Introducción
El kick-boxing es un deporte de combate, cuyo origen está en Japón, y fue desarrollado en occidente. Consiste en la combinación de técnicas que utiliza el boxeo y técnicas de distintas artes marciales que aplican las patadas1. Es un deporte de contacto total, donde dos luchadores lanzan golpes tanto con las manos como con los codos, las piernas y los pies, desde una posición de bipedestación2,3.
Se practica descalzo sobre suelo blando, de goma EVA (etil vinil acetato), llamado tatami, con el cual se busca proteger a los deportistas, dar amortiguación y estabilidad, además de aportar las propiedades antiderrapantes necesarias para una buena ejecución de los distintos gestos deportivos4. Por ello, es fundamental tener en cuenta la importancia que tiene la articulación tibioperonea astragalina a la hora de realizar deporte, ya que es la responsable de que se produzca una adaptación al tatami5. Es por ello que es muy importante tener buen grado de flexibilidad, fuerza y estabilidad en la articulación del tobillo para que las cargas puedan ser derivadas de forma adecuada, evitando así lesiones6.
Los practicantes de kick-boxing tienden a utilizar más la musculatura de la región anterior que la de la región posterior, lo cual es importante a tener en cuenta, ya que la mayoría de las técnicas están asociadas a este gesto deportivo, lo que puede dar lugar a un acortamiento, daño y desequilibrio de la musculatura 7,8,9.
Dentro de los problemas que podemos encontrar con mayor frecuencia en el pie y el tobillo de los luchadores, en general tenemos: callosidades (59 %), contractura del gastrocnemio (57 %), deformidades en los dedos de los pies (49.35), heridas (10 %) y dolor del talón (9 %) 10,11. La zona más común de hiperqueratosis es el antepié (77.5 %), en el primer metatarsiano plantar (55.3 %) y en el dedo gordo del pie (33.3 %)11,12. Sin embargo, existen pocos estudios que traten de cuáles son las lesiones más frecuentes en la práctica del kick-boxing y la asociación que hay con los años que practican dicho deporte.
Por lo tanto, el presente estudio surge del interés de identificar las lesiones más frecuentes derivadas de la práctica del kick-boxing respecto al sexo y los años que se lleve practicando dicho deporte.
Pacientes y métodos
Diseño de estudio
Se plantea un estudio transversal que valore la relación entre distintas variables, un estudio descriptivo que mida de forma simultánea estas variables y un estudio observacional, ya que nos basamos en la observación y en el análisis de las distintas variables contempladas en los sujetos.
Población de estudio
La muestra la componen 37 sujetos de diferentes centros de Extremadura donde se practica kick-boxing. Son considerados criterios de inclusión acceder de forma voluntaria a la realización del estudio, encontrarse federado por la FEKM (Federación Española de Kick-boxing y Muaythai), que entrenen al menos 3 horas a la semana y llevar al menos más de un año practicando kick-boxing.
Como criterios de exclusión se consideran: la renuncia a la firma del consentimiento informado o que decidan abandonar el estudio antes de que este haya llegado a su fin. Además, se excluyen aquellos sujetos que tengan menos de 18 años, presencia de esguince de tobillo y dolor latente al realizar la exploración.
Mediciones del estudio
La recogida de datos se llevó a cabo a través de un cuestionario diseñado para tal fin. Se trata de un breve cuestionario anónimo, al que se le asigna un número a cada participante. Se recogen datos sociodemográficos, antropométricos y podológicos, como la valoración muscular y tendinosa del tibial anterior, tibial posterior, peroneo lateral largo y peroneo lateral corto, y valoración del ligamento peroneo astragalino anterior. Previamente a la exploración los sujetos, se les explicó en qué consistía el estudio y se les pidió que autorizaran su participación.
Se realizó la exploración para la valoración muscular de peroneos, tibial anterior, tibial posterior, así como de los tendones de los mismos, y valoración del ligamento astragalino anterior, conforme al protocolo establecido y validado por Billis y Katsakiori 13. Para ello, los pacientes deben estar descalzos en sedestación con las piernas estiradas y los pies por fuera de la camilla. La exploración muscular se llevó a cabo por un solo explorador, en tres ocasiones distintas, separadas en el tiempo entre sí por cinco minutos, evitando así el sesgo intra-explorador.
Una vez anotados todos los datos de los sujetos y las distintas valoraciones procedentes de la exploración, se inicia el análisis de los valores resultantes.
Análisis estadístico
La valoración de datos ha sido realizada a través del sistema informantico SPSS versión 22.0 (IBM SPSS Statistics for Windows, Version 22.0. Armonk, NY: IBM Corp.). El análisis descriptivo de las variables cualitativas calculó la frecuencia y mediana. Para la asociación de variables cualitativas se utilizó Chi cuadrado y V de Cramer para evaluar el efecto de la asociación, en el cual un nivel de p < 0.05 fue considerado estadísticamente significativo. Para las variables cuantitativas se calcularon las medias y desviaciones estándar de las variables para su análisis descriptivo. Las pruebas no paramétricas empleadas fueron prueba de rango de signos Wilcoxon, Shapiro-Wilk y Prueba U de Mann-Whitney.
