Introducción
La problemática de la accidentalidad en el mundo goza de interés en los temas de gestión empresarial, no sólo por los costos visibles e invisibles de la misma, sino por las dificultades de reorganización de personal que acarrean las ausencias laborales no programadas del personal que se accidenta1,2 Estudios recientes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indican que por año mueren más de dos millones de personas por accidentes laborales, esta cifra ha crecido de 2,33 millones en el 2014 a 2,78 millones en 20173,4.
Por su parte, la Organización mundial de la Salud (OMS), destaca la prevención para riesgos conocidos, pero en la actualidad se cuenta con un creciente número de riesgos emergentes, que no tienen el mismo margen de intervención4,5. De igual manera, se calculó que entre el 4% y el 6% del PIB mundial se pierde por concepto de pagos por prestaciones económicas o compensaciones por estas ausencias al trabajo, según cálculos de la OIT y de la OMS4,5.
En el año 2020 se estimó que la población trabajadora del sector salud representaba el 12% de la fuerza laboral (35 millones de personas)5. Este es un número de expuestos relevante, cuando de exposición a riesgos específicos se trata. Preocupa esta paradoja ya que, aun siendo un número de personas alto, ha sido relegado en actividades preventivas de seguridad y salud en el trabajo, ya que no se ha prestado suficiente atención a los factores de riesgo presentes en las instituciones de salud y en las mismas personas. Se considera una actividad aséptica, aunque las estadísticas muestran que se presentan dos millones de pinchazos cada año, con las consecuencias que esto puede traer a la población trabajadora del sector salud6.
Los afiliados al sistema de seguridad en Colombia, han aumentado desde el 2017 hasta el 2019 en un 7,5%, cifra que coincide con el aumento de las tasas de accidentalidad en el personal sanitario3. Asimismo, el sector salud tiene una importante participación en el sistema general de riesgos profesionales, representando el 6,54 % de todos los afiliados3. En cuanto a la tasa de mortalidad, esta es de 0,44 por 100.000, lo que demuestra que la severidad de la accidentalidad en el sector salud no es mayor en comparación con otros sectores más siniestrados como la construcción2,7. Los trabajadores de la salud tienen unos riesgos específicos que se han estudiado, caracterizado y priorizado de acuerdo con el peso que estos tienen sobre la frecuencia de la accidentalidad y la severidad de la misma8.
Las condiciones de riesgo biológico son relevantes en el sector salud para sufrir accidentes de trabajo, debido a que la exposición está directamente relacionada con la actividad económica y los tiempos de exposición. El riesgo biológico expresado en accidentes con punciones es hasta de 26 punciones por cada 100 camas en diferentes series. Otros riesgos del sector salud que tienen que ver con la actividad económica en sí y sus características, como por ejemplo el riesgo químico, el riesgo físico, el riesgo biomecánico, el riesgo mecánico y el riesgo público, son evidentes. Sobre estos se han realizado acciones de intervención, pero poco han impactado en la disminución de la accidentalidad del sector9,10.
Adicionalmente, existen otros aspectos del día a día en el trabajo e incluso fuera de él, que determinan la presentación de la accidentalidad en la población trabajadora, como es el caso de la edad. En este sentido, mientras que los mayores de 60 años presentan más discapacidades por enfermedades, los jóvenes están más propensos a sufrir accidentes laborales11. Es por eso que la estrategia de intervenir los factores de riesgo identificados y diseñar programas específicos para el manejo preventivo y las buenas prácticas en la actividad misma y su entorno, es una alternativa para impactar resultados en cuanto a la accidentalidad laboral11.
El comportamiento de los accidentes observado por Cisneros - Prieto en el periodo comprendido entre el 2011 y el 2014, mostro el crecimiento progresivo de los días perdidos por accidentalidad por estos eventos, cifras suficientes para incluir en todos los análisis esta problemática mundial12.
