificaron en niveles alto, medio y bajo, los cuales contaban con una explicación sobre lo que significaba que los resultados de cada escala quedaran en uno u otro nivel. En general, cuando las puntuaciones obtenidas quedaban comprendidas dentro del rango del nivel:
Resultados
Del total de la matrícula de primer ingreso a la licenciatura de medicina (n = 1.217), de la generación 2013, en el momento de la aplicación del instrumento se encontraron 1.024 estudiantes, quienes aceptaron contestarlo. De éstos, se eliminaron 76 cuestionarios por estar incompletos, por lo que quedaron 948, que corresponden al 92,6% del total de los participantes. La población incluida en el presente estudio estuvo compuesta finalmente por 600 mujeres (63,3%) y 348 hombres (36,7%), con una edad media de 19 ± 1,4 años.
Después de llevar a cabo el análisis de confiabilidad y el análisis factorial de cada una de las 11 escalas, se eliminaron 11 ítems debido a que afectaban su valor alfa de Cronbach o porque presentaban cargas factoriales menores de 0,4.
Las 11 escalas quedaron finalmente conformadas por un total de 75 reactivos, y se obtuvieron valores alfa de Cronbach que oscilaron entre 0,582 y 0,794; mientras que el porcentaje de varianza total explicada por los reactivos de cada escala fluctuó entre el 39,9 y el 66,2% (Tabla I).
Tabla I Escalas de crecimiento y desarrollo personal (n = 948).
N.º de elementos | Alfa de Cronbach | Varianza explicada | |
---|---|---|---|
Autoestima | 9 | 0,734 | 46,11% |
| |||
Autoconocimiento y expresión emocional | 4 | 0,723 | 58,08% |
| |||
Compromiso | 6 | 0,776 | 47,50% |
| |||
Creatividad | 5 | 0,621 | 39,94% |
| |||
Resiliencia y afrontamiento | 3 | 0,736 | 65,53% |
| |||
Autocrítica y heterocrítica | 7 | 0,624 | 49,15% |
| |||
Perspectiva de la vida (optimismo) | 7 | 0,760 | 42,70% |
| |||
Confianza en sí mismo | 8 | 0,794 | 41,58% |
| |||
Asertividad-liderazgo | 9 | 0,684 | 53,97% |
Empatía | 6 | 0,573 | 62,53% |
| |||
Trabajo y apoyo en equipo | 11 | 0,772 | 52,30% |
Por otro lado, los ítems de las escalas de autoconocimiento y expresión emocional, compromiso, creatividad, resiliencia y afrontamiento, optimismo y confianza en sí mismo cargaron en un solo factor, y los reactivos de las otras cinco escalas cargaron en dos o tres factores, como se define a continuación (Tabla II):
Tabla II Consistencia interna y validez de constructo de las distintas escalas de desarrollo y crecimiento personal (n = 948).
–En la escala de autoestima se formaron dos factores: el primero, con cinco ítems, que se caracterizan por la forma en que se ve a sí mismo el alumno; y el segundo, con cuatro, que se asocian con cómo se ve a sí mismo respecto a otras personas.
–En autocrítica y heterocrítica se formaron también dos factores: el primero, con cuatro ítems, se asocia con la forma en que el estudiante se juzga a sí mismo o cómo actúa cuando es juzgado por los demás; y el segundo, con dos ítems, que se asocian con la crítica positiva de sí mismo o que otros hacen de él.
–En asertividad y liderazgo, los ítems se agruparon en tres factores: el primero, con cuatro ítems, se asocia con la fortaleza de defenderse; el segundo, conformado por dos ítems, muestra la seguridad del estudiante para intervenir aceptando o rechazando diversas situaciones; y el tercer factor, que incluye dos ítems, muestra la capacidad del alumno para manejar adecuadamente situaciones cuando algo no le parece.
–En empatía se formaron dos factores: el primero, con tres ítems, se asocia con la forma emocional en que ve a otras personas; y el segundo factor, conformado por dos ítems, se asocia con la capacidad que posee de entender la perspectiva de otros.
