Introducción
El mundo globalizado y tecnologizado ha aproximado múltiples herramientas de la información y de la comunicación al contexto de la formación universitaria. Los estudiantes del siglo XXI han desarrollado habilidades tecnológicas que invitan a los académicos a integrar el uso del mundo virtual en el proceso de enseñanza-aprendizaje [1,2].
Este desafiante escenario educativo ha requerido realizar modificaciones en los planes de estudios de los cursos de pregrado del área de las ciencias de la salud con el fin de dar cumplimiento a uno de los objetivos de la misión académica, como lo es el potenciar y velar por entregar atención segura y de calidad en el cuidado del paciente. Debido a esto, para contribuir a un proceso de enseñanza-aprendizaje de calidad y de excelencia efectiva desde diferentes perspectivas del conocimiento, habilidades, comportamiento y actitud se ha transitado desde un modelo educativo tradicional centrado en la teoría y en el profesor, a la implementación de metodologías activas a través de las cuales el educador debe analizar el contexto social y académico del educando para elegir el método adecuado con el fin de que el estudiante sea el responsable y el protagonista de su propio aprendizaje [3]. De esta manera, las metodologías activoparticipativas tienen como finalidad propiciar una mayor intervención del estudiante en la construcción de su conocimiento. Este tipo de aprendizaje activo está basado en la teoría constructivista y se define por Cambridge International Education como el tipo de ‘enseñanza en el que los alumnos participan del proceso de aprendizaje mediante el desarrollo del conocimiento y la comprensión'. En este proceso, los estudiantes tienen el papel primordial, utilizando estrategias de enseñanza-aprendizaje que se basan en la motivación, la atención y la participación activa, que promueven la autonomía en su proceso de aprendizaje [4]. Diferente es el aprendizaje tradicional, al cual Freeman et al definen como el tipo de aprendizaje en el que el experto facilitador tiene el papel dinámico de exposición continua del conocimiento y el estudiante tiene un papel pasivo centrado principalmente en tomar anotaciones y realizar consultas de manera ocasional durante el proceso de enseñanza-aprendizaje [5].
Entre las metodologías de aprendizaje activoparticipativas (incluidas las de largo alcance) se describen las sesiones de simulación de baja y alta fidelidad, los modelos de aula invertida y los ejercicios de aprendizaje basado en problemas [6,7]. La simulación clínica es una forma interactiva de metodología de enseñanza activa en la cual se utilizan como herramientas determinados modelos simuladores de entrenamiento y la colaboración de actores o personal entrenado para desempeñar el papel de un paciente estandarizado, todo ello en un ambiente controlado en el cual el docente asume un papel de conductor y facilitador, para estimular la autonomía en el proceso de enseñanza-aprendizaje de los estudiantes para que de esta manera todos los involucrados se transformen en coautores de su propio proceso formativo [8]. La clase invertida es un modelo pedagógico caracterizado por el cambio en el orden tradicional de las actividades de aprendizaje: desde una clase-estudio-evaluación a un estudio-evaluación-clase. Este modelo pedagógico innovador tiene un gran potencial para fomentar el desarrollo de la creatividad y el pensamiento crítico, lo que contribuye a la formación de sujetos críticos, reflexivos y autónomos [9,10]. Por último, el aprendizaje basado en problemas utiliza la reflexión a través de la autoindagación de las estrategias de razonamiento y la síntesis de la información sobre un problema o situación, lo que permite la elaboración de hipótesis explicativas que tienen como objetivo la construcción del conocimiento de forma colaborativa [11].
Objetivo
A partir de lo expuesto, y teniendo presente que la elección de las metodologías de enseñanza-aprendizaje puede interferir en el proceso formativo, se plantea el siguiente objetivo: verificar las diferencias existentes entre el aprendizaje de los estudiantes basado en la aplicación de las metodologías activoparticipativas, como simulación clínica, aula invertida y aprendizaje basado en problemas, y el fundado en el paradigma tradicional.
Material y métodos
Esta revisión sistemática fue realizada de acuerdo con las etapas recomendadas por la Colaboración Cochrane, que son: formulación de la pregunta de investigación, establecimiento de los criterios de inclusión y exclusión, localización de los artículos, tabulación de datos, aplicación de criterios de calidad metodológica, análisis de los datos, interpretación de los resultados y obtención de conclusiones [12]. Dicha revisión fue guiada por la siguiente pregunta de investigación: ¿existen diferencias entre el aprendizaje de los estudiantes al aplicar las metodologías activoparticipativas, como simulación clínica, aula invertida o aprendizaje basado en problemas, y el aprendizaje basado en el paradigma tradicional?
