Introducción
La transición epidemiológica del siglo XXI se está produciendo en estos años iniciales del presente siglo. A pesar de las expectativas en erradicar las enfermedades transmisibles, siguen siendo un problema socio-sanitario de primera magnitud.
Las enfermedades infecciosas son una amenaza para la salud pública en países de todo el mundo, con independencia de su grado de desarrollo social, económico y sanitario. Factores sociales, tecnológicos y de medio ambiente favorecen la aparición de nuevas enfermedades y el retorno de enfermedades antiguas.
La tuberculosis (TB) en España es una enfermedad endémica, considerada actualmente como enfermedad infecciosa reemergente, continúa siendo un importante problema de salud pública, con amplia variabilidad entre países y un gradiente de incremento de la incidencia de oeste a este en los últimos años motivado por las altas tasas de TB resistente y multirresistente, es la primera causa de muerte en adultos contagiados de un solo agente infeccioso, siendo una enfermedad de declaración obligatoria (EDO)1.
El reservorio más importante de la enfermedad tuberculosa es el hombre sano infectado, el Mycobacteriúm tubercolosis está presente en su organismo de manera latente, sin presentar ningún síntoma, es lo que conocemos como Infección Tuberculosa Latente (ITL). Se estima que hasta la cuarta parte de la población mundial está infectada con Mycobacterium tuberculosis2. Entre un 5-10% de las personas con ITL desarrollaran la enfermedad activa durante su vida3, habitualmente en los cinco primeros años, es cuando se convierte en fuente de infección4.
La alta incidencia estimada para la TB depende principalmente del reservorio de individuos con ITL5. El Plan global para detener la TB 2006-2015 destaca la necesidad de pruebas diagnósticas precisas, simples y de bajo costo. Para alcanzar una reducción del 90% en la tasa de incidencia para 2035 la OMS recomienda la prueba y el tratamiento preventivo de la ITL en grupos de alto riesgo3.
Las opciones de prueba actuales para la ITL incluyen la prueba de la tuberculina convencional (PT) y los ensayos de liberación de inferteron gamma, introducidos más recientemente. La PT se ha utilizado durante 100 años para el diagnóstico de la ITL. Los antígenos Mycobacterium tuberculosis inmunodominantes específicos han llevado al desarrollo de ensayos de liberación de interferón gamma, que han demostrado tener una alta sensibilidad y especifidad6. El Quantiferon (IGRA: Interferón-gamma Relase-Assay) es un ensayo que mide la liberación de interferón gamma por células T específicas de antígeno en respuesta a la estimulación in vitro por antígenos de Mycobacterium tuberculosis. La principal ventaja con respecto a la tuberculina es que no hay reacción cruzada con la mayoría de las micobacterias no tuberculosas y, a diferencia de la PT, los IGRA no reaccionan de forma cruzada con la vacuna M. bovis bacillus Calmette-Guérin (BCG) y los estudios sugieren que se correlaciona mejor con el riesgo de TB7. Sin embargo, los IGRA comparten algunas de las limitaciones del PT, ninguno puede distinguir de manera confiable la ITL de la TB activa, ni tienen un valor predictivo positivo adecuado para la progresión a TB activa8.
Las personas que trabajan en el ámbito sanitario se encuentran expuestos a múltiples riesgos laborales siendo el más prevalente la exposición al riesgo biológico. Se puede considerar como susceptible de infección de TB a todo trabajador que se exponga a un enfermo bacilífero sin las medidas de prevención adecuadas, en general se requiere un contacto intenso y prolongado.
Los centros sanitarios son lugares de trabajo en los que la atención a enfermos tuberculosos no es infrecuente, por lo que los trabajadores podrán estar expuestos al riesgo de TB, sobre todo en el lapso de tiempo que transcurre hasta que se hace el primer diagnóstico (ya sea de sospecha o confirmado), se instaura el tratamiento y se adoptan las medidas preventivas adecuadas. La TB, cómo riesgo biológico, está clasificada en el grupo 39 y es considerada como enfermedad profesional si el contagio ha sido en el desempeño de las funciones del trabajo10.
Diferenciaremos la enfermedad tuberculosa activa que presenta manifestaciones clínicas y es fuente de contagio, de la Infección Tuberculosa Latente (ITL): estado de respuesta inmune persistente a la estimulación por Ag de Mycobacterium Tuberculosis sin manifestaciones clínicas, no siendo fuente de contagio.
En el control biológico del examen inicial de salud, debemos establecer si el trabajador es portador de ITL para, en caso de ser positivo, indicar el seguimiento y, si precisa, llegar a plantear la quimioprofilaxis, y para diferenciarlo de un posible contagio posterior con motivo del trabajo.
Objetivos
Se plantea un análisis epidemiológico retrospectivo descriptivo de la utilización secuencial de las pruebas de tuberculina, mediante la técnica de Mantoux / efecto Booster, y determinación sanguínea de Quantiferon realizadas.
Objetivo general estimar la validez del Mantoux / Booster y Quantiferon como pruebas diagnósticas de la ITL. Objetivo específico definir los casos diagnosticados como ITL.
Material y Métodos
Revisión y recogida de datos de las historias clínico-laborales del personal de nueva incorporación, que alcanza un número de 1537 trabajadores, de las diferentes categorías, del Área de Salud de Zamora, durante los años 2018, 2019, 2020 y 2021, se importan a una base de datos y se realiza un estudio descriptivo cualitativo y cuantitativo de los mismos. En todo caso guardando la confidencialidad de los datos conforme establece la Ley de Prevención de Riesgos Laborales11 y las normas éticas.
Resultados
Refieren vacunación previa (BCG) 36 casos, resultando Mantoux / Booster positivos 19 y Quantiferon positivo 12, que todos se incluyen en la distribución general. La distribución de las pruebas realizadas la vemos en la Tabla 1.
De los 1537 trabajadores sometidos a PT son tuberculina positivos: 448, el 29’1%, Figura 1; a los que se realiza la determinación de Quantiferón siendo positivos el 34’8%; Figura 2.
Lo que significa que de los trabajadores estudiados (1537), diagnosticamos 159 casos de ITL, el 10’3%, Figura 1 y Figura 2.
Discusión
Se indicará seguimiento a los trabajadores Quantiferon positivos para descartar enfermedad tuberculosa y/o, si precisan quimioprofilaxis, según grupo de riesgo (recomendaciones SEPAR: grupo de trabajo TIR -tuberculosis e infecciones respiratorias-).
Los que no realicen quimioprofilaxis, al menos, estarán en expectativa de posible desarrollo de tuberculosis activa.
Tendremos una base para la determinación de contingencia ante un desarrollo de tuberculosis activa sin un contacto previo definido.
A los 289 trabajadores PT positivos, pero Quantiferon negativo, se les evita el tratamiento quimioprofiláctico (6-12 meses de tratamiento y posible hepatotóxicidad).
Se podría plantear realizar a todos los trabajadores directamente el Quantiferon, debemos recordar que gestionamos recursos humanos, materiales y económicos.