La legislación vigente (Ley 1562/2012, Decreto 1072/2015), propicia en la gestión actual de la medicina laboral, un enfoque de gestión de riesgos13. La identificación sistemática de los peligros, la valoración de los riesgos, la ponderación de estos y por su puesto la intervención, son una buena estrategia para intervenir aspectos que no se han identificado en el sector salud, y que pueden ser condicionantes del limitado impacto positivo frente a los resultados de la accidentalidad. Se requiere entonces romper paradigmas de gestión, establecer sistemas de vigilancia epidemiológica inteligentes que miren más allá de lo evidente, e intervengan situaciones complejas con modelos nuevos, que lleguen al fondo de aspectos que puedan ser intervenidos12,13. Lo anterior, dada la importancia de la intervención eficaz y eficiente de la accidentalidad, ya que el resultado y el riesgo residual después de la intervención influye sobre la confiablidad, el buen nombre, el ambiente laboral, el estado psicológico de las personas, la organización del personal y hasta el riesgo reputacional, los cuales se ponen en peligro cuando la accidentalidad crece y no se interviene de manera adecuada12.
Sin embargo, hay un tema en el que poco se ha profundizado; es el verdadero peso que tienen los diferentes factores personales y del entorno sobre el resultado final. Se maneja una integralidad de riesgos sin ser específicos, ni particulares. Es por eso, quizás, que se piensa que en ocasiones la meta de cero accidentes es lejana o casi imposible, y que la tasa ha llegado ya a un límite inferior del tope12.
Por todo lo anterior, se propuso caracterizar condiciones del trabajador y de su entorno laboral, que se relacionan con la presentación de accidentes laborales en personal sanitario en un hospital de tercer nivel de complejidad en la ciudad de Medellín departamento de Antioquia Colombia.
Material y Método
Tipo de estudio
Se realizó un estudio Transversal analítico con información retrospectiva, en el que se describieron características propias, y del entorno laboral de los trabajadores que sufrieron accidentes laborales en el periodo comprendido entre enero 2015 y diciembre 2019.
Población y sitio de estudio
La población con la que se trabajó, son los trabajadores que sufrieron accidentes laborales en una institución hospitalaria de tercer nivel de la ciudad de Medellín en Colombia, en el periodo comprendido entre enero de 2015 y diciembre del 2019. Esta entidad atiende pacientes de tercer y cuarto nivel de complejidad, pertenecientes a los regímenes contributivo y subsidiado de los departamentos de Antioquia, Córdoba y Chocó. El hospital cuenta con 445 camas habilitadas, ubicadas en dos torres de diez pisos cada una. Para la investigación, se incluyeron a todos los trabajadores que sufrieron accidentes laborales que correspondieron a aquellos casos en los que se identificó un factor de riesgo de orden laboral, que además presentaron una lesión funcional, anatómica o psicológica, según la Administradora de Riesgos Laborales.
El proyecto fue aprobado por el Comité de Ética de Investigación en Salud de la Universidad Pontifica Bolivariana, según comunicado recibido el 1 de febrero de 2021 (acta No. 24 de 2020). De igual manera, el protocolo de estudio fue aprobado por el comité de investigaciones del Hospital General de Medellín el 2 de marzo 2021 (acta 03 2021).
Criterios de elegibilidad
Dentro de la población, se incluyeron los trabajadores que presentaron accidentes de origen laboral y que fueron calificados por la Administradora de Riesgos laborales (ARL) como SI accidente laboral, ya bien sea por causa o por ocasión con el trabajo. Asímismo, se excluyeron las personas que presentaron incidentes laborales, sin ningún tipo de lesión.
Variables
Las variables incluyeron características relacionadas con los trabajadores propiamente (edad, sexo, profesión, tiempo, tipo de contrato) y antecedentes relacionados con la presentación del accidente laboral o del entorno laboral (hora del día del evento, si fue por causa o por ocasión, número de días de incapacidad que generó, el lugar de la ocurrencia, si existe entrenamiento e inducción previo a la labor, número de accidentes laborales sufridos en el periodo evaluado, factores de riesgo y grado de severidad).