Esta pregunta se sustenta en la estrategia PICOR, la que refiere a: Paciente o usuario -estudiantes del área de la salud- (students, health occupations); Intervención -paciente simulado; paciente estandarizado; simulación híbrida; enseñanza mediante simulación de alta fidelidad; entrenamiento en simulación; aprendizaje basado en problemas; aula invertida- (patient simulation; standardized patient; hybrid simulation; high fidelity simulation training; simulation Training; problem based learning; inverted classroom; flipped classroom); Comparación -clase tradicional- (traditional classroom); Resultados -aprendizaje; modelo de aprendizaje de Kolb; modelo de evaluación de Kirkpatrick; evaluación de habilidades blandas mediante el test de evaluación de habilidades blandas- (learning; Kolb's learning; Kirkpatrick model; soft skills test).
Para esta estrategia de búsqueda se utilizaron, como vocabulario controlado, los descriptores seleccionados en inglés del Medical Subject Headings, y en español y portugués, los Descriptores en Ciencias de la Salud. Además, se utilizó vocabulario de texto libre para las palabras no incluidas en el vocabulario controlado, como: hybrid simulation (palabras que hacen referencia a la simulación que utiliza elementos de la clase presencial y el aprendizaje en línea); standardized patient (palabras que se refieren a un individuo-actor que representa una situación de salud o enfermedad ante estudiantes con el objetivo de enseñar o evaluar); Kolb's learning (modelo de aprendizaje que es el resultado de la forma en cómo las personas perciben y luego procesan lo que han percibido); Kirkpatrick model (modelo de evaluación que tiene como objetivo medir el impacto en los programas educativos de formación tradicional); soft skills test (test de evaluación de habilidades blandas) y traditional classroom (clase desarrollada con una didáctica tradicional en la cual el profesor realiza una exposición teórica sobre el tema propuesto, utiliza recursos multimedia y una pizarra, y los estudiantes pueden realizar las preguntas deseadas) [13].
La estrategia de búsqueda en la base Medline fue: ‘students, health occupations' AND ‘patient simulation' OR ‘hybrid simulation' OR ‘standardized patient' OR ‘simulation training' OR ‘high fidelity simulation training' OR ‘problem based learning' OR ‘inverted classroom' OR ‘flipped classroom' OR ‘traditional classroom' AND learning OR ‘Kolb's Learning' OR ‘Kirkpatrick model' OR ‘soft skills'. Esta estrategia de búsqueda fue adaptada para las otras bases bibliográficas.
En los criterios de inclusión, con relación a los sujetos de estudios, se incluyó el aprendizaje desarrollado por los estudiantes del área de la salud mediante las herramientas de paciente simulado, aprendizaje basado en problemas, y aula invertida y tradicional. La elección de los tres modelos de metodologías activas se basa en el criterio de aplicación en las facultades de ciencias de la salud y específicamente en el espacio académico de las autoras, en el cual estas metodologías se han implementado gradualmente. Respecto a la bibliografía, se incluyeron artículos de fuentes primarias, como estudios cuasi experimentales, experimentales y transversales (casos y controles), cohortes (retrospectivas y prospectivas) en español, inglés y portugués, del período comprendido entre 2018 y 2022.
En los criterios de exclusión se eliminaron los estudios de aprendizaje de conocimiento.
La búsqueda electrónica se realizó entre los meses de mayo y junio de 2022 en las bases de datos bibliográficas Medical Literature Analysis and Retrieval System online (Medline), Educational Resources Information Center (ERIC) y Literatura Latino-Americana e do Caribe em Ciencias da Saúde (LILACS), además de las bibliotecas virtual Scientific Electronic Library Online (SciELO).
Después de obtener el resultado de la aplicación de las estrategias de búsquedas en las cuatro bases bibliográficas, se procedió, en primera instancia, a la lectura del título y el resumen con el objetivo de seleccionar de acuerdo con los criterios de elegibilidad (criterios de inclusión y exclusión) y el tema en estudio. Después se procedió a la lectura a texto completo con el objetivo de verificar los elementos para responder la pregunta de investigación. Todo este proceso de identificación, selección, elegibilidad e inclusión de los artículos se realizó mediante la utilización del protocolo Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyse (PRISMA) [14].