Resultados
Con respecto al sexo, 25 de los sujetos fueron hombres (67.57 %) y 12 fueron mujeres (32.43 %), observándose cierto equilibrio entre ambos sexos, (p valor 0.033, prueba de Chi cuadrado). Con respecto a la edad, la media de edad de la muestra fue de 27.30 ± 7.257, siendo el mínimo de edad 18 años y el máximo 47 años. Todos los sujetos pertenecientes a centros federados se vinculan al estudio de forma aleatoria, previa decisión propia a participar en el mismo, tras la firma del correspondiente consentimiento informado. Sí se obtiene diferencias significativas en la muestra de estudio con respecto a la edad (p valor 0.002, Prueba Shapiro-Wilk). Asimismo, no se observan diferencias significativas para el sexo por edades (p valor 0.835, Prueba U de Mann-Whitney). La media de edad en hombres es de 26.96 ± 1.43, frente a la media de edad 28.00 ± 2.23, que presentan las mujeres.
Casi el 60 % de los sujetos han padecido alguna vez una lesión (Figura 1). Las lesiones más frecuentes son: Otras (laceraciones, queratopatías, deformidades de los dedos de los pies y roturas de hueso) seguida de los esguinces y las contusiones y, en menor medida, las tendinopatías (Figura 2).
Las pruebas que estudian el dolor de las lesiones del pie fueron para valorar: tendones del peroneo lateral corto (DTTPLC), tendón del tibial posterior (DTTP), tendón del tibial anterior (DTTA) y ligamento peroneo astragalino anterior (DLPAA), las cuales se realizaron en ambos pies (pie derecho y pie izquierdo). Primeramente, se ha comprobado que las pruebas realizadas no siguen un modelo normal, por lo tanto, se opta por hacer pruebas estadísticas no paramétricas (p valores menor a uno por mil en prueba de Shapiro-Wilk).
Se considera que, tanto la exploración del tendón peroneo lateral corto y tibial posterior tanto en el pie derecho como en el izquierdo, no se observan diferencias estadísticamente significativas (p valor > 0.05, Prueba Wilcoxon). Donde sí se encontró significación estadística entre pie derecho e izquierdo fue en la exploración del peroneo astragalino anterior y el tibial anterior (Tabla 1).
En general, el comportamiento del pie en el kick-boxing se comporta parecido tanto en hombres como en mujeres (p valor, es 0.711, prueba Chi cuadrado), con un tamaño del efecto del 14 % (V de Cramer). Un 35 % en los hombres frente al 22 % en mujeres la aparición de lesiones (Figura 3).
Los años de la práctica del kick-boxing tiene una asociación altamente significativa con la presencia de lesiones (p valor = 0,005), por lo que cuanto mayor sea el número de años practicando dicho deporte, mayor probabilidad de lesiones (Figura 4).
Discusión
Con respecto al objetivo general marcado donde se propone identificar las lesiones más frecuentes en el pie derivadas de la práctica de kick-boxing, y de acuerdo a lo descrito por otros autores como Slimani y cols., en el año 201714, las laceraciones y las fracturas forman parte de las lesiones más frecuentes en los kick-boxers. Por otro lado, en esta investigación hemos comprobado que las queratopatías, las fracturas y las deformidades de los dedos están dentro de las lesiones más frecuentes en los sujetos que practican kick-boxing, lo cual comprenden y afirman autores como Vormittag y cols., en los años 2009 y 2015, respectivamente 15,16. Además, al igual que lo propuesto por Romain y cols.17, también encontramos que las siguientes lesiones más comunes son los esguinces y las contusiones, y en menor medida las tendinopatías.
Tras comprobar los resultados, se observa que no hay diferencias significativas en la aparición de lesiones entre el sexo femenino y masculino, pudiendo estar esto directamente relacionado con el menor número de mujeres (n = 12) seleccionadas para este estudio, frente al número de hombres (n = 25). No podemos establecer discusión al respecto con lo mencionado con otros autores, debido a la inexistencia científica de publicaciones que versen sobre el tema tratado en este objetivo hasta la fecha.
Los resultados del presente estudio demuestran que hay una diferencia significativa entre la aparición de lesiones frente a los años practicando kick-boxing, siendo esta más probable en los kick-boxers que llevan más años de práctica.
Esto podemos contrastarlo con lo versado en otras publicaciones científicas por los autores Gartland, MH Malik y YO Lovell, donde se observan diferencias entre la aparición de lesiones y el tipo de lesiones en los kick-boxers profesionales y aficionados con los principiantes, siendo más probable en los profesionales y aficionados, además de ser estas de mayor aparición en el miembro inferior 18,19. Esto está directamente relacionado con el tiempo que llevan practicando estos sujetos dicho deporte.
El presente estudio cuenta con algunas limitaciones y es por ello que los resultados deben ser empleados con precaución a la hora de extrapolarlos sobre las distintas razas, ya que esta investigación se centra en la población extremeña, siendo importante destacar que pertenecen a la raza caucásica. De igual forma, hay que ser cautelosos con la interpretación de los resultados en base al tamaño muestral. Si se plantea hacer extensivos los resultados obtenidos en comparación con los posibles extraídos de una muestra mayor, es posible que puedan variar.
Independientemente de las limitaciones encontradas, es necesario destacar las fortalezas de dicho estudio, donde se destaca que es una investigación pionera de las lesiones que aparecen en el pie en los sujetos que practican kick-boxing, lo cual puede servir para iniciar nuevas líneas de investigación que permitan corroborar lo aquí presente e indagar y profundizar en el tema ampliando la literatura científica al respecto.
Por lo todo ello, se concluye que los resultados para el presente estudio determinan que las lesiones más frecuentes en el pie derivadas de la práctica de kick-boxing son las queratopatías, los esguinces, las contusiones y, en menor medida, las tendinopatías. Que el comportamiento del pie en el kick-boxing es igual tanto en hombres como mujeres, y que cuanto mayor sea el número de años practicando kick-boxing mayor es la probabilidad de presentar lesiones.