–En trabajo y apoyo en equipo se formaron tres factores: el primero, con seis ítems, indaga sobre cómo interactúa el estudiante con los demás; el segundo, constituido por dos ítems, da cuenta de su apertura para dar y recibir; y el tercer factor, con dos ítems, se asocia con valores y habilidades que se manejan en el trabajo grupal.
Discusión
El desarrollo y el crecimiento personal de los estudiantes de medicina se han considerado una parte fundamental del desarrollo profesional del futuro médico, como lo señalan los estudios realizados por Niemi en la Universidad de Turku en Finlandia y los de Ross et al en Aberdeen, en el Reino Unido. A diferencia de estos autores, la decisión de utilizar un instrumento de autoaplicación con 11 escalas de tipo Likert buscó ayudar a los alumnos a evaluar diversos aspectos dentro de un mismo instrumento, lo que podrá ser utilizado en diversos momentos de su formación, lo que le permitirá ver su progreso a lo largo de la carrera y, cuando sea necesario, solicitar apoyo para mejorar áreas en las que detecte problemas o falta de progreso.
El instrumento valora los aspectos principales del crecimiento y el desarrollo del individuo. No se incluyeron todos los posibles elementos, sino sólo los que se consideraron viables de ser analizados por el propio estudiante y que pueden tener una mayor influencia en su formación y desempeño como futuro profesional.
Así, un adecuado nivel de desarrollo en: la autoestima, es necesario para la integración y el desempeño del alumno en las distintas etapas de su formación académica; el compromiso, se requiere no sólo durante su formación, sino en el momento en que tendrá que atender las diversas situaciones de su labor médica; la creatividad, no implica inventar nuevas técnicas, sino, más bien, comprender y promover ideas que mejoren las situaciones existentes; la autocrítica y la heterocrítica, permite al alumno juzgarse a sí mismo en la justa medida y aceptar que los demás lo juzguen, situación que sucede en la vida diaria y que se complementa con la capacidad de generar una crítica positiva hacia sí mismo y hacia otros, todo lo cual favorece una actitud adecuada del estudiante ante situaciones presentes y futuras durante la interacción humana; la perspectiva positiva que él tiene de la vida, desarrolla una actitud de convicción de sus habilidades para salir adelante en su carrera; y la confianza en sí mismo, permite al estudiante actuar con eficiencia, gracias a la aceptación responsable que tiene de sí mismo.
La dificultad que implica la carrera de medicina, por sus grandes exigencias, enfrenta al alumno ante situaciones que ponen a prueba su capacidad de afrontamiento y de resiliencia, y le brinda la oportunidad de ponerlas en práctica y desarrollarlas para enfrentar situaciones que pueden ocasionarle estrés y, además, recuperarse de ellas.
El médico, con frecuencia, es quien dirige al equipo de salud y, de manera individual, es quien asume las decisiones ante el manejo de un paciente, por lo que un adecuado desarrollo de la asertividad, el liderazgo, la empatía y el trabajo en equipo es esencial en su práctica profesional.
En conclusión, estas escalas pueden utilizarse para favorecer en el alumno un análisis continuo de su evolución durante su carrera y servir como realimentación para mejorar sus actitudes y conductas, con apoyo de sus profesores y otros profesionales, con la vista puesta hacia su futuro profesional; y permitir a la facultad conocer las necesidades de sus estudiantes, con la finalidad de implementar los programas requeridos para subsanarlas y, sobre todo, detectar los casos de jóvenes en riesgo que requieran atención urgente.
A los profesores comprometidos con sus alumnos, contar con instrumentos que les ayuden a conocerlos más les permitirá orientar su formación y buscar apoyos específicos cuando así lo requieran.
Finalmente, se pretende realizar el seguimiento de la cohorte (generación 2013-2018) para corroborar la utilidad del instrumento en la identificación de aspectos predictivos de alguna escala y correlacionar, entre otras variables, el desempeño académico con los resultados de desarrollo y crecimiento personal.