Para evaluar la calidad metodológica de los artículos obtenidos del protocolo PRISMA, los estudios con metodología experimentales se evaluaron mediante la escala de Jadad, y los de tipo observacional, a través de la Declaración Strengthening the Reporting of Observational studies in Epidemiology (STROBE) [15,16].
Los resultados obtenidos se evaluaron en cuanto a su aplicabilidad o respuesta a la pregunta de investigación y se presentaron en una tabla que incluye los siguientes datos: identificación del artículo (autores y año), país en el cual se realizó el estudio, población de estudio, tipo de estudio, instrumento de medición y aporte a la pregunta de investigación.
En relación con los aspectos éticos, se respetó la integridad de los artículos y, por ende, no se realizaron modificaciones a los contenidos encontrados.
Resultados
Al aplicar la estrategia de búsqueda, se identificaron en las bases bibliográficas electrónicas Medline (123 registros), SciELO (191 registros), ERIC (148 registros) y LILACS (623 registros) 1.085 artículos, que fueron sometidos al protocolo PRISMA, de cuya aplicación se obtuvieron 16 artículos (Figura). La menor cantidad de registros obtenidos en la base bibliográfica Medline en comparación con las otras bases utilizadas se debe al hecho de que esta base permite una búsqueda avanzada más precisa.
Para evaluar la calidad metodológica de estos 16 artículos, se aplicó la escala Jadad a nueve estudios de tipo experimental y el instrumento STROBE a siete estudios de tipo observacional. Se obtuvieron ocho artículos con buena calidad metodológica: tres artículos con puntuación de 19 y 20 en la escala STROBE [17-19] y cinco artículos con puntuación de 4 y 5 en la escala Jadad [8,20-23] (Tabla I).
Tipo de estudio | Pauta aplicada | Puntuación | |
---|---|---|---|
Ikegami et al, 2017 | Transversal con formación de grupos con muestreo aleatorio con encuestas de seguimiento | STROBE | 20 |
| |||
Raleigh et al, 2018 | Observacional, comparación de cohortes con pretest y postest | STROBE | 19 |
| |||
Almeida et al, 2019 | Estudio cuasi experimental, muestra no probabilística de conveniencia con pretest y postest | Jadad | 4 |
| |||
Soltanimehr et al, 2019 | Experimental con muestreo aleatorio con pretest y postest | Jadad | 4 |
| |||
Herron et al, 2019 | Cuasi experimental comparativo con muestreo | Jadad | 4 |
| |||
Berger et al, 2019 | Experimental prospectivo con un ensayo aleatorizado simple ciego | Jadad | 4 |
| |||
Boostel et al, 2021 | Estudio descriptivo con enfoque cualitativo, comparativo aleatorio | STROBE | 19 |
| |||
Campanati et al, 2022 | Cuasi experimental con enfoque cuantitativo comparativo aleatorio con pretest y postest | Jadad | 5 |
Calidad pobre: < 3.
Estos ocho artículos incluidos para el análisis (Tabla II) tienen las siguientes características: un artículo fue obtenido de la base bibliográfica LILACS [20] y los otros siete de la base Medline. El inglés fue el idioma predominante en las publicaciones y sólo dos se encuentran en portugués [17,20]. En su mayoría, se publicaron en 2019 [20-24], y se realización fue en Estados Unidos [22,25], Brasil [8,17,20], Alemania [21] Irán [23] y Japón [18].