Recolección de la información
Con la previa autorización de la Institución Hospitalaria, inició la recolección de la información. Esta información se ingresó a las herramientas del trabajo sin tener en cuenta la identificación de la persona y se reportó en los resultados, siempre de forma consolidada. Las fuentes definidas para la recolección de datos se utilizaron de acuerdo con los instrumentos disponibles y la posibilidad del uso de los datos, frente a la legislación vigente por parte del médico especialista de seguridad y salud en el trabajo, con fines eminentemente epidemiológicos, y sin necesidad de contar en el estudio con lo que se conoce en la legislación como información sensible. Las fuentes fueron:
— Historia Clínica Laboral. (CÓDIGO: AP-GHU-SO003F01)
— Documento Matriz Seguimiento a la Accidentalidad - Caracterización de la Accidentalidad. (CÓDIGO: AP-GHU-SO004D01)
— Formato de Investigación de Accidente de trabajo. (CÓDIGO: AP-GHU-SO004F02)
— FURAT. Formato único de reporte de Accidentes de Trabajo.
— Perfil sociodemográfico.
La información se recolectó en una base de datos de Excel, donde las variables fueron codificadas de manera numérica, para lo cual, el proceso de recolección inició tomando los listados por mes y por año desde enero de 2015 hasta diciembre del 2019, de los funcionarios accidentados que se tienen en las bases de datos de la institución.
Dentro del proceso de recolección de datos se verificó la accidentalidad en las historias laborales que no está en los formatos magnéticos, para realizar la respectiva corrección. Al archivo magnético se le hizo un análisis de calidad de registros de: oportunidad, acceso, relevancia, cobertura, consistencia y validez.
Finalmente, para el control de los sesgos, se verificó que el número total de accidentes incluidos, coincidieran con los formatos únicos de reporte de accidente laboral (FURAL) recibidos efectivamente por la administradora de riesgos laborales (ARL).
Análisis estadístico
Las variables cualitativas se describieron con frecuencias absolutas y relativas. Para las variables cuantitativas continuas se verificó el supuesto de normalidad por medio de la prueba Kolmogrov Smirnov. Las variables con distribución normal fueron expresadas con la media y la desviación estándar, mientras que las variables que no cumplieron dicho supuesto, fueron expresadas de manera descriptiva con la mediana y el rango inter cuartil. Para determinar que variables se asociaban con la severidad del accidente y con los factores de riesgo se usó la prueba chi cuadrado. Se consideró que había asociación cuando el valor p fue < 0.05. Los análisis estadísticos se llevaron a cabo utilizando software JAMOVI versión 1.8.1.
Resultados
Durante los cinco años del estudio, se presentaron un total de 510 accidentes laborales de los cuales, cuatro fueron catalogados como incidentes laborales sin lesión al accidentado, 10 fueron calificados por la ARL como no accidente laboral por no factor de riesgo, y de cuatro de los accidentes fue imposible recolectar toda la información necesaria para el estudio, por lo que la muestra final obtenida para el análisis fue de 492 accidentes laborales.
El promedio de los accidentes por año fue de 98, y el año con mayor frecuencia de accidentes laborales fue el 2018, mientras que en el 2017 se presentó el menor número de casos (Figura 1). El mes del año en el que más se presentaron accidentes fue abril con un 12,2% (n=59), y el día de la semana con mayor número de accidentes fue el día miércoles con un 17,8% (n=88).
Características demográficas y laborales de las personas accidentadas
En cuanto al sexo de las personas, se encontró que el 77,8% (n=383) de los accidentados fueron mujeres. Las edades del total de los accidentados fluctuaron entre 18 años y 66 años. El grupo de edad predominante fue de 26 a 40 años, representado en el 54,7% de todos los casos, seguido por el grupo de edades entre 41 y 55 años que correspondieron al 31,7%. El 86,4% de los accidentados (n=425), fueron empleados vinculados (Tabla 1).
Del mismo modo, el análisis mostró que las auxiliares y profesionales de enfermería son los dos cargos con mayor número de siniestros con 326 (66,3%) y 53 casos (10,7%); respectivamente. En tercer lugar, están los médicos especialistas con 27 casos (5,5%) y posteriormente los médicos generales con 15 casos. (3,0%) (Tabla 1).
