EDITORIAL

 

El renacimiento de la laparoscopia

The reinassance of laparoscopy

 

 

Eduardo Sánchez de Badajoz

Unidad Docente de Urología. Departamento de Cirugía. Facultad de Medicina. Universidad de Málaga. Málaga. España.

 

 

Hace veinte años que llevamos hablando de cirugía mínimamente invasiva y desde esa fecha existen una serie de mitos y de cantinelas que venimos repitiendo casi sin saber lo que decimos, tales como que la técnica es nueva y mejor, que hay menos dolor, que hay una curva de aprendizaje, pero que a pesar de todo el riesgo y las complicaciones son mínimos, que el tiempo operatorio es más largo, pero que sin embargo compensa y hasta se dice que el material y los costes hospitalarios son más bajos.

Sin embargo, lo que pasaba hace veinte años, nada tiene que ver con lo que ocurre hoy, ya que paradójicamente, lo que en esas fechas eran grandes ventajas, hoy pueden ser serios inconvenientes. Observemos la Figura 1, en donde se representa el martirio de San Sebastián pintado en el Renacimiento por Andrea Mantegna. Seguro que a más de uno este cuadro nos recuerda algo y probablemente a muchos el vientre del mártir nos resulta muy familiar. ¿Alguien se ha parado a pensar que en el siglo XXI se puede acribillar el abdomen de un individuo sin compasión de esta manera? ¿No creen ustedes que eso ya empieza a ser inadmisible? ¿No les remuerde a ustedes la conciencia? ¿No creen que ya va siendo hora de cambiar algo que en esencia no se ha modificado en los últimos 30 años?

La pregunta obvia ante todos estos interrogantes es: Todo eso está muy bien ¿Pero hay una forma mejor de hacerlo? ¿Qué alternativa preferible hay? La respuesta es que sí, que sí que hay una alternativa, que ya se vislumbran cambios, que ya se percibe, se divisa una forma nueva, una “vida nueva” un renacimiento en definitiva, que llegará muy a corto plazo y que de momento se llama NOTES (cirugía endoscópica transluminal realizada por un orificio natural).

Las llamadas herramientas avanzadas, aunque todavía de utilidad discutible para muchos, estamos convencidos de que serán imprescindibles, pero urge modificarlas y optimizarlas para adaptarlas a los tiempos que corren, porque ya no se puede martirizar a nadie de esa manera, porque la nueva cirugía ya prácticamente ha nacido y su crecimiento es imparable e irreversible y porque como muy a menudo ocurre, lo que hoy parece un disparate, mañana puede convertirse en una realidad.