Mi SciELO
Servicios Personalizados
Revista
Articulo
Indicadores
- Citado por SciELO
- Accesos
Links relacionados
- Citado por Google
- Similares en SciELO
- Similares en Google
Compartir
Anales de Medicina Interna
versión impresa ISSN 0212-7199
An. Med. Interna (Madrid) vol.19 no.9 sep. 2002
CARTAS AL DIRECTOR
Metástasis esternal por hepatocarcinoma
Sr. Director:
Los tumores de la pared torácica primarios o metastásicos, conforman el 1% de todas las neoplasias (1) y dentro de ellas, afectan al esternón el 15%. Por tanto es un tumor raro siendo aún más extraño que sean la lesión diagnóstica de un tumor sólido como en el caso que describimos.
Se trata de un paciente de 62 años con antecedentes de laringuectomía total hace 35 años por cáncer de larínge que acude a consulta por tos y expectoración en el contexto de una infección respiratoria intercurrente. En la exploración física se observa en la pared torácica anterior a la altura del manubrio esternal una tumoración de 2,5 cm de diámetro mayor, violácea, indolora y de consistencia dura de unos cuatro meses de evolución. No exísten otras lesiones cutáneas ni se palpan adenopatías en cadenas ganglionares accesibles. El resto de la exploración iqsica fue normal. En los análisis destaca la alteración de la función hepática: Bilirrubina total: 2.82, ASAT: 69 U/L y GGT: 295 U/L. Las serologías a virus de la hepatitis A, B y C son negativas. Se realiza una Rx de tórax que es normal. La ecografía, la TAC y RMN abdominales son normales. En la TAC torácica se observa una lesión que provoca insuflación y destrucción de la porción distal del esternón con masa de gran volumen de partes blandas (Fig. 1). Se realiza PAAF de la lesión esternal que no es concluyente por lo que se biopsia siendo el estudio histológico compatible con hepatocarcinoma. El paciente rechaza la realización de laparoscopia exploradora y de otras exploraciones. Durante el seguimiento clínico la masa esternal continua creciendo a pesar de la radioterapia local. El paciente se deteriora progresivamente y fallece a los 14 meses.
Los tumores de la pared torácica primarios o metastásicos, constituyen el 1% de todas las neoplasiasl y pueden afectar al hueso, articulaciones o tejidos blandos (2). A pesar de ser tan infrecuentes las metástasis esternales son en ocasiones la primera manifestación de una enfermedad maligna (2). Los estudios de autopsia revelan un gran número de casos silentes. El cuerpo esternal es el lugar más afectado, seguido por el manubrio. El apéndice xifoides no suele afectarse. La afectación esternal por el tumor se produce por vía hematógena, linfática o por invasión directa a través de los tejidos adyacentes (3). Los tumores primarios que con mayor frecuencia metastatizan en la pared torácica son los de mama, seguidos por los del tiroides y los adenocarcinomas renales. Es menos común que lo hagan los de pulmón, hígado, próstata y tracto gastrointestinal (2). Son anecdóticos los casos descritos de hepatocarcinomas que producen de forma sincrónica a su diagnóstico metástasis esternales o que se diagnostican a través de la biopsia de la lesión esternal (4). Los síntomas en general son dolor torácico y la aparición de una masa de rápido crecimiento evidente en la exploración física. En algunos casos la hipervascularización de la masa produce un soplo que puede sugerir que se trate de un aneurisma. El diagnóstico de la lesión se realiza mediante la punción con aguja fina guiado por TAC o mediante biopsia quirúrgica de la masa y su estudio histológico (5). La extensión de la masa a los tejidos blandos de la pared anterior torácica es la regla al estudiarlos mediante TAC. La lisis es el principal hallazgo radiológico. A diferencia de los tumores primarios esternales, los secundarios no producen calcificaciones. La gammagrafía ósea puede ser de una ayuda en algunos casos, si bien no hay un patron de afectación constante. Hay que diferenciar las metástasis de otras lesiones benignas o malignas que pueden desarrollar masas en la pared anterior torácica. Entre las benigna podemos citar el síndrome de Tietze, la artritis séptica, tuberculosis, artritis reumatoide, espondiloartropatías, fracturas est,ernales de estrés, hiperostosis y como malignas, tumores primarios o invasión irecta de la pred por un tumor como linfoma o carcinoma broncogénico (6). El tratamint de elección cuando es necesario, es quirigico realizndo la resección camplta, del tumor y reconstruccion de la pared toracial.
M. D. García de Lucas, B. Jurado Gámez*, M. Pérez Sicilia**, A. J. Trujillo Santos***
Servicio de Medicina Interna. Hospital Valle de los Pedroches. Pozoblanco. Córdoba. *Servicio de Neumología. Hospital Reina Sofía. Córdoba. **Servicio de Anatomía Patológica. Hospital Reina Sofía. Córdoba. ***Servicio de Medicina Interna. Hospital Costa del Sol. Marbella. Málaga
1. Carbognani P, Spaggiari L, Rusca M, Cattelani L, Valente M, Bobbio P. Tumors of the thoracic wall. Our experience. Acta Biomed Ateneo Parmense 1994; 65: 29-34.
2. Toussirot E, Gallinet E, Augé B, Voillat L, Wendling D. Anterior chest wall malignancies. Rev Rhum 1998; 65: 397-405.
3. Ohtake E, Murata E, Maruno H. Bone scintigraphy in patients with breast cancer:malignant involvement ofthe sternum. Radiat Med 1994; 12: 25-8.
4. Liaw CC, Chen TJ, Liaw YF. Hepatocellular carcino presenting as bone metastasis. Cancer 1989; 64: 1753-7.
5. Soysal O, Garrett LW, lesbitt JC, McMurtrey MJ, Roth JA Putnam JB. Resection oi sternal tumors:extent, reconstruction, and survival. Ann Thora Surg 1995; 60: 1353-9.
6. Poulton TB, O'Donovan PB. Sternal mass. Chest 1994; 106: 575-6.