Caracterización de los accidentes
Con relación a la clasificación de severidad de los accidentes, se encontró que el 96,9% fueron leves (n=447), el 3,1% (n=15) fueron moderados y graves. (Tabla 1) El 98,2% (n=483) de las personas accidentadas manifestaron haber recibido inducción y entrenamiento en el puesto de trabajo. (Tabla 2).
Los accidentes se presentaron en las diferentes áreas del hospital, en áreas directas de trabajo el 87,7% (n=432), en corredores, escalas, pasillos, cafetines y otros espacios el 12,3% (n=60). (Tabla 2).
Se puede observar en la siguiente tabla, que no se encontró una diferencia estadísticamente significativa entre la severidad de los accidentes y características como sexo, edad, cargo, sitio del accidente. (Tabla 3).
En la Tabla 4 se observa que el tipo de riesgo más común fue el mecánico, representado por golpes con o contra superficies, caídas y contusiones con máquinas y/o equipos 44,7%; (n=220), presentándose principalmente en áreas administrativas con un 69,7%, mientras que en las otras áreas este riesgo estuvo presente en el 47% o menos de los casos(p=0.01). (Tabla 4). Así mismo, los accidentes derivados por un riesgo relacionado con la actividad económica del hospital, es decir los accidentes de tipo biológico y los biomecánicos, se presentaron en el 27,0% (n=133) y 22,0% (n=108) de los casos respectivamente. Otro dato relevante que se encontró, es que la parte del cuerpo que más se ve afectada, son las manos 38,4% (n=189); siendo el tren superior el más representativo, con más de la mitad de los casos 54,5% (n=268) (Tabla 2). (p<0.05).
La mayoría de los accidentes de riesgo biológico se presentaron en menores de 25 años (40%), y mayores de 56 años (40,9%) (p= 0.028). Así mismo, los cargos con mayor frecuencia de accidentes de este riesgo, son médicos generales (46,7%) y especialistas (63,0%) (p=0.01). Los accidentes biológicos se presentaron más frecuentemente en quirófanos (58,1%), en urgencias (26,9%), y Ucis (30,2%) (p=0.001). (Tabla 4)
Las áreas administrativas presentaron el mayor número de accidentes por riesgo mecánico (69,7,0%) (p<0,001). El área mayormente afectada por el riesgo biológico fue el quirófano (58,1%) (p< 0,001) Este grupo de accidentes fue más frecuente en médicos generales y especialistas que en auxiliares y otros profesionales de la salud. (p<0.001). (Tabla 4).
Incapacidades generadas por los eventos laborales
Las incapacidades que originaron días perdidos, por los eventos laborales ocurridos entre el 2015 y el 2019 sumaron un total de 1315 días, el promedio de días de incapacidad por evento fue de tres y la mayor incapacidad fue de 60 días. Los accidentes mecánicos, en su mayoría por ocasión con el trabajo, representan el mayor número de días de incapacidad (765 días), seguido por los biomecánicos con 471 días (Tabla 5). Se realizó la comparación de medianas según el factor de riesgo y se encontraron diferencias, siendo el riesgo biomecánico el que presenta mayores días de incapacidad y el biológico el de menos días. (p<0,001)
Así pues, del total de todos los accidentes, en 279 casos no se presentaron días de incapacidad. En este grupo de accidente biológico (n=133), seis casos derivaron incapacidades, de los cuales tres casos por dolor en el sitio de la punción, otra persona por efectos secundarios a la toma de antirretrovirales, por tratarse de un accidente con fuente desconocida, y en un caso el lesionado sufrió una amputación de una falange por mordedura de un paciente, lo que le derivó 30 días de incapacidad. La mitad de los accidentes ocurrieron a las 5 horas y 30 minutos de haber iniciado la jornada laboral durante el día del accidente. Con relación al número de casos presentados por cada empleado, 308 personas solo presentaron un accidente representando el 63%, 125 personas presentaron dos accidentes (25%), 31 personas tres accidentes (6%) y 29 presentaron cuatro o más accidentes (5%).
