COMENTARIO EDITORIAL

 

Comentario editorial de: Anécdotas y "coincidencias" de la Urología Americana: Hugh Hampton Young

Anecdotes and "serendipities" in American Urology: Hugh Hampton Young

 

 

Mariano Pérez Albacete

Servicio de Urología. Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca. Murcia. España.

 

 

La obra y el quehacer de las grandes personalidades se encuentran difundidos, amén de en los libros de historia, en la introducción a textos que tratan de su aportación científica, divulgación que, por lo general, entra dentro del conocimiento de la mayoría de los especialistas del ramo. A las pequeñas vicisitudes que concurren de un modo natural o por casualidad hay quien les llama destino y tienen el efecto de dirigir la vida hacia o por un camino determinado que llevará al logro o consecución de un objetivo, no siempre previamente fijado. No es frecuente que sean descritas en la forma como la que nos las presenta el articulista sobre el Dr. Hugh Hampton Young, al narrar la concatenación de hechos y situaciones que confluyeron en los inicios profesionales del llamado "Padre de la Urología norteamericana".

A través de lo que llama "Anécdotas y coincidencias" y, para presentarnos al personaje, nos adentra en su mundo juvenil y nos deleita con un sencillo escrito, un breve relato literario lleno de viveza, en el que nos muestra a un adolescente inquieto y resuelto ante la vida, que no se arredra ante dificultades y decidido a seguir las vehementes vocaciones que le despierta su inquieta temprana edad, militar como su abuelo y padre o periodista, tras editar la revista universitaria. Ante la oposición familiar a la primera y la imposibilidad de seguir la segunda, opta por ser médico cirujano como su abuelo materno. Tras su licenciatura evidencia su falta de formación y solicita plaza quirúrgica en el Hospital Johns Hopkins, donde no hay vacantes, por lo que se queda en bacteriología, pediatría y patología. Trabaja ayudando a un cirujano en sus ratos libres y en vacaciones y espera hasta lograr ocupar el puesto deseado. Su estrella lo guía y su predestinación le hace, finalmente, ser elegido para desempeñar el cargo de responsable del departamento de cirugía genitourinaria. Ahí se centra definitivamente y se entrega con pasión a prepararse bien con el estudio, la disección de cadáveres, la práctica quirúrgica y recorre centros internacionales para alcanzar el mayor conocimiento de la especialidad. Nos introduce el autor, de esta amena manera, en los principios del considerado como pionero en el desarrollo de la moderna Urología en Norteamérica.

Es posible que los urólogos de habla castellana, especialmente los jóvenes, no tengan fijado en la memoria su nombre, fundador en 1915 del "Instituto Urológico James Buchanan Brady", que dirigió hasta su jubilación en 1942 y en el que instauró el método de enseñanza de médicos residentes internos, sistema impuesto posteriormente como el idóneo de aprendizaje. Sus discípulos lo retratan como una persona de aguda y despierta inteligencia, de carácter enérgico y entusiasta de su labor, con una tremenda e incansable capacidad de trabajo, apasionado de la música y mecenas de las artes y comprometido, además, en la lucha cívica y en la política sanitaria.