INTRODUCCIÓN
La imagen de las enfermeras en los medios de comunicación es clave para el desarrollo de esta profesión. Como también sucede en otros ámbitos profesionales, el modo en que se retrata el trabajo de las enfermeras no solo afecta al reconocimiento social1 o a la satisfacción personal de cada una, sino también a la profesión en su conjunto2, Cuestiones como las inversiones públicas en los sistemas sanitarios, la confianza de la población y de los pacientes3, la calidad de los servicios que prestan4),(5 la percepción que tienen de la profesión las propias enfermeras6; la intención de abandonar su trabajo o la demanda de estudiantes que quieran cursar enfermería7 dependen, en gran medida, de la imagen que construye la opinión pública a través de los medios2),(8.
Los estudios que analizan la imagen de enfermería difundida a través de la prensa, la radio, la televisión y las redes sociales han aumentado con el transcurso de los años9. La mayoría comparten un resultado común: la imagen publicada de las enfermeras no se corresponde con la realidad de su trabajo y con la evolución que ha experimentado esta disciplina en las últimas décadas. Como concluyen las revisiones de la literatura realizadas sobre esta cuestión, existe una falta de visibilidad mediática de las enfermeras y, en muchas ocasiones, su imagen se presenta distorsionada, simplificada, estereotipada y no refleja la diversidad, el valor y la riqueza de este trabajo8)-(11.
La última concluyó que en el 40% de los casos esta era negativa y en el 20%, los rasgos eran más negativos que positivos9.
Por lo anterior, resulta relevante seguir analizando de forma pormenorizada y desde ángulos diferentes los problemas que afectan a la imagen de la enfermería y a su representación.
Cuanto más detallado y completo sea el análisis, más contribuirá a que las enfermeras y las entidades que las representan sepan cómo comunicar de manera estratégica su identidad12)-(14. Al mismo tiempo, contribuirá a que los periodistas, publicistas y comunicadores ponderen sus prácticas, conociendo qué evitar y contra qué inercias luchar, para que la imagen que difundan sea coherente o, por lo menos, se aproxime a la identidad de la disciplina enfermera en el siglo XXI15)-(16. Cabe añadir que, a pesar de las múltiples investigaciones realizadas, la identidad profesional enfermera17 tampoco se encuentra consensuada a nivel mundial, por lo que resulta imprescindible que estos estudios partan de una definición previa y concreta que les permita contrastarla con la imagen publicada11)-(13.
Los investigadores que han estudiado este ámbito han diseñado códigos de análisis para aplicar a muestras específicas de noticias, en una única tipología de medio (principalmente prensa escrita) y durante un tiempo determinado9. Antes de la pandemia, solo se identificaron dos estudios cuantitativos que se replicaron en dos muestras temporales distintas con la finalidad de comparar si la imagen había mejorado o empeorado18)-(19.
Por otro lado, no se ha prestado aún la suficiente atención al papel de la enfermera como fuente en las informaciones periodísticas sobre salud. Las fuentes son personas, instituciones y organismos de toda índole que facilitan la información que necesitan los medios para suministrar noticias y tienen una relevancia especial en el periodismo especializado dado que el periodista requiere del conocimiento específico y la credibilidad de los profesionales, así como de su capacidad de contraste y verificación20)-(21. Según el Observatorio de la Comunicación Científica (2008), “el reparto en la utilización de fuentes se disputa principalmente entre las del sector científico-sanitario y las del sector político-administrativo”. Sin embargo, queda por investigar el peso y el papel de los diferentes agentes específicos del sector sanitario, como sucede en este caso, con las enfermeras22.
Por todo lo anterior, en este artículo se pretende analizar y comparar dos muestras de noticias difundidas por los dos periódicos nacionales españoles más relevantes, tanto en formato impreso como en línea, correspondientes a dos años consecutivos: 2019 y 2020. El objetivo es observar qué cuestiones permanecen y qué aspectos cambian con respecto a la imagen que se transmite de las enfermeras en 2019 (en un periodo de normalidad informativa) y durante la crisis sanitaria de 2020, de manera que se pueda evaluar su papel como fuentes informativas. Algunos estudios publicados recientemente confirman que la pandemia ha contribuido a que la sociedad preste una mayor atención a las enfermeras, en parte, gracias al aumento de la visibilidad mediática de esta profesión, que ha sido la primera línea de contención del virus en todo el mundo23)-(25. Sin embargo, ningún estudio ha mostrado aún de forma exhaustiva cómo es esa imagen, si se corresponde con la que tienen las enfermeras y las asociaciones sobre su trabajo, y si las enfermeras han sido escuchadas como fuentes informativas.
En efecto, la literatura científica muestra cómo en tiempos de pandemia los patrones habituales de presentación de noticias experimentan cambios y la información referente a cuestiones sanitarias alcanza su mayor incidencia producto de la naturaleza del agente patógeno, adquiriendo especial protagonismo como fuente informativa y autoridad el personal sanitario y expertos biomédicos26),(27. Teniendo en cuenta que en la crisis COVID-19 el foco mediático se ha puesto en los servicios sanitarios y en sus protagonistas28 esto ha abierto una oportunidad para realizar un análisis de contenido de la información difundida por la prensa con respecto a las enfermeras antes y durante el COVID-19, no solo porque aumentó el volumen de publicaciones27 sino por el mayor impacto que dicha información ha podido tener en la opinión pública23),(29),(30.