Discusión
En el presente estudio se encontró que existen características individuales en los trabajadores tales como sexo, edad, profesión y otras inherentes al entorno laboral como horario, tipo de riesgo, tipo de contratación, que pueden condicionar en sí mismas la presentación de accidentes laborales y que comparándose entre ellas, pueden determinar la mayor presentación de los mismos14.
Para el periodo de estudio se presentaron un total de 492 accidentes, representado en tasas de 6,66% (2017), 9,3% (2018) y 7,45% (2019). En ese mismo periodo, las tasas del sector para los mismos años fueron de 7,2%, 6,49% y 5,84%; respectivamente15. De acuerdo con lo anterior, el comportamiento de la accidentalidad frente al sector fue similar y estable, exceptuando el año 2018 en el que la accidentalidad presentó un inusitado aumento en el hospital, que se sale de lo esperado y del histórico de la institución. Algunas de las situaciones que podrían explicar este incremento, incluyen la vinculación masiva por el cierre del concurso de mérito de la comisión del servicio civil durante este año.
Así pues, en el total de los accidentes evaluados durante el periodo de estudio, se encontró que el 77,8% de los trabajadores eran mujeres; estos resultados contrastan en sus resultados porcentuales con investigaciones realizadas en el medio. En el país un estudio realizado por Gómez D, et al en un hospital de alta complejidad en el año 2015, encontró que el 90,8% de los accidentados eran mujeres y solo 9,2% eran hombres16. En el estudio de Padrón17, muestra resultados similares. En este estudio se reportaron 87 accidentes por riesgo biológico, predominando las mujeres (78,2%)17.
En la presente investigación, la edad promedio fue de 55 años, con un mínimo de 18 años y un máximo de 66 años. El 86,4% de los accidentados estuvieron vinculados a la institución hospitalaria. Los cargos asistenciales en su calidad de auxiliares de enfermería fueron los de mayor porcentaje de accidentalidad con el 66,3%. La gravedad en los accidentes fue del 3,1% lo que sugiere una baja severidad en los accidentes laborales ocurridos. De igual manera, los accidentes se presentaron sobre todo en la mañana, con una mediana de 5 horas de trabajo (P25 =2; P75 =9). El 63% de las personas manifestaron haber tenido por lo menos un accidente laboral en estos 5 años. Estos hallazgos concuerdan en términos generales con los estudios que se tienen al respecto. En el estudio presentado por Millones I, et al realizado en el Hospital Nacional Hipólito en abril 2019, se encontró que el 70.2% de las personas accidentadas fueron licenciadas de enfermería, el 80.9% fue personal nombrado y el accidente fue más frecuente en la mañana con 42.6%. Según las características de los accidentes laborales, el 74.5% reportó haber sufrido alguna vez un accidente laboral14.
Aunado a lo anterior, los tipos de riesgo que predominaron en la accidentalidad en este análisis son el mecánico (44,7%) y el biológico (27%). Estos hallazgos coinciden con el estudio realizado por Diego Gómez y Diana Muñoz, publicado en 2015 en la revista cubana de salud, en la que se encontró que los accidentes más comunes fueron por riesgo mecánico (37.5%) y por riesgo biológico (37,8%)(16). Lo cual se debe a que las actividades desarrolladas por el personal de salud, implican interacción con alta exposición biológica y no biológica con los pacientes, y desplazamientos y movimientos rutinarios y no rutinarios que implican un riesgo inherente a su actividad.
Las personas menores de 25 años y mayores de 56 años, presentaron en mayor proporción accidentes de tipo biológico. Del mismo modo, los cargos con mayor frecuencia de accidentes de este riesgo fueron médicos generales (46,7%) y especialistas (63,0%) (p=0.01). Este hallazgo se contradice con publicaciones que relacionan la accidentalidad y los cargos, como la de Yoel Padron17, en donde el 53% de los casos se presentaron en personal de laboratorio y auxiliares de enfermería. Sin embargo, se coincide con la descripción en la relación con la edad, realizada por Correa et al, en la revista ciencia y cuidado en la que se describe que la mayoría de los accidentes se presentaron en mujeres jóvenes20.
Continuando con lo anterior, se observó que los accidentes biológicos se presentaron principalmente en quirófanos (58,1%), por sobre urgencias (26,9%), hospitalización (25,7%) y Ucis (30,2%) (p=0.001) (Tabla 4). Contrario a lo expresado por Mercedes Salcedo y Paula Arango, quienes expresan que las áreas con mayor frecuencia fueron hospitalización y urgencias con un 53,3% y 33,3% respectivamente. Las áreas administrativas presentaron el mayor número de accidentes por riesgo mecánico (69,7%) (p<0,001), concordante con lo encontrado por Johana Millones en su trabajo de investigación14.
Por otro lado, se encontró que las partes del cuerpo mayormente afectadas fueron manos (38,4%) y miembros superiores incluyendo hombros16,15. Lo cual concuerda con estudios como el de Gómez y Muñoz, quienes expresan que el porcentaje de accidentes en las manos es de (44%), en los miembros superiores (25%), lo cual se explica por el tipo de actividad y la influencia que tienen las manos, y en general el tren superior, en el que hacer con el paciente y su entorno16,18,19,20.
La severidad de los accidentes, no fue mayor ya que el 96,9% de los mismos se consideraron leves, dato este concordante con el estudio de Moreno - Sueskun, que reporta índices de severidad de 10% en los diferentes estudios relacionados20. Contrario a este estudio en donde se promueve la aplicación de diferentes modelos para definir la gravedad de los accidentes, en Colombia existe la resolución 1401 del 2007, que define criterios claros de gravedad del lesionado por accidente laboral.
Los promedios de días de incapacidad (3 días) que se encontraron en el estudio concuerdan con los datos históricos reportados en las páginas de estadísticas del Ministerio y Fasecolda. Son accidentes de frecuencias importantes, aun cuando la severidad no sea mayor, en esto radica su impacto sobre la gestión del recuerdo de las Instituciones de salud.
La fortaleza del estudio, es la integralidad de las variables, al hacer una combinación entre las demográficas y las relacionadas con el entorno laboral, así como la compatibilidad de las fuentes de información que se disponen tanto a nivel Institucional como en los formatos de los Administradores de Riesgos, debido al sistema integral de calidad con que cuenta la institución. Como limitación, se resalta la relación del estudio en una sola unidad de salud que podría afectar la validez externa. Sin embargo, dicha institución es la entidad pública más grande de la ciudad. Además, es un referente de tres departamentos de Colombia y su nivel de atención hace que la relación con los diferentes riesgos, horarios, servicios prestados y especialidades, sean representativos en cuanto el comportamiento de la accidentalidad19.
Igualmente, es necesario la realización de estudios en donde se involucre la comparación entre lo encontrado en una unidad de alto nivel de complejidad y otra de menor complejidad. También, hacer un estudio multicéntrico daría una idea más exacta del comportamiento de la accidentalidad en servicios de salud en general. Por último, en este momento y desde el 2020, los indicadores de accidentalidad en todas las empresas del país, han variado visiblemente por la pandemia del COVID-19, por lo cual, se considera que un estudio posterior para comparar el comportamiento de la accidentalidad en estos dos años de COVID-19, con la época previa a la pandemia sería de fundamental importancia.
Conclusiones
En conclusión, los resultados muestran que la presentación de la accidentalidad laboral en los trabajadores, además del factor de riesgo inherente, está influenciado por otros factores individuales (edad, sexo, profesión) y del entorno laboral (área de trabajo, tiempo de la labor, entrenamiento) que pueden condicionar en sí mismas la presentación de accidentes laborales y que comparándose entre ellas, pueden determinar la mayor presentación de los mismos que motivan a realizar programas de vigilancia epidemiológica inteligente con enfoque de riesgo. Innovar en la intervención de aspectos relacionados con mayor frecuencia de accidentalidad sería una posible herramienta para incidir sobre las tasas de ausentismo de la población trabajadora. Por otra parte, es importante valorar la calidad de los entrenamientos, las inducciones y reinducciones al personal de salud, toda vez que estas dos actividades pudieran no estar cumpliendo algunos de sus objetivos en cuanto a las conductas individuales de auto cuidado, y de prevención de la accidentalidad laboral.