Mensajes clave
Mujeres migrantes tienen una mayor calidad de la alimentación con las estrategias de aculturación alimentaria de separación y evitación.
Hombres migrantes tienen una mayor calidad de la alimentación con las estrategias de aculturación alimentaria de evitación e integración.
Mujeres migrantes alcanzaron su mayor calidad de la alimentación luego de 5 o más años de residencia en Chile.
Hombres migrantes alcanzaron su mayor calidad de la alimentación durante el primer año postmigración.
INTRODUCCIÓN
La migración puede entenderse como el desplazamiento de individuos o grupos desde un estado a otro o dentro del mismo con independencia de su tamaño, composición o causas, mediante el cual personas no nacidas en un territorio determinado llegan a él para establecerse1. El banco mundial, proyecta solo para áfrica subsahariana, Asia meridional y América Latina 143 millones de migrantes para el 20502. En Latinoamérica y el Caribe el número de inmigrantes internacionales alcanzó los 15 millones durante 2020, de los cuales el 78,4% correspondía a inmigrantes intrarregionales3. En Chile la dinámica es la misma, solo entre 2017 y 2019 la proporción de inmigrantes respecto de la población total aumentó de 4,4% a 6,6%4.
El proceso migratorio inevitablemente implica cambios para las personas que migran, estos cambios involucran diversas dimensiones cotidianas como las relaciones sociales, la cultura, la economía familiar, la salud y la alimentación5. En este contexto, hispanos residentes en Estados Unidos, reportaron que, a mayor tiempo de residencia en el territorio de acogida, mayor es el aumento de peso principalmente vinculado a la adquisición conductas no saludables como el tabaquismo, la inactividad física y la selección regular de alimentos hipercalóricos6. En paralelo, asiáticos radicados en Europa experimentaron cambios en su comportamiento alimentario postmigración como el aumento de la densidad energética, consumo de grasas y carbohidratos refinados asociados a riesgo de obesidad, diabetes mellitus tipo 2 y enfermedades cardiovasculares7. Vinculado a lo anterior, el consumo de alimentos de alta densidad calórica y baja calidad nutricional se asoció a ingresos económicos bajos y una menor educación materna6.
En Chile, migrantes colombianos residentes en el norte y centro del país han reportado preferencias alimentarias relacionadas a un mayor consumo de bebidas azucaradas, colaciones hipercalóricas y repetición de plato, en comparación a los chilenos; conductas que, sostenidas en el tiempo pueden decantar en malnutrición por exceso8. El caso del consumo de bebidas azucaradas es particularmente llamativo, cabe destacar que Colombia presenta uno de los menores consumos per cápita de bebidas azucaradas en Latinoamérica, mientras que Chile presenta uno de los más altos9, lo que da indicios de la asimilación del consumo de bebidas azucaradas en el territorio chileno8. Del mismo modo, la evidencia indica que migrantes colombianos presentaron un índice de calidad global de la alimentación (CGA) más bajo que chilenos y que sus compatriotas no migrantes, lo que se tradujo en un menor consumo de alimentos saludables como frutas, verduras, y legumbres, además de un mayor consumo de alimentos no saludables ricos en grasas saturadas y carbohidratos refinados10.
En esta línea cobran importancia las estrategias de aculturación alimentaria (EAA), conceptualizadas como estrategias de modificación conductual relativas al comportamiento alimentario una vez que el migrante entra en contacto con la nueva cultura, y que se concreta en la práctica en cuatro categorías. A) Separación alimentaria, orientada a la mantención del estilo de alimentación característico del territorio de origen y rechazo de estilos de alimentación del territorio de acogida. B) Asimilación alimentaria, orientada a la incorporación del estilo de alimentación del territorio de acogida y la pérdida del estilo de alimentación del territorio de origen. C) Biculturalidad alimentaria, donde coexisten el estilo de alimentación de origen al mismo tiempo en el que se incorporan elementos del estilo de alimentación del territorio de acogida. D) Evitación alimentaria, el estilo de alimentación no responde a las características ni idiosincrasia del territorio de origen ni de acogida11. En este contexto, la asimilación alimentaria ha evidenciado en migrantes hispanos, africanos y europeos residentes en Estados Unidos que, a mayor incorporación de prácticas alimentarias del territorio de acogida, mayor es el aumento de peso12,13. Por su parte, la mantención del estilo de alimentación del territorio de origen favorecería un mejor estado nutricional13-15.
Es importante resaltar que la evidencia respecto del impacto del proceso migratorio sobre la alimentación y salud de inmigrantes es incipiente a nivel mundial y se exacerba si se considera exclusivamente Latinoamérica5. Del mismo modo, las recomendaciones para el estudio y análisis de la relación entre alimentación, salud y migración están orientadas a considerar las características particulares de los grupos migrantes y de los territorios de acogida16.
El objetivo de la presente investigación fue analizar la relación entre la calidad global de la alimentación y estrategias de aculturación alimentarias en migrantes colombianos residentes en Chile. La hipótesis que sustenta este trabajo indica que una mejor calidad de la alimentación se asocia con las EAA de separación e integración.
METODOLOGíA
Estudio de corte cuantitativo, diseño no experimental, descriptivo y correlacional.
Participantes
La muestra total estuvo compuesta por 258 participantes de nacionalidad colombiana residentes en el norte y centro de Chile, la edad promedio fue de 32,8 años (DE=10,8). Del total de participantes 99 (38,4%) fueron hombres y 159 (61,6%) mujeres.
Instrumentos
Escala de estrategias de aculturación alimentarias11: El instrumento está compuesto por 8 ítems distribuidos en dos dimensiones independientes. La primera dimensión corresponde al comportamiento alimentario orientado al origen (CAOO) y la segunda al comportamiento alimentario orientado a la acogida (CAOA). El formato de respuesta es tipo Likert con un rango de 1 a 4, donde: 1) “completamente en desacuerdo”; 2) “en desacuerdo”; 3) “de acuerdo” y 4) “completamente de acuerdo”. A partir del promedio obtenido en cada dimensión y de acuerdo a la estructura ortogonal del cuestionario se obtuvieron las cuatro categorías de estrategias de aculturación alimentaria: Separación alimentaria; Asimilación alimentaria; Integración alimentaria y; Evitación alimentaria.
índice de calidad global de la alimentación17: El instrumento está diseñado para categorizar cuán saludable es el patrón de alimentación. Está compuesto de 12 ítems distribuidos en 3 dimensiones que integran las siguientes características: alimentos saludables (frutas, verduras, legumbres, lácteos), alimentos no saludables (pasteles, galletas y dulces) y tiempos de comidas (desayuno, almuerzo y cena); los resultados se clasifican en “saludable”, “necesita cambios” y alimentación “poco saludable”. Para el procesamiento de la encuesta se asignó un puntaje, siendo el máximo de 10 puntos el ideal según recomendaciones de guías alimentarias y 1 para cuantificar lo menos saludable. El puntaje máximo para las 12 variables es de 120 puntos. Los puntos de cortes que definieron las categorías fueron los siguientes: saludable: 90-120 puntos; necesita cambios: 60-89 puntos; poco saludable: <60 puntos.
Procedimiento
Esta investigación fue revisada y aprobada por el Comité de ética Científica de la Universidad Católica del Norte bajo la resolución 002b-2020. El reclutamiento de los participantes se realizó mediante la técnica de la bola de nieve combinada con un muestreo por conveniencia18. Los participantes residían en la zona norte y centro de Chile. La batería de cuestionarios se diseñó digitalmente. Cabe destacar que, antes de completar los cuestionarios, los participantes debían firmar el consentimiento informado.
Análisis estadísticos
Se utilizó el software estadístico IBM SPSS V24. En primera instancia se realizaron comparaciones de variables categóricas a través de tablas cruzadas a través del test exacto de Fischer puesto que existieron celdas con valores absolutos iguales o inferiores a 5. Posteriormente, se realizaron pruebas de diferencias de medias, T-student y ANOVA según corresponde, previa confirmación de la distribución normal de los datos. Para el análisis de diferencias de medias se utilizaron como factor de agrupación las EAA, el tiempo de residencia y el nivel educativo.
RESULTADOS
De la muestra total el 6,2% contaba con estudios de nivel básico, el 45,7% contaba con estudios medios y el 48,1% con estudios superiores. Respecto del tiempo de residencia el 10,1% llevaba menos de 1 año, el 15,5% entre 1 y 2 años, el 29,1% entre 2 y 5 años, el 45,3% llevaba más de 5 años.
Respecto del análisis categórico de la calidad global de la alimentación (véase Tabla 1) se obtuvo que el mayor número de participantes se encontró en la categoría intermedia de necesita cambios con un 59,3%, seguida de poco saludable con un 25,6% y solo un 15,1% de los participantes alcanzó la categoría de saludable. No se encontró una asociación significativa (p=0,167) entre una mayor calidad de la alimentación y mayor nivel educativo. Tampoco hubo asociación significativa de la CA con del tiempo de residencia cuando se evaluó como variable categórica (p=0,269).
Calidad global de la alimentación | |||
---|---|---|---|
Poco saludable n (%) | Necesita cambios n (%) | Saludable n (%) | |
Nivel educativoa,b | |||
Básica | 5 (7,58) | 10 (6,54) | 19 (2,56) |
Media | 32 (48,48) | 74 (48,37) | 12 (30,77) |
Superior | 29 (43,94) | 69 (45,10) | 26 (66,67) |
Tiempo de residenciac | |||
Menos de 1 año | 9 (13,6) | 14 (9,2) | 3 (7,7) |
Entre 1 y 2 años | 11 (16,7) | 24 (15,7) | 5 (12,8) |
Entre 2 y 5 años | 25 (37,9) | 40 (26,1) | 10 (25,6) |
Más de 5 años | 21 (31,8) | 75 (49,0) | 21 (53,8) |
aBásica es equivalente a primaria y media a secundaria.
bPrueba exacta de Fisher=6.299, p=0,167.
cPrueba exacta de Fisher=7,540, p=0,269.
Respecto de las EAA, la evitación alimentaria fue la estrategia más utilizada (48,1%), seguida de la biculturalidad alimentaria (26,4%), la asimilación alimentaria (16,3%) y la separación alimentaria (9,3%). Si bien no se encontró una asociación significativa entre las EAA, con el nivel educativo (p=0,203) y tiempo de residencia (p=0,462), cabe mencionar que la evitación alimentaria fue la más utilizada en todos los subgrupos, sin excepciones, de nivel educativo y tiempo de residencia en Chile, véase Tabla 2.
Estrategias de aculturación alimentaria | ||||
---|---|---|---|---|
Evitación Alimentaria | Separación Alimentaria | Asimilación alimentaria | Integración alimentaria | |
n (%) | n (%) | n (%) | n (%) | |
Nivel educativoa,b | ||||
Básica | 7 (5,6) | 2 (8,3) | 0 (0,0) | 7 (10,3) |
Media | 63 (50,8) | 11 (45,8) | 17 (40,5) | 27 (39,7) |
Superior | 54 (43,5) | 11 (45,8) | 25 (59,5) | 34 (50,0) |
Tiempo de residenciac | ||||
Menos de 1 año | 15 (12,1) | 2 (8,3) | 6 (14,3) | 3 (4,4) |
Entre 1 y 2 años | 16 (12,9) | 3 (12,5) | 10 (23,8) | 11 (16,2) |
Entre 2 y 5 años | 33 (26,6) | 7 (29,2) | 11 (26,2) | 24 (35,3) |
Más de 5 años | 60 (48,1) | 12 (50,0) | 15 (35,7) | 30 (44,1) |
aBásica es equivalente a primaria y media a secundaria.
bPrueba exacta de Fisher=8,181, p=0,203.
cPrueba exacta de Fisher=8,661, p=0,462.
En la Tabla 3 se pueden apreciar los niveles de calidad de la alimentación de acuerdo a las estrategias de aculturación alimentaria (p=0,266). Si bien no se encontraron diferencias significativas, a nivel descriptivo, destaca que con independencia de la estrategia de aculturación alimentaria el nivel de calidad de la alimentación predominante es “necesita cambios”.
Calidad global de la alimentación | |||
---|---|---|---|
Poco saludable | Necesita cambios | Saludable | |
Estrategias de aculturación alimentaria, n (%) | |||
Evitación alimentaria | 18 (25,4) | 40 (56,3) | 13 (18,3) |
Separación alimentaria | 2 (15,4) | 9 (69,2) | 2 (15,4) |
Asimilación alimentaria | 3 (10,0) | 24 (80,0) | 3 (10,0) |
Integración alimentaria | 14 (31,1) | 24 (53,3) | 7 (15,6) |
aPrueba exacta de Fisher=7,566; p=0,266.
Posterior al análisis categórico de la calidad global de la alimentación se analizaron sus medias por sexo, donde no se observaron diferencias estadísticamente significativas entre hombres y mujeres (F=0,875, p=0,099). Luego, se analizó la CGA en función a EAA, tiempo de residencia y nivel educativo.
Respecto de la relación entre CGA y EAA (Tabla 4) no se encontraron diferencias significativas en hombres (F=1,199, p=0,315) ni en mujeres (F=0,327, p=0,806). Sin embargo, se evidencia que las EAA de evitación e integración presentan una mayor CGA para hombres, en el caso de las mujeres la evitación y separación alimentaria son las que se asocian a una mayor CGA. Cabe mencionar que las mujeres presentaron una media más alta de CGA en todas las categorías de EAA. Al analizar las medias de la CGA respecto del tiempo de residencia, no se encontraron diferencias significativas en hombres, sin embargo, sí se evidenció una asociación positiva y significativa de la CGA y mayor tiempo de residencia en mujeres. Respecto de las diferencias de medias y nivel educacional, no se observaron diferencias significativas tanto en hombres, como en mujeres.
Media | Desviación estándar | Mínimo | Máximo | |||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
H | M | H | M | H | M | H | M | |
Estrategia de aculturacióna | ||||||||
Evitación | 70,6 | 73,3 | 20,5 | 18,6 | 21,5 | 32,5 | 110,0 | 110,0 |
Separación | 62,1 | 73,9 | 20,6 | 16,4 | 34,5 | 43,0 | 92,0 | 102,0 |
Asimilación | 61,7 | 73,1 | 14,4 | 15,8 | 39,5 | 41,0 | 85,0 | 107,5 |
Integración | 70,5 | 70,2 | 17,7 | 17,8 | 32,5 | 34,0 | 115,0 | 112,5 |
Tiempo de residencia en el paísb | ||||||||
Menos de 1 año | 71,8 | 62,1 | 26,9 | 14,4 | 32,5 | 32,5 | 110,0 | 83,0 |
Entre 1 y 2 años | 63,4 | 69,6 | 20,4 | 16,3 | 21,5 | 35,5 | 98,5 | 98,5 |
Entre 2 y 5 años | 68,9 | 69,8 | 18,8 | 18,8 | 36,0 | 33,0 | 115,0 | 107,5 |
Más de 5 años | 69,5 | 76,5 | 16,6 | 16,8 | 36,5 | 34,0 | 103,5 | 112,5 |
Educaciónc (Hombres F=2,653, p=0,076; mujeres F=1,027, p=0,361) | ||||||||
Básica | 56,5 | 73,2 | 28,5 | 9,6 | 21,5 | 61,5 | 115,0 | 88,0 |
Media | 67,1 | 70,4 | 19,6 | 16,5 | 32,5 | 32,5 | 110,0 | 103,5 |
Superior | 71,8 | 74,5 | 16,5 | 19,2 | 34,5 | 34,0 | 103,5 | 112,5 |
aHombres, F=1,199, p=0,315; mujeres F=0,327, p=0,806.
bHombres F=0,554, p=0,646; mujeres F=3,574, p=0,015.
cHombres F=2,653, p=0,076; mujeres F=1,027, p=0,361.
DISCUSIÓN
El objetivo de la presente investigación fue analizar la relación entre la calidad global de la alimentación y estrategias de aculturación alimentarias en migrantes colombianos residentes en Chile. La hipótesis descrita sostenía que una mejor calidad de la alimentación se asocia con las EAA de separación e integración. Estudios previos indicaron que las prácticas alimentarias postmigración han sido asociadas a un peor estado nutricional, menor calidad de la alimentación19,20.
Un primer hallazgo interesante radica en la predominancia de la evitación alimentaria en la muestra total, la evidencia previa en población colombiana residente en Chile describía la evitación como la EAA menos utilizada con un 9,6%11, sin embargo, en la presente investigación fue la más utilizada con un 48,1%. En este marco, la media más alta de CGA en mujeres correspondió a la separación alimentaria, sin embargo, en paralelo la integración registró la CGA más baja con una diferencia aproximada de tres puntos. Por su parte, las medias más altas de CGA en hombres estuvieron en evitación e integración con una diferencia aproximada de ocho puntos. Cabe mencionar que en la evitación alimentaria el individuo no orienta su comportamiento alimentario a la cultura alimentaria del territorio de origen ni de acogida, esto podría responder a la predominancia de estilos de alimentación globalizados donde no hay una clara raíz cultural que otorgue un sentido de pertenencia territorial, como por ejemplo la comida rápida altamente industrializada21 vinculada a la alimentación por conveniencia, donde los criterios predominantes son el bajo costo y la fácil accesibilidad22.
En este caso, mujeres y hombres se enfrentan de formas diferentes a la adaptación o desadaptación alimentaria posterior a la migración; del mismo modo, la calidad de la alimentación evoluciona diferente con el tiempo. En esta línea, se ha reportado un consumo significativamente mayor de granos, alimentos proteicos y comida rápida de hombres sobre mujeres23. Por su parte mujeres hispanas de bajos ingresos con un mayor nivel de asimilación han reportado un menor índice de alimentación saludable, menor consumo de frutas y verduras y menor actividad física12. En este contexto, es importante considerar las diferencias particulares por grupos de alimentos y subgrupos de acuerdo a características sociodemográficas y no exclusivamente el índice total24.
Respecto de la relación entre CGA y tiempo de residencia, las mujeres presentaron un aumento progresivo de la CGA en el tiempo, llegando al punto más alto cuando superaban los 5 años de residencia en Chile; por su parte, los hombres presentaron una dinámica irregular donde su mayor promedio de CGA estuvo entre los 6 meses y el año postmigración. Previamente se ha evidenciado que las prácticas alimentarias postmigración se asocian a un peor estado nutricional, menor calidad de vida y peor estado de salud general19,25. Por ejemplo, mexicanos residentes en Estados Unidos han experimentado un aumento de peso directamente asociado a un mayor tiempo de residencia6.
Por su parte, las medias de la CGA fueron superiores en aquellos participantes con educación superior. Cabe mencionar que las mujeres presentaron medias más altas de CGA en todos los niveles educativos respecto de los hombres. Sin embargo, cuando se han estudiados grupos étnicos la asociación entre la calidad de la dieta y el nivel educativo e ingreso económico no es sistemática y podría deberse a la conservación de dietas tradicionales independientemente de su posición socioeconómica26.
Lo anterior, refuerza las recomendaciones de la evidencia previa respecto de la necesidad de evitar recomendaciones alimentarias y nutricionales estandarizadas sin hacer énfasis en las características particulares de los grupos y subgrupos de migrantes16.
Respecto de las limitaciones de la presente investigación, cabe mencionar que el acceso y participación de población inmigrante es dificultoso ya que comparten características de las denominadas poblaciones ocultas como estar sancionadas socialmente, ser estigmatizadas o encontrarte en situación irregular desde el punto de vista legal27. Por ello se debió optar por un muestreo no probabilístico por conveniencia. Si bien, el tamaño de la muestra no fue muy amplio es suficiente para la realización de los análisis estadísticos.
Por otra parte, se destaca la importancia de estudiar el impacto del proceso migratorio sobre la alimentación de las personas considerando que la inmigración es un fenómeno que seguirá aumentando durante las próximas décadas en América Latina y el mundo en general. Por ende, es urgente contar con antecedentes y evidencia que permitan comprender los cambios a nivel alimentario y sanitario para el desarrollo de intervenciones eficaces y culturalmente aceptables. En esta línea, se aportan elementos que permiten orientar el campo de estudio como la necesidad de comprender características particulares de los subgrupos dentro de la población inmigrante, atender a las diferencias por sexo y tiempo de residencia, y a partir de ello comprender las diferentes formas que tienen los migrantes para enfrentarse al territorio de acogida.
Respecto a proyecciones futuras, se espera incluir otras nacionalidades. La evidencia previa ha reportado diferencias en la alimentación de los individuos en función al país de origen28, por ello es necesario considerar la inclusión de los colectivos migrantes con mayor presencia en territorio chileno. Del mismo modo, es fundamental poder analizar las variaciones a través del tiempo utilizando diseños longitudinales.
CONCLUSIONES
Mujeres y hombres poseen diferentes mecanismos de adaptación o desadaptación alimentaria postmigración, a excepción de la evitación alimentaria. Del mismo modo un mayor tiempo de residencia favorece la calidad de la alimentación en mujeres, no así, en hombres. Es necesario seguir indagando el efecto de otras variables y otros colectivos migrantes.