País, población de estudio | Objetivos, tipo de estudio | Instrumento de medición | Aporte a la pregunta de investigación | |
---|---|---|---|---|
Ikegami et al, 2017 | Japón, 120 estudiantes de quinto año de medicina | Comparación de tutoriales de aprendizaje basado en problemas que usan vídeos por pacientes simulados con el aprendizaje tradicional basado en problemas en papel con el objetivo de contribuir al aprendizaje clínico Estudio transversal con muestreo aleatorio conformando 22 grupos de cinco a seis estudiantes cada uno | Escala de calificación de logro de los objetivos (conocimientos, razonamiento, habilidades efectivas de aprendizaje autodirigido, motivación, habilidades de equipo, imaginación y enfoque integral de aspectos psicosociales) Escala de calificación de satisfacción Escala de preferencia | El vídeo tuvo una tasa de logro significativamente más alta que la metodología tradicional para razonamiento clínico (p = 0,042), imaginación (p = 0,001), satisfacción con las sesiones (p = 0,001) y enfoque integral (p < 0,001) Para los otros cuatro ítems de logro (conocimientos, motivación, habilidades efectivas de aprendizaje y de equipo) no se encontró diferencias significativas entre los grupos (vídeo y tradicional) |
| ||||
Raleigh et al, 2018 | Estados Unidos, 146 residentes de medicina | Comparar la evaluación del conocimiento entre una clase didáctica estándar basada en diapositivas, otra con discusión grupal a través de un aula participativa y la tercera con un escenario de simulación práctica de alta fidelidad Estudio observacional multicéntrico de tres cohortes de estudiantes de medicina | Un test para evaluar conocimiento con 15 casos clínicos que incluye respuesta de alternativas | La puntuación media del conocimiento aumentó un 6% en el grupo de clase estándar (n = 47), un 11% en el aula participativa (n = 53) y un 9% en el grupo de simulación (n = 56). Las diferencias en la mejora entre el aula participativa y la simulación no fueron estadísticamente significativas |
| ||||
Almeida et al, 2019 | Brasil, 37 profesionales de enfermería | Comparar la simulación clínica con el aula didáctica tradicional en la adquisición de la autoconfianza Estudio cuasi experimental, no probabilístico por conveniencia con realización pretest y postest a dos grupos: -Grupo experimental: simulación clínica (cinco enfermeros y 13 técnicos de enfermería de la unidad de terapia intensiva) -Grupo control: aula didáctica tradicional (cinco enfermeros y 14 técnicos de enfermería de la unidad de urgencia) | Escala de autoconfianza de Frank Hicks, que evalúa la caracterización profesional y la autoconfianza. La escala varia de 1 a 5 puntos: 1 es nada confiante y 5 es extremamente confiante | El grupo de simulación clínica preintervención se mostró menos autoconfiante (3,4 ± 0,6) al compararlo con el grupo de aula tradicional (3,9 ± 0,7) (p = 0,04). A los 30 días de la intervención, el grupo de simulación mejoró significativamente la confianza para (3,7 ± 0,5) y en el grupo de aula tradicional casi no se modificó de la fase inicial para la final (3,9 ± 0,7 frente a 4 ± 0,9) (p = 0,04) |
| ||||
Soltanimehr et al, 2019 | Irán, 39 estudiantes de cuarto año de odontología | Comparar el efecto de la educación tradicional con la virtual respecto del conocimiento teórico y habilidades de presentación de informes de los estudiantes Estudio experimental con dos grupos aleatorizados: grupo caso, 20 estudiantes (educación virtual), y grupo control, 19 estudiantes (educación tradicional) | Para evaluar el aprendizaje inmediato (al finalizar las clases) y la retención de conocimientos (dos meses después) se aplicó: Prueba teórica Examen clínico estructurado objetivo (OSCE) | La puntuación promedio de notas (GPA) fue 15,64±1,19 en el aprendizaje virtual y 15,14±1,03 en el grupo de aprendizaje tradicional. Los dos grupos no fueron significativamente diferentes en términos de su puntuación GPA (p=0,174) En ambas modalidades de enseñanza, la puntuación media adquirida por los estudiantes los dos meses fue inferior a la puntuación adquirida en la prueba inmediata. No se observó diferencia significativa entre los dos grupos en cuanto a las puntuaciones adquiridas en el examen teórico inmediato ni a los dos meses (p=0,224) La puntuación OSCE promedio en el grupo de educación virtual fue más alto que en el grupo de educación tradicional. Asimismo, en ambas modalidades de enseñanza, la puntuación media a los dos meses fue inferior a la puntuación adquirida en el examen inmediato. No se observó diferencia significativa entre los dos grupos con respecto a las puntuaciones adquiridas en el OSCE inmediato o a los dos meses (p = 0,425) |
| ||||
Herron et al, 2019 | Estados Unidos, 165 estudiantes de enfermería | Comparar el uso de vídeo como parte del aula didáctica con un estudio de caso escrito tradicional desde el punto de vista de la satisfacción, la confianza en sí mismo y el conocimiento de los estudiantes Estudio cuasi experimental con dos grupos: un grupo de intervención (n = 80; caso vídeo) y un grupo control (n = 85; caso escrito tradicional) | Students Self-Confidence in Learning Scale | No hubo diferencias estadísticamente significativas entre los grupos en los niveles de confianza y satisfacción. La satisfacción (p = 0,32) y la autoconfianza (p = 0,95) fueron más altas en el grupo intervención, pero no fueron estadísticamente significativas. El conocimiento adquirido fue mayor para el grupo de simulación de vídeo |
| ||||
Berger et al, 2019 | Alemania, 112 estudiantes de cuarto año de medicina | Comparar la simulación de alta fidelidad con las técnicas clásicas de enseñanza (aulas teóricas y capacitación práctica guiada por un instructor) para evaluar las habilidades de reanimación cardiopulmonar a corto y largo plazo de los estudiantes Estudio de intervención prospectivo, aleatorizado, simple ciego. Grupo de intervención (simulación de alta fidelidad) y grupo control (técnicas clásicas) | Cuestionario con datos empíricos y de la evaluación de la autopercepción de los participantes sobre las habilidades personales | El 51,9% del grupo de intervención cumplía la realización de criterios de reanimación cardiopulmonar frente al 12,5% del grupo control el día de la intervención (p = 0,007). El tiempo de no intervención como marcador de la continuidad de la reanimación cardiopulmonar fue significativamente menor en el grupo de intervención (24%) en comparación con el grupo de control (28,3%; p = 0,007; g de Hedges = 1,55). A los seis meses de seguimiento, el tiempo de no intervención seguía siendo significativamente menor en el grupo de intervención (el 23,7% frente al grupo de control: 31%; p = 0,006; g de Hedges = 1,88), pero no hubo diferencias significativas en los resultados. Se detectó reanimación cardiopulmonar (grupo de intervención: 71,4% frente al grupo control: 54,5%; p = 0,55) |
| ||||
Boostel et al, 2021 | Brasil, 54 estudiantes de cuarto año de enfermería | Comparar la percepción entre la simulación clínica de alta fidelidad y el aula práctica convencional en laboratorio de habilidades Estudio descriptivo de enfoque cualitativo que comparó dos grupos: grupo de aula práctica convencional en laboratorio de habilidades con grupo de simulación clínica | Para evaluar la estrategia de enseñanza se utilizaron tres preguntas: -¿Cómo fue la experiencia de esta aula para usted? -¿Se siente preparado para la primera experiencia clínica con paciente real? -¿Considera que el aula en laboratorio o simulación facilitó su primer contacto con el paciente y por qué? | Ambas estrategias contribuyeron positivamente para la primera experiencia clínica hospitalaria. Sin embargo, la simulación proporcionó una visión crítica reflexiva de las habilidades y deficiencias, y una mayor autoconfianza en comparación con la práctica convencional |
| ||||
Campanati et al, 2022 | Brasil, 60 estudiantes de enfermería | Evaluar la implementación de la simulación clínica en asignaturas de Enfermería en relación con la adquisición de conocimiento Estudio cuasi experimental con enfoque cuantitativo dividido en dos grupos: grupo control (incluye aula teórica y práctica convencional en laboratorio) y grupo intervención (todo lo anterior más la intervención simulada) | Instrumento de desempeño técnico-científico elaborado por los autores (evaluación cognitiva). | El grupo de control tuvo un promedio de 5,3 en el pretest y de 7,3 en el postest. El grupo de intervención tuvo un promedio de 4,7 en el pretest y de 7,7 en el postest. El delta de conocimientos entre los grupos entre el pretest y postest fue de 2 en el grupo control, mientras que en el grupo intervención fue de 3,5, con significación estadística de p = 0,016 |
Con relación al contenido de los estudios, la menor muestra estuvo compuesta por 37 participantes [20] y la mayor por 165 [22], lo que da un total de 733 personas que participaron en los estudios seleccionados, distribuidas en 378 estudiantes de medicina [18,21,25], 316 de enfermería [8,17,20,22], 69 de fisioterapia [25] y 39 de odontología [23].
Según los autores de los estudios, el diseño de ellos fue, en su mayoría, de tipo experimental [8,20-23].
En cuanto a los instrumentos de mediciones de los eventos en estudio, fueron diversos, como test o escalas de medición de conocimientos y habilidades [8,18,19,21-23], y escalas o cuestionarios de percepción de aprendizaje [18,20-22]; dentro de estos últimos, se utilizaron la escala de autoconfianza de los estudiantes en el aprendizaje [22] y la escala de autoconfianza de Frank Hicks [20].
La variable dependiente fue el aprendizaje, que fue abordada en todos los estudios y comparada con la evaluación de la simulación clínica [8,17,20-23,25], con el aprendizaje basado en problemas y con el aula tradicional [18]. En la mayoría de estos estudios se obtuvo un mayor conocimiento con las metodologías activas [8,19,22,23].
El segundo resultado más evaluado fue la confianza en la adquisición de conocimientos, pero sus resultados fueron diversos; así, se tiene que, al comparar la simulación clínica con el aprendizaje tradicional, esta última metodología obtuvo mejores puntuaciones [20]; sin embargo, se obtuvo un resultado contrario en el estudio de Herron y Boostel, en el cual el aprendizaje tradicional obtuvo una puntuación menor al compararlo con las metodologías activas [17,22].
En relación con la variable adquisición de habilidades de los estudiantes, se encontró, en la comparación entre el aula tradicional y la simulación clínica, que el grupo que desarrolló esta última metodología obtuvo en tres estudios mejores resultados a corto y largo plazo, pero no hubo diferencias significativas en los resultados [17,18,21].
Para responder la pregunta de investigación, de acuerdo con los estudios seleccionados, se realizó la evaluación del aprendizaje mediante el análisis comparativo entre ambas estrategias educativas (metodologías didácticas activas frente a paradigma tradicional). Los resultados evidencian que no hubo diferencias estadísticamente significativas en la mayoría de los estudios [18,21-23,25]; sólo un estudio contradice el resultado anterior, pues se obtuvo una significación estadística en la adquisición de conocimientos a favor de la simulación clínica [8].
Discusión
En la mayoría de los artículos se observó una mayor ganancia en la adquisición de conocimientos por parte de los estudiantes que utilizaron metodologías activas para el aprendizaje comparado con el del aula tradicional, pero no se observó un resultado estadísticamente significativo en la comparación entre ambas intervenciones educativas [8,18,21,25].
Esta mayor ganancia, expresada en el logro de una mejor puntuación en conocimientos [24], podría deberse a que las actividades presenciales de simulación se ejecutaron con un acompañamiento directo del docente facilitador, quien retroalimentó y fortaleció los aciertos y, de esta forma, estimuló la reflexión sobre los procesos en los que se erraron, lo que contribuyó a la resignificación de los conocimientos. Esto se sustenta en la teoría del aprendizaje constructivista, como indica Schuman (1996), quien describe que cada persona va construyendo sus ideas por medio de sus propios esquemas mentales y que este aprendizaje puede ser aplicado posteriormente en diferentes contextos [25].
De acuerdo con el modelo de Dale, las metodologías menos efectivas corresponderían a las sesiones magistrales de un profesor o sólo a la lectura frente a las metodologías más efectivas, como las simulaciones, los debates o la revisión de material audiovisual con el posterior análisis reflexivo [26].
Algunos autores, como Boostel, refieren que ambas estrategias (tradicional y metodologías activas) contribuyen favorablemente al aprendizaje; sin embargo, la simulación proporciona una visión crítico-reflexiva de las competencias y carencias, además de una mayor autoconfianza con respecto a la práctica convencional [17].
La falta de significación estadística de estos resultados puede deberse, entre otros factores, a la limitación que se aprecia en la mayoría de los estudios, que es un déficit de instrumentos de medición validados que comparen ambas estrategias educativas. Esta deficiencia se traduce en un desafío investigativo para los equipos docentes [27].
Tras lo expuesto y sustentado por los resultados, se considera que tanto las metodologías activas como la metodología de enseñanza-aprendizaje tradicional deben complementarse, además de considerar que la tradicional (clase teórica) es la base para el total aprovechamiento de las metodologías activas.
Respecto a los artículos, dada la multiplicidad de metodologías observadas en la revisión, es necesario indagar en la correlación positiva de dichas prácticas con los procesos de aprendizaje de manera unitaria e independiente, ya que, si bien se evidencian mejoras en la interacción del aula tradicional con diversas propuestas educativas, estas metodologías siguen vinculadas a la enseñanza a través del aula tradicional, lo que no permite realizar una estimación estadística de su real impacto, debido a que están incluidas como recursos complementarios al trabajo del aula tradicional y no como metodologías independientes.
Tras revisar los artículos analizados, se concluye que los estudiantes tienen un mayor aprendizaje con las metodologías activoparticipativas, pero esta revisión de artículos de fuente primaria, que incluye estudios observacionales y ensayos clínicos, no nos permite dar respuesta a la pregunta planteada con sentido de significación estadística, ya que existe un déficit de trabajos que presentan una metodología sin sesgos de interacción, puesto que la mayoría de los estudios evidencia resultados que muestran la influencia educativa del paradigma tradicional sobre el paradigma activo participativo.