OBJETIVOS
Los objetivos específicos de este estudio son analizar si la pandemia ha contribuido en España a: dar mayor visibilidad a las enfermeras en la prensa escrita; reflejar cuáles son las señas identitarias de las enfermeras, su trabajo en el sistema sanitario y su capacitación profesional; y reforzar su papel como fuentes informativas en temas de salud.
El estudio empleará el término enfermeras para denominar a enfermeras y enfermeros de manera conjunta siguiendo la indicación propuesta por entidades asociativas del sector31.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se presenta un estudio cuantitativo exploratorio analítico de corte transversal. Se ha seguido la tradición de los estudios correspondientes a las ciencias sociales sobre la imagen de la enfermería, aplicando en este caso una herramienta de análisis de contenido cuantitativo (instrumento) sobre una muestra de noticias9.
SELECCIÓN DE LA MUESTRA
El análisis se ha centrado en los dos periódicos nacionales españoles de información general con mayor audiencia, El País y El Mundo (2019-2020), cuyas versiones impresas y en línea están muy consolidadas32. De este modo, se sigue la línea de investigación que analiza el contenido de las noticias publicadas sobre las enfermeras en medios impresos de referencia en países como Italia33, Brasil24),(34 o China35, contribuyendo a la discusión científica que ya existe.
A diferencia de otras investigaciones que han buscado la mención explícita en cualquier parte del texto, o que han analizado la presencia de las enfermeras en las noticias de salud8),(910),(11, en este estudio se optó por buscar información en la que las enfermeras desempeñaran un papel relevante, es decir, en la que fueran -o se pudiera esperar que fueran- protagonistas de la información, pauta empleada también en estudios previos33),(36.
Por eso, siguiendo los criterios de relevancia periodística que establecen que el quién (who), junto a las demás 5 Ws (what, when, where, why) deben estar presentes en el primer nivel de lectura de la noticia37, se seleccionaron noticias en las que la enfermera o la enfermería apareciera en el título o subtítulo.
La búsqueda de las piezas informativas se hizo en My news. Usando su buscador avanzado se rescató información que contuviera en el título o en el subtítulo alguno de los siguientes términos: enfermera, enfermero, enfermeras, enfermeros, enfermería, aplicando el operador booleano OR. Se realizaron ocho búsquedas en los cuatro medios -El Mundo, elmundo.es, El País, elpais.com (que recupera también el contenido de El País Semanal- y en dos intervalos cada uno: del 1/1/2019 al 31/12/2019, y del 1/1/2020 al 31/12/2020.
Se descartaron las noticias en las que el término “enfermería” se refería al espacio habilitado para tratar o curar y cuando la palabra se incluía en el término compuesto “auxiliar de enfermería” por ser esta otra profesión diferente en España.
Siguiendo los criterios mencionados, se llegó a un corpus de análisis compuesto por 468 piezas informativas. La figura 1 recoge el flujograma completo de la recolección.
VARIABLES DE ANÁLISIS
Sobre las unidades de la muestra se aplicaron las variables cuantitativas de análisis presentes en un instrumento previamente diseñado por el equipo investigador. El instrumento, a través de 33 variables, permite evaluar la coherencia que existe entre la definición de la identidad profesional de enfermería aportada por la International Society For Professional Identity of Nursing (ISPIN) y la imagen que los medios de comunicación impresos y en línea publican de esta profesión.
El primer grupo de variables busca delimitar aspectos temporales (día de la semana, del mes, mes y año de la publicación) y periodísticos de las piezas informativas (diario, sección del diario, aparición en la portada del diario, género, acompañamiento gráfico, tamaño, página par o impar, publicación en línea y/o impresa y autor). El siguiente grupo de variables explora por una parte el dominio del comportamiento profesional (temática principal de la pieza, actividad principal que desempeña la enfermera, lugar de trabajo de la enfermera, tipo de cuidado o servicio que presta); el dominio del conocimiento (su cuidado/servicio impacta en, la formación de la enfermera es, especialidad de la enfermera); el dominio de liderazgo (primera, segunda o tercera fuente informativa, las enfermeras son fuentes informativas directas, las enfermeras son referenciadas como (de forma anónima, con nombre, con apellido, etc.), las enfermeras hablan con voz propia o colectiva); y el dominio de valores y ética (estereotipos de las enfermeras y negligencias. Paralelamente, otro grupo de variables contextuales: género de la primera enfermera citada, se menciona la pandemia por la COVID-19, la COVID-19 se trata como una guerra y procedencia de la primera enfermera mencionada para evaluar si esos factores pudieron influir en la imagen difundida.
La codificación se llevó a cabo en dos fases. La primera consistió en la codificación de 13 variables formales con 50 piezas informativas. Esta primera fase la codificaron dos investigadoras, alcanzando una alta confiabilidad entre ellas (Inter Coder Reliability o ICR). Dicho indicador se calculó evaluando el porcentaje de acuerdo entre codificadoras y a la vez calculando los coeficientes de fiabilidad más populares (Pi de Scott, Kappa de Cohen y Alfa de Krippendorff), (tabla 1).
La segunda fase consistió en la codificación de las 19 variables restantes de contenido de una submuestra de 31 noticias de las 50 codificadas en la primera fase. En esta segunda fase también se calculó el porcentaje de acuerdo (Kappa de Fleiss, Kappa de Cohen y Alfa de Krippendorff) entre las cinco investigadoras que codificaron las noticias (tabla 2).
El porcentaje promedio de acuerdo fluctuó entre el 70 y 100%, alcanzando una fiabilidad entre codificadores (ICR) alta: el acuerdo entre las cinco codificadoras osciló entre el 0,601 y 1 Kappa de Fleiss (Alfa de Krippendorff = 0,604 y 1 respectivamente), que de acuerdo a la interpretación del índice de kappa de Fleiss de Altman de 1991 califica de bueno y muy bueno38. En este sentido y considerando que el equipo de codificadoras es interdisciplinario -proveniente de la enfermería y de la comunicación- la variable que tuvo menor acuerdo entre codificadoras fue “cuidados o asistencia sanitaria que presta el personal de enfermería”, con un 70,32%. La siguiente variable alcanzó un 82% de confianza, ya siendo calificada de muy buena en la interpretación mencionada38.
Tras alcanzar buenos índices de confiabilidad las cinco investigadoras aplicaron el instrumento de análisis a un total de 468 piezas informativas.
Se realizó un análisis descriptivo de las variables de estudio utilizando frecuencias y proporciones. La comparación de proporciones en función del año se hizo mediante el test de la Chi-cuadrado de Pearson. Para calcular la probabilidad de que la primera fuente informativa fuera un profesional de enfermería, se llevó a cabo un modelo de regresión logística con la variable enfermera/o representante de sindicato, colectivo o asociación de enfermería como variable dependiente y las variables año (2019 v/s. 2020), medio (papel v/s. en línea), servicio que realiza la fuente informativa (paciente/usuario/familia, sistema de salud/contexto organizacional, realiza varios de ellos, la enfermera no realiza ninguna actividad relacionada con la salud, alumnos de enfermería), género de la primera fuente (mujer, hombre, indefinido) y el lugar donde ejerce la primera fuente (hospitalario, atención primaria/colegios/lugares de vacunación, colegios de enfermeras/asociaciones/sindicatos, no se menciona el lugar de trabajo) como variables independientes. Los análisis estadísticos se realizaron con el programa estadístico Stata/SE 15.1. La significación estadística se fijó en un valor p<0,05 a dos colas.
RESULTADOS
VISIBILIDAD DE LA ENFERMERÍA
Al analizar la información que delimita aspectos temporales, se aprecia que de los 468 textos publicados en los dos medios españoles, 364 (78%) corresponden al año 2020. Se observa que durante el año 2020, en plena pandemia de COVID-19, hubo una concentración de publicaciones en los meses de marzo (12%), abril (18%) y noviembre (12%), momentos críticos en los que la cobertura mediática del trabajo de las enfermeras alcanzó su punto máximo (tabla 3).
En consideración a aspectos periodísticos, sobresale El Mundo, con un 67% (n=315). El 65% de los textos totales fueron publicados en los portales electrónicos de elmundo.es y elpais.com (tabla 3) y un 78% (n=365) de las informaciones no fueron duplicadas en los medios de papel y en línea. Además, la sección con mayor cobertura fue la regional, con un 35% (n=166). Del total de las publicaciones, un 63% (n=295) fueron firmadas por un periodista, lo que da cuenta de la relevancia y credibilidad de los contenidos informativos. Sin embargo, solamente un 3% (n=15) de las piezas aparecían en suplementos de fin de semana, lo que indica que hubo poca cobertura con mayor profundidad sobre las enfermeras en prensa (tabla 3). Esto lo corrobora también el hecho de que solo hay 57 (12%) de piezas informativas a página completa en los medios en papel. El hecho de que predomine la página par en papel, un 21% (n= 99), indica que no se abre sección y que no es el tema principal en ese medio, ya que las páginas de la izquierda, las pares al interior de un medio impreso, según la literatura contienen información ya conocida mientras que la derecha (páginas impares) presenta información nueva39.
En relación con el género de las publicaciones, un 61% n=(288) corresponde a noticias, y un 15% (n=71) a reportajes o crónicas (tabla 3). Con relación a la aparición en portadas en los medios en papel, solamente el 0,4% (n=2) aparecieron en la primera página. En un 72% (n=338) el acompañamiento gráfico eran fotografías, de las cuales se observa que solamente en 68 piezas informativas (14%) las enfermeras eran las protagonistas de la imagen publicada ejerciendo su trabajo, siendo superior (15% (n= 72) las fotografías en las que se las retrataba en su vida privada. Además, en un 8,2% (n=38) las fotografías de enfermeras que ilustran las noticias eran imágenes anónimas tomadas de bancos de fotos.
Al analizar la información sobre la pandemia por el SARS-CoV-2 durante el año 2020, de los 364 artículos publicados durante ese año, en 312 de ellos (67%) se mencionó la palabra COVID. En la cobertura de estos artículos se habló de la COVID en términos no bélicos en un 50% (n=236), sin asociarlos a metáforas agresivas, como si fuera una lucha, combate o guerra.
Cabe mencionar el aumento significativo de noticias durante los meses de marzo y abril del 2020 (p<0,000) en comparación con el año anterior. Además, se observa una asociación significativa entre los meses de publicación en los años 2019 y 2020 en cuanto a la cobertura de noticias relacionadas con la enfermería, (tabla 4).
Se confirma una relación estadísticamente significativa entre el medio de publicación en papel y en línea en ambos años (p<0,000), y hubo más publicaciones digitales en el año 2020. La pandemia COVID-19 y las restricciones asociadas pueden haber acelerado esta transición, ya que las personas recurrieron cada vez más a medios de comunicación en línea durante este período (tabla 4).
El uso de términos no bélicos al hablar de la COVID durante el año 2020 es estadísticamente significativo (p<0,000).
QUIÉNES SON LAS ENFERMERAS, SU TRABAJO EN EL SISTEMA SANITARIO Y SU CAPACITACIÓN PROFESIONAL
La primera palabra más utilizada en los artículos fue “enfermera(s)”, con un 54% (n=254). Es relevante mencionar que “enfermero(s)” apareció en un 33% (n=155), siendo este porcentaje mayor en el año 2019, 42% (n=43) frente al 36% (n=38) cuando se nombra a la(s) enfermera(s). En 2020, la(s) enfermera(s) aparecieron mencionadas en primer lugar en un porcentaje mayor de noticias, un 59,34% (n= 216) frente al 30,69% (n=112) de 2019, que menciona a sus pares masculinos (tabla 5). Sin embargo, al analizar el género de la primera fuente enfermera citada, el porcentaje de hombres fue de un 15% (n=16) en el año 2019 y de un 19% (n=69) en 2020, suponiendo un aumento leve no significativo.
Respecto a la formación de la enfermera, destaca que en un 47% de la muestra (en el 2019 un 49% y en el 2020 un 46%) no se especificó la educación y que en el año 2020 solamente en un 3% (n=12) se explicitó que disponen de Grado en Enfermería, sin mencionar el tipo de especialidad que podían tener las profesionales del área.
Dentro de las temáticas principales de las piezas informativas un 30% (n=142) del total de los artículos analizados se corresponden con la situación laboral de enfermería vinculada a la falta de personal, la reivindicación de salarios, la falta de equipos de protección individuales (EPIS) y las muertes de enfermeras por COVID-19 (42% 2019 y 26% 2020). Es importante destacar las pocas noticias publicadas teniendo como temática el ejercicio de la enfermería en su día a día, un 8% en 2019 y un 14% el 2020. A pesar del aumento que se produjo en 2020 los datos reflejan que los medios prestaron más cobertura a las temáticas problemáticas derivadas del contexto del ejercicio de la profesión, que a los resultados que se obtienen al desempeñar su trabajo diario al frente de los cuidados sanitarios. La competencia asistencial con un 37% (n=175), distribuido equitativamente en ambos años (36% el 2019 y 38% el 2020), fue la principal actividad laboral que se les atribuyó a las enfermeras. En segundo lugar, se sitúa la competencia de gestión con un 18% (n=83), la cual casi se duplicó en 2020 (19%) con respecto al 2019 (10%). Finalmente, se sitúa la labor docente, con un 1% (n=5) y la investigadora, con un 0,9%, sin cambios en ambos años.
Es importante destacar que en un 34% (n=162) de los artículos, no se mencionó el lugar de trabajo de las enfermeras. Cuando se mencionó el hospital fue el más común, representando un 32% (n=151). Este resultado está relacionado con la competencia del rol más conocido en enfermería, que es la labor asistencial. Es interesante observar que solo en el 29% (n=136) de artículos, se mencionó que la atención que prestaron las enfermeras estuvo dirigida a pacientes o usuarios en general, y que en un 71% (n=333) no se especificó el tipo de cuidado proporcionado.
En el 68% (n=318) de las publicaciones no se identifica ningún estereotipo, siendo la distribución muy equitativa en ambos años (un 63% en el 2019 y un 69% en el 2020), aspecto muy destacable (tabla 6) debido a que la enfermería, según estudios previos, se asociaba con diversos estereotipos de manera habitual. Llama la atención que en solo en un 5% (n=23) de los artículos (un 1% en 2019 y un 6% en 2020) se perciba al profesional de enfermería como héroe y/o mártir, en una situación de crisis sanitaria por la COVID-19, en la que hubo un gran reconocimiento social hacia la labor y el sacrificio realizado por las enfermeras.
Por otro lado, el análisis de los artículos ha mostrado una asociación estadísticamente significativa entre la primera palabra mencionada (enfermera, enfermero, enfermeras, enfermeros, enfermería) (p<0,000) con el año de la publicación, indicando que se mencionaron más estos términos durante el año 2020. No existe una asociación estadísticamente significativa entre el género de la primera fuente y el año de publicación. Tampoco hay una correlación significativa entre el año de publicación con el lugar de trabajo, cuidados que realiza y la formación del profesional de enfermería.
PAPEL DE LOS PROFESIONALES DE ENFERMERÍA COMO FUENTES INFORMATIVAS EN TEMAS DE SALUD
En un 27% de los artículos la primera fuente fueron enfermeras, presentando un aumento leve no significativo de un 24% en 2019, a un 28% en 2020. Sobresale que del total de la muestra en la que las enfermeras sí fueron citadas como fuentes, en un 42% la primera fuente informativa es un profesional del área 27,35% (n=128) o un representante de ella, destacando que un 15% (n=71) de este porcentaje corresponde a un representante de un sindicato, colectivo o asociación de enfermeras (tabla 7).
Con referencia a las enfermeras (se incluyen también asociaciones y colegios de enfermería y direcciones generales de enfermería), aparecen citadas como fuente informativa directa en un 53% (n=246) de las noticias. En un 38% (n=179) no se atribuye la cita a ninguna enfermera, ni femenino ni masculino, sino a las entidades asociativas (colegios, asociaciones o sindicatos). Con relación al género de la enfermera que se cita de manera directa o indirecta, el 32,48% (n=152) son mujeres; el 18,16% (n= 85) son hombres, y un 11,11% (n=52) representantes de asociación sin especificar si son varones o mujeres.
En referencia a cómo se presenta o identifica a la primera fuente enfermera mencionada, encontramos que en un 35% (n=163), habla en nombre propio y en un 20% (n=93) habla como colectivo, representando a una asociación de enfermería.
Al desarrollar un modelo de regresión multivariado para analizar la asociación entre la primera fuente de información y una serie de variables como son el año, el medio de publicación (impreso o digital), el género de la primera fuente, el servicio que realiza el profesional de enfermería y lugar donde ejerce, se observó que independientemente del año, del medio y el resto de los factores, comparado con la categoría de servicio, se duplica la probabilidad de que la primera fuente enfermera ejerza como representante del sistema de salud/contexto organizacional (trabajo en el Consejo de Enfermería, en asociaciones o en puestos políticos) y que sea un enfermero (OR ajustado de 2,06 y 2,01 respectivamente) (tabla 8).
DISCUSIÓN
La salud, los sistemas sanitarios y sus profesionales no han sido una materia prioritaria en los medios de comunicación en el siglo XX y XXI40. Sin embargo, este campo ha ido adquiriendo más protagonismo y la pandemia por la COVID-19 lo ha consagrado como uno de los temas más cubiertos en el año 2020.
Estudios publicados en las últimas décadas han demostrado que, durante las crisis sanitarias, los ciudadanos dependen en gran medida de la información difundida por las principales organizaciones de noticias. El empleo de diversas fuentes emerge como uno de los elementos fundamentales que moldean la naturaleza de esta información41. Es más, la diversidad y la confiabilidad de las fuentes seleccionadas son factores fundamentales que reflejan el pluralismo informativo en los entornos mediáticos42.
Varios estudios han analizado cómo ha sido la imagen de las enfermeras proyectada por los medios de comunicación durante la pandemia9),(24),(4344)-(47. En esta línea, el presente estudio ha estado orientado a determinar si durante la pandemia causada por el virus SARS-CoV-2 las enfermeras tuvieron una mayor visibilidad, si su identidad fue mejor reflejada y si su papel como fuentes informativas en los medios de comunicación aumentó en comparación al año previo. Los resultados obtenidos reflejan patrones importantes que representan la forma de informar acerca de la enfermería en los medios de comunicación durante los dos años estudiados en España, sumando conocimiento a estudios comparativos similares realizados en países como Corea48 o Turquía49.
Los resultados obtenidos en este estudio confirman que durante el año 2020 hubo un aumento de publicaciones en los medios digitales sobre temáticas de enfermería en comparación al 2019, principalmente, en el momento del confinamiento y en el primer repunte de la pandemia. Estos resultados son concordantes con otro estudio sobre publicaciones en tiempo de la pandemia COVID-19, en el cual los medios digitales copaban la difusión de noticias, frente a la prensa impresa y otros medios27. Fueron, a su vez, en amplia mayoría, informaciones elaboradas por un periodista que firmaba lo que se confirma el interés por elaborar noticias dirigidas a una audiencia específica.
Las pandemias son sucesos noticiosos que pueden favorecer la presencia de las enfermeras en los medios. Estudios previos analizaron cuál fue la imagen de las enfermeras difundidas durante la pandemia de la gripe española50; en la crisis SARS51; o en la del Ébola52),(53. Las investigaciones citadas coincidieron en afirmar que, a pesar del incremento del número de noticias en las que eran mencionadas, en términos generales, la imagen difundida fue inexacta e inadecuada. El análisis de la cobertura sobre la gripe española concluyó que lo publicado no favoreció que mejoraran su imagen social51. En la cobertura del Ébola fueron presentadas como héroes que cuidaban en contextos descritos como bélicos; o como villanas, al incumplir los protocolos establecidos para evitar contagios o al ser rechazadas por la sociedad por ser posibles portadoras del virus52, aspecto que también se reflejó en lo publicado sobre la pandemia del SARS52. A pesar de que en las noticias difundidas sobre el SARS se mostró el liderazgo enfermero en los cuidados, los periodistas se hicieron eco de las barreras que enfrentaban las enfermeras para ejercer su trabajo; de sus preocupaciones y de la escasez de enfermeras, aspectos todos ellos centrados en elementos conflictivos de la profesión.
Estos temas también han sido abordados en la cobertura de la COVID-19 según los resultados obtenidos en este estudio, aunque en un porcentaje mucho menor (42% en 2019 y 26% en 2020). Al igual que en el resto de investigaciones realizadas sobre la imagen de las enfermeras en pandemias, este estudio también concluye que, a pesar de ser más visibles, al quedar su trabajo diario y su contribución al sistema sanitario relegados a un segundo plano informativo, su identidad sigue sin ser bien comunicada y no contribuye a mejorar el conocimiento que la sociedad tiene de esta profesión. Además, entre los hallazgos de esta investigación se encontraron más evidencias que refuerzan dicha afirmación, como una baja cantidad de reportajes y entrevistas sobre enfermería en prensa, siendo las noticias, en su mayoría cortas, y un mayor interés por las hard news que por temas de fondo. Cabe destacar también que la aparición de las enfermeras en portada fue muy baja. El acompañamiento gráfico prioritario eran fotografías en las que las enfermeras no adquirieron un protagonismo destacado, siendo en su mayoría las retratadas en un ámbito privado o de manera anónima. Un estudio posterior a través del análisis de contenido cualitativo sobre estas imágenes podría aportar evidencia que refrende o refute estudios iconográficos como el de Martínez-López que concluyó que las imágenes publicadas por los medios durante la pandemia mostraban a las enfermeras de manera estereotipadas, principalmente bajo el prisma del héroe56. Se confirma, además, que a diferencia de lo que sucedió en los medios de comunicación en otros países45),(55 la prensa española apenas empleó terminología bélica para referirse a la pandemia. Es posible que el esfuerzo de los periodistas por utilizar un lenguaje más neutral y menos relacionado con la guerra o el conflicto, con el objetivo de transmitir información de manera más precisa, menos negativa y más empática haya sido consecuencia del movimiento #ReframeCovid que se inició en España56.
Al analizar si las publicaciones revisadas proporcionaban información acerca de quiénes son las enfermeras, cómo es su trabajo en el sistema sanitario y cuál es su capacitación profesional podemos enfatizar que en más de la mitad de los documentos la primera palabra utilizada fue “enfermeras”. En 2020, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística de España (INE), había 323.915 enfermeras colegiadas, de las cuales 51.691 (15,95%) eran hombres y 222.223 (84,04%) eran mujeres, porcentajes similares a los del 2019 donde el 15,77% eran hombres y el 84,23% mujeres (INE). Aunque la primera palabra utilizada en los artículos fue “enfermera(s)”, con un 54% (n=254), es relevante mencionar que “enfermero(s)” aparecía en un 33% (n=155), siendo este porcentaje mayor en el año 2019, 42% (n=43) frente al 36% (n=38) cuando se nombra a las enfermeras. En 2020, las enfermeras aparecieron mencionadas en primer lugar en un porcentaje mayor de noticias -un 59,34% (n=216) frente al 30,69% (n=112)-. Estos resultados contrastan con los hallados de la investigación de Martínez- Rodríguez que identificó un uso mayoritario del género masculino en las noticias publicadas en la prensa en línea generalista durante el COVID, frente a una prevalencia del género femenino en la prensa especializada43.
Sin embargo, al analizar el género de la primera fuente citada, entre el año 2019 y 2020 es relevante mencionar que el porcentaje de hombres enfermeros aumentó de un 15% a un 19%. Los datos aportados previamente evidencian que el género masculino en la profesión está sobre representado en las noticias publicadas (por mención y como fuente informativa) en una profesión que históricamente ha sido y sigue estando ejercida mayoritariamente por mujeres. Sin poder acceder a la intencionalidad de los periodistas -que se abre a una posible investigación en el futuro- este exceso de representación masculina podría indicar la persistencia de un sesgo sexista masculino o justo lo contrario, un intento de evitar los estereotipos de género57, en este caso para beneficio de los hombres. En cualquier caso, podría contribuir a que se dé visibilidad a los varones que ejercen la profesión, hecho que puede favorecer que más hombres decidan ser enfermeros Dar visibilidad en los medios de comunicación a los cuidados ejercidos por hombres puede ser una buena línea de acción, que sumada a otras iniciativas ya en activo en otros países como la creación de campañas orientadas a reclutar enfermeros58 o el replanteamiento de la formación que se imparte en las facultades incluyendo un enfoque de género masculino58 59)pueden contribuir a reducir los estereotipos asociados a ellos60),(61 y lograr que nuevas generaciones de varones quieran formarse y ejercer esta profesión, contribuyendo con ello a combatir la escasez mundial de estos profesionales62.
Respecto a la formación de las enfermeras, se puede destacar que casi en un 50% de las noticias no se específica la educación recibida y que en un porcentaje bajísimo se explicita que son graduadas, no mencionando el tipo de credenciales superiores que pueden tener: especializaciones, magíster o doctorado. Esta invisibilidad mediática de la cualificación de grado requerida, de las especialidades, másteres o doctorados que pueden obtener puede explicar, en parte, por qué porcentajes significativos de la población española no saben todavía que las enfermeras deben obtener un título universitario para poder ejercer su profesión30. Desde una perspectiva más optimista, se podría interpretar que la palabra enfermera ya remite de manera automática a graduada o titulada en Enfermería, como ocurre con médico o profesor.
Todo lo anterior, unido a la actividad laboral principal mencionada dentro de las funciones del rol enfermero, no presenta diferencias en los dos años revisados. Los resultados obtenidos confirman que la función con mayor visibilidad mediática durante los dos años fue la asistencial, labor que se hace principalmente en hospitales o clínicas. Las funciones de gestión son las segundas más presentes, aunque a gran distancia de las primeras. A pesar de ello es relevante destacar que la evidencia hallada en este estudio permite afirmar que la función de gestión enfermera obtuvo una mayor visibilidad durante la pandemia probablemente debido a la visibilidad por las actividades derivadas de la pandemia en la que el rol gestor de las enfermeras fue esencial. Por último, y con un porcentaje muy pequeño, también son mencionados los roles docentes y de investigación de las enfermeras. Cabe destacar que estos porcentajes son ínfimos, si se tiene en cuenta que ambos poseen una gran importancia en el avance de la disciplina y la formación de las nuevas generaciones de profesionales63. Los resultados obtenidos evidencian que a pesar de que en otros países como Brasil la pandemia ha dado algo más de visibilidad a la investigación enfermera24, en España esta es todavía una asignatura pendiente, tal y como ya concluían estudios previos64.
En el contexto de las temáticas principales de la información, se puede destacar la situación laboral que experimentan las enfermeras, como la falta de personal, la reivindicación de salarios, la falta de EPIS, o las muertes de enfermeras por Covid como se había identificado en otros estudios65. Aunque durante la pandemia estas temáticas siguieron siendo prioritarias, es relevante destacar que, a pesar de las durísimas condiciones laborales que enfrentaron las enfermeras, se redujeron con respecto al 2019. El tema del trabajo desarrollado por las enfermas en su día a día casi se duplicó en el 2020, aunque sigue siendo una cobertura baja, considerando la amplia labor desempeñada por este colectivo durante la pandemia. El trabajo de gestión sigue reflejándose de manera muy minoritaria, pero también se duplicó en 2020.
Con relación al lugar de trabajo de los profesionales de enfermería, el más nombrado por los periodistas fue el hospital, circunscribiendo con ello su trabajo al ámbito hospitalario e invisibilizando otros ámbitos como Atención Primaria, donde trabajan más de 40.000 enfermeras (SNS, 2022). Además, es relevante destacar que en la mayoría de las noticias analizadas no se reflejó información sobre el cuidado holístico que prestan las enfermeras, siendo los cuidados físicos los más presentes. En el análisis se obtiene que menos del 30% de las atenciones realizadas por enfermeras fueron brindadas a pacientes o usuarios, sin que los periodistas llegasen a visibilizar que el trabajo de las enfermeras impacta también en las familias, la comunidad, y en los sistemas sanitarios, entre otras. Esta invisibilidad mediática de los cuidados reales que las enfermeras prestan confirma hallazgos obtenidos en estudios previos66),(67, siendo necesaria una comunicación proactiva por parte de lasenfermeras para revertir esta situación68.
A pesar de que muchos estudios confirman que la imagen publicada sobre las enfermeras está representada con múltiples estereotipos como los de monja, malvada-dictatorial, sexy-tonta, ayudante del médico y héroe, entre otros61),(6970 71)-(72, los resultados obtenidos en esta investigación refutan dicha tendencia al apenas haber sido empleados en las noticias analizadas.
Además, solo en un porcentaje bajo se percibe a las enfermeras como héroes y/o mártires. Estos resultados podrían animar a plantear la hipótesis de que esta última pandemia ha contribuido a difuminar esas imágenes estereotipadas, o tal vez los medios están más mentalizados y prevenidos contra los estereotipos. Así mismo, la ausencia de menciones al heroísmo puede ser consecuencia también de haber eliminado la terminología bélica en este tipo de discursos.
Sin embargo, esta afirmación no está refrendada por estudios que evidencian que en otros países han sido presentadas como héroes, siendo este calificativo peligroso para la remuneración que reciben (al conllevar un pago sentimental) y arriesgada para su salud, tanto física como emocional (ya que un héroe se expone a todos los riesgos sin protegerse frente a ellos y sin poder mostrase vulnerable46),(54),(7374)-(75.
Diversos estudios apuntan a la escasez de fuentes informativas sanitarias en los medios de comunicación (especialmente de enfermeras)18),(19, incluso en época de pandemia22),(45. Sin embargo, estudios realizados en EEUU confirman que pueden aportar información valiosa que enriquece el contenido de este tipo de noticias15.
Al analizar en este caso el papel de los profesionales de enfermería como fuentes informativas en temas de salud, en menos del 30% de las publicaciones la primera fuente fue la enfermera(o). Se constata que ni una situación de crisis sanitaria consigue cambiar la tendencia de los medios de relegar a expertos y profesionales como fuentes de las informaciones de salud20),(21 y se constata que los políticos y fuentes ajenas al ámbito sanitario siguen predominando, como sucede también en otros ámbitos de la salud76 y en otros medios, también durante la pandemia22.
Las asociaciones y colegios de enfermería y las direcciones generales de enfermería son citados como fuente informativa directa de las noticias con más frecuencia, duplicando la probabilidad de ser primera fuente, resultados que confirman que enfermeras que cumplen funciones de gestión y las entidades asociativas tienen más probabilidad de ser contactadas por los periodistas14. Aunque aparece la institución de manera anónima, en muchos casos, también se menciona un representante concreto. Estos resultados confirman el incremento de la visibilidad de esta profesión gracias a las acciones desarrolladas por sus entidades asociativas, línea de acción identificada en otros estudios14),(77),(78. Los resultados obtenidos muestran la relevancia de investigar las acciones comunicativas que activan estas instituciones para diagnosticar y evaluar su eficacia y proponer acciones de mejora, si fuera preciso.
El desconocimiento que tienen los periodistas sobre la profesión enfermera15),(16 y sobre las aportaciones informativas que podrían hacer a sus noticias, unido a la falta de formación de las enfermeras en competencia comunicativa68),(79 o la ausencia en muchos países de un marco deontológico, legal e institucional seguro para que las enfermas puedan ejercer su libertad de expresión80 son las barreras halladas en la literatura para encontrar voces enfermeras en los medios de comunicación.
Estudiar cómo se pueden eliminar dichas barreras abriría posibles líneas de investigación y acción, que podrían contrarrestar las consecuencias adversas de una presencia escasa y poco coherente con la identidad profesional de las enfermeras como la escasez de enfermeras o la disminución de la calidad de los servicios prestados4.
La investigación realizada refrenda que la pandemia ha otorgado una mayor visibilidad mediática a las enfermeras, y en parte ha mejorado la coherencia entre algunos aspectos de su identidad profesional y la imagen publicada, al otorgar por ejemplo un mayor protagonismo a su rol como gestoras sanitarias y a su trabajo diario. Algunos estudios ya confirman que la imagen que la sociedad tiene de las enfermeras ha mejorado gracias a la pandemia y que la información difundida en los medios ha sido uno de los factores que ha contribuido positivamente a ello23),(29),(30. Sin embargo, como apuntan algunos autores, es necesario que las enfermeras y todas las instituciones que las representan sigan trabajando para que lo logrado no decaiga25),(81.
Es importante tener en cuenta que este análisis se ha basado en una muestra específica de artículos publicados en los dos periódicos de mayor tirada nacional de España y que no abarca la totalidad de la cobertura de otros medios publicada sobre la enfermería durante los años 2019 y 2020. El estudio se vio condicionado en primer lugar por el análisis limitado a dos años, reduciendo el tamaño de la muestra, y reconociendo la importancia de incrementar los años de recolección. En segundo lugar, dada la temática, sería relevante estudiar empleando la misma metodología la imagen difundida por la prensa en otros países, para saber si la realidad española se replica en otras naciones. Por último, sería relevante considerar el desarrollo de otros estudios cuantitativos longitudinales que den cuenta de la trayectoria de la identidad de la profesión de enfermería, así como de estudios cualitativos que permitan indagar en la experiencia, significado y papel que tienen las enfermeras como fuentes informativas en temas de salud por parte de los periodistas.
IMPLICACIONES PRÁCTICAS
Este estudio aporta valiosos conocimientos al ámbito sanitario y destaca la importancia de la visibilidad mediática de las enfermeras durante situaciones de crisis sanitaria. La mejor comprensión de su rol y la valoración adecuada de sus competencias pueden contribuir a fortalecer la imagen profesional de las enfermeras en la sociedad. En cuanto a la investigación y la formación en enfermería, este estudio sugiere la necesidad de desarrollar programas de formación que incluyan competencias en comunicación y manejo mediático, lo que permitirá a las enfermeras estar mejor preparadas para interactuar con los medios de comunicación, permitiéndoles desempeñarse como fuentes informativas competentes y creíbles. Además, subraya la relevancia de fomentar investigaciones que analicen la representación de las enfermeras en los medios y sus efectos en la percepción pública.
La presencia mediática de las enfermeras ha aumentado en 2020 con respecto al 2019; también se ha incrementado la presencia de las enfermeras y sus asociaciones como fuentes informativas, si bien falta evidencia científica con estudios longitudinales que analicen este fenómeno en distintos países. Aunque ha aumentado el número de noticias donde se muestra el trabajo diario de las enfermeras, esta temática es todavía escasa y sigue sin visibilizar el trabajo concreto (qué hacen, especialidad, dónde trabajan…) y sin ser fuentes principales de las noticias de salud en las que se las menciona. Lo que ha mejorado notablemente es la ausencia de estereotipos para representarlas y la presencia de hombres enfermeros visibles en la prensa, a pesar de que son un género minoritario en la profesión Al analizar esta crisis sanitaria, es paradójico que, siendo una situación crítica, las enfermeras que son uno de los pilares del sistema de salud, no hayan ejercido de una manera más notable su rol como fuente informativa. Podemos comprobar que los problemas de siempre siguen ahí, es decir, a pesar de que la visibilización en términos de número de noticias ha mejorado, sigue siendo un desafío el reflejar quiénes son las enfermeras, en qué consiste su trabajo en el sistema sanitario, cómo se desarrolla su capacitación profesional y el liderazgo que ejercen en la prestación de cuidados.
Tras realizar este estudio se ha identificado que el papel que las enfermas pueden ejercer como fuentes informativas sanitarias es un campo poco investigado hasta el momento que puede ser de gran utilidad para la enfermería, los periodistas y la sociedad en su conjunto. Queda trabajo por realizar, difundiendo que las enfermeras están muy bien formadas y cualificadas, trabajando no solo en hospitales y con pacientes, sino en la prevención de la enfermedad y promoción de la salud, la investigación y la docencia, entre